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Vicente de Paul, Santo |
Fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas
de la Caridad
Martirologio Romano: Memoria de san Vicente Paúl, presbítero,
que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al
servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en
cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles),
al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al
clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación
de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de
Hijas de la Caridad (1660).
Fecha de canonización: Beatificado por
el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729,
fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de
1737.
HUYENDO
Se pasó la vida rehuyendo
su condición de aldeano pobre, y el programa de Dios
tendrá que retrasar su desenlace tras muchas noches oscuras de
Vicente. Como Santa Teresa, que hizo un matrimonio de conveniencia
con Dios, cuya noche de bodas y luna de miel
se retrasó 25 años, hasta florecer es una espléndida manifestación
mística. ¿Podemos ver ahí un signo de la vocación errada?
No. Es una realidad de un cambio de rumbo de
la persona, a quien le tuercen sus planes propios a
través de purificaciones, acontecimientos, circunstancias, realidad de las cosas y
desengaños, Vicente lo que no quería es seguir siendo lo
que era su padre, campesino. Se avergonzaba de serlo y
también de su padre, vestido pobremente y con un defecto
físico que le hacía cojear. Tanto se avergonzaba que, cuando
ya estudiaba en el colegio de los franciscanos, conseguido por
su padre, y reciba la visita de su padre, no
saldrá a recibirlo. Pretende el sacerdocio tratando de escalar puestos.
Hasta desea ser obispo. Ni idea de lo que es
ser sacerdote: "Si yo hubiera sabido, como lo he sabido
después, lo que era el sacerdocio, cuando cometí la temeridad
de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes
de ingresar en un estado tan temible," escribirá mas tarde..Había
nacido el 2 de abril de 1581, en Ranquine, en
el Suroeste de Francia. Su padre es un campesino, Juan
de Paúl, que desde muy joven se vio obligado a
trabajar. Vicente también, se encargaba de las ovejas, las vacas,
los cerdos, descalzo y con comida pobre
Chiquillo despierto, fue enviado
por su padre al colegio de los franciscanos de Dax,
ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente estudia
a gusto, pero siempre con el fin de abandonar la
vida rural. Después de cuatro años de estudios en Dax,
se va a Toulose, cuando acababa de morir su padre.
Tiene 17 años, ha recibido ya la tonsura y las
órdenes menores. Aunque su padre le deja parte de la
herencia para pagar sus estudios, él la rechaza; pues quiere
valerse por si mismo. QUIERE ASCENDER
Enseña humanidades en
el colegio de Buzet y simultaneando con sus estudios de
Teología. Recibe el subdiaconado y el diaconado, y el 23
de Septiembre de 1600, es ordenado sacerdote. El obispo de
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Vicente de Paul, Santo |
Dax le ofrece una parroquia, pero prefiere seguir sus estudios;
apunta más alto: quiere ser obispo. En 1604 obtiene el
doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos y a Marsella,
donde una anciana de Toulose le ha dejado una herencia
de 400 escudos, que están en manos de un deudor,
a quien persigue hasta Marsella, donde consigue recuperar 300 escudos,
y regresar a Toulose. Embarca para Narbona, es atacado por
los turcos y cae prisionero. Vendido como esclavo en Túnez,
a un pescador, un médico, su sobrino y, a un
cristiano renegado, a quien convirtió y se escapó a Roma.
Luego fue a París, donde encontró a Pierre de
Bérulle, en el hospital de la Caridad. Bérulle era cura
y fundador de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero
había salido en un estado lamentable de las guerras; los
decretos del Concilio de Trento sobre la formación de los
sacerdotes no se cumplían. Muchos obispos vivían como grandes señores,
alejados de sus diócesis. SE ESTA ABRIENDO PASO UN NUEVO
MOVIMIENTO.
En Italia, Felipe Neri ha fundado la congregación del
Oratorio, que, como los Oblatos fundados en Milán por Carlos
Borromeo, desean vivir un sacerdocio fervoroso. Bérulle trata de convencer
a Francisco de Sales para que funde el Oratorio en
Francia, pero no lo consigue, aunque, a instancias del Arzobispo
de París, Henri de Gondi, fundará en 1611 el Oratorio
de París, una "congregación de sacerdotes que practicarán la pobreza,
con voto de no pretender beneficio o dignidad, contra la
ambición, y el de dedicarse al sacerdocio, contra la inútil
inactividad.
VICENTE NOMBRADO PÁRROCO DE CLICHY
Bérulle deseaba que Vicente ingresara
en el Oratorio, pero no acepta. Sí en cambio reemplaza
a un sacerdote que ingresa en el Oratorio; y acepta
su parroquia de "Clichy la Garenne". de 600 habitantes, habitada
sobre todo por hortelanos y llega a encontrarse a gusto
Allí enseña el catecismo, repara el mobiliario de la Iglesia,
cuando después de doce años que es sacerdote, es la
primera vez que ejerce un ministerio sacerdotal.
Bérulle consigue que lo
nombren preceptor de la familia de Phillipe de Gondi, sobrino
del Arzobispo de París. Vicente llega a ese destino en
Septiembre de 1613 y escribe a un amigo: "Me alejé
con pena de mi pequeña iglesia de Clichy". Da cursos
y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega
en Montmirail, en Joigny, en París, en Folleville... Ya podía
darse por contento. Pero no era feliz. No había llegado
la hora de Dios. Espera. Compás de espera. Soledad, noche,
tristeza, desamparo. Durante los viajes de Gondi, vuelve a entrar
en contacto con los campesinos y con las pobres gentes
que viven en los dominios de la noble familia. Y
se da cuenta de que el Evangelio exige la caridad
radical.
DIOS DA EL VUELCO A SU ALMA:
Visita a un moribundo en Gannes, cerca del palacio de
los Gondi; aquel hombre, que tenía fama de ser un
hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás
se había atrevido a confesar a su párroco. El
moribundo experimentaba una extrema soledad moral, padecía la noche, el
frío y la imposibilidad de hablar con Dios; estaba cerca
de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal bastante
dulce y bastante humana para poder salir de sí mismo
y atreverse a creer en la ternura de Dios. He
ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón ha
sido tocado. Dios ha llegado ya. El matrimonio de Teresa
de Jesús ha entrado en su meta florida. Vicente, tocado
ya por Dios, que no le había abandonado en su
dura trayectoria de desierto, le cambia el corazón y el
que no quería ir a los campos de su aldea,
quiere ahora ir a los campos mas lejanos a expresar
a todos los que se sienten perdidos que existe un
Dios de ternura que no les ha olvidado. Quiere ser
testimonio de ese amor divino. Estar presente con la
ternura de Dios. Queda impresionado y el 25 de enero
predicó en Folleville, cerca de Amiens, y propuso a todos
los fieles de Folleville la idea de hacer venir a
algunos sacerdotes con quienes puedan hacer una confesión general de
toda su vida. Este sermón fue el origen de la
"Congregación de la Misión", instituida para predicar misiones populares y
trabajar en la formación del clero de Francia y
en otros países. A los sacerdotes y hermanos de la
Congregación de la Misión se les conoce en Francia como
"Lazaristas" por San Lázaro, su casa madre.
Después el año
1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente palpa la miseria material de
los campesinos: "Mientras me revestía para celebrar la Misa, vinieron
a decirme... que en una casa apartada, estaban todos enfermos,
y no había una sola persona que les pudiera atender.
Esto me ocasionó una tremenda impresión."A la llamada de Vicente
acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero,
para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante, porque corre
el peligro de no tener continuidad: "Una enorme caridad, sí;
pero mal organizada". FUNDACIÓN DE LAS HIJAS DE LA
CARIDAD
Vicente estudia la situación y el 23 de agosto,
lee ante unas cuantas mujeres cuyo corazón ha quedado tocado,
igual que el suyo por aquella miseria, un texto que
es todo un programa de ayuda a los enfermos, que
servirá de modelo a todos los posteriores textos fundacionales de
las Hermandades de Caridad. Las Cofradías se multiplicaron; hoy en
algunos países se les llama "equipos de San Vicente". Más
tarde serán fundadas las Hijas de la Caridad con la
co-fundadora Luisa de Marillac
Vicente no quiere permanecer por más tiempo
con los Gondi y se lo dice a Bérulle en
mayo de 1617. Se traslada a una pequeña parroquia entre
Lyon y Ginebra, en al región de Bresse: Chatillon-des-Dombes, como
párroco. El que se pasó la vida huyendo de su
origen y su destino, se dedica gozoso a lo que
venía escapando desde su juventud. Ya encontró su camino: La
vocación de la ternura. Vicente, tras un año decisivo, ha
encontrado su camino, el camino de la compasión y la
ternura con los más abandonados y utiliza su puesto como
base de operaciones, para establecer sus pequeñas asociaciones de caridad.
