|
María Pilar de San Francisco Borja y compañeras, Beatas |
Vírgenes y Mártires
Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalajara, en
España, beatas María Pilar de San Francisco Borja (Jacoba) Martínez
García, Teresa del Niño Jesús y de San
Pablo de la Cruz (Eusebia) García y García, y María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, carmelitas
descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas coronadas con el martirio
durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo, su Esposo (1936).(Tarazona, 1877 - Guadalajara, 1936). Nació
un 30 de diciembre en la calle Garnacha, número 1,
hoy calle doña Valeriana Irazoqui, muy cerca de la Merced.
Fue el undécimo de los hijos del matrimonio compuesto por
Luis Martínez y Gabina García. Fue bautizada con el nombre
de Jacoba en el templo catedralicio de Tarazona (parroquia de
San Andrés) y confirmada por el obispo don Ramón Fernández
en la iglesia de Santa María Magdalena.
Sus hermanos Julián y
Severiana ya habían sentido la llamada de la vocación religiosa,
y ella, aunque de niña confesaba a su madre que
no quería ser monja, el 12 de octubre de 1898
entra Carmelita Descalza en el convento de San José de
Guadalajara; desde esta fecha se llamará hermana María Pilar de
San Francisco de Borja. Fue una monja carmelita ejemplar: humilde,
alegre y feliz de entregarse a Dios en los demás.
Monseñor Jesús Pla, obispo de Sigüenza-Guadalajara, en la pastoral «Del
Carmelo al Calvario», en que daba cuenta de la beatificación,
resaltó el amor de la hermana María Pilar a la
Eucaristía.
Su vida discurrió en el convento hasta el día 24
de julio de 1936 en que, junto a otras dos
carmelitas, las hermanas María Ángeles de San José y Teresa
del Niño Jesús, fue fusilada por los milicianos. Dos días
antes de morir habló con la madre priora para decirle:
«Madre, he pedido al Señor que si desea víctimas en
esta comunidad, me escoja a mí y libre a las
demás».
Tras un largo y costoso proceso, congelado durante dieciocho años
para evitar interpretaciones de signo político, en 1986 llegó el
decreto de Juan Pablo II certificando que las tres religiosas
carmelitas habían sido declaradas mártires y que su proclamación como
beatas tendría lugar el día 29 de marzo de 1987.
Su
beatificación se celebró, junto a la del cardenal Marcelo Spínola
y el sacerdote Manuel Domingo Sol, en una ceremonia de
especial importancia para la Iglesia Católica española, pues desde el
siglo xvii no se vivía la circunstancia de reunir cinco
nuevos beatos.
Para la Iglesia de Aragón el acontecimiento tiene una
importancia añadida. La monja carmelita es la primera mujer que
llega a los altares con el nombre de Pilar. Con
tal motivo, por decisión del Cabildo Metropolitano, se va a
colocar una imagen de la Beata en la Basílica del
Pilar de Zaragoza.
El sepulcro y las reliquias de la hermana
María Pilar se encuentran en Guadalajara. En Tarazona sólo se
conservan las partidas de nacimiento y confirmación.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario