miércoles, 1 de agosto de 2012

Alfonso María de Ligorio, Santo


Fundador, Obispo y Doctor de la Iglesia, 1 de agosto
 
Alfonso María de Ligorio, Santo
Alfonso María de Ligorio, Santo

Obispo
Fundador de los Misioneros Redentoristas
Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, que insigne por el celo de las almas, por sus escritos, por su palabra y ejemplo, trabajó infatigablemente predicando y escribiendo libros, en especial sobre teología moral, en la que es considerado maestro, para fomentar la vida cristiana en el pueblo. Entre grandes dificultades fundó la Congregación del Santísimo Redentor, para evangelizar a la gente iletrada. Elegido obispo de santa Águeda de los Godos, se entregó de modo excepcional a esta misión, que dejaría quince años después, aquejado de graves enfermedades, y pasó el resto de su vida en Nocera de’Pagani, en la Campania, aceptando grandes trabajos y dificultades (1787).

Etimología. Alfonso = guerrero. Viene de la lengua alemana.

Nos encontramos en el año 1696, de nuestra era, el 27 de septiembre, día dedicado a los gloriosos mártires Cosme y Damían, nace Alfonso de Ligori, en Nápoles (Italia). Sus padres fueron José De Ligorio (un noble oficial de la marina) y de la noble Ana De Cavalieri. El hombre tuvo un destino fuera de serie. Nacido en la nobleza napolitana e hijo de militar, alumno superdotado, atraído por la música, la pintura el dibujo, la arquitectura. Su nombre viene de dos raíces germánicas: addal, hombre de noble origen, y funs, pronto al combate. Alfonso era noble por nacimiento, sí: pero mucho mejor, caballero de Cristo, siempre pronto y en la brecha para los combates de Dios...

Alfonso fue un hombre de una personalidad extraordinaria: noble y abogado; pintor y músico; poeta y escritor; obispo y amigo de los pobres; fundador y superior general de su congregación; misionero popular y confesor lleno de unción; santo y doctor de la Iglesia.

Hay que mi admirar los múltiples talentos que tenía Alfonso y la fuerza creadora que poseía. A los 12 años era estudiante universitario y a los 16 era doctor en derecho, es decir, abogado. Como misionero popular y superior general de su Congregación y obispo, llevó a cabo una gran labor, a pesar de su delicada salud. Desde los 47 a los 83 años de su vida, publicó más o menos 3 libros por año.

En su vida particular Alfonso vivió actitudes que podemos interpretar como protesta frente a la corrupción de su medio ambiente. Con su estilo de vida ejerció una fuerte crítica de su tiempo y de su sociedad.

En un sistema de profundas diferencias de clase renunció a los privilegios de la nobleza y a sus derechos de ser primer hijo, es decir, primogénito.

A finales de julio de 1723, en un día de calor intenso y pegajoso, Alfonso se dirige al Palacio de Justicia de Nápoles. Se celebrará el juicio más sonado del reino entre dos familias: los Médici y los Orsini. Las dos familias quieren para sí la propiedad del feudo de Amatrice. Estaba en juego una gran cantidad de dinero.

Alfonso es un joven abogado de 26 años de edad. Los Orsini lo han elegido para su defensa por una sola razón: es competente y ha ganado todas las causas.

Se ha preparado muy bien, ante el tribunal defiende la causa con maestría. Está seguro que defiende la justicia. A pesar de eso, Alfonso es derrotado, pero se da cuenta de que el origen de esta sentencia está en las maquinaciones políticas e intrigas políticas (cosas desconocidas para nosotros hoy).

Como herido por rayo, el abogado de manos limpias queda por un momento estupefacto. Después rojo de cólera, lleno de vergüenza por la toga que lleva, se retira de la sala de justicia, profundamente desilusionado, sus palabras de despedidas quedaron para la historia: “¡Mundo, te conozco!... ¡Adiós, tribunales!”. No vive este acontecimiento, decisivo en su vida, desde la agresividad y la frustración, al contrario, los asume como fecundidad, siembra y profundización interior, se retira, eso sí lo tiene muy claro. Y al hacerlo toma una opción personal radical: se niega a la corrupción, rechaza que el hombre se realice manipulando o dejándose manipular y elige una forma nueva de libertad y liberación, el seguimiento de Jesús.

