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Terencio y Fidencio de Todi, Santos |
Mártires
Estos mártires, juntamente con otros compañeros salieron de Siria hacia
Roma.
Deseaban confesar su fe en Cristo aunque les costase la
muerte. Era durante el tiempo del emperador Diocleciano, el
cruel perseguidor de los cristianos.
Llegados a Roma, tuvieron ocasión de
proclamar ante la gente que ellos eran cristianos llegados de
Calcedonia de Siria.
Su proclama llegó bien pronto a oídos del
emperador. Mandó a unos soldados que los llevaran a un
sitio escondido fuera de la ciudad y que les diesen
muerte.
Pero ya en el sitio elegido, los osos comenzaron a
dar gritos y los soldados salieron huyendo asustados.
Un ángel los
escondió en un lugar apartado hasta que pudieron marcharse a
Todi en donde sí que los decapitaron.
Esta biografía novelada fue
escrita en el siglo IX. Pero sea como sea, lo
importante es que su fiesta se sigue celebrando cada año
en Todi desde hace muchos siglos.
Algunos dicen que
es un doble de Terenciano, que fue obispo de
Todi.
Las reliquias las llevó Teodorico de Metz, en el
año 970. Así lo narra o cuenta Sigeberto de Gembloux
en su Vida.
Una vez más, la acción de Dios se
ve reflejada en quien entrega su vida a su servicio.
Hoy, aunque parezca raro, hay mártires en algunos lugares de
la tierra, y persecuciones en algunos países de confesiones religiosas
intolerantes que no transigen la cristiana.
¡Felicidades a quien lleve este
nombre!
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