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Arsenio, Santo |
Anacoreta
El Martirologio Romano actual lo recuerda el 8 de mayo Martirologio
Romano: Cerca del monte Scete, en Egipto, san Arsenio, que,
según la tradición, fue diácono de la Iglesia de Roma,
y en tiempo del emperador Teodosio se retiró a la
vida de soledad, donde, lleno de todas las virtudes, rindió
su espíritu a Dios. († c.450) Etimológicamente significa “viril”. Viene de la lengua griega.
Cuando
el emperador Teodosio el Grande buscaba un buen profesor para
sus dos hijos, el Papa San Dámaso le recomendó a
Arsenio, un senador sumamente sabio y muy práctico en sus
consejos. Durante diez años, San Arsenio vivió en el palacio
del emperador educando a sus dos hijos, Arcadio y Honorio.
Estando un día orando, en medio de una gran crisis
espiritual, mientras le pedía a Dios que le iluminara lo
que debía hacer para santificarse, oyó una voz que le
decía: "Apártate del trato con la gente, y vete a
la soledad". Entonces dispuso irse al desierto a orar y
a hacer penitencia con los monjes.
Cuando llegó al monasterio
del desierto, los monjes, sabiendo que había estado viviendo tanto
tiempo como senador y como alto empleado del Palacio imperial,
dispusieron ponerle algunas pruebas para saber si en verdad era
apto para esa vida de humillación y mortificación. Fue ahí,
donde San Arsenio se hizo muy conocido por todos por
sus penitencias extraordinarias.
Por muchos siglos han sido enormemente estimados
los dichos o frases breves que San Arsenio acostumbraba decir
a la gente. Desde remotas tierras iban viajeros ansiosos de
escuchar sus enseñanzas que eran cortas pero sumamente provechosas. Entre
muchas de sus enseñanzas o frases que el Santo pronunciaba
están: "muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado.
Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio"; o
"siempre he sentido temor a presentarme al juicio de Dios,
porque soy un pecador".
Su muerte fue alrededor del año 450.
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