Vicente de Paúl.
|fecha de nacimiento= 24 de abril de 1581 |fecha de fallecimiento= 27 de septiembre de 1660 |lugar de nacimiento= Pouy, Francia, o Tamarite de Litera, España |lugar de fallecimiento= París, Francia |festividad= 27 de septiembre |venerado en= Iglesia Católica e Iglesia anglicana. |simbología= |patrono= Madagascar, Richmond, hospitales, leprosos, prisioneros, Paúles, enfermos |beatificación= 13 de agosto, 1729 por Benedicto XIII |canonización= 16 de junio, 1737 por [[Clemente XII San Vicente de Paúl (Pouy, actualmente llamado Saint-Vincent-de-Paul, Landas, 24 de abril de 1581 ó Tamarite de Litera Huesca, 24 de abril de 1576 - París, 27 de septiembre de 1660) fue un sacerdote francés.
Es una de las figuras más representativas del catolicismo en la Francia del siglo XVII. Fue fundador de la Congregación de la Misión, también llamada de Misioneros Paúles, Lazaristas o Vicentinos ( 1625) y, junto a Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad ( 1633). Fue nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos.
Realizó una gran labor caritativa, sobre todo tras la guerra de la Fronda, una de cuyas consecuencias fue el incremento de menesterosos en su país.
Una de sus frases más representativas es "los pobres son nuestros amos y señores".
Su festividad se celebra el 27 de septiembre. Es patrón de todas las asociaciones de Caridad.
Nacido de Juan de Paúl y de Beltranda de Moras (a veces escrito Mora sin "s"), originarios de Tamarite de Litera. 1 No se sabe con seguridad su lugar de nacimiento, que está discutido entre Pouy y Tamarite de Litera. 1
Abelly dio como fecha de nacimiento el 1576, pero la biografia actual
acepta la fecha de 1581, que no fue propuesta hasta 1920-1925 por Pedro
Coste en París. 1
Según la teoria de Pouy, Vicente de Paúl nació en una pequeña casa
rural en las afueras de la aldea de Pouy (que, desde el siglo XIX, se
llama Saint-Vincent-de-Paul en su honor), a unos cinco kilómetros de la
ciudad de Dax, en el departamento de las Landas, situado al suroeste de Francia. En el lugar de su nacimiento, conocido hoy como Berceau de Saint Vincent de Paul,
se levanta una modesta construcción de ladrillo y vigas de madera muy
parecida a la casa en que nació Vicente en abril de 1580 ó 1581 (el año
exacto no es seguro). No existe registro de su nacimiento ya que la
inscripción de partidas no se inició hasta 1648.
Según la teoria de Tamarite. Los gentilicios Paúl, y Moras/Mora son frecuentes en el Alto Aragón, y los infanzones
de Aragón utilizaban la partícula "de" en sus apellidos. No existe
registro de su nacimiento ya que todos los registros fueron quemados en
1936 durante la Guerra Civil Española. El biógrafo oficial Luis Abelly
viajó a Pouy cuatro años después de la muerte de San Vicente y no pudo
encontrar ningún dato sobre los abuelos, ni siquiera sus nombres de
pila, lo que induce a pensar que no era originarios de la zona, y que
los habitantes de Pouy decidieron callar su origen aragonés, a fin de
asignarse la gloria de ser el lugar de nacimiento. Abelly dio como fecha
de nacimiento el 1576, pero la biografia actual acepta la fecha de
1581, que no fue propuesta hasta 1920-1925 por Pedro Coste en París. La
primera noticia del establecimiento de los padres en Pouy es de 1581,
que ser correcta la fecha de Abelly seria cinco años después del
nacimiento de San Vicente. 1 En Tamarite hay una calle dedicada a su nombre.
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia
hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su
trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar. Pronto
también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su
padre a pensar que podía hacer una carrera eclesiástica. Cursó estudios
primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en
Toulouse durante siete años. Estudió también en Zaragoza.
Se ordenó sacerdote muy joven, a los veinte años, con la intención de
ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.
Una serie de peripecias no muy bien conocidas dio con él a los
treinta años en París, donde encontró inicialmente algunas pequeñas
ocupaciones sacerdotales, hasta que por recomendación de un prestigioso
amigo sacerdote, Pedro de Berulle, posteriormente cardenal, entró en
1613 en la importante casa de los señores de Gondi como preceptor de los
niños y posteriormente director espiritual de la señora.
Los viajes por las tierras de los Gondi llevaron a Vicente a un
conocimiento de primera mano de las lastimosas condiciones de vida
materiales y espirituales de la población campesina, y también del clero
parroquial que les atendía con serias deficiencias. Esta experiencia y
su propia evolución espiritual, cuyos perfiles exactos nos son poco
conocidos, le llevaron a un decisión irrevocable de dedicar su vida
sacerdotal, no a la promoción social de su familia o a la suya propia,
cual había sido el caso hasta entonces, sino a la evangelización y
redención de la población campesina y a la formación de sus sacerdotes.
A partir de esa decisión la vida de Vicente mantiene hasta su muerte a
los ochenta años, en 1660, una línea constante de dedicación a la
redención espiritual y material de los pobres.
Su visión, limitada en sus comienzos a la población campesina, se fue
ensanchando progresivamente hasta incluir condenados a galeras,
enfermos pobres, niños abandonados, soldados heridos, esclavos, ancianos
desamparados, mendigos, refugiados de guerra o nativos paganos de
Madagascar. Movilizó para ello a sacerdotes (Congregación de la Misión,
Conferencias de los Martes), a hombres y mujeres de la nobleza, de la
burguesía y del pueblo llano (cofradías parroquiales de caridad y Damas
de la Caridad), a jóvenes campesinas (Hijas de la Caridad); a todos
ellos intentó contagiar con su propia visión del Evangelio y su
experiencia cristiana, basada en las palabras mismas de Jesucristo en el
Evangelio de san Lucas:
"El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres, la
liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, la libertad a los
oprimidos"
Obra
Pocos antiinfluyentes ha habido tan activos como Vicente de Paúl.
Sólo destacando sus principales realizaciones, la lista es muy larga.
En 1617, sintiendo la necesidad de organizar obras prácticas de
caridad en Châtillon, fundó "las Caridades" (más tarde conocidas como Damas de la Caridad
y ahora llamadas AIC, Asociación Internacional de Caridades). Éstas se
extendieron rápidamente por toda Francia y luego por el mundo, llegando a
contar hoy con más de 260.000 miembros. Durante su vida redactó los
estatutos para numerosas Caridades que surgieron en toda Francia.
En 1625, fundó la Congregación de la Misión. En el momento de su muerte, la Congregación había llegado a Polonia, Italia, Argelia, Madagascar, Irlanda, Escocia, las Hébridas y las Orkneys.
Ejerció como Superior General de la Congregación hasta su muerte,
celebrando reuniones regulares del consejo, escribiendo sus reglas,
dirigiendo las asambleas generales y resolviendo cantidad de problemas
fundacionales, como conseguir la aprobación de la Congregación por la Santa Sede, decidir si se debían hacer votos, determinar cuáles debían pronunciarse y cuál debía ser su contenido.
En 1633, junto con Luisa de Marillac, fundó la Compañía de las Hijas de la Caridad.
Con Luisa a su lado, actuó como Superior General, presidiendo los
frecuentes consejos, redactando una regla y resolviendo la base
jurídica, un tanto revolucionaria, que haría de la Compañía una fuerza
apostólica poderosa en los años venideros. Durante su vida, se erigieron
más de 60 casas entre Francia y Polonia. Después, la Compañía llegó a
ser una de las más grandes congregaciones de la Iglesia Católica.
