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Bernardino de Feltre, Beato |
Presbítero
Martirologio Romano: En Pavía, de la región de la Lombardía,
en Italia, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de
la Orden de Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en
su función de predicador, fundó contra la usura y para
el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre
de paz, fue delegado del papa Sixto IV para arreglar
discordias civiles (1494).
Fecha de beatiricación: El Papa Inocencio X aprobó
su culto el 13 de abril de 1654, posteriormente el
Papa Benedicto XIII lo beatificó en el año 1728.
Bernardino nació en Feltre en 1439, hijo
primogénito de Donato Tomitano y de Corona Rambaldoni, prima del
célebre educador Vittorino de Feltre, bautizado con el nombre de
Martín. De ingenio precoz, ávido de lecturas, hizo rápidos progresos
en los estudios humanísticos, tanto que a los 11 años
leía y hablaba el latín con facilidad. Estudiante de derecho
en Padua era admirado por todos a causa de la
seriedad de su conducta y su inteligencia. El 14 de
mayo de 1456 a los 17 años, ingresó a la
Orden de los Hermanos Menores en Padua, en el conventito
de Santa Úrsula. Terminado el curso de teología en Venecia
fue ordenado sacerdote en 1463. Desde 1469 hasta su muerte
no cesó de predicar y recorrió la Italia centro‑septentrional muchas
veces a pie descalzo en medio de grandes dificultades.
En una
sociedad mercantil, en la cual muchos, a menudo con pocos
escrúpulos, gozaban de riquezas y privilegios, una gran masa de
abandonados vivía en la penuria, agravada por la gran plaga
social llamada usura. los pobres no solamente eran explotados, sino
que además eran despojados de sus magras ganancias por aquellos
que, poseyendo capitales, prestaban con intereses exagerados. San Bernardino de
Siena había entendido bien cómo la “caridad cristiana” se había
vuelto “caridad inhumana”.
Por esto la usura fue el blanco
de Fray Bernardino de Feltre: un blanco preciso contra el
cual lanzó todas sus evangélicas y apostólicas flechas, suscitando primero
el resentimiento, después inclusive el odio de aquellos que se
sentían directamente aludidos. Por esto fue amenazado, atacado, y hubiera
caído mártir de los usureros si muchas veces no hubieran
llegado en su ayuda los hombres de armas enviados por
las autoridades comunales. También él, como San Bernardino de Siena,
era de baja estatura y débil constitución. Se firmaba con
el adjetivo de “Piccolino”, pero cuando predicaba parecía un volcán.
Se tiene cuenta de 23 cuaresmas predicadas, con sermones diarios.
A sus prédicas acudían innumerables oyentes.
Pero no bastaba predicar, no
era suficiente amonestar, había que ayudar a los pobres contra
los explotadores. Fue así como el Beato Bernardino de Feltre
propugnó los “Montes de Piedad”, una especie de organización bancaria
para los pobres, para que no siguieran siendo estrangulados por
los usureros, sino que se les prestara dinero contra una
modesta prenda, con bajísimo interés. No era gran cosa, pero
era importante como inicio de una ofensiva contra la usura,
plaga dominante del tiempo. Los Montes de Piedad se difundieron
rápidamente y si no extirparon la usura, por lo menos
dieron un poco de alivio a los más marginados.
Fray
Bernardino predicó 23 cuaresmas en las principales ciudades de Italia
y muchísimas otras predicaciones en centros menores. Sus predicaciones atraían
oyentes sin número y se lo peleaban las ciudades más
ilustres recurriendo inclusive al Papa para tenerlo. Era predicador vivaz,
que dialogaba con el pueblo, lanzaba chistes, ridiculizaba las costumbres
de las mujeres, las injusticias de los abogados, las usuras
de los explotadores, exhortaba a la práctica de los sacramentos
y a la devoción a la Santísima Virgen. Bernardino se
encontró sereno con la muerte en Pavía a los 55
años de edad el 28 de septiembre de 1494.
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