miércoles, 29 de agosto de 2012

Ramón Nonato, Santo

Cardenal, 31 de agosto
Ramón Nonato, Santo
Ramón Nonato, Santo

Religioso, cardenal, Patrón de las parturientas

Martirologio Romano: En Cardona, de Cataluña, san Ramón Nonato, que fue uno de los primeros socios de san Pedro Nolasco en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos (c. 1240).

Fecha de canonización: Fue canonizado en 1657 por el Papa Alajandro VII
Nació en los mismos comienzos del siglo XIII.

Su nombre deja boquiabierto a quien lo oye o lo lee por primera vez. Nonnato -Nonato por más breve- sugiere a un santo sólo potencial; como si la palabra fuera un slogan publicitario que estuviera invitando a quien lo lee o escucha a que se decidiera a iniciar una programa que acabara con la santidad del guión preestablecido. De hecho, significa no-nacido. ¿Pretenderá decir el extraño nombre que, por no haber nacido todavía el santo que rellene el expediente completo de sus cualidades y virtudes, está como esperando la Iglesia a que haya uno que se decida de una vez a reproducirlas? Eso sería, lógicamente, confundir la santidad como algo que brota de la voluntad y decisión humana, cuando ella es en verdad el resultado de la acción del Espíritu Santo con quien se coopera libremente. Sería sencillamente pelagianismo.

El calificativo -que ha pasado ya a ser nombre- le viene a Ramón por el hecho de haber sido sacado del claustro materno, por medio de una intervención quirúrgica, cuando ya había muerto su madre. Por eso no nació como nacen normalmente los niños, lo extrajeron. Fue en Portell, en Lérida, cuando se iniciaba el siglo XIII.

La buena y alta situación de su padre le posibilitó crecer en buen ambiente y formación, aunque sin el cariño y los cuidados de una madre. Cuentan de su primera juventud la devoción especialísima a la santísima Virgen que le llevaba con frecuencia a visitar la ermita de san Nicolás donde pasaba ratos mientras sus rebaños pastaban. Luego su padre quiso irlo incorporando poco a poco a las tareas de administración de sus posesiones y esa fue la razón por la que se le encuentra en Barcelona en el intento de aprender letras y números. Allí tuvo ocasión de trabar amistad con Pedro Nolasco -que por aquel entonces era comerciante- y de compartir mutuamente los deseos de fidelidad a la fe cristiana vivida con radicalidad, llegando incluso a considerar la posibilidad de entrar en el estado clerical.

Como el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo Pedro Nolasco.

Noviciado, profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de santa Eulalia se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su lugar si procede.

En el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.

A su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir, antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.

Por el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.

Desaparecieron las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.

Lo que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profean todas las parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.

Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.
 