Profundamente conmovido Alfonso se va a visitar a sus amigos, los enfermos del “Hospital de los incurables”. Mientras atendía a los enfermos se ve a sí mismo en medio de una grata luz... Parece escuchar una sacudida del gran edificio y cree oír en su interior una voz que le llama personalmente desde el pobre: “Alfonso, deja todas las cosas ven y sígueme”.

Tras la renuncia de los tribunales, Alfonso estudia unos años de teología y recibe el sacerdocio el 21 de diciembre de 1726, en la Catedral de Nápoles, tenía 30 años de edad. Se hace sacerdote en contra de un padre autoritario, como don José, con asombro lo descubre muy pronto en los barrios marginados evangelizando a los analfabetos con sorprendentes predicaciones

En una de sus muchas misiones Alfonso cae enfermo. Ante la gravedad de la situación, los médicos intervienen y le exigen un largo descanso en la sierra. Elige la zona de Amalfi, costera y montañosa a la vez. Fue con un grupo de amigos. Quiere aprovechar el descanso para vivir intensamente la amistad y la oración en común.

Cerca de Amalfi está Scala, un lugar precioso a medio camino entre la playa y la altura de la sierra. Más arriba de Scala, está Santa María de los Montes, una pequeña ermita. A Alfonso le gustó. Era bueno compartir la amistad y la oración en casa de María de Nazaret.

Alfonso y sus amigos se ven sorprendidos por los pastores y cabreros que vienen a pedirles la palabra de Dios. Es el momento clave en la vida de Alfonso. Ahora más que nunca descubre, de verdad que el Evangelio pertenece a los pobres y que ellos lo reclaman como suyo. Y decide quedarse con ellos para dárselo a tiempo completo.

Nos encontramos en el año 1730. Alfonso decide por vez primera, reunir una comunidad consagrada a la misión de los más pobres. En los primeros días de noviembre de 1732 Alfonso deja definitivamente la ciudad de Nápoles y en burro parte para Scala para reunirse con su primer grupo de compañeros, quienes habrán de ser los Redentoristas. Son unos días de intensa oración y contemplación. Sabe que la redención abundante y generosa es un don gratuito y se abre a él en disponibilidad plena.

El día 9 de noviembre de 1732 nace la congregación misionera del Santísimo Redentor, mejor conocido como los Misioneros Redentoristas. No es fácil fundar una congregación religiosa en el reino de Nápoles en el siglo XVIII. Hay demasiados diocesanos y religiosos y muchos conventos en este país pobre y mal administrado

Desde el 9 de noviembre de 1732 hasta la Pascua de 1762, cuando es nombrado obispo, pasan 30 años felices en la vida de Alfonso dedicado a la misión, la dirección de su grupo y a la publicación de sus obras.

Alfonso muere en Pagani, el día 1 de agosto de 1787, a la hora del ángelus. Tenía más de 90 años. Fue beatificado en 1816, canonizado en 1831 y proclamado doctor de la Iglesia en 1871.

Alfonso solía decir que la vida de los sanos es Evangelio vivido. Esto se lo podemos aplicar a él mismo. Sus ejemplos inquietan y arrastran. ¡A veces nos asusta enfrentarnos a un hombre como éste, que era capaz de vivir tan radicalmente el Evangelio!

Hoy, los Misioneros Redentoristas, continuamos anunciando el misterio gozoso de la redención abundante y generosa en toda la Iglesia. Los redentoristas, como Alfonso, no somos propagandistas de una doctrina, somos testigos de Cristo que viene al encuentro de la humanidad.

