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Mercedes del Sagrado Corazón Prat, Beata |
Virgen y Mártir
Martirologio Romano: En Barcelona, España, beata María de
la Merced Prat, de la Sociedad de Santa Teresa de
Jesús, virgen y mártir, que durante la guerra civil española
fue condenada a muerte por ser religiosa (1936). La Madre Mercedes nació en Barcelona
(España) el 6 de marzo de 1880. Su padre,
Don Juan Prat, murió el 26 de mayo de 1895,
y su madre Doña Teresa Prat entregó su alma
al Señor, un año después, el 16 de mayo de
1896.
En el Colegio de la Compañía de Santa Teresa de
Jesús hizo su primera Comunión el 30 de junio
de 1890. Una de las enseñanzas de las Teresianas
que asimiló bien pronto fue la oración, especialmente en la
práctica del famoso “Cuarto de Hora de Oración” que tanto
inculcó el Padre Enrique de Ossó a las jóvenes de
la Archicofradía, a la que ella pertenecía.
Mercedes dio pronto razón
de su entusiasmo por la Compañía de Santa Teresa y
su apostolado fundamental: “Para la Gloria de Dios y para
Bien de la Religión, no hay nada mejor que los
Institutos dedicados al apostolado de la enseñanza. Son sumamente
necesarios”. El Noviciado le abrió sus puertas el día
27 de agosto de 1904. Entonces la Superiora General era
la Fundadora María Teresa Blanch, y Maestra de Novicias la
Madre Francisca Pla.
Una de las Hermanas con las que convivió
definió a Mercedes Prat como “Una teresiana según el
Corazón de Dios". El día 1 de marzo de
1905 vistió el hábito de la Compañía, y el día
10 de marzo de 1907 hizo los votos temporales y
empezó su nueva vida de profesa en el lugar
donde la obediencia la destinó.
El carácter natural de Mercedes se
define por estas tres características más señaladas: 1ro. Simpatía natural en
el trato y firmeza de carácter. 2do. Ecuanimidad y equilibrio en
las reacciones. 3ro. Prudencia y verdad en su hablar y actuar.
La
Madre Mercedes era considerada como una religiosa ejemplar por todas
las Hermanas de la Comunidad, entre ellas así lo manifestó
la Hna. María Teresa Fernández, quien también convivió con ella.
Una
de las junioras que la conoció a través del trato
que con ella tenían en el recreo, dijo: “Recuerdo que
todas la apreciábamos por su afabilidad y virtud”. La
Hna. Joaquina Miguel, su compañera en la detención y en
el suplicio, asegura con sencillez encantadora que “era muy buena
y muy santa”.
Su hermana Teresa Prat, asegura, que desde su
niñez fue un alma entregada a Dios… como hermana mayor,
nos hablaba del cielo y de los deseos de su
posesión, excitándonos a los demás hermanos a la elevación de
nuestra alma hacia Dios. Pero fue Cristo -
atraída especialmente por su Corazón - el gran amor de
su vida.
Dijo la Hna. Pilar Suárez Inclán, que manifestaba
con sencillez su amor a la Persona de Cristo en
sus misterios, especialmente en su Sagrado Corazón. Repetía con
frecuencia cuando hablaba de los peligros de la revolución que
se desarrollaba en España:”suceda lo que suceda, el Corazón de
Jesús triunfará”.
La situación venía siendo crítica desde los últimos años
de la República, se veía venir el desenlace. Silenciosamente pero
sopesando los hechos, ella sabía que estaban en peligro, pero
fue entonces cuando se le vio prolongar sus ratos de
oración ante el Sagrario. De allí, sin duda, le vendría
aquella confianza ilimitada y más adelante, aquella fortaleza ejemplar.
Corría el
mes de julio de 1936 cuando tuvo oportunidad de dar
testimonio de su obediencia y entrega. Al preguntarle unos milicianos
quién era, respondió que una religiosa de enseñanza, y al
preguntarles si sabían que por eso podían ser fusiladas, Mercedes
y la Hermana que le acompañaba no lo ignoraban. “Nos
van a matar”, dijo al salir de Ganduxer, “pero vamos
allá, obedeceré porque el Señor lo quiere”. Fueron horas
de angustia para las dos hermanas: interrogatorios, amenazas, simulacro de
fusilamiento…Fue un día largo el 23 de julio.
Al
fin, la madrugada del 24, en la carretera de la
Rabasada, el pelotón de fusilamiento encontró a Mercedes con la
oración en los labios. Se oyeron unos disparos.
Herida de muerte repitió entre gemidos: “Jesús, José
y María” y sus últimas palabras fueron las
del Padrenuestro “Perdónanos como Perdonamos…”
Cuando su compañera le cerró los
ojos la vio como “el angel del dolor”.-
El
día 21 de mayo de 1955 los restos mortales de
la M. Mercedes Prat fueron depositados en el cementerio de
Las Corts en una urna que se colocó en nicho
propio de la Compañía. Allí espera su cuerpo la
resurrección.
El 29 de abril de 1990 fue Beatificada por
el Papa Juan Pablo II.
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