SAN RAMÓN NONATO

SANTO PATRONO DE LAS PARTURIENTAS

31 de Agosto

VIDA Y OBRA DE SAN RAMÓN NONATORamón Sarroy vió la luz de este mundo por primera vez en la localidad de Portell, situada en la comarca catalana de la Segarra, en lo que hoy es España, cerca de Barcelona, en los inicios del siglo XIII.
Descendía de padres virtuosos, emparentados con la ilustre familia de Cardona. Su madre murió antes de venir Ramón al mundo, y el niño vivió gracias a una operación cesárea practicada con una daga de cazador sobre el cuerpo ya muerto de su madre, por lo que se le llamó “nonato”, del latín non natus, que significa “no nacido”.
Desde muy temprana edad fue devoto, humilde, manso, prudente, obediente a su padre, temeroso de Dios cuidadoso de su conciencia, limpio en los pensamientos, modesto en su porte, discreto en las palabras, como un ángel en su actuar y querido por todos los que le conocían.
Su padre lo envió a Barcelona para que cursara sus estudios, cultivara relaciones con gente importante e hiciera carrera y fortuna. Pero Ramón dio muestras de inclinarse a los asuntos de Dios y buscaba la amistad del padre Pedro Nolasco, quien después vendría a ser el santo fundador de la orden de los mercedarios. Como esto contrariaba sus planes, su padre le hizo volver a Portell y lo puso al cuidado de ovejas en una finca de su propiedad.
Mientras Ramón pastoreaba sus rebaños por la seca y áspera Segarra, goza del silencio y el contacto con la naturaleza, siente con más fuerza la llamada interior, habla sin cesar con Dios, y siente crecer en su corazón un amor enorme por la Virgen María.
Otros pastores acusaron a Ramón diciendo a su padre que abandonaba el rebaño por sus oraciones en la ermita de San Nicolás y allí encontró a su hijo, orando... pero, ¿quién era aquel joven tan fuerte que cuidaba de las ovejas mientras su hijo rezaba? Se dio cuenta de que el cielo acudía en favor de Ramón, enviando a un ángel para ayudarle, y nunca más volvió a intervenir en el llamado de Dios a su hijo.
Pocos días después la misma Santísima Virgen María le anunció al joven pastor su deseo de que ingresara como religioso en la Orden de la Merced, recién fundada en Barcelona para la redención de los cristianos que, en aquel entonces, eran secuestrados o apresados por los musulmanes que exigían dinero como rescate a cambio de su libertad, si no lo obtenían, los esclavizaban o torturaban hasta morir, a menos que se convirtieran al islamismo.
Así, Ramón viajó a Barcelona y se puso en manos de San Pedro Nolasco, el fundador de la Merced. Creciendo siempre en el gozo de la virtud, cumplió el año del noviciado, hizo solemne profesión y recibió las sagradas órdenes. La presencia del joven fraile en el hospital de Santa Eulalia de Barcelona acrecentó su fama de bondad entre propios y extraños.
VIDA Y OBRA DE SAN RAMÓN NONATOLa caridad de Cristo le urgía a atender los dolores del prójimo y a ir a Argel, el principal mercado de esclavos de África, para poner en práctica el cuarto voto mercedario de la redención: “estar dispuestos a entregarse como rehenes y dar la vida, si fuese necesario, por el cautivo en peligro de perder su fe”, para ayudar a la salvación de las almas, en medio de enemigos, en la esclavitud, en las mazmorras, en los mercados africanos de venta de esclavos... para servir a Jesús hasta el martirio.
Designado por sus superiores para ir en redención de los cautivos, la alegría de padecer por Cristo y sus hermanos le inundaba. La Virgen le dijo: “como mi Hijo se sacrificó en la cruz, así tú has de moler el grano de tu cuerpo en el suplicio y en el dolor, y como Él es alimento y sostén en la Eucaristía, tú lo serás también de tus hermanos”.
Y Ramón predicó a los cautivos, los fortaleció en la fe, los consoló en los trabajos y exhortó a la paciencia. Servía a los enfermos, y curó a muchos de ellos. Se dice que pagó rescate por 600 cautivos en total. Cuando se acabaron las limosnas que traía de España para la redención, Ramón se convirtió en cautivo a cambio de la libertad de un cristiano. Su cautiverio lo aprovechó para tratar con moros y judíos, impugnar sus errores, enseñarles la fe católica y convertirlos al cristianismo con santas y eficaces razones.
Su predicación no pasó desapercibida: lo desnudaron y apalearon públicamente y se dice que, para que no volviese a hablar, le perforaron los labios con un hierro candente y se los cerraron con un candado, por espacio de ocho meses, que solo le abrían una vez al día, para comer su ración de pan de cebada. La Virgen, que le había asociado a Jesucristo en la tarea de redimir y salvar a sus hermanos los esclavos, no le dejó sólo en este martirio, sino que acudía a él para consolarle.
Los mercedarios lograron reunir el dinero para su rescate y, cuando llegó a Argel, embarcaron a Ramón hacia España. Ya en Barcelona, se le hizo un recibimiento como a un héroe triunfal. Pero él, ignorando aplausos, cantos y alabanzas, se abrió paso entre la gente que le aclamaba y corrió al sagrario de su convento a echarse a los pies de Jesús.
La noticia de su caridad, de su defensa de la fe, de su evangelización, de su labor redentora y de su martirio, llegó a conocimiento del papa Gregorio IX, quien le creó cardenal de la Santa Iglesia, sin que esto cambiara para nada su forma de vida austera y sacrificada.
Cuando en agosto de 1240 se dirigía a Roma, llamado por Gregorio IX, pasó por Cardona, para despedirse del vizconde Ramón VI, de quien era confesor. Aquí lo atacaron de pronto intensas fiebres que lo llevaron a la muerte. Pidió el santo viático y, como no hubo quien se lo administrase, se dice que el mismo Jesucristo, con un gran cortejo de ángeles, le dio el Santísimo Sacramento de su Cuerpo y Sangre.
Los señores de Cardona, los frailes de la Merced y el Obispado de Barcelona, contendieron sobre los restos mortales del santo. En vista de que no se ponían de acuerdo, determinaron someterse a un arbitrio providencial: cargar el cuerpo del santo sobre una mula ciega que no conocía el terreno, a fin de que fuera sepultado en el lugar en que ésta parase. Y haciéndolo así, el animal caminó sin parar por kilómetros, seguido de una gran muchedumbre, Ermita de la Madre de Dios, cerca de Portelldirectamente a la ermita de San Nicolás de Portell en donde San Ramón acostumbraba rezar, allí quedaron sus restos depositados y venerados hasta la revolución española de 1936, en que desaparecieron.
Al volver a la ermita, volvía al regazo de la Virgen, después de dar al mundo un pregón de amores: mariano, eucarístico y mercedario. Desde Portell su fama creció y por su intercesión se obraron multitud de milagros. Urbano VIII aprobó su culto inmemorial a 9 de mayo de 1626.
Contra la mentira pagana de un vivir materialista y comodino, se levanta la verdad alta y divina de la vida, santidad y milagros de San Ramón Nonato, flor amable del santoral mercedario y gloria auténtica del jardín de la Iglesia Católica. Al correr de los siglos, su figura fue exaltada por la devoción de los fieles, por las letras y por las artes. Las fiestas que aún hoy se celebran en su ermita de Portell concentran muchedumbres, no sólo de los habitantes de la Segarra, sino de toda Cataluña.
Abundan sus cofradías, y uno de los títulos que más popularidad le granjeó fue el de ser el abogado de las mujeres parturientas, en recuerdo de su especial nacimiento. También figura como patrono de las obras eucarísticas.
 