Sus seguidores

Alfonso murió. Su sueño, sin embargo, continúa vivo en la vida de sus seguidores. Especialmente debido a la labor de Clemente María Hofbauer, los redentoristas se esparcen por el mundo entero. En ellos, el Redentor continúa derramando vida en el corazón de los que no
Alfonso María de Ligorio, Santo
Alfonso María de Ligorio, Santo
cuentan para el mundo y en el de los abandonados. La Congregación del Santísimo Redentor es lugar y presencia donde el Redentor prosigue su misión: “He sido enviado a evangelizar a los pobres”.

¡Alfonso!, ¡Gracias por tu vida, por tu sueño, por tu horizonte de tan amplias miras! En nombre de los pobres abandonados, ¡Gracias de corazón!

¡Felicidades a quienes lleven este nombre y a los Padres Redentoristas!





san Alfonso maria de Ligorio

Obispo, Doctor de la Iglesia por sus escritos sobre la moral
.
Fundador de
la Congregación del Santísimo Redentor (los Redentoristas)
Patrón de confesores y moralistas.
(1696-1787).
Fiesta: 1 de agosto

Nació en Nápoles el año 1696; obtuvo el doctorado en ambos derechos, recibió la ordenación sacerdotal e instituyó la Congregación llamada del Santísimo Redentor. Para fomentar la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y a la publicación de diversas obras, sobre todo de teología moral, materia en la que es considerado un auténtico maestro. Fue elegido obispo de Sant’ Agata de’ Goti, pero algunos años después renunció a dicho cargo y murió entre los suyos, en Pagami, cerca de Nápoles, el año 1787.
BIOGRAFIA
San Alfonso nació en Nápoles el 27 de Septiembre de 1696. Sus padres Don José de Liguori y Doña Ana Cavalieri eran de familias nobles y distinguidas.
Era un "niño prodigio" con gran facilidad para los idiomas, ciencias, arte, música y demás disciplinas. Empezó a estudiar leyes a los 13 años y a los 16 años presentó el examen de doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Nápoles. A los 19 años ya era un abogado famoso.
Conversión
Según se cuenta, en su profesión como abogado no perdió ningún caso en 8 años, hasta que un día después de su brillante defensa, un documento demostró que él había apoyado (aunque sin saberlo), lo que era falso. Eso cambió su vida radicalmente.
Hizo un retiro en el convento de los lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722. Estos dos eventos reavivaron su fervor. Al año siguiente, en dos ocasiones oyó una voz que le decía: "abandona el mundo y entrégate a mi". Hizo voto de celibato y abandonó completamente su profesión. Muy pronto Dios le confirmó cual era su voluntad.
Se fue a la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia a pedir ser admitido en el oratorio. Su padre trató de impedirlo, pero al verlo tan decidido le dio permiso de hacerse sacerdote pero con la condición de que se fuese a vivir a su casa. Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano.
Hizo los estudios sacerdotales en su casa. Fue ordenado sacerdote en 1726 a los 30 años. Los dos años siguientes se dedicó a los "vagos" de los barrios de las afueras de Nápoles.
La predica sencilla desde el corazón
En los comienzos del siglo XVIII combatió la prédica muy florida y el rigorismo jansenista en los confesionarios. El predicaba con sencillez. El santo decía a sus misioneros: "Emplead un estilo sencillo, pero trabajad a fondo vuestros sermones. Un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla".
San Alfonso abandonó su casa paterna en 1729, a los 33 años de edad y se fue de capellán a un seminario donde se preparaban misioneros para la China.
En 1730 el Obispo de Castellamare, el Monseñor Falcoia, invita a Alfonso a predicar unos ejercicios en un convento religioso en Scala. Este hecho tuvo grandes consecuencias, porque ayudó a discernir a las religiosas una revelación que tuvo la hermana María Celeste. El día de la transfiguración de 1731, las religiosas vistieron el nuevo hábito y empezaron la estricta clausura y vida de penitencia. Así comienza la Congregación de las Redentoristas.
En 1732 se despide de sus padres y vuelve a Scala, y con la ayuda y colaboración de un grupo de laicos, a los 36 años funda la Congregación del Santísimo Redentor, cuya primera casa perteneció al convento de las religiosas. San Alfonso era el superior inmediato y Monseñor Falcoia era el director general.
Grandes pruebas
Al poco tiempo comenzaron los problemas. La congregación se dividió entre los dos superiores. Al poco tiempo la hermana María Celeste se va a fundar otra congregación. A los 5 meses el santo se quedó solo con un hermano, pero mas tarde se presentaron nuevos candidatos y se estableció en una casa más grande.
En 1734 funda otra casa en Villa degli Schiavi y se dedica a misionar allí. Su confesionario estaba siempre lleno. Trataba a sus penitentes como almas que era necesario salvar.
En 1737, se divulgan rumores sobre la casa de Villa degli Schiavi y San Alfonso decide suprimir esa fundación. Al año siguiente también cierra la casa de Scala.
