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Marino, Santo |
Diácono
Martirologio Romano: En el monte Titano, cerca de Rímini,
en la Flaminia, san Marino, diácono y anacoreta, portador al
pueblo gentil del Evangelio y de la libertad de Cristo
(s. IV/V)
Nacido en una familia
cristiana, era albañil, nativo de Dalmacia, y uno de los
numerosos trabajadores que en el año 257 fueron movilizados, por
orden de Diocleciano y de Maximiano, para la reconstrucción de
las murallas de Rímini.
Tras haber trabajado un tiempo en Rímini,
donde se distinguió por su grandísima caridad cristiana. Fue enviado
a otras canteras en el monte Titano para trabajar las
piedras. Pasados tres años, Marino regresó a Rímini.
En esta ciudad predicó el evangelio por doce años.
Para evitar
ser capturado cuando las autoridades descubrieron su acción cristiana, huyó
de la ciudad y con la ayuda de Dios se
refugió en una gruta del monte Titano, donde vivió en
solitario durante un año sin temer las insidias del demonio,
que continuamente intentaba asustarlo. Marino, para no ser molestado
por los visitantes, se retiró a la cima del mismo
monte, y allí construyo una pequeña celda y una iglesia
que dedicó a San Pedro. Tales obras suscitaron la
ira de Verissimo, hijo de una noble viuda de nombre
Felicísima, propietaria de aquellas tierras. Este, presentándose delante
de Marino con intenciones nada pacíficas, cayó por tierra paralizado
y mudo, tras la oración del santo. La madre,
al saber la desgracia de su hijo, se acercó a
Marino y dijo estar dispuesta a concederle todo lo que
pidiese. En aquel mismo instante su hijo se curó
y se postró delante del santo convirtiéndose al cristianismo junto
a su madre y familiares.
San Gaudencio, Obispo de Rímini, conociendo
las virtudes de Marino, los llamó y le ordenó diacono
para que pudiera bautizar a los muchos conversos que lograba
hacer. Después, Marino regresó a su morada. El
santo continuó viviendo en la misma celda, dedicado a la
oración y al trabajo, hasta el día de su
muerte, el 3 de septiembre.
Fue sepultado en la
iglesia edificada por él. La población que se construyó
en aquel sitio llegó a ser la ciudad de San
Marino, capital de la república de ese nombre, y que
es independiente desde el siglo XI.
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