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Boris y Gleb, Santos |
Mártires
Martirologio Romano: En Rusia, santos Boris y Gleb, mártires, príncipes
de Rus e hijos de san Vladimiro, que prefirieron morir
antes que oponerse por la fuerza a su hermano Svatopolk.
Boris consiguió la palma del martirio cerca de Pereislavia, junto
al río Altam, y Gleb, poco después, junto al río
Dneper, cerca de Smolensko (1015).Boris
y Gleb, hijos de San Vladimiro, Duque de Muscovy y
nietos de Santa Olga.
Boris desde pequeño fue muy piadoso
y pensó ser monje pero, siguiendo el consejo de su
padre, se casó siendo joven. Era gobernador de la ciudad
de Rostov mientras que Gleb de la ciudad de Murom.
Los hermanos se amaban y sobre todo amaban a Dios.
Pero tenían un hermano mayor, Svyatopolk, que era sanguinario y
se reveló sin éxito contra su padre. Este le perdonó
pero el joven no cambió de corazón. Una vez muerto
su padre decidió matar a sus hermanos para obtener poder
absoluto. Boris se enteró y se enfrentó con un dilema:
¿como debe actuar un cristiano en esta circunstancia? Recordó las
palabras del Nuevo Testamento: "Si un hombre dice amar a
Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso" Después
de una difícil lucha interna, decidió no presentar resistencia. Boris
despidió a sus hombres y se quedó solo con un
sirviente junto al rió Alta para esperar a los asesinos.
Pasó su última noche en lágrimas y oración, confortado por
los salmos y los Evangelios. Recordó también como Sta. Bárbara
fue asesinada por su propio padre. En la mañana entraron
los asesinos a su tienda y lo hirieron. Boris pidió
que le dejaran vivir un momento mas para finalizar su
oración. Entonces se ofreció como cordero de sacrificio diciendo: "Dense
prisa en completar vuestro trabajo y que la paz sea
con mi hermano Svyatopolk y con ustedes mis hermanos".
El principe Gleb, unos años mas joven que Boris, fue
asesinado mas tarde en el río Dnieper. Al principio pidió
que no le matasen pero al fin aceptó su destino
con paz y dijo a los asesinos: "Si desean saciar
su sed con mi sangre, me entrego a ustedes, mis
hermanos, y a mi hermano, mi príncipe". Proclamó entonces que
la muerte es el nacimiento a una vida nueva.
Los
dos hermanos no buscaron la muerte ni murieron por causa
de su fe sino por intereses políticos del hermano mayor.
Pero ante la muerte los dos hermanos libremente optaron por
actuar como cristianos, no devolvieron mal por mal sino que
optaron por el perdón y la confianza en Dios.
El pueblo ruso, recién convertido al cristianismo, quedó profundamente impresionado
con la conducta cristiana de los dos jóvenes príncipes que
se unieron a la pasión de Cristo. Para ellos el
ejemplo de Boris y Glen fue una maravillosa enseñanza de
como vivir el cristianismo y del poder que Dios otorga
para lograrlo. "Amad a vuestros enemigos y orad por
los que os persiguen".
Canonizados (reconocimiento del culto) en 1724
por el papa Benedicto XIII
Oremos para que el ejemplo de
los Santo Boris y Gleb inspire a Rusia y a
todo el mundo a la paz cristiana.
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