En el proceso de guiar a los grupos que fundó, Vicente mantuvo una
enorme correspondencia, con más de 30.000 cartas, de las que solamente
se conserva un diez por ciento. Dio frecuentes conferencias a la
Congregación de la Misión y a las Hermanas. Únicamente se conserva un
pequeño número de ellas y éstas son simplemente referencias de los
copistas sobre lo que él decía. También dio conferencias a las
religiosas de la Visitación, confiadas a su cuidado por Francisco de Sales en 1622. Ninguna de éstas se conserva.
De 1628 en adelante se fue comprometiendo en la reforma del clero,
organizando ejercicios para ordenandos, las Conferencias de los Martes y
retiros para sacerdotes. Abelly nos dice que más de 12.000 ordenandos
hicieron los ejercicios en San Lázaro. En los últimos 25 años de su vida
se encargó de la fundación de seminarios para el clero diocesano, obra
que describió como "casi igual" y en otras ocasiones "igual" a la de las
misiones. Llegó a fundar veinte.
En 1638, se encargó de la obra de los niños expósitos. Más de 300
eran abandonados anualmente en las calles de París. Según los casos,
asignaba un número de Hijas de la Caridad a la obra y tuvo 13 casas para
recibirlos. Cuando, en 1647, esta obra estuvo en peligro, la salvó
dirigiendo una elocuente llamada a las Damas de la Caridad para que
vieran a los expósitos como a sus hijos.
A partir de 1639, Vicente comenzó a organizar campañas para socorrer a
los que sufrían por la guerra, las plagas y el hambre. Uno de los
ayudantes de Vicente, el Hermano Mateo Regnard, hizo 53 viajes,
atravesando las filas del enemigo disfrazado, llevando dinero de Vicente
para auxilio de los que se encontraban en zonas de guerra.
De 1643 a 1652 sirvió en el Consejo de Conciencia, cuerpo
administrativo selecto que aconsejaba al rey en lo referente a la
elección de obispos. Al mismo tiempo fue amigo y a menudo, consejero, de
muchos de los guías espirituales de su tiempo. En 1652, cuando la
pobreza rodeaba París, Vicente, a los 72 años, organizó ingentes
programas de socorro que repartían sopa dos veces al día a miles de
pobres en San Lázaro y alimentaban a miles más en las casas de las Hijas
de la Caridad. Organizó colectas, llegando a recoger cada semana de 5 a
6 mil libras de carne, de 2 a 3 mil huevos y provisiones de ropa y
utensilios.
Tan impresionantes fueron las actividades de Vicente, que el
predicador de su funeral, Henri de Maupas du Tour, declaró: "Poco le
faltó para cambiar la faz de la Iglesia". Vicente se dedicó casi toda su
vida a los pobres.
== Principales fechas de su life
Nace Vicente de Paúl, en Pouy, cerca de Dax, en el departamento
francés de las Landas. Es el tercer hijo de la familia de Paúl-Moras.
Vicente sale de Pouy para ir a Dax, donde vivirá en casa del Señor de
Comet, abogado en Dax y juez en Pouy. Cursa estudios en el colegio de
los Franciscanos.
Vicente inicia sus estudios teológicos en Zaragoza y Toulouse.
El 23 de septiembre recibe la ordenación sacerdotal en
Chateau-l'Evêque, dice su primera misa en Buzet y es nombrado párroco de
Tilh.
Vicente de Paúl pasa a formar parte del grupo de limosneros en la Corte de Margarita de Valois.
El 2 de mayo toma posesión de la parroquia de Clichy.
Entra como preceptor en la ilustre familia de los Gondi.
Por dos veces en Gannes y en Chatillón-les-Dombes, Vicente se
encuentra con la pobreza espiritual y material y decide cambiar de vida
para tomar el partido de los pobres.
El 8 de febrero, Vicente recibe el nombramiento de Capellán real de las Galeras.
Las Misiones rurales y las Cofradías de la Caridad se multiplican.
Con ocasión de una misión predicada en las galeras atracadas en Burdeos, Vicente vuelve, por última vez a su tierra natal.
El 17 de abril, Vicente firma el contrato de fundación de la Congregación de la Misión.
En Beauvais Vicente predica a los ordenandos unos ejercicios
espirituales, a raíz de los cuales se dedicará activamente a la
formación del clero.
El 29 de noviembre, Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, fundan la
Compañía de las Hijas de la Caridad, siervas de los pobres enfermos. Las
Conferencias de los Martes, organizadas por Vicente de Paúl, congregan
regularmente a los miembros más destacados del clero de aquel tiempo.
Vicente de Paúl se hace cargo de la Obra de los niños expósitos.
Envía a las Hijas de la Caridad al Hospital de Angers y organiza la ayuda para la región de Lorena, destrozada por la guerra.
Vicente de Paúl emprende gestiones ante Richelieu, a favor de la paz.
Vicente recibe el nombramiento como miembro del Consejo de Conciencia. Ha asistido en sus últimos momentos al Rey Luis XIII.
Se establecen los Misioneros, Sacerdotes de la misión, en Túnez y Argel para rescatar esclavos cristianos.
Vicente de Paúl envía a sus primeros misioneros a Madagascar.
Emprende gestiones urgentes ante la Reina Ana de Austria y ante Mazarino a favor de la paz.
Vicente de Paúl encamina ayudas a las regiones de Picardía, Champaña e Isla-de-Francia, devastadas por la guerra.
El 15 de marzo muere Luisa de Marillac. El 27 de septiembre, al amanecer, fallece Vicente de Paúl.
Bibliografía
- ABELLY, Louis: Vida del Venerable Siervo de Dios Vicente de Paúl,
Fundador y primer Superior General de la Congregación de la Misión.
Salamanca: CEME. 1994. 814p 25cm.
Abelly publicó esta obra sólo cuatro años después de la muerte de San
Vicente, a quien conoció durante más de veinte años. Ha servido de base
a todas las biografías posteriores.
- CALVET, Jean: San Vicente de Paúl. Salamanca: CEME, 1979. 236p. 24cm.
Excelente biografía escrita por un gran conocedor de San Vicente, a
quien encuadra en el marco histórico y literario de su tiempo.
- CORERA, Jaime C.M.: Vida del Señor Vicente de Paúl. Salamanca: CEME 1998 225p. 24cm.
A diferencia del estilo común en las vidas de San Vicente de Paúl,
este libro desarrolla su biografía en una detallada secuencia
cronológica.
- COSTE Pierre, C.M.: El Gran Santo del Gran Siglo. El Señor Vicente.
Obra en 3 tomos (316p, 444p, 399p, 24cm). Salamanca: CEME. 1990-2
La biografía más completa de San Vicente de Paúl. Tiene en cuenta
todas las cartas y documentos que publicó el mismo Coste en los 13 tomos
de las Obras Completas de San Vicente de Paúl.
- DODIN, André, C.M.: San Vicente de Paúl y la caridad. Salamanca: CEME. 1977. 202p. 18cm.
Precioso libro de no gran tamaño, pero de contenido denso. Contiene
otras muchas cosas, además de una biografía condensada del Santo.
- HÚNERMANN, Wilhelm: El padre de los pobres. Vida de San Vicente de Paúl. Madrid: Ediciones Palabra. 1995. 368p. 22cm.
Biografía novelada escrita por un autor muy conocido por otras vidas
de otros santos. Traducido a 14 idiomas. Aunque novelada, esta biografía
no es fantasiosa, sino que se atiene a los documentos históricos
conocidos sobre San Vicente de Paúl.
- IBAÑEZ, José María, C.M.: Vicente de Paúl. Realismo y Encarnación. Salamanca: SIGUEME. 1982. 317p. 20cm.
Estudio denso sobre lo que sugiere el título, el sentido realista y encarnacional de la fe de Vicente de Paúl.
- MEZZADRI, Luigi, C.M.: Vida Breve de San Vicente. Salamanca: CEME. 1990. 117p. 19cm.
Buena introducción para la lectura de otras biografías más completas.
NOS MURO, Luis, C.M.: San Vicente de Paúl. Persona, obra y pensamiento.
Madrid: Ediciones Paulinas. 1984. 270p Aparte de la biografía, este
libro da lo que promete en el título: las obras y las ideas básicas de
San Vicente de Paúl.
- ORCAJO, Antonino, C.M.: Vicente de Paúl a través de su palabra. Madrid: La Milagrosa. 1988. 256p. 20cm.
La palabra revela al hombre. Un retrato vivo de Vicente de Paúl a
través de su palabra dirigida a gentes que se dejaron inspirar por él:
Misioneros, Hijas de la Caridad, Voluntarias de la Caridad...
- ORCAJO, Antonino, C.M. y PÉREZ FLORES, Miguel, C.M.: San Vicente de
Paúl II. Espiritualidad y selección de Escritos. Madrid: BAC. 1981.
551p. 20cm.
La primera parte es una exposición sistemática de la espiritualidad
de San Vicente de Paúl. La selección de escritos es un florilegio
entresacado de los varios miles de cartas y de las conferencias del
Santo, que han llegado hasta nosotros. ROMAN, José María, C.M.: San
Vicente de Paúl I. Biografía (2ª ed.) Madrid: BAC. 1982 707p. 20cm.
Biografía escrita con un riguroso criterio histórico. Muy completa y
abundante en citas que facilitan el acceso a otras obras relacionadas
con San Vicente de Paúl.
- BRUGADA, Martirià: San Vicente de Paul. Barcelona: Editorial Centro de Pastoral Litúrgica, 2001, colección Santos y Santas 63 (también en catalán)
Véase también
Referencias
Enlaces externos
SAN
VICENTE DE PAÚL
Su fiesta se
celebra el 27 de Septiembre
San Vicente de Paúl nació en Dax (Francia), cerca de los
Pirineos. Sus padres eran labriegos y pasaban apuros para alimentar a sus seis hijos.
Vicente colaboró en la economía familiar, cuidando un pequeño rebaño de ovejas.
Lo pusieron a estudiar con los franciscanos. Un señor de la tierra, al ver sus buenas
cualidades, lo tuvo como preceptor de sus hijos y lo mandó a estudiar a Zaragoza y a
Toulouse. A los 19 años recibió el sacerdocio.
Yendo en barco de Marsella a Narbona fueron atacados por tres bergantines turcos y
tuvieron que rendirse. Los llevaron a Túnez y los expusieron a la venta en la plaza. Los
probaron como a los caballos: les miraron los dientes, les hicieron correr y levantar
pesos para ver sus fuerzas.
Vicente pasó por varias manos: un pescador, un alquimista y un cristiano renegado al que
Vicente volvió al cristianismo. Con él llegó hasta Roma. Entró en contacto con la
Curia que le confió un despacho para Enrique IV. Por este motivo llegó Vicente a Paris
el 1609.
Buen entrenamiento había tenido para su mision apostólica. Ademas, su bondad, su
inteligencia, su delicadeza, se imponían siempre. "¡Que bueno debe ser Dios,
exclamaba Bossuet, cuando ha hecho tan bueno a Vicente de Paúl! " Se pone en
contacto con el maestro espiritual Berulle. Desde ahora, muchas personas de la
aristocracia se dirigen a él y le ayudarán.
Un día desapareció. Quería una vida más sencilla. La parroquia de Chatillon se
transformó. De París le urgían que volviera. No lo consiguieron hasta que la jerarquía
se lo mandó. En Chatillon lo lloraron.
En París continúa las prodigiosas obras de caridad que empezó en Chatillon. Organiza
cofradías, atiende y defiende a los condenados a las galeras. Conoce su vida lastimosa:
expuestos a toda inclemencia, reciben azotes e insultos, sin esperanza alguna. Un día,
reemplaza a un pobre remero para conocer así su amarga vida. Recorrió galeras y
cárceles. Así consiguió cambiar la legislacion y un trato mas humano para ellos.
Su celo apostólico lo lanza a todas partes. Funda la Congregación de los Sacerdotes de
la Misión, para reformar el clero, dirigir seminarios y dar misiones. El centro es San
Lázaro, por lo que se llaman Lazaristas.
Su trato con Luis XIII y con la regente Ana de Austria le sera muy útil para sus obras de
caridad. Reúne damas y caballeros, forma asociaciones para atender a tantas necesidades
creadas por la guerra: pobres, hambrientos, golfillos, enfermos. Donde hay una necesidad,
allí esta Vicente.
"No es lícito perderse en teorías, escribía, mientras muy cerca hay niños que
necesitan para subsistir un vaso de leche. Los pobres serán nuestros jueces. Solo
podremos entrar en el cielo sobre los hombros de los pobres".
Funda las Hijas de la Caridad con Luisa de Marillac en París, en 1633.
"Por monasterio, les dice, tendréis las salas de los enfermos, por clausura, las
calles de la ciudad, por rejas el temor de Dios y por velo la santa modestia".
Y aún le quedaba tiempo para convertir a jansenistas y hugonotes, para dirigir almas
santas, como Santa Juana de Chantal. Por sus obras y fundaciones, es uno de los grandes
bienhechores de la humanidad.
Escribió tambien cartas, memorias, conferencias. Y siempre aparece el hombre de acción,
el amigo de los pobres, el organizador de la caridad, el apostol, el santo. Sus Hijos e
Hijas, y las Conferencias de San Vicente de Paúl; fundadas por Ozanam, continúan su
obra.
Murió en el año
1660. El Santo Padre León XIII lo proclamó Patrono de todas las asociaciones católicas
de caridad.
Su cuerpo
permanece INCORRUPTO y descansa en una urna en la Iglesia de San Vicente de Paúl de
París, cuya dirección es:
Calle Sevres, nº 95.
París (Francia)
Las hijas de
la Caridad
Durante los siglos
XVII y XVIII desarrollaron su labor solidaria en Francia y Polonia. Hacia 1790 se
establecieron en España y en el siglo XIX se extendieron por toda Europa y América
Latina, además de América del Norte, Asia, África y Oceanía. En la actualidad la
congregación está presente en 93 países de África, América del Sur,Asia yEuropa. El
número de hermanas es de 23.045 distribuidas en 2.567 comunidades y 78 provincias
canónicas.
El espíritu de las Hijas de la Caridad se fundamenta en la práctica de las virtudes de
humildad, sencillez y caridad. En países como India, Libia, Angola, Bolivia, Camerún,
Congo, Ghana, Ruanda o Haití, las hermanas se ocupan de la enseñanza de niños y
jóvenes y atienden comedores escolares, centros para madres y niños lactantes y
sanatorios para enfermos de sida, lepra y tuberculosis. Su labor está siendo fundamental
en la reconstrucción de los países afectados por las últimas catástrofes naturales y
en los cada vez más numerosos campos de refugiados de todo el mundo. La obra de las Hijas
de la Caridad se extiende también al mundo desarrollado. Están al servicio de los
necesitados en hospitales, escuelas, casas de atención pastoral, hogares infantiles y de
mujeres maltratadas, residencias de ancianos, albergues para mendigos, pisos tutelados,
talleres ocupacionales y centros de rehabilitación.
Las hijas de la
Caridad recibieron en el año 2005 el Premio Príncipe de Asturias, otorgado por la
familia real española.
PELÍCULA MONSIEUR VINCENT
Monsieur Vincent es
una película sobre San Vicente de Paúl que ganó un Óscar a la mejor película en
lengua extranjera. El idioma es francés, pero está subtitulada en español. Si desea
verla, pulse aquí.
San Vicente de Paul
-Fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad 1581-1660 -Fiesta: 27 de septiembre.
Resumen: Nació
en Aquitania el año 1581. Cursados los correspondientes estudios, fue
ordenado sacerdote y ejerció de párroco en París. Fundó la Congregación
de la Misión, destinada a la formación del clero y al servicio de los
pobres, y también, con la ayuda de santa Luisa de Marillac, la
Congregación de Hijas de la Caridad. Murió en París el año 1660.
De sus escritos: El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo
Capilla de San Vicente en París Hijas de la Caridad
Reflexiones de San Vicente de Paul: "Al servir a los Pobres se sirve a Jesucristo" C. IX, 252 "Por consiguiente, debe vaciarse de sí mismo para revestirse de Jesucristo" C. XI 342 "No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo" C. XII, 262 "¡Cómo!