Organizó misiones en Nápoles por 2 años a pedido del Cardenal Spinelli, arzobispo.
En 1743, al morir Mons. Falcoia, San Alfonso vuelve a ocuparse de su congregación como superior general y se encarga de redactar las constituciones. A pesar de la oposición de las autoridades españolas, los misioneros reorganizados fundan varias casas.
En 1748 San Alfonso publica en Nápoles la primera edición de su "Teología Moral". La segunda edición apareció entre los años 1753 y 1755.
En 1749 el papa Benedicto XIV aprobó la congregación y a partir de eso, el éxito fue enorme.
En 1750, los Jansenistas comienzan a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso defiende a Nuestra Señora, publicando "Las Glorias de María".
San Alfonso era estricto, pero a la vez tierno y compasivo.
En el proceso de beatificación el P. Cajone dijo: "A mi modo de ver, su virtud característica era la pureza de intención. Trabajaba siempre y en todo, por Dios, olvidado de si mismo. En cierta ocasión nos dijo: 'Por la gracia de Dios, jamás he tenido que confesarme de haber obrado por pasión. Tal vez sea porque no soy capaz de ver a fondo en mi conciencia, pero, en todo caso, nunca me he descubierto ese pecado con claridad suficiente para tener que confesarlo' ". Esto es realmente admirable, teniendo en cuenta que San Alfonso era un Napolitano de temperamento apasionado y violento, que podía haber sido presa fácil de la ira, el orgullo y de la precipitación.
Obispo
A los 60 años fue elegido obispo de Sant' Agata de' Goti, diócesis pequeña con 30,000 habitantes, diecisiete casas religiosas y cuatrocientos sacerdotes entre los cuales habían varios que no practicaban su ministerio sacerdotal o llevaban mala vida. Algunos celebraban la misa en 15 minutos. San Alfonso los suspendió "ipso facto", a no ser que se corrigiesen, y escribió un tratado sobre ese punto: "En el altar el sacerdote representa a Jesucristo, como dice San Cipriano. Pero muchos sacerdotes actuales, al celebrar la misa, parecen mas bien saltimbanquis que se ganan la vida en la plaza pública. Lo mas lamentable es que aun los religiosos de ordenes reformadas, celebran la misa con tal prisa y mutilando tanto los ritos, que los mismos paganos quedarían escandalizados….Ver celebrar así el Santo Sacrificio es para perder la fe".
Poco tiempo después se desata en su diócesis una terrible epidemia que San Alfonso había profetizado 2 años antes. Se morían por millares. El santo, para ayudar a las víctimas, vendió todo lo que tenía y La Santa Sede le autoriza a usar fondos de la diócesis y contrae grandes deudas.
Sus esfuerzos por reformar la moralidad pública le trajo numerosos enemigos que lo amenazaron de muerte. Solía decir: "Cada obispo está obligado a velar por su propia diócesis. Cuando los que infringen la ley se vean en desgracia, arrojados de todas partes, sin techo y sin medios de subsistencia, entraran en razón y abandonaran su vida de pecado".
Dirigió la diócesis de Santa Agata por 19 años.
Y mas pruebas...
En Junio de 1767, sufre un terrible ataque de reumatismo que casi lo lleva a la muerte.
Al terminar de celebrar la misa el 21 de septiembre de 1774, San Alfonso se desmayó y quedó inconsciente por 24 horas. Cuando regresó en sí, dijo a los presentes: "Fui a asistir al Papa, que acaba de morir". El Papa Clemente XIV muere el 22 de Septiembre de 1774.
En 1775 San Alfonso pidió a Pío VI que le permitiera renunciar al gobierno de su sede. El Papa le concede teniendo en cuenta su enfermedad. San Alfonso se retiró ciego y sordo. Fue a pedir hospitalidad a sus hijos espirituales, en Nocera, cerca de Nápoles, pensando así acabar tranquilamente sus días.
En 1777, los Redentoristas son atacados de nuevo. El Santo sufre con paciencia muchas humillaciones a causa de la traición de Monseñor Testa que era Capellán del Rey. El Santo se vio excluido de la congregación que había fundado.
Dios le reservaba una prueba aún mas dura. Entre 1784 y 1785, el santo atraviesa por un terrible periodo de "noche obscura del alma", sufre tentaciones sobre su fe y sus virtudes. Se ve abrumado por sus escrúpulos, temores y alucinaciones diabólicas. Le duró 18 meses, con intervalos de luz y reposo. A esto le siguió un periodo de éxtasis, profecías y milagros.
Gran escritor
Sus últimos 12 años de vida se dedicó a escribir, aumentando así sus obras ascéticas y teológicas. Sus mas conocidos libros son: La Practica de amar a Jesucristo, la Preparación para la muerte, las Glorias de María.
La Teología Moralis fue una obra que influyó en la formación del clero hasta hace pocos años.
El santo murió 2 meses antes de cumplir 91 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787.
El Papa Pío VI en 1796 decreta la introducción de la causa de beatificación de Alfonso María Ligorio.  La beatificación se da en 1816
Fue canonizado en 1839.
En 1871 fue declarado Doctor de la Iglesia y propuesto como patrono de los confesores y de los teólogos de moral.


