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Pedro (Pere) Tarrés, Beato |
Fecha de beatificación: Fue beatificado el 5 de septiembre de
2004.
Pere Tarrés i Claret nace
el 30 de mayo de 1905 en Manresa, provincia de
Barcelona, Cataluña (España).Sus padres Francesc Tarrés Puigdellívol y Carme Claret
Masats eran creyentes y ejemplares; tienen otras dos hijas, Francisca
y María. Pere es bautizado el 4 de junio en
la parroquia de la Virgen del Carmen.
La familia realiza frecuentes
traslados (Badalona, Mataró, Barcelona) a causa del trabajo del padre
(mecánico); en Badalona Pere es confirmado el 31 de mayo
de 1910. Alumno de los Padre escolapios recibe la primera
comunión el 1 de mayo de 1913. En 1914 la
familia retorna a Manresa y Pere estudia con los padres
jesuitas.
Adolescente de carácter alegre y abierto, cariñoso con sus padres
y hermanas, amante de la naturaleza, contemplativo, místico con alma
de poeta. Habitualmente ayuda en la farmacia del Sr. Josep
Balaguer, quien lo encamina hacia la continuación de los estudios.
Obtiene
una beca de estudios que le permite concluir el bachiller
en el colegio de San Ignacio. Con otra beca de
estudios, obtenida con la ayuda de algunos médicos que lo
estimaban, puede acceder a la Facultad de Medicina de la
Universidad de Barcelona. Desde 1921 vive en el barrio popular
de Gracia, donde participa del Oratorio de San Felipe Neri
y allí, desde 1922 a 1936, es hijo espiritual del
P. Jaume Serra.
Es miembro de la Federaciò Jovens Cristians con
ardiente celo apostólico. La Federaciò es Acción Católica (A.C.) como
el Papa Pío XI la proponía entonces: oración, estudio y
acción, bajo la dirección de la jerarquía local. Pere cubre
encargos en la Federaciò y en la A. C. contemporáneamente.
Para Pere el secreto de la vida espiritual de los
militantes está en la devoción eucarística y el amor filial
a la Madre de Dios.
En julio de 1925 muere su
padre y poco tiempo después su madre sufre un accidente
que la deja inválida.
En la Navidad de 1927, estando en
Monistrol de Calders, hace el voto de castidad con la
aprobación de su director espiritual.
En 1928, después de haber concluido
la carrera de Medicina (con premio extraordinario), se establece definitivamente
en Barcelona. Durante este período sus hermanas ingresan en el
convento de las Concepcionistas. Junto con su compañero, Dr. Gerardo
Manresa, funda el sanatorio – clínica de Nuestra Señora de
la Merced de Barcelona.
Durante el ejercicio de su profesión de
médico es ejemplar en la caridad y en la vida
de piedad; jamás pierde aquella alegría contagiosa que le permite
tratar con respetuosa familiaridad a los enfermos.
Tarrés el 8 de
julio de 1936 se traslada al Monasterio de Monserrat para
realizar los ejercicios espirituales, que son interrumpidos el día 21
por el Alzamiento nacional; Pere se traslada a la Generalitat
y logra obtener la tutela de la policía para preservar
la integridad del Monasterio de la barbarie de los anárquicos.
Refugiado en Barcelona lleva, a escondidas, la comunión a los
perseguidos por los milicianos rojos y logra escapar a una
perquisición realizada en su casa.
En julio de 1938 debe enrolarse
en el ejército republicano como médico. Gracias a su coraje
y dedicación los mismos soldados piden su promoción a capitán
del ejército. Dedicaba parte de su tiempo al estudio del
latín y de la filosofía, en preparación a sus futuros
estudios sacerdotales y no pierde ocasión de manifestar su fe.
En enero de 1939 retorna a su casa del frente
de guerra. El 26 de enero de 1939 se rinde
Barcelona al ejército nacional. Integrado en la vida normal continua
su actividad de médico, cubre algunos encargos en la A.C.
y se prepara para ingresar en el Seminario de Barcelona
evento que tendrá lugar el 29 de setiembre de 1939.
En
1941 año en el cual muere su madre recibe las
Órdenes menores y el subdiaconado (20 de diciembre) y al
año siguiente el diaconado (22 de marzo de 1942). Ordenado
presbítero el 30 de mayo de 1942 el obispo lo
designa coadjutor (vicario) de la parroquia de San Esteban de
Sesrovires el 3 de junio. En 1943, por deseo del
Obispo, va a estudiar a la Universidad Pontificia de Salamanca
donde obtiene la Licencia en Teología el 13 de noviembre
de 1944.
A su retorno a Barcelona recibe los siguientes nombramientos
pastorales: vice-asistente diocesano de los jóvenes de la A.C., asistente
del centro parroquial de las mujeres y de las jóvenes
de A.C. de la parroquia de San Vicente de Sarriá
(1944), capellán de la comunidad y del colegio de las
Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción (1945).
En las distintas
obras apostólicas que le encargan no le faltan dificultades que
lo hacen sufrir pero él sabe responder con actitudes evangélicas
de caridad, prudencia y fortaleza sembrando desde la cruz la
tierra de su apostolado. El 17 de noviembre de 1945
escribe en su Diario che se siente sumergido en el
océano del apostolado, como había soñado por tanto tiempo, con
el mismo fuego y entusiasmo que, desde laico, sintió por
la Federaciò. Antes de morir expresará su alegría por el
apostolado en la A.C. femenina de Sarriá, afirmando: “Yo soy
hijo de obreros. En el cielo trabajaré mucho por todas
Uds.”.
Durante las vacaciones en el santuario de la Virgen de
Nuria, en el Pirineo de la provincia de Gerona, a
2.000 mt., recibe numerosos grupos de jóvenes de A.C.
También cubre
los siguientes encargos: consejero y asesor de los Oblatos laicos
benedictinos y de la Unions di scolans di Monserrat –antiguos
miembros cantores del coro del monasterio- (1946), director de la
Obra de la Visitación de Nuestra Señora, actividad destinada a
procurar ayuda material y espiritual a los enfermos pobres (1947);
beneficiado de la parroquia de Santa Ana (1949); consejero de
la Escuela Católica de enseñanza social de Barcelona (1949); confesor
ordinario del Seminario (1949); delegado diocesano de la Protección de
la Mujer (1949); director espiritual del Hospital de Las Magdalenas,
donde se acogen mujeres en fase terminal, por la prostitución
o la extrema miseria moral. Pere Tarrés dejó una huella
perenne y benéfica en todos los que lo trataron por
actividades apostólicas.
El 17 de mayo de 1950 le realizaron una
biopsia cuyo diagnóstico fue linfosarcoma linfoblástico. Tarrés vivió su enfermedad
con una actitud de total abandono en Dios y ofreciendo
su vida por la santificación de los sacerdotes. El 31
de agosto de 1950, a 45 años, moría en la
Clínica que había fundado. Fue sepultado en el cementerio de
Montjuic. El 6 de noviembre de 1975 sus restos mortales
fueron trasladados a la iglesia parroquial de San Vicente de
Sarriá, donde aún reposan.
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