Ramón Nonato
San Ramón 001.jpg
Escultura de San Ramón Nonato por Juan de Mesa (1626-1627), Museo de Bellas Artes de Sevilla
Nacimiento 1204
Portell, Lérida
Fallecimiento 31 de agosto de 1240
Cardona, Barcelona
Venerado en Iglesia Católica Romana
Canonización Culto popular aprobado en 1657 por Alejandro VII
Festividad 31 de agosto
Atributos Palma del martirio con tres coronas, por las tres virtudes. Custodia. Birreta de Cardenal y bolsa de dinero a los pies.
Patronazgo República Dominicana, Balboa; partos; niños; embarazadas; personas falsamente acusadas; fiebre; parteras; recién nacidos; obstetras
San Ramón Nonato (Portell, 1204 - Cardona, 31 de agosto de 1240),1 religioso mercedario, fue un santo catalán. Su epíteto nonnatus (en latín: no nacido) se deriva de haber sido extraído del útero de su madre por cesárea después de que ella hubiera fallecido.1 Es el santo patrón de los partos, matronas, niños, embarazadas y personas acusadas falsamente.
Nació en Portell, comarca de La Segarra, entonces perteneciente a la diócesis de Urgel y, desde 1593, a la diócesis de Solsona. Se hizo miembro de la orden de los Mercedarios, fundada por San Pedro Nolasco para el rescate de cautivos católicos en manos de musulmanes del Norte de África. Se ordenó presbítero en 1222, y luego fue superior en varias comunidades de la Orden de la Merced. Como redentor de cautivos viajó al norte de África, pagó rescate por varios prisioneros y, siguiendo el cuarto voto de estos religiosos, cuando se agotó el dinero que llevaba, se quedó como rehén a cambio de la liberación de otro cristiano.
Estando cautivo, sus carceleros musulmanes lo martirizaron perforando sus labios con hierro candente para colocarle un cerrojo en su boca e impedir su prédica.2 Fue rescatado por su orden y en 1239 retorna a España.
El Papa Gregorio IX lo nombró cardenal1 pero, de camino a Roma, fallece en Cardona. Muchos milagros le fueron atribuidos antes y después de su muerte.
Fue canonizado por el papa Alejandro VII en 1657, celebrándose su festividad el 31 de agosto.1 Aunque su fiesta era de ámbito universal desde 1681, con la reforma del calendario fue reducida a culto local a partir de 1969.
Las ciudades de San Ramón en España, Saint-Raymond en Quebec, San Ramón en el cantón del mismo nombre en Costa Rica y San Ramón de la Nueva Orán en Argentina fueron bautizadas en su honor.
En Buenos Aires, Argentina, existe un santuario en su honor en la calle Cervantes 1150.3 En Oaxaca de Juárez, México, también se le considera patrón de los animales y cada 31 de agosto se celebra la correspondiente bendición.4

Notas y referencias

  1. a b c d «Catholic Encyclopedia: St. Raymond Nonnatus». Consultado el 30 de agosto de 2011.
  2. «The Cardinals of the Holy Roman Church. Biographical Dictionary. Consistory of 1239» (en inglés). Consultado el 24 de noviembre de 2011.
  3. «Santuario de San Ramón Nonato». Consultado el 24 de noviembre de 2011.
  4. «Fiestas populares en Oaxaca de Juárez». Consultado el 30 de agosto de 2011.