San Alfonso María de Ligorio
St Alphonsus Liguori.jpg
Obispo y Fundador
Proclamado Doctor de la Iglesia el 7 de julio de 1871 por el papa Beato Pío IX
Nombre Alfonso Maria de' Liguori
Apodo Doctor Zelantissimus
Nacimiento 27 de septiembre, 1696
Marianella, Reino de Nápoles
Fallecimiento 1 de agosto de 1787
Pagani, Reino de Nápoles
Venerado en Iglesia Católica
Beatificación 15 de septiembre de 1815 en Roma por Pío VII
Canonización 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI
Festividad 1 de agosto
Atributos su principal atributo es el crucifijo, y es frecuente su representación con el rosario, libros, y la figura de la Virgen María. Su espalda deformada por la artrosis es otra característica que influyó en la iconografía popular.
Patronazgo abogados, moralistas y confesores. Es patrono de los enfermos de artrosis, de Pagani y co-patrono de Nápoles
Alfonso María de Ligorio (Marianella, Reino de Nápoles, 27 de septiembre de 1696 - Pagani, Reino de Nápoles, 1 de agosto de 1787). Religioso italiano, obispo de la Iglesia católica y fundador de la orden de los Redentoristas. Canonizado en 1839 y proclamado «Doctor de la Iglesia» en 1871, es el patrono de los abogados católicos, de los moralistas y de los confesores. Escribió más de 111 obras, entre las cuales cabe destacar el Tratado de Teología moral, escrito entre 1753 y 1755 y Las Glorias de María, escrito en 1750.


Biografía

Sus primeros años

Bautizado con los nombres de Alfonso María Antonio Juan Francisco Cosme Damián Miguel Ángel Gaspar de Ligorio, fue hijo de José de Ligorio y Catalina Ana de Ligorio. Fue el primero de siete hermanos en el marco de una familia de la nobleza napolitana. De niño le visitó San Francisco de Jerónimo quien en una bendición anunció: «Este chiquitín vivirá 90 años, será obispo y hará mucho bien».
Ingresó en la Hermandad de la Nobleza aún joven y comenzó su formación intelectual aprendiendo los idiomas español, francés, griego y latín. También inició estudios de geografía, literatura, matemáticas, gramática, música, arquitectura, pintura y arte animado por su padre, quien deseaba que fuera un exitoso político. Siendo un adolescente de 12 años, en 1708, dados sus grandes conocimientos, se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nápoles, y esta Facultad lo aceptó el 19 de marzo de ese año en el Colegio de Doctores.1 Como un caso excepcional, a los 16 años obtuvo con notas sobresalientes el grado de doctor en derecho civil y en derecho canónico.