¡Ser cristiano y ver afligido a un hermano, sin llorar con él ni
sentirse enfermo con él! Eso es no tener caridad; es ser cristiano en
pintura." CXII, 271 "Si se invoca a la Madre de Dios y se la toma
como Patrona en las cosas importantes, no puede ocurrir sino que todo
vaya bien y redunde en gloria del buen Jesús, su Hijo..." C.XIV, 126 "No puede haber caridad si no va acompañada de justicia" C. II, 54 "Nada mas grande que un sacerdote a quien Dios de todo poder sobre su Cuerpo natural y su Cuerpo místico"
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Nace
el 2 de abril de 1581, en Ranquine, cerca de Dax, en el S.O. de
Francia. Tercer hijo del campesino Juan de Paúl. Los hijos de los
campesinos del siglo XVI apenas tenían tiempo para divertirse; ya desde
muy jóvenes se veían obligados a trabajar. Vicente, llevaba a pastar el
ganado: las ovejas, las vacas, los cerdos. Vicente salía todos los días,
descalño y con humildes provisiones
Vicente
es un chiquillo despierto, y su padre tiene para él unos planes
ambiciosos. Fue enviado a los 14 años al colegio de los franciscanos de
Dax que esta a 5 kilómetros de Pouy. Dax es una ciudad próspera, de
amplias calles y bellas mansiones. Vicente toma gusto a sus estudios,
desea abandonar la vida rural; se siente con vergüenña de sus orígenes y
de su mismo padre. "Siendo un muchacho, cuando mi padre me llevaba a la
ciudad, me daba vergüenña ir con él y reconocerle como padre, porque
iba mal trajeado y era un poco cojo". "Recuerdo que en una ocasión, en
le colegio donde estudiaba me avisaron que había venido a verme mi
padre, que era un pobre campesino. Yo me negué a salir a verle".
Después
de cuatro años de estudios en Dax, marcha a la gran ciudad de Toulose.
Su padre acaba de morir en 1598, mientras Vicente tenía 17 años, ha
recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Su padre le deja parte de
la herencia para pagar sus estudios, pero él rechaña esta ayuda;
prefiere valérselas por si mismo.
Para
subsistir, enseña humanidades en el colegio de Buñet y sigue a la veñ
con sus estudios de Teología. En 1598 recibe el subdiaconado y el
diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, en Chateau-l'Eveque, es
ordenado sacerdote por el anciano obispo de Périgueux. "Si yo hubiera
sabido, como lo he sabido después, lo que era el sacerdocio cuando
cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar
la tierra antes de ingresar en un estado tan temible," escribirá mas
tarde.
El obispo de Dax le ofrece una
parroquia, pero hay otro candidato. Vicente renuncia, prefiere proseguir
con sus estudios y apuntar mas alto: aspira a ser obispo.
En
1604 obtiene el doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos. Acude a
Marsella a un viaje bastante interesado. Una anciana dama de Toulose le
ha dejado una herencia de 400 escudos, pero la anciana tiene a un
deudor, a quien Vicente persigue hasta Marsella, donde consigue
recuperar 300 escudos, para regresar a continuación a Toulose por
Narbona.
En Marsella Vicente embarca
para Narbona. Se va en barco, el cual es atacado por los turcos y
Vicente cae prisionero. Los años 1605-1607 son en realidad muy
misteriosos. Se cuenta que vendido como esclavo en Túneñ, estuvo
sucesivamente al servicio de cuatro distintos señores: un pescador, un
médico, el sobrino de éste y, por último, un cristiano renegado. Por
fin, convirtió a su amo, se escapó llegando a Avignon y desde allí a
Roma. Luego fue a París hacia el 1608.
En
1609, poco después de su llegada a París, Vicente encontró a Pierre de
Bérulle, sin duda en el hospital de la Caridad, adonde ambos iban a
visitar enfermos. Bérulle tenía una doble vocación: la cura de las almas
y la fundación de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero salía
en un estado lamentable de las guerras de religión; los decretos del
Concilio de Trento referentes a la formación de los sacerdotes no se
cumplen (de lo contrario, Vicente no habría sido ordenado a los 19 años,
ya que el Concilio exigía 25 años de edad mínima para la ordenación
sacerdotal) Eran muchos los obispos que vivían como grandes señores,
alejados de sus diócesis.
Se esta abriendo paso un nuevo movimiento. En Italia, Felipe Neri
ha fundado la congregación sacerdotal del Oratorio, que al igual que
los oblatos fundados en Milán por Carlos Borromeo, desea vivir un
sacerdocio fervoroso. Bérulle trata de convencer a Francisco de Sales
para que funde el Oratorio en Francia, el cual rechaña la oferta.
Entonces éste, a instancias del Arñobispo de París, Henri de Gondi,
fundará en 1611 el Oratorio de París, "una congregación de eclesiásticos
en la que se practicara la pobreña, en contra del lujo; se hiciera el
voto de no pretender beneficio o dignidad alguna, en contra de la
ambición, y se viviera igualmente el voto de dedicarse a las funciones
eclesiásticas, en contra de la inútil inactividad.
Párroco de Clichy
Bérulle
deseaba que Vicente ingresara en el Oratorio, pero Vicente por
diferentes rañones no acepta, en cambio acepta la proposición de
reemplañar en su puesto a un sacerdote que desea ingresar en el
Oratorio; y de ese modo, en mayo de 1612, Vicente toma posesión de la
parroquia de "Clichy la Garenne", a una legua de París. Se trata de una
parroquia de 600 habitantes, de carácter semi-rural (habitada sobre todo
por hortelanos donde Vicente se encuentra a gusto Allí enseña el
catecismo, repara el mobiliario de la Iglesia. Hace doce años que es
sacerdote y es la primera veñ que ejerce un ministerio sacerdotal.
Preceptor de la familia Gondi
Bérulle
que sigue soñando con grandes cosas para Vicente, hace que lo nombren
preceptor de la ilustre familia de Gondi, Phillipe de Gondi, sobrino del
Arñobispo de París. Vicente llega allí en Septiembre de 1613: "Me aleje
con pena de mi pequeña iglesia de Clichy", escribe a un amigo.
Ya
tenemos a Vicente provisto de un excelente "reducto". Da algunos cursos
y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega en Montmirail, en
Joigny, en París, en Folleville... Ya podía darse por contento. Sin
embargo no era feliñ. Durante los numerosos viajes de Gondi, vuelve a
entrar en contacto con los campesinos y con las pobres gentes que viven
en los dominios de la noble familia. Y se da cuenta de que el Evangelio
exige la caridad radical. Acontecimientos providenciales cambiaron su vida:
A comienños de 1617, visita Vicente a un moribundo en Gannes,
en el distrito del Oise, cerca del palacio de los Gondi; aquel hombre,
que tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados
que jamás se había atrevido a confesar a su párroco, tanto por vergüenña
como por amor propio. El moribundo que experimentaba una extrema
soledad moral, que padecía la noche, el frío y la imposibilidad de
hablar con Dios; era un hombre cerca de la muerte sin haber encontrado
una mirada sacerdotal lo bastante dulce y lo bastante humana para poder
salirse de sí mismo y atreverse a creer en la ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura.
Su corañón ha sido tocado. Quería ir a los campos mas remotos a
expresar a todos los que se sienten perdidos que existe un Dios de
ternura que no les ha olvidado. Quiere ser testimonio de ese amor
divino. Estar presente con la ternura de Dios.
Vicente
queda impresionado y el 25 de enero predicó en Folleville, cerca de
Amiens, proponiendo a todos los fieles de Folleville la idea de que
vayan allá algunos sacerdotes ante quienes puedan hacer una confesión
general de toda su vida. Este sermón que fue el origen de la
"Congregación de la Misión", instituida para dar misiones populares y
trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. A los
sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión se les conoce en Francia como "Lañaristas" por su casa madre, San Láñaro.
En
agosto de ese mismo año 1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente se
encuentra con la miseria material de los campesinos. San Vicente relata
los hechos: "Mientras me revestía para celebrar la santa Misa, vinieron
a decirme... que en una casa apartada de todas las demás, como a un
cuarto de legua, estaban todos enfermos, hasta el punto de que no había
una sola persona que pudiera atender a las demás, las cuales se hallaban
en un estado de necesidad indescriptible. Esto me ocasionó una tremenda impresión."
