miércoles, 29 de agosto de 2012

Sacerdote de Ciudad Juárez alegra las misas con nariz de payaso.


La palabra de Dios por primera vez en la Catedral de ciudad Juárez tuvo un sentido infantil y lleno de sensibilidad, de alegría y sobre todo de risa, la que todo ser humano debe tener en su vida diaria, tal es el caso de la risoterapia, que al ponerse una nariz roja de payasito, aplicó el sacerdote Alberto Meléndez, sacerdote de pastoral penitenciaria, vicario de Catedral.
Por lo que aun dentro de una ceremonia seria, con sus palabras de oración durante la misa, su presencia hizo reír y dio alegría a los niños, que aun cuando el padre estaba en el altar se acercaron a tocarle la nariz.
Fue hermoso ver la gran alegría fue de los niños, que dentro de sus problemas familiares, tuvieron unas horas de felicidad.
Me gustó, dijo el padre Alberto, la carita de los niños, que en la fe puedan ser felices.
Ante tanta maldad del mundo, ellos sean felices, algunos niños también le llevaron tristezas porque sus papás los regañaron, los alentó diciendo que una pelota inflada todos los quieren y desean para jugar, una pelota desinflada nadie la quiere.
Cabe destacar, que la misa de domingo a medio día en Catedral, la ofició el padre Alberto Meléndez, se puso la nariz de payasito, para dedicarla a los niños, a su inocencia.
En su mensaje dio a conocer que lo rojo de la nariz, es una muestra de su corazón, mostrar su corazón y sacarlo para que lo vean todos, es por lo que se pone la nariz roja con un adorno de los que usan los payasos cuando divierten a los niños.
Lo anterior, considerando que los demás no ven el corazón de las otras personas, que en la mayoría de los casos es grande, bondadoso y con mucho amor.
El padre Alberto Meléndez, párroco de Santo Toribio de Mogrovejo, en la colonia Toribio Ortega, cuando se enteró que iba a oficiar la misa del domingo en la Catedral, reflexionó en la palabra de Dios y quiso hacer las cosas de corazón, por eso se lo sacó y se lo puso en la nariz, para que los niños lo vieran y sean felices, es su objetivo, es su felicidad poder lograrlo.
Destacó, que todos los días las personas deben ser alegres y tener mucho ánimo en lo que hacen, recibir alegrías, también tristezas de los demás y en ocasiones sus temores, cambiar a valor.
Sin embargo, siempre debe haber esperanza, Dios nos dice “vengo a darles vida”, son signos de confianza, luego que la vida en la tierra no se acaba, únicamente se transforma.
La gran alegría fue de los niños, que dentro de sus problemas familiares, tuvieron unas horas de felicidad, lo mostraron en su carita de dicha.
Los niños, dijo el padre Alberto, es bueno que aprendan que en la fe pueden también ser felices, eso no está reñido.
Que su felicidad brote ante tanta maldad del mundo, que los niños sean felices, es su objetivo.

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