El sacerdocio

Como abogado tuvo varios éxitos ya que inspiraba confianza en sus defendidos, persuadía mediante su elocuencia y un marcado desinterés por el dinero. Sin embargo, decidió apartarse de la profesión cuando defendió al Doctor Orsini contra el duque de Toscana. Cuando pensaba haber obtenido el triunfo de su cliente, le hicieron firmar una declaración amañada en la cual establecía que se había equivocado. Alfonso se retiró a su casa y se encerró en su cuarto durante tres días sin comer: solo se dedicó a rezar y a llorar.
Altar de la «iglesia de Santa María de la Merced y San Alfonso María de Ligorio» (antiguamente llamada «iglesia de Santa María de la Redención de los Cautivos»), lugar de culto de Nápoles que se encuentra en el corazón del centro histórico. Allí rindió Alfonso María de Ligorio su espada de caballero.
Seguidamente hizo un retiro en el Convento de los Lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722, lo cual reavivó su fervor religioso. El 28 de agosto de 1723, estaba visitando a los enfermos del Hospital de Incurables, cuando experimentó un llamado interior a renunciar a posesiones materiales y seguir a Jesuscristo, reiterándose esta situación lo que le hizo dejar el Hospital y renunciar a su espada de caballero ante una imagen de María en la «iglesia de Santa María de la Redención de los Cautivos». Así decidió hacerse sacerdote ingresando como novicio en el Oratorio. Su padre, molesto ante el fracaso de los planes de matrimonio que concibió para su hijo, y por el rechazo de su hijo hacia la abogacía, ofreció una enérgica oposición de dos meses a la decisión de Alfonso. Finalmente, el padre le dio permiso de hacerse sacerdote, bajo la condición de que viviese en su casa, lo cual Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano. El 23 de octubre recibió el hábito clerical, y continuó con sus estudios sacerdotales en su casa.
Recibió las órdenes menores en diciembre de 1724, y el subdiaconado en septiembre de 1725. Fue ordenado diácono el 6 de abril de 1726, y poco después pronunció su primer sermón. El 21 de diciembre de 1726, a la edad de treinta años, fue ordenado sacerdote. Rápidamente obtuvo fama en Nápoles como predicador popular. Por un total de seis años se consagró a la evangelización de Nápoles y de su región.
Alfonso vivió los primeros años de su sacerdocio con la gente «sin techo» y la juventud marginada de Nápoles. Fue entonces cuando fundó las llamadas «Capillas del atardecer», organizadas por los propios jóvenes. Se trataba de lugares de oración, de comunidad, de escucha de las Sagradas Escrituras, de actividades sociales y de formación. Al momento de la muerte de Alfonso, el número de capillas activas alcanzó las 72, con más de 10.000 miembros.2
En 1729, Alfonso emprendió un circuito misionero más amplio. En el interior del entonces Reino de Nápoles, encontró gente mucho más pobre y abandonada que los niños y jóvenes que había visto hasta entonces en las calles de Nápoles.2 Su forma de predicar sencilla y directa («para que el campesino humilde pueda comprender el mensaje») tuvo fuerte influencia moral y espiritual en su audiencia.