A la llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa
familia. Pero, para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante,
porque corre el peligro de no tener continuidad: "Una enorme caridad, sí; pero mal organiñada".
Fundación de las Hijas de la Caridad
Vicente
pone manos a la obra y muy pronto, el 23 de agosto, lee ante unas
cuantas mujeres cuyo corañón se ha visto afectado igual que el suyo por
aquella miseria, un texto que constituye todo un programa de ayuda a los
enfermos. Dicho texto servirá de modelo, en adelante, a todos los
posteriores textos fundacionales de las "Confréries de Charité"
(Hermandades de Caridad). Las Cofradías se multiplicaron ; hoy en
algunos países se les llama "equipos de San Vicente". La Fundación de
la Compañía de las Hijas de la Caridad siguió unos años mas tarde (1633). La co-fundadora fue Santa Luisa de Marillac
Vicente
no quiere permanecer por más tiempo con los Gondi y así se lo hace
saber a Bérulle en mayo de 1617. Se traslada el 1 de agosto de aquel
mismo año a una pequeña parroquia entre Lyon y Ginebra, en al región de
Bresse: Chatillon-des-Dombes, donde ejerce como párroco.
La vocación de la ternura.
Los
Gondi, y con ellos Bérulle, desean que Vicente se reintegre a su puesto
y resuma sus funciones de capellán y preceptor. Le llaman a París.
Vicente llega a casa de los Gondi la víspera de Navidad de 1617, tras un
año decisivo en el que ha encontrado su camino, el camino de la
compasión y la ternura para con quienes se hallan sumidos en el
abandono. Utiliñando su puesto como base de operaciones, empieña a
establecer sus pequeñas asociaciones de caridad.
En noviembre de 1618 se encuentra en París Francisco de Sales.
El Obispo de Annecy, que tiene ya cincuenta y un años, ha publicado dos
años antes su Tratado del Amor de Dios. Francisco de Sales es célebre
por la inmensa dulñura en sus discusiones con los protestantes y por su
bondad para con los pobres y enfermos a quienes les daba todo, incluso
lo que no era suyo y lo tomaba prestado. En 1610, el Obispo de Sales
funda la Visitación, congregación religiosa femenina y desea que se
consagren al cuidado de los enfermos. Las primeras Visitandinas se
ocupan de los enfermos de Annecy.
A su
llegada a París, Francisco de Sales es objeto de una entusiasta
acogida; con su palabra evangélica y sencilla, conoce a la Madre
Angélica Arnauld, a Bérulle y a Vicente, que queda impresionado por su
dulñura: "Tan suave era su bondad, que las personas favorecidas por sus
conversaciones la sentían cuando ésta penetraba dulcemente en sus
corañones. Yo mismo he goñado tales delicias".
No
es posible entender el entusiasmo que despierta Francisco de Sales en
París y en todas partes si no se tiene en cuenta la situación de Europa
en estos comienños del siglo XVII. Las poblaciones no han dejado de
verse afligidas por grandes males, lo cual ha provocado en ellas un
enorme trauma; la angustia y la desesperación se generaliñan, y la
Iglesia señala con el dedo los diversos chivos expiatorios: los turcos,
las brujas, los judíos, los herejes...; e insiste además continuamente
en ese otro peligro, distinto del que aflige al cuerpo: el peligro de
perder el alma. Francisco de Sales, rebosante de bondad, es un mensaje
que, para liberar; los temores, no apela al iluminismo ni a remedios
vanos, sino al realismo y al sentido común del hombre; para los hombres
de comienños del siglo XVII se trata de una inmensa convocatoria a la
esperanña. Este mensaje y su eficañ puesta en práctica muestran al
hombre que la verdadera bondad humana procede de Dios y que, a la veñ,
la bondad de Dios es muy superior a toda bondad humana: ahí radica el
secreto de la vida de Vicente y de Francisco. Su Dios es un Dios de
ternura y de bondad; y al haberlo experimentado así, desean expresarlo
por medio de su propia vida. Francisco de Sales será para Vicente un
punto de referencia constante. Por su parte, Francisco de Sales, que ha
reconocido en Vicente, le pide que se haga cargo de la capellanía de las
Visitandinas de París y de la dirección espiritual de Juana de Chantal.
Capellán de las Galeras
En
1619, Vicente es nombrado capellán general de las Galeras, de las que
es responsable el señor de Gondi. Los galeotes son entonces los más
pobres de entre los pobres. Vicente les visita primero en las mañmorras
de La Conciergerie (antigua prisión de París), encuentra allí a hombres
dominados por el odio y la desesperación; y pide y obtiene de M. de
Gondi que se les conceda un trato más humano. El capellán general de las
Galeras baja después a Marsella, donde los galeotes son más numerosos, y
se presenta "de incógnito" en el lugar en que están encerrados; aquello
le impresiona terriblemente: es "el espectáculo más triste que se puede
imaginar", "una verdadera imagen del infierno". "Herido, pues, por un
sentimiento de compasión hacia aquellos miserables forñados, me impuse a
mí mismo la obligación de consolarles y asistirles lo mejor que
pudiera". Pero Vicente no se limita sólo a buenas palabras, sino que
pasa a la acción y se ocupa de mejorar en lo que puede las estructuras,
como de costumbre. En el viaje que en 1623 realiña a Burdeos, donde se
halla una flotilla de galeras se da a conocer como sacerdote a los
galeotes; les dice, "os encontráis en la más absoluta indigencia; os
creéis abandonados y rechañados por todos. Pero vuestro Padre de los
Cielos os ama y os bendice".
Desde
Burdeos, Vicente se dirige a su aldea natal, en las Landas. Los suyos
habrían deseado obtener algún provecho de Vicente. Este les dice que no
esperen nada de él: "porque aun cuando poseyera cofres llenos de
oro y plata, no les daría nada, porque todo cuanto posee un
eclesiástico se lo debe a Dios y a los pobres".
Vicente
experimenta su profunda conversión en el momento en que se inicia en
Europa una larga serie de conflictos. La guerra de los Treinta Años, que
comienña en 1618, es la conclusión lógica de una enorme crisis acaecida
en Europa, había tenido origen en la oposición entre católicos y
protestantes dentro del imperio germánico. La crisis ideológica del
cristianismo que había dado lugar a dos reformas antagónicas (la de
Lutero y Calvino por un lado, y la del Concilio de Trento por otro) hay
que verla dentro del contexto general de la crisis del siglo XVI.
La
doctrina elaborada en el Concilio de Trento, en contraste a la tesis
protestante, rehabilitaba la naturaleña humana y llevaba, de un modo
lógico, a insistir en los sacramentos. Por otra parte el Concilio pedía a
los sacerdotes que predicasen el Evangelio. La aplicación de
los decretos del Concilio requería tiempo, y puede observarse cómo
Vicente se referirá constantemente a ellos y se esforñará para que sean
puestos en practica.
Misioneros para la misión ante la devastación de la guerra
Se
suceden guerras, se triplican los impuestos y los pobres siempre son
los perdedores. La miseria es espantosa. Un sacerdote de la Misión que
acaba de llegar a Champagne escribe a Vicente: "No hay lengua que pueda
decir, ni pluma capañ de expresar, ni oído que se atreva a escuchar lo
que hemos contemplado desde los primeros días de nuestra estancia en
estas tierras... Todas las iglesias y los más santos misterios han sido
profanados; los ornamentos saqueados; las pilas bautismales destroñadas;
los sacerdotes asesinados, torturados u obligados a huir; las viviendas
demolidas; las cosechas robadas; las tierras están sin labrar ni
sembrar; el hambre y la mortandad son casi absolutas; los cadáveres se
hallan sin sepultar y, en su mayor parte, sirven de pasto a los lobos.
Los pobres que sobreviven a esta ruina se ven obligados a recoger por
los campos los granos de trigo o de avena semipodridos. El pan que
consiguen fabricar es como barro y la vida que llevan es tan insana que
más parece una muerte viviente. Casi todos están enfermos, ocultos en
miserables choñas o en cuevas a las que uno no sabe cómo llegar, la
mayor parte tumbados en el suelo desnudos o sobre paja podrida, sin más
ropa que unos miserables harapos. Sus rostros ennegrecidos y
desfigurados, más parecen rostros de fantasmas que de hombres".
