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Felipe Hernández Martínez, Beato |
Mártir Religioso Salesiano
Martirologio Romano: En Barcelona, España, beatos Felipe Hernández
Martínez, Zacarías Abadía Buesa y Santiago Ortiz Alzueta, religiosos de
la Sociedad Salesiana y mártires, que sufrieron el martirio durante
la persecución contra la fe (1936).Nació en Villena el 14 de marzo de 1913, en
el seno de una familia sencilla de agriculores. Felipe, de
carácter inquieto y algo revoltoso, ingresó a los 9 años
en el Colegio Salesiano de su ciudad natal. Mientras estudiaba
la enseñanza elemental, sintió la llamada de Dios a consagrarse
como religiosos salesiano. En el otoño de 1924 ingresa en
el Seminario de Campello.
En el año 1929 hizo su noviciado
en Gerona, pronunciando los votos el día 1 de agosto
de 1930. Terminados los estudios de Filosofía, comenzó su trienio
práctico en Ciudadela (Menorca),donde uno de sus alumnos lo describe:
"alegre
y expansivo, sabía contagiar a los niños su dinamismo, ponía
especial interés en que los niños aprendieran a ayudar debidamente
la santa misa. Era el clerigo ideal, que atraía por
su piedad, la cual vivía realmente, y que trataba a
todos con cariño y con una delicadeza extremada".
En octubre
de 1935 marchó a Carabanchel Alto para comenzar sus estudios
de Teología, yendo en el verano de 1936 a pasar
las vacaciones a la Casa de Sarriá, donde encontró la
muerte el 27 de julio por la noche, junto a
dos salesianos más, D. Jaime Ortiz y D. Zacarías Abadía,
y un sacerdote del Corazón de María, el P. Casals.
Debiendo
salir de Sarriá, don Felipe, con el Hermano coadjtutor don
Jaime Ortiz y un joven alumno de la Escuela de
Mecánica, se dirigieron a una pensión de la calle Diputación,
donde estaba hospedado un hermano del referido joven.
Con frecuencia se
ponían en contacto con otros salesianos en lugares prefijados, para
ayudarse y comunicarse las noticias más importantes. Los ratos que
permnecían en la pensión, los dedicaban a la oración. A
medida que pasaba el tiempo se iban dando cuenta de
la verdadera gravedad de la situación.
Habiendo encontrado la casa de
un capellán, acudían con frecuencia para oír la Santa Misa
y confesarse. Aconsejados que se abstuvieran de semejantes imprudencias en
las circunstancias en que se encontraban, Felipe contestó:
"Si he de
morir, prefiero ver la muerte cara a cara y no
ser sorprendido en la ratonera"
Un atardecer, mientras los religiosos
se encontraban en la pensión, fueron detenidos. Ante el Comité
que les juzgó, Jaime, según un testigo, confeso su condición
de religioso salesiano, y que su misión era la de
educar a la juventud obrera, a la cual por la
módica pensión de dos pesetas diarias, el colegio proporcionaba alimentación,
educación y una formación profesional que les permitía ganarse honradamente
la vida. Murió el 27 de julio.
Fue beatificado por Juan
Pablo II el 11 de marzo de 2001.
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