La «Congregación del Santísimo Redentor»

Alfonso María de Ligorio, en una representación del siglo XIX, que lo muestra afectado por artrosis cervical progresiva y aferrando con su mano izquierda el crucifijo
El 9 de noviembre de 1732, Alfonso fundó la «Congregación del Santísimo Redentor», orden conocida hoy como Redentoristas.1 La congregación, que por 17 años se llamó «Congregación del Santísimo Salvador», comenzó a funcionar en un pequeño hospicio perteneciente a las monjas de Scala. Aunque Alfonso era el fundador y de hecho la cabeza del Instituto, en un principio la dirección general fue asumida por el Obispo de Castellamare. Recién a la muerte de éste último, el 20 de abril de 1743, Alfonso fue elegido formalmente Superior-General.
Fue el Papa Benedicto XIV quien aprobó la Regla y el Instituto para hombres en 1749. Durante todos esos años, Alfonso le imprimió a su trabajo un carácter eminentemente misionero. Se dedicaba gran parte de cada año a atravesar el Reino de Nápoles llevando misiones, incluso a los pueblos más pequeños.

Su consagración episcopal

Vitral que representa a Alfonso María de Ligorio en su carácter de obispo, con el báculo de pastor. El vitral, del siglo XIX, se ubica en el transepto norte de la Catedral de Carlow en Irlanda, y es obra de Franz Mayer & Co.
Alfonso María de Ligorio fue nombrado obispo de la pequeña diócesis de Agatha dei Goti en 1762 por el Papa. Este nombramiento le aterró, queriendo renunciar de inmediato a tal honor. Sin embargo, el Papa no le aceptó la renuncia. Allí ejerció su ministerio episcopal entre 1762 y 1775.1 Fue un innovador en sus esfuerzos por reformar la administración de la diócesis y elevar la calidad y el entrenamiento del clero.
El período que permaneció en Agatha dei Goti fue aquél en el cual se produjo su transformación somática tan conocida iconográficamente, resultado de una artrosis cervical progresiva.1 En 1775, como consecuencia de la salud cada vez más débil de Alfonso, el papa Pío VI hizo lugar a sus insistentes ruegos y le permitió volver a la casa redentorista de Pagani, donde le aguardaban sus años más amargos.

Sus últimos años

En efecto, sus últimos doce años serían todavía más difíciles y dolorosos, por los agudos sufrimientos físicos, los tormentos espirituales, los esfuerzos agotadores por ganar reconocimiento para la congregación y la existencia de amargas contiendas dentro de la misma.1
Junto con la necesidad de la aprobación vaticana de su regla, se requería también la obtención de la aprobación del monarca reinante en Nápoles, en ese tiempo bajo el control de España. Alfonso sintió que su proyecto estaba atrapado en medio de las tensiones entre la Iglesia y el Estado. Prácticamente ciego e incapacitado para dirigir personalmente a su grupo, fue expulsado de la orden que él mismo había fundado como consecuencia de no haber leído un documento de vital importancia antes de firmarlo. Ni siquiera su virtual ceguera y su salud declinante fueron aceptadas como atenuantes. Así, él atravesó circunstancias eclesiásticas sumamente amargas en razón de esa situación canónica irregular de los redentoristas del reino de Nápoles, y se vio alejado de su propia congregación por decisión equivocada del papa Pío VI en 1780.1 Sin embargo, Alfonso no levantó jamás su voz contra la autoridad de Roma, y supo morir a la hora del Angelus del 1 de agosto de 1787.1
Poco después de su muerte, cesaron las divisiones en su congregación y se reconocieron los errores cometidos contra él. Los redentoristas obtuvieron el reconocimiento pleno y se expandieron primero por Europa y América del Norte, hasta totalizar hoy su presencia en 78 países del mundo.3

Canonización y Patronazgos

Relicario que contiene el cuerpo de Alfonso María de Ligorio, en la Basílica que lleva su nombre en Pagani
Alfonso María de Ligorio adquirió fama de santidad ya en vida y pocos meses después de su muerte se inició el proceso de valoración de su persona por parte de la Iglesia.1 El 20 de febrero de 1807 la Iglesia Católica declaró la heroicidad de las virtudes de Alfonso María de Ligorio. Fue beatificado el 15 de septiembre de 1815 y canonizado por el papa Gregorio XVI el 26 de mayo de 1839 . En 1871, Pío IX lo declaró Doctor de la Iglesia. Es el único caso en que una persona recibió ese título a menos de un siglo de acaecida su muerte. En 1950, Pío XII lo proclamó patrono de los confesores, de los moralistas y de Pagani. La ciudad de Nápoles lo tomó como santo patrón, junto con San Gennaro y Tomás el Apóstol.1