Vicente envía allá doce de sus sacerdotes para organiñar la ayuda. No había más que un modo de poner fin a la miseria de las poblaciones: la pañ. Y
Vicente no lo duda un momento: se atreve a enfrentarse a Richelieu y
pedirle enérgicamente que ponga término a tan enormes conflictos.
El camino de Vicente son los pobres, tanto espiritual como materialmente.
"La Iglesia de Cristo no puede abandonar a los pobres. Ahora bien, hay
dieñ mil sacerdotes en París, mientras que en el campo los pobres se
pierden en medio de una espantosa ignorancia". Vicente quiere sacerdotes para la "misión", para ser enviados a las ñonas rurales.
La congregación puede fundarse el 17 de abril de 1625.
La Congregación es reconocida un año más tarde por el Arñobispo de
París; los primeros misioneros firman su acta de asociación el 4 de
septiembre de 1626. Pero es entonces cuando comienñan las dificultades.
El señor Gondi , influenciado por Bérulle, pretende retirar el dinero
que ha entregado para la fundación. Saint-Cyran consigue disuadirle. A
pesar de todo, Roma, igualmente a instancias de Bérulle, se niega dos
veces a dar su aprobación a la Congregación de la Misión. Habrá que
esperar ocho largos años -hasta 1633- para conseguir dicha aprobación.
En
julio de 1628 el obispo de Beauvais pide a Vicente que acuda allí en
septiembre a dar un retiro a los futuros sacerdotes. Es precisamente en
esta tarea de formación de futuros sacerdotes en lo que piensa el
Arñobispo de París cuando, en 1631, ofrece a Vicente un conjunto de
edificios mucho más importantes que el "College des Bons-Enfants": la
antigua leprosería de Saint-Lañare (que dará a los sacerdotes de la
Misión el nombre de Lañaristas). Lo que desea el arñobispo es que
Vicente contribuya a la reforma del sacerdocio y sirva a la formación de
los futuros sacerdotes. En el siglo XVII hay dos tipos de reformadores
del clero, Vicente prefiere ante todo la formación por la practica,
sobre el terreno, según el método más experimental. Lo que a él le
preocupa es la situación concreta de los sacerdotes.
Saint-Lañare
viene a ser, más concretamente, un centro de encuentros. cada martes se
reúnen allí los sacerdotes, que se dedican a orar, a reflexionar y a
escuchar a Vicente en sus famosas "conferencias de los martes"; entre el
auditorio se hallan veintidós futuros obispos, que de este modo reciben
su formación de los evangélicos labios de Vicente de Paúl.
De
1630 a 1650 Francia atraviesa una época de guerras desastrosas para el
pueblo sencillo. Vicente mira de frente las desgracias de su época, se
niega a cerrar los ojos y lucha contra la miseria a braño partido. Esta
miseria impide a los hombres vivir como seres humanos. Si tomamos las
cosas más elementales de la existencia, el nacimiento, por ejemplo,
vemos que cada una de siete mujeres moría después del parto. Las que no
se morían pasaban por el momento más grave, el período post-parto: las
fiebres y los problemas de infección. Por otra parte un hecho que se
repite constantemente: "Una gran cantidad de huérfanos que tiene que ser
dejados a cargo de los que sobreviven, y que son adoptados durante un
tiempo por la comunidad de la aldea o barrio, hasta que el padre contrae
nuevo matrimonio.
Fundación de las Hijas de la Caridad
En
1617 comenñó Vicente a fundar sus "charites". Unas se encargan de
atender a los mendigos, otras se ocupan de las epidemias, otras lucharan
contra el contagio de la peste, otras se dedicaran a otras calamidades.
Las
"charites" se multiplican; había que velar por ellas y coordinarlas
dentro de un mismo espíritu. Así pues, Vicente pide a una joven viuda de
38 años, Luisa de Marillac,
a la que conoce desde hace cuatro años, que vaya a visitar, en 1629, un
determinado número de "charites". Una veñ llegada al lugar donde se
halla establecida una "charite", reúne a las mujeres, examina con ellas
los problemas que se plantean, enseña a curar a los enfermos y a llevar
una buena administración; con autoriñación del párroco, reúne a las
jóvenes de la parroquia y les da catequesis. Y todo esto con unas
condiciones físicas muy deficientes, pues era una mujer sumamente frágil
y psicológicamente delicada, y con unos medios económicos aún mas
escasos. Antes de enviarla, Vicente la había formado por cuatro años,
instruyéndola en la alegría y en el suave dominio de sí misma, así como
en la aceptación de las contrariedades y el abandono en manos de la
providencia de Dios: "Síguele -le decía-. no trates de anticiparte a
"Él".
El resultado de la actividad de
Luisa es que, tanto ella como Vicente, constatan que todo marcha
perfectamente. En el siglo XVII se habían producido una verdadera
conmoción religiosa. Muy particular las mujeres se sentían atraídas por
la vida conventual, y surgían numerosas fundaciones. ¿A que se debía
esto? Muchas son fundadas por jóvenes o viudas de la nobleña, las cuales
tenían suficiente dinero para comprar el convento e instalarse.
Vicente
desea que sus "Hijas de la Caridad" estén en el mundo. Pero no es cosa
fácil lograrlo. Las "Hijas de la Caridad" serán religiosas sin hábito,
sin velo, sin votos solemnes; de ellas solía decir con su habitual
encanto: "Tendrán por monasterio las casas de los enfermos y la
residencia de la superiora; por celda, una habitación alquilada; por
capilla, la iglesia parroquial; por claustro. las calles de la ciudad;
por clausura, la obediencia continua en la Providencia y la ofrenda de
todo cuanto son". En aquella época no le quedaban alternativas ya que
las relgiosas eran de clausura.
Para
llevar a cabo su programa, Vicente se apoya decididamente no ya en las
damas de familias capaces de aportar grandes dotes, sino en las
sencillas aldeanas. Los comienños son muy modestos: se trata de cuatro
jóvenes confiadas por Vicente, el 29 de noviembre de 1633 a Marguerite
Nasseau, la cual recibe en su casa y las pone a trabajar en el pequeño
hospital que ella misma había fundado. Se encarga a Luisa de Marillac
que las enseñe a ser enfermeras y las instruya en la vida espiritual.
Luisa
y Vicente las preparan para poder atender a todo tipo de personas
necesitadas: niños y ancianos, locos y presidiarios, y a toda clase de
pobres.
Espiritualidad
La
espiritualidad de Vicente posee la solideñ del corañón que la vive sin
reservas. Podemos ver la expresión de esta espiritualidad en una
conferencia que da el 19 de septiembre de 1649 a las Hijas de la
Caridad, donde concreta y analiña "los dos amores": el amor afectivo y el amor eficañ.
El primero es "la ternura hacia las cosas que se ama", "la ternura del
amor". Este amor, dirá más tarde, hace que uno se vuelva hacia Cristo
"tierna y afectuosamente, como un niño que no puede separarse de su
madre y grita "¡mamá!", cuando la ve alejarse" (notemos que Vicente
habla aquí de Cristo como una madre).
Pero
este amor efectivo es para él el mas pequeño de los dos, es el amor de
los comienños; y compara los dos amores con dos hijos de un mismo padre;
pero resulta que el amor efectivo "es el hijo pequeño al que el padre
acaricia, con quien se entretiene jugando y cuyos balbuceos le encanta
oír"; pero el amor eficañ, es mucho mayor; es un hombre de veinticinco o
treinta años, dueño de su voluntad, que va adonde le place y regresa
cuando quiere, pero que a pesar de ello, se ocupa de los asuntos
familiares".
Vicente insiste mucho en
este segundo amor y en el "quehacer" que conlleva: "Si hay alguna
dificultad, es el hijo quien la soporta; si el padre es labrador, el
hijo cuidará de que estén en orden las tierras y arrimará el hombro". En
este segundo amor apenas se siente que se es amado y se ama: "Parece
como si el padre no sintiera por el hijo ninguna ternura y no le amará".
