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Audeno de Rouen, Santo |
Obispo
Martirologio Romano: En Clichy, en la región de París, muerte
de san Audeno, obispo de Ruan (Rouen en francés), que
desde el cargo de refrendario del rey Dagoberto fue elevado
al episcopado y gobernó felizmente su iglesia a lo largo
de cuarenta y tres años, fundando muchísimos templos y protegiendo
los monasterios (684).
Audeno es
conocido en Francia como Ouen; en Inglaterra y los países
anglo parlantes como Ouen, Owen o Aldwin. El nombre en
latín del santo es Audoenus y en italiano es Audeno.
Audeno
nació en el año 609 o 610 de Sancy, cerca
de Soissons, al noreste de París, en el territorio que
entonces formaba parte del reino francés de Neustria. Su padre,
Authario, y su madre, Aiga, pertenecía al linaje galo-romano. Inmediatamente
después de su nacimiento se trasladaron a Ussy-sur-Marne, donde Audeno
pasó su infancia, en la que –según la tradición– tienen
lugar una serie de eventos que sorprenden. Recibió una educación
cristiana devota y fue bendecido por San
Columbano, huésped de sus padres.
Lo enviaron a la Abadía
de San Medardo donde completó su educación, luego por sus
cualidades fue muy bien acogido en la corte de Clotario
II, poco antes de la muerte de aquel príncipe.
Su sucesor, Dagoberto I, por su talento y cultura, lo
nombró su secretario jurídico o canciller. Le encargó misiones importantes
y le dio la tarea de compilar el código de
la ley Sálica (cuerpo de leyes promulgadas a principios del
siglo VI que fue la base de la legislación de
los reyes francos hasta que en el siglo XII el
reino de los francos desapareció).
En la corte conoció y
se hizo amigo de Eligio, Sulpizio, Desiderio y todos los
demás futuros obispos y santos. Ayudó al hermano Ado en
la fundación del monasterio de Jouarre en Meaux, en 634,
y con la ayuda de su familia fundó la abadía
de Rabais, solicita monjes a Luxeuil para poblar la nueva
fundación que fue aprobada por Dagoberto y el obispo de
Meaux. Dagoberto intentó persuadirlo de que no se hiciera monje
a Mónaco, y pese al hecho de que Audeno era
laico, practica y promueve la religión mediante la lucha contra
el flagelo de la simonía y pese al desorden moral
de su rey, Audeno y Eligio, nunca dejaron de servirle
fielmente.
Cuando murió Dagoberto, a pesar de que Clodoveo II había
confirmado a Audeno como canciller, decidió abandonar todos los puestos
seculares y abandonar la corte, para dedicarse en el aislamiento,
a los estudios teológicos que tanto le atraían.
Algún tiempo después
–en el año 640– la fama de piedad de Audeno
lo hizo, siendo todavía laico, ser elegido obispo de Ruan,
sede arzobispal vacante por la muerte de San Romano.
Fue consagrado en Ruan el 21 de mayo de 640,
junto a su amigo Eligio (que había sido designado obispo
adjutor de Moyon). El 13 de mayo 641, después
de pasar un año en la profundización del estudio de
la doctrina fue ordenado sacerdote por Dieudonne, obispo de Macon.
Después de participar en el Concilio de Chalon-sur-Saone (647-649),
Audeno consagró la iglesia de Jumiges, impulsó la vida cristiana
y promovió la vida monástica fundando abadías, entre ellas la
de Fontanelle, puso especial cuidado en la protección y la
promoción de la vida monástica en su diócesis, para lo
que contaba con la ayuda de San Filiberto y San
Wandrillo, de quienes se había hecho amigo en su paso
por la corte. Se hizo conocido por su austeridad personal
y su caridad. Apoyó las actividades misioneras en tierras paganas.
La diócesis de Ruan, comprendía distritos que eran todavía bárbaros,
por la que el paganismo no había desaparecido, esto cambió
bajo la administración de San Audeno, quien logró eliminar la
costumbre de adorar a dioses paganos. En el año
675 o 676 Audeno hizo una peregrinación a Roma.
En el
año 684, regresando de Colonia enfermó y murió el 24
de agosto en el territorio de Clichy, en el lugar
que ahora lleva su nombre. Su cuerpo fue trasladado a
Ruan y enterrado en la abadía que en aquel entonces
se llamaba de San Pedro y que hoy lleva su
nombre.
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