26 de septiembre
(1649 d.C)
(1649 d.C)
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Isaac Nogués nació
en Orleans, de linaje noble, fue bautizado con el nombre de Isaac en la iglesia
de San Hilario. Cuando muchacho, le gustaba llamarse "ciudadano de Santa
Cruz", y al llegar a sus diez años fue uno de los primeros estudiantes que
ingresaron en el nuevo colegio de los jesuitas consagrado a la Madre de Dios.
Después de completar sus cursos
en Roen fue a París, donde, a los diecisiete años, inició su noviciado como
jesuita. Un día, el perspicaz maestro de novicios preguntó a Jogues por qué
había ingresado a la Compañía. El joven respondió: "¡Etiopía y
martirio!" A lo que el maestro había respondido con inspirado juicio:
"¡No, hijo mío; morirás en Canadá!"
Fue el primer sacerdote católico que llegó a la Isla de Manhattan (Nueva
York). Ingresó a la Compañía de Jesús en 1624 y luego de haber sido profesor
de literatura en Rouen, fue enviado como misionero a Canadá en 1636. Partió
junto con Monmagny, sucesor inmediato de Champlain. Desde Québec se dirigió a
las regiones que se encontraban alrededor de los Grandes Lagos en donde el
ilustre Padre de Brèbeuf y otros se encontraban trabajando. En aquel lugar, pasó
seis días en constante peligro.
A pesar de ser
un misionero valeroso, su personalidad era de una naturaleza más práctica, su
propósito siempre fue el de unir a su gente en hogares permanentes. Se
encontraba con Garnier entre los Petunos, y junto con Raymbault ingresaron
hasta Sault Ste. Marie y “fueron los primeros misioneros”
señala Bancroft (VII, 790, Londres, 1853), “en predicar el evangelio a
miles de cientos en el interior”, seis días antes de que Juan Eliot se
dirigiera a los indios a 6 millas del puerto de Boston. Se cree que ellos no
fueron sólo los primeros apóstoles sino también los primeros hombres blancos
en llegar a la salida del Lago
Superior. Los más conocidos historiadores no mencionan ninguna prueba
documental de que Nicolás, el descubridor del Lago Michigan, visitó alguna vez
Sault. Bogues propuso no sólo convertir a los indios del Lago Superior sino
también a los Sioux, quienes vivían en la
cabecera del Mississippi.
Su
plan se frustró debido a su captura al
regresar de Québec cerca de los Tres Ríos. Fue tomado prisionero el día 3 a
agosto de 1642, y luego de ser cruelmente torturado, fue llevado a la aldea de
los indios de Ossernenon, actualmente Auriesville, en Mohawk, alrededor de 40
millas al norte de la actual ciudad de Albania. Allí permaneció durante 13
meses como esclavo, sufriendo por lo visto más allá de lo tolerable. Los
calvinistas holandeses del Fort Orange (Albania) realizaron constantes esfuerzos
por liberarlo y por último, cuando estuvo a punto de ser quemado, lo
persuadieron a refugiarse en un barco de vela, el cual lo llevaría a Nueva Ámsterdam
(Nueva York). Su descripción de la colonia, de cómo era en ese entonces, se ha
incorporado en la historia documental del estado. Lo enviaron de Nueva York; a
mediados de invierno atravesando el océano, en un lugre de sólo 50 toneladas
de carga y después de un viaje de dos meses llegaron en una mañana navideña
de 1643, a la costa de Bretaña, en un estado de absoluta miseria. Desde allí,
encontró su camino a la escuela de la Sociedad más
cercana. Fue recibido con gran honor en la corte de la Reina Regente, la madre
de Luis XIV. Asimismo, el Papa Urbano VII le concedió el gran privilegio de
celebrar la Misa, la cual no se llevo a acabo canónicamente debido a la condición
mutilada de sus manos; varios de sus dedos fueron comidos o quemados. Fue
nombrado Mártir de Cristo por el Pontífice. Se sabe que además de esta
concesión, no se han otorgado otras similares.
A comienzos de
la primavera de 1644, Isaac Bogues regresó a Canadá y en el 1646 lo enviaron
para negociar la paz con los
Uroqueses. Siguió la misma ruta que cuando fue llevado como cautivo. Esa fue la ocasión en la que le dio el nombre
de Lago del Sacramento bendito a estas aguas llamadas Horicon por los indios, actualmente conocido como Lago George.
Llegó a Ossernenon el 5 de junio, después de tres semanas de viaje
desde St. Lawrence. Fue bien recibido por sus primeros captores y se llevó
acabo el tratado de paz. Partió para Québec el 16 de junio y llegó el 3 de
julio. Inmediatamente, pidió que lo enviaran de regreso como misionero a los
Uroqueses. Pero sólo luego de vacilar muchas veces, sus superiores aceptaron su
petición. El 27 de setiembre comenzó su tercer y último viaje a Mohawk.
Dentro de la tribu se había desatado una enfermedad y una plaga había caído
en las cosechas. A Jogues, a quien los indios consideraron siempre un hechicero,
se le culpó por esta doble calamidad. Decidieron vengarse de él debido al
hechizo que había arrojado en el lugar y los guerreros fueron enviados en busca
de su captura. Las noticias de este cambio de idea se propagaron rápidamente y
aunque Jogues estaba completamente consciente del peligro, continuó su camino
hacia Ossernenon, a pesar de que todos los hurones y otros que estuvieron con él,
a excepción de Lalande, habían huido. Los uroqueses lo encontraron cerca del
Lago George. Le quitaron la ropa, lo acuchillaron, lo mordieron y lo llevaron a
la aldea. El 18 de octubre de 1646, al entrar en una cabaña lo golpearon con un
Tomahawk y luego lo decapitaron. Su cabeza fue clavada en Palisades y el cuerpo arrojado en
Mohawk.
Isaac
Jogues fue canonizado por el Papa Pío XI el 29 de junio de 1930, junto con
otros siete mártires norteamericanos.
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