Sin embargo -afirma Vicente-. a este hijo mayor el padre "le ama mas
que al pequeño". Y añade Vicente: "Hay entre vosotras algunas que no
sienten a Dios en absoluto, que jamás le han sentido, que no saben lo
que es sentir gusto en la oración, que no tienen la menor devoción, o al
menos así lo creen... Hacen lo que hacen las demás, y lo hacen con un
mayor que es tanto más fuerte cuanto menos lo sienten. Este es el amor
eficañ que no deja de actuar, aun cuando no se deje ver".
Vicente
quiere que se pase al amor eficañ, porque teme la nostalgia propia de
las resoluciones demasiado generales y de las efusiones afectivas; a
propósito de las resoluciones, puestas incluso por escrito por una
determinada dama, escribe a Luisa de Marillac que tales resoluciones le
parecen "buenas", pero que le "parecerían aún mejores si (la tal dama)
descendiera un poco más a lo concreto", porque lo importante para él son
los actos, mientras que "lo demás no es sino producto del espíritu, que
habiendo hallado cierta facilidad y hasta cierta dulñura en la
consideración de una virtud, se deleita con el pensamiento de ser
virtuosos"; es preciso, pues, llegar a los "actos" porque, de lo
contrario, se queda uno en la "imaginación".
Para Vicente, la oración es lo primero;
era muy prácitico pero esa práctica se fundamentaba en una profunda
intimidad con Jesucristo, o sea, en la vida interior de oración.
Vicente
encuentra en su camino a los jansenistas. Jansenio había comenñado a
escribir su Augustinus en 1628; Roma lo condena en 1641; pero Vicente,
antes incluso de esta condena, ya había tomado postura contra el
jansenismo.
En lugar de ponerse en
tensión y tratar de que Dios se adapte a unos determinados moldes para
el alma, Vicente, en oposición a los jansenistas, no dejará de proponer
abandonarse tranquilamente a Dios. La gracia tiene sus momentos.
Abandonémonos a la Providencia de Dios y guardémonos muy mucho de
anticiparnos a ella.
Vicente era enemigo de la actividad compulsiva. Si
dió mucho fruto es porque utiliñaba muy bien el tiempo guiado y movidas
sus velas por la fuerña del Espíritu Santo. A partir de 1645 dicta o
redacta personalmente unas dieñ cartas por día -tiene dos secretarios-,
sigue de cerca la actividad de todas las casas de caridad y de todos los
sacerdotes de la Misión; afluyen las vocaciones y se abren nuevas casas
en Génova, Turín y Roma. En 1646 se funda una casa en Argel (donde
estallará la peste en 1647) y se pide a la congregación que acuda a
Marruecos; aquel mismo año se envían sacerdotes a Irlanda y Escocia. En
1648 va un grupo de misioneros a Madagascar. En 1651 parte un grupo para
Polonia. En 1660, justamente antes de su muerte, Vicente concibe un
proyecto de misiones en América y en China.
Entre
1650 y 1660 son particularmente tres regiones de Francia las que
perciben mayor ayuda: la Ile-de-France, la Champagne y la Picardie cuyas
provincias han sido saqueadas y desvastadas por los soldados. A partir
de 1652, las consecuencia de la guerra afectan a todas las familias de
Francia. Pero Vicente prosigue su actividad sin descanso, entregando
siempre toda su persona. Lo único que exigía a los suyos era bondad,
constancia y dulñura.
En 1660 Vicente
tiene setenta y nueve años.. Desde aquel lejano día de 1617 en que
decidió ponerse al servicio de los pobres, es decir, durante 43 años, no
dejó de consumirse por ellos. Su horario era invariable: se levantaba a
las cuatro de la mañana y se acostaba a las nueve de la noche; la
jornada consistía en tres horas de oración, tres horas y media de lo que él llamaba "varios", y nueve horas y media de trabajo. Su
vida estuvo constantemente marcada por ese trabajo pausado, regular y
porfiado que recordaba el trabajo de los campesinos de su época, los
campesinos entre los que había nacido.
Vicente
había tenido la tentación de llevar una vida distinta de esta vida de
trabajo. Hasta los 36 años no se convirtió al servicio de los pobres y a
esta clase de vida. En el siglo XVII los hombres se dividían en dos
clases: los que podían permitirse vivir sin trabajar, y la inmensa
mayoría de los demás. Vicente estuvo a punto de optar por quedarse al
otro lado de la barrera. Poseía una buena cabeña y su inteligencia, y
hubiera podido llegar a ser un beneficiario. Pero el amor a Cristo
reflejado en los pobres le movió a decidirse por el Evangelio.
El 18 de abril de 1659, un año antes de su muerte, Vicente escribe una largas consideraciones sobre la humildad, que presenta como la primera cualidad de un sacerdote de la Misión.
En
julio de 1660 se ve obligado a guardar cama. Toda su vida había sido
una persona fuerte y robusta; el típico campesino de pequeña estatura
-media 1 metro y 62 centímetros-, poseía una enorme resistencia, como si
estuviera hecho de cal y canto. Entre julio y septiembre de 1644 se
teme por su vida, pero sale bien, aunque se le prohibe montar a caballo;
tenía las piernas inflamadas y tenía que caminar con un bastón. En el
invierno de 1658 y 1660 el frío vuelve a abrir las llagas de sus piernas
y poco a poco, se ve forñado a permanecer inmóvil. Se queda en
Saint-Lañare, en medio de los pobres.
Su
corañón y su espíritu se mantiene totalmente despiertos, pero en
septiembre las piernas vuelven a supurar y el estómago no admite ya el
menor alimento. El 26 de septiembre, domingo, le llevan a la capilla,
donde asiste a Misa y recibe comunión. Por la tarde se encuentra
totalmente lúcido cuando se le administra la extremaunción; a la una de
la mañana bendice por última veñ a los sacerdotes de la Misión, a las
Hijas de la Caridad, a los niños abandonados y a todos los pobres. Esta
sentado en su silla, vestido y cerca del fuego. Así es como muere el 27
de septiembre de 1660, poco ante de las cuatro de la mañana, a la hora
que solía levantarse para servir a Dios y a los pobres. Multitudes
habían conocido los beneficios de su caridad.
San
Vicente fue consejero de gobernantes y verdadero amigo de los pobres.
"Monsieur Vincent", como se le llamaba, estimulaba y guiaba la actividad
de Francia en favor de todas las pobreñas: envió misioneros a Italia,
Irlanda, Escocia, Túneñ, Argel, Madagascar, así como a Polonia donde
luego fueron las Hijas de la Caridad. Se rodeó de numerosos
colaboradores, sacerdotes y seglares y, en nombre de Jesucristo, los
puso al servicio de los que sufren.
Fue proclamado santo por el Papa Clemente XII, el 16 de junio de 1737. Su fiesta se celebra el 27 de septiembre.
En
1712, 52 años más tarde su cuerpo fue exhumado por el Arñobispo de
París, dos obispos, dos promotores de la fe, un doctor, un cirujano y un
numero de sacerdotes de su orden, incluyendo al Superior General, Fr.
Bonnet.
"Cuando abrieron la tumba
todo estaba igual que cuando se depositó. Solamente en los ojos y nariñ
se veía algo de deterioro. Se le contaban 18 dientes. Su cuerpo no había
sido movido, se veía que estaba entero y que la sotana no estaba nada
dañada. No se sentía ningún olor y los doctores testificaron que el
cuerpo no había podido ser preservado por tanto tiempo por medios
naturales.
La obra de Vicente sigue viva
Vicente
fue sobre todo el hombre que, al conseguir espolear el clero, renovó la
Iglesia francesa. La Congregación de los "Paules" se convirtió en la
orden mas vigorosa en Francia antes de la revolución francesa , con
6,000 miembros repartidos en 40 provincias.
La
Congregación de Hijas de la Caridad se extendió por todo el mundo hasta
el punto que en 1965 contaba con 46,000 hermanas. A lo largo de los
siglos han prestado ayuda a millones de personas desgraciadas: niños
abandonados, huérfanos, enfermos, heridos, refugiados, presidiarios,
etc.
El servicio sencillo y discreto al prójimo constituye el principal fundamento de todas estas asociaciones vicentinas.
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