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Luis Tezza, Beato |
Fundador
Martirologio Romano: En la ciudad de Los Reyes, en Perú,
beato Luis Tezza, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares
Ministros de los Enfermos, que, para servir a Dios junto
a los enfermos, fundó la Congregación de las Hijas de
San Camilo, a las que dirigió para llevar a cabo
muchas obras de caridad (1923)
El Padre LUIS TEZZA nace en
Conegliano (Treviso) el 1 de Noviembre de 1841, siendo sus
padres el médico Augusto y Catalina Nedwiedt. Hijo único, huérfano
de padre a la edad de nueve años, va a
vivir, junto con su madre, a Padua, donde contiúa sus
estudios.
A la edad de 15 años entra en la Orden
de los religiosos “camilos” (Ministros de los Enfermos de San
Camilo de Lellis). La madre, después de haberlo confiado al
noviciado de los camilos de Verona, convencida de la perseverancia
del hijo, entra en el monasterio de la Visitación de
Padua, dejando Fama de mujer y religiosa excepcional.
Ordenado de sacerdote,
se le confía la dirección de los religiosos jóvenes. Después
de cuatro años se le presenta la posibilidad de ir
a las misiones africanas, que le atraían intensamente desde hacía
tiempo, pero renuncia a ello por obediencia a sus legítimos
superiores.En vez de ello es trasladado a Roma como vicemaestro
de novicios.
Innovador y fundador
En 1871 el Padre Luis es enviado
a Francia como maestro de novicios de la nueva provincia
religiosa, de la cual llegará a ser el primer superior
provincial. Con su celo y su empeño logra establecer la
vida común dentro la comunidad y, hacia fuera, el específico
ministerio camiliano: la asistencia corporal y espiritual de los enfermos.Después
de la supresión de las órdenes religiosas, en 1880, es
expulsado de Francia como extranjero, pero retorna clandestinamente después de
algunos meses, logrando reunir a los religiosos entonces dispersos.De esa
manera, la joven provincia pudo no sólo resistir la represión
sino también poner las bases para su ulterior desarrollo.
Elegido procurador
y vicario general, retorna a Roma, donde, en 1891, tiene
un encuentro provincial: conoce a Josefina Vannini (beatificada
el 16 de octubre de 1994). Propone a esta joven
un proyecto que lleva en su corazón desde hace algún
tiempo: constituir un grupo de mujeres consagrado a Dios en
el servicio a los enfermos según el espíritu y el
carisma de San Camilo de Lellis.
Nace así el 2 de
febrero de 1892 la Congregación de las Hijas de San
Camilo que, dentro del carisma camiliano, pone en evidencia características
típicamente femeninas como la ternura, la acogida, la capacidad de
escucha y la intuición.Cualidades de sensibilidad y de corazón que
San Camilo quería para sus religiosos en la asistencia a
los enfermos.Aprovado en 1931 por la Santa Sede, el Instituto
ha tenido una rápida y constante expansión.
El apóstol de Lima
Parecía ahora que la actividad del Padre Luis hubiese llegado
a su fin. Sin embargo, le esperaban otros trabajos. A
la edad de 59 años es enviado a Perú como
visitador para reformar la comunidad camiliana de Lima, que había
estado separada durante más de un siglo de la casa
central de Roma y corría peligro de ser cerrada. Debía
ser una breve estancia, pero su presencia en esta cuidad
fue tenida como indispensable por el Arzobispo y por el
Delegado Apostólico, Monseñor Pedro Gasparri, que lo definía como un
“hombre inspirado por Dios y providencial para Lima”. Él acepta
la voluntad de Dios y se entrega confiadamente a la
Providencia. Así estará 23 años en Lima hasta su muerte.
Durante
estos años derrama en su entorno tesoros de caridad y
de amor de Dios, a través de un intenso apostolado.
Además de trabajar por el restablecimiento de la disciplina regular
en su comunidad, se dedica a la asistencia de los
enfermos particularmente pobres tanto en las casas privadas y en
los hospitales como en las cárceles. Es confesor y director
espiritual del seminario de la archidiócesis y de diversas congregaciones
religiosas; es buscado como apreciado consejero por la Nunciatura apostólica
y la diócesis. Ayuda con éxito a otra fundadora, la
sierva de Dios Teresa Candamo, que tenía dificultades con su
Institución recién fundada. Tanto
su trabajo discreto, inteligente y lleno de amor, como su
carácter firme y dulce, contribuyeron a darlo a conocer como
“el santo de Lima”. Aquí fue donde murió el Padre
Luis Tezza el 23 de septiembre de 1923. Una persona
anónima escribió en el cemento de la parte posterior de
su piedra sepulcral las “el apóstol de Lima”.
Considerado como “el
sacerdote más santo de la diócesis de Lima”, según las
palabras del cardenal Lauri, a la hora de su muerte
los fieles difundieron un significativo recordatorio que revela los trazos
de su santidad: “fue querido como Padre y venerado como
Santo. Él no existe, pero desde su tumba nos hace
oir sus enseñanzas. Su figura y continente era la de
un ángel; su palabra era siempre la de un ministro
del Evangelio; su corazón era depósito de nobilísimos afectos; su
amistad fue cadena de oro que aprisionó sin violencia miles
de corazones y su misión fue siempre salvadora. Pasó por
en medio de nosotros como una visión celestial, siempre bondadoso
y humilde, siempre cariñoso y caritativo. La fe era el
principio de sus obras y la bondad le servía como
de manto y de diadema”.
Sus restos mortales reposan en la
casa general de las Hijas de San Camilo de Vía
Anagnina e Grottaferrata (Roma) al lado de la Cofundadora, la
Beata Josefina Vannini.
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