Enlaces externos



San Ramón Nonato
Religioso, Cardenal. Patrón de las parturientas.
Ramón significa: "protegido por la divinidad" (Ra=divinidad. Mon=protegido)
Fiesta: 31 de agosto
Se carece de documentación fidedigna sobre los detalles de la vida San Ramón. He aquí lo que hemos podido recoger de la narración de Alban Butler y otras fuentes.
San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.
Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.
San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y  predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar  algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.
A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió  el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolas de Portell.
El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657.
San Ramón Nonato es el patrono de las parturientas y las parteras debido a las circunstancias de su nacimiento.
La comisión nombrada por el Papa Benedicto XIV propuso suprimir del calendario general la fiesta de San Ramón por la dificultad de encontrar documentos fidedignos sobre su vida.

Oración: San Ramón Nonato, te rogamos por todos los católicos que sufren persecución, por los niños no nacidos y por sus padres.

SAN RAMÓN NONATO
Su fiesta se celebra el 31 de Agosto. Fue presbítero (+ 1240)

Un buen ejemplo para las madres de hoy que tratan de limitar la descendencia y algunas, lo que es peor, traman quitar la vida a los indefensos no nacidos.
En la provincia de Lérida (España), en una casita de campo, cerca del pueblo del Portell, y descendientes de las nobles familias de los Fox y Cárdenas, vino al mundo este niño de modo milagroso ya que fue extraído del vientre de su madre cuando ella ya estaba muerta, de aquí el sobrenombre con que es conocido, No-Nato, no nacido.
Los planes de Dios no son nuestros planes. Tampoco los planes de los padres, a veces, son los mejores para sus hijos. En muchas ocasiones, ellos buscan su propio egoísmo en lugar del bien de sus hijos. El padre de Ramón le envío a Barcelona para que hiciera amistad con gente rica, hiciera carrera, y el día de mañana fuera su orgullo y su sostén.
Al poco tiempo de llegar a Barcelona, Ramón se entregó a una vida de profundo estudio pero no menos se dedicó a la vida de piedad. Para ello, en lugar de hacer amistad con ricos, se preocupaba de los libros y de los necesitados. Al enterarse, su padre le mandó volver a Portell y allí le encargó el cuidado de unas ovejillas. Hizo amistad con otros pastores, pero como el demonio no duerme, pronto algún envidiosillo le acusó al amo de las ovejas de que abandonaba el ganado. El amo le creyó y cierto día le siguió de lejos para ver si era verdad. Y ciertamente así era: El jovencillo Ramón se retiraba a un lugar solitario, y, puesto de rodillas, se entregaba a la oración. Pero la maravilla del amo subió de emoción al ver que un joven bien apuesto, con alas de ángel, cuidaba de su rebaño y alimentaba en los mejores pastos a sus ovejas. De hecho eran las que más lana y leche producían. La envidia se trocó en admiración y respeto.
Por este tiempo es cuando se puso al servicio total de la Virgen María y bajo su amparo. Un día, mientras cuidaba de sus ovejillas, le habló así: "Madre mía, tú sabes que yo no he tenido la dicha de conocer a mi madre en la tierra, pero te conozco a Ti y te amo ¿no querrás suplir a mi madre de la tierra?" - Y la Virgen María le contestó: "Sí, sí, hijo mío, acepto con gusto ser tu madre..."
Hasta los oídos de Ramón llegaron los prodigios que obraba en Barcelona un joven  llamado Pedro Nolasco (posteriormente Santo) que trataba de fundar una Orden para redención de los pobres cautivos, que, caídos en manos de los sarracenos, eran llevados a las mazmorras de África. Marchó a Barcelona y se encontró con él y se puso a su servicio y bajo su dirección espiritual.
En Barcelona se entregó a hacer obras de caridad por las calles y en los domicilios particulares. Sobre todo, dejó huellas de su gran caridad para con toda clase de enfermos en el Hospital de Santa Eulalia. Una antigua biografía nos lo pinta así: "Era de caridad incandescente, que amaba las letras y aprovechaba mucho en ellas. De pueblo en pueblo iba llevando la Buena Nueva del Evangelio; todos los caballeros y nobles le respetaban; todos los pobres le amaban y todos seguían sus huellas...
Por fin iba a llegar al heroísmo su caridad: Se entregó a cambio de un cautivo y estuvo en las cárceles de Argel. Grandes sufrimientos padeció allí por amor a Jesucristo y a sus hermanos los hombres. Era por el 1237. Predicaba tanto y con tanto enardecimiento de Cristo que, para evitarlo, los moros le pusieron un candado en su boca. Como premio, el Papa le hizo cardenal de la Iglesia pero no se enorgulleció por ello. Enamorado de Jesús Eucaristía y de María, partía a la eternidad por el año 1240.
Texto de "El Santo de cada día", por Justo y Rafael Mª López-Melús