Maestro de la vida espiritual

Cristo en la cruz, cuadro pintado por Alfonso María de Ligorio alrededor de 1718
Alfonso María de Ligorio es considerado uno de los grandes maestros de la vida espiritual de la Iglesia Católica, y uno de los santos que mayor influencia tuvo en la devoción a María, madre de Jesús.
Elaboró un sistema de teología moral que recibió el nombre de equiprobabilismo, sistema que evita los excesos del rigorismo en general, del jansenismo en particular, y del laxismo. Se opuso al legalismo estéril y al rigorismo estricto que, según él, cerraba los caminos del Evangelio. Sostenía que tal rigor no se había enseñado ni practicado en la Iglesia. Su sistema de teología moral se caracteriza por su prudencia, evitando el probabilismo y, en particular, el laxismo, como así también el rigor jansenista extremo.
En su Teología Moral, Ligorio enseñó que todos están llamados a la salvación, y que los medios se hallan disponibles para todas las personas. Según él, la salvación no es cuestión de "torturas" o de un cumplimiento legalista de la ley, sino de una vida de amor. El valor de la libertad humana y la importancia de una conciencia individual informada fueron otros temas sobre los que Ligorio puso el énfasis. Al mismo tiempo fue un pionero en resaltar la importancia de tomar en cuenta las circunstancias concretas de una situación al evaluar la conducta moral. Las contribuciones de Ligorio en esta área generaron tanto controversias como admiración.
Junto con Francisco de Sales (1567-1622), Alfonso María de Ligorio puede considerarse uno de los grandes promulgadores de un nuevo tipo de devoción en Europa. En efecto, el siglo XVIII en el cual vivió se caracterizó por ser un período de transición en la historia de la práctica devocional. Tanto Francisco de Sales como Alfonso Ligorio hicieron hincapié en aspectos personales y afectivos en su forma de manifestar su piedad, subrayando el matiz individual en su relación con Dios.4

Algunas de sus obras

El catálogo de obras de Alfonso María de Ligorio alcanza 111 títulos, a los que se suman tres volúmenes con la edición de su correspondencia. Entre originales y traducciones en 70 idiomas, se contabilizan 21.000 ediciones. Una de las innumerables ediciones a su libro Visitas al Santísimo Sacramento alcanzó los 250.000 ejemplares.1 [[Archivo:Pagani-basi.jpg|thumb|175px|Pontificia Basílica de San Alfonso María de Ligorio en Pagani (Italia)
Algunas de sus obras son:
  • 1728: Publica su primera obra: Máximas eternas.
  • 1745: Reflexiones útiles a los obispos
  • 1745: Visitas al Santísimo Sacramento.
  • 1748: Inicia su gran obra: Teología Moral.
  • 1750: Las Glorias de María, probablemente la más conocida de sus obras.
  • 1752: Semblanzas de sus grandes amigos Jenaro M' Sarnelli y Vito Curzio.
  • 1755: La práctica del confesor.
  • 1757: El Homo apostolicus.
  • 1759: El gran medio de la oración.
  • 1760: La monja santa y Selva de materias predicables.

Referencias

  1. a b c d e f g h i j Marques, L.C.L. (2000). «Alfonso María de Ligorio». En Leonardi, C.; Riccardi, A.; Zarri, G. (en español). Diccionario de los Santos, Tomo I. España: San Pablo. pp. 129-135. ISBN 84-285-2258-8.
  2. a b «San Alfonso de Liguori» (en español). Los redentoristas santos. Consultado el 29 de julio de 2011.
  3. Michael Brehl. «Los redentoristas» (en español). Consultado el 29 de julio de 2011.
  4. Sánchez Herrero, José (2008) (en español). Historia de la Iglesia en España e Hispanoamérica: desde sus inicios hasta el siglo XXI. Madrid (España): Sílex ediciones. p. 284. ISBN 978-84-7737-192-2.

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