25 de septiembre
(1054 d. C.)
(1054 d. C.)
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Es necesario dar una breve
noticia sobre este Germán, tan bien conocido, puesto, que generalmente se le
llama beato y su fiesta se celebra en algunos monasterios benedictinos, con
autorización de la Santa Sede.
Nació en Suabia, en el seno de
una familia de la casa de Altshausen, en el año de 1013 y desde que nació fue
incapaz de moverse, no porque fuese paralítico, sino porque sus miembros
estaban deformados de tal manera y todo su cuerpo tan contrahecho, que habría
de serle imposible todo movimiento normal. Era un niño apenas cuando sus padres
lo dejaron al cuidado de los monjes de la abadía de Reichenau, en una isla del
Lago Constanza, donde pasó los cuarenta años de su vida. A la edad de veinte
hizo su profesión religiosa. Como sucede con frecuencia con los que sufren
alguna invalidez física, la viva y despejada mente de Germán era un
instrumento tan útil como era inútil el de su cuerpo y, por obra de su
voluntad, puso toda su inteligencia al servicio del estudio y de Dios. Entre sus
escritos figura una de las primeras crónicas de los sucesos mundiales que se
escribieron durante la Edad Media, un largo poema inconcluso sobre el pecado
mortal y un tratado matemático-astronómico que se abre con estas palabras:
"Germán, la hez de los mínimos hijos de Cristo, a la zaga de los
aprendices de filosofía, con la lentitud de un asno o de un caracol...
"Pero lo más precioso que se conserva de aquel infortunado monje tullido,
es un par de inolvidables himnos a Nuestra Señora: el "Alma
Redemptoris mater" y, casi ciertamente la "Salve Regina". No nos
debe extrañar que el buen Germán fuese también un diestro fabricante de
instrumentos astronómicos y músicos.
Aquel santo monje, a quien
se admiró en su época como a la "maravilla de los tiempos", murió
en el año de 1054.
Ver el Die Kultur der Abtei Reichenau
(2 vols., 1925). El mejor texto de la crónica se encuentra en MGH., vol. V y ha
sido traducido al alemán. F. A. Yeldham contribuyó con un artículo sobre los
escritos de Germán, al Speculum,
vol. III (1928), pp. 250 y ss. Hay un breve ensayo sobre el monje Germán en What
are Saints? de Fr. C. C. Martindale. En cuanto al supuesto autor de la
"Salve Regina", ver Familiar Prayers (1953), pp. 119-125, de H.
Thurston.
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