NOVENA A SAN RAMÓN NONATO
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.

Acto de contrición:
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podeís castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.



Dios, Padre de bondad, que me has dado el inmenso beneficio de engendrar un hijo, gracias por habernos hecho partícipes de tu paternidad, dando la existencia a un nuevo ser. Ante la espera de su alumbramiento vengo a pedir tu protección, por intermedio de mi abogado San Ramón Nonato, para que este fruto de mis entrañas llegue a feliz término. Así lo espero por los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo tu Hijo y los de su Santísima Madre María. Amén.

Oración a San Ramón

A ti acudo glorioso San Ramón en estos días que preceden a mi maternidad, para implorar de tu mediación la gracia de un parto feliz que, colmando mis deseos, premie mis esperanzas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

V. Glorioso San Ramón Nonato R. Ruega por nosotros.

Preces a la Virgen Madre

Señor, ten piedad (bis)
Cristo, ten piedad (bis)
Señor, ten piedad (bis)

Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo Redentor, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros.


V. Santa María,
R. Ruega por nosotros.
V. Santa Madre de Dios,
R. Ruega por nosotros.
V. Hija del Eterno Padre,
R. Ruega por nosotros.
V. Esposa del Espíritu Santo,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de Jesucristo,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre del Redentor,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre del Salvador,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de la Iglesia,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de todos los hombres,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre nuestra,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de Mercedes,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de nuestra esperanza,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu Concepción inmaculada,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu felicísimo nacimiento,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu maternidad divina,
R. Ruega por nosotros.
V. Por el nacimiento de tu Hijo,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu maternidad universal,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu amor a Jesús, tu Hijo,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu amor maternal hacia nosotros,
R. Ruega por nosotros.


Jesús, Hijo del Eterno Padre, perdónanos. Señor. Jesús, Hijo de María Virgen, escúchanos, Señor. Jesús, hermano nuestro, ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración. Dios Padre nuestro que escogiste a la Virgen María para ser la Madre de tu Hijo Jesucristo y preparaste en ella una digna morada para que tomara nuestra carne, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos, para que, por su intercesión, atiendas favorablemente nuestra plegaria. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
(Tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias)
Oración final:

Oh Dios, que manifestaste de modo admirable tu amor a tu siervo Ramón Nonato trayéndole a la vida de modo maravilloso y lo pusiste como protector de las que vamos a ser madres, por sus méritos e intercesiones te suplico que la nueva vida que has hecho germinar en mí venga felizmente a aumentar el número de tus hijos. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.


V. Piadosísima Madre de la Merced.
R. Ruega por Nosotros.
V. San Ramón Nonato.
R. Ruega por nosotros.
V. Ave María Purísima.
R. Sin pecado concebida.

ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DEL NACIMIENTO DE UN/A  HIJO/A.

Acción de gracias después del nacimiento del hijo.

Hoy, Señor, vengo ante tu altar con el alma henchida de alegría y agradecimiento para darte gracias por todos los beneficios que he recibido de tu bondad y especialmente porque ha terminado felizmente nuestra espera, con el nacimiento de este hijo que nos has dado y que más que nuestro es tuyo. Por eso venimos a ofrecértelo. Tuyo es, como todos somos tuyos y, tuyos queremos seguir siendo siempre. Nos comprometemos a presentárselo a la Iglesia para que, al ser bautizado, quede consagrado a Ti. Nos comprometemos a educarle en la fe cristiana con nuestro ejemplo y con nuestro consejo. Que la ayuda maternal de María sea guía en esta misión.

Queremos darte las gracias por mediación de San Ramón Nonato, protector nuestro. Que su intercesión nos ayude también a dar a nuestro hijo una santa educación. Te lo pedimos por tu amado Hijo Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.


(Tres Padre Nuestros)
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