viernes, 24 de agosto de 2012

Bartolomé Apóstol y Mártir, Santo


Apóstol, 24 de agosto
 
Bartolomé, Santo
Bartolomé, Santo

Apóstol y Mártir

Martirologio Romano: Fiesta de san Bartolomé, apóstol, al que generalmente se identifica con Natanael. Nacido en Caná de Galilea, fue presentado por Felipe a Cristo Jesús en las cercanías del Jordán, donde el Señor le invitó a seguirle y lo agregó a los Doce. Después de la Ascensión del Señor, es tradición que predicó el Evangelio en la India y que allí fue coronado con el martirio (s. I)

Etimológicamente: Bartolomé = hijo de Tolomé” (Bar =hijo. Tolomé = “cultivador y luchador”).. Viene de la lengua hebrea.
A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.

Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.

El encuentro más grande de su vida.

El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuando me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 ).
Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extrañó, porque aquél era uno de los más pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: "¡Ven y verás que gran profeta es!"

Una revelación que lo convenció.

Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría: "Este si que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce , y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover: "Allá, debajo de un árbol estabas pensando qué sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, yo te estaba observando y viendo lo que pensabas". Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que este sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó: "¡Maestro, Tú eres el hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! ¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que El leyó sus pensamientos. Esto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.

Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.
El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: "San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza".

Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar mas a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.

Oración

Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén

¡Felicidades a los Bartolomés!
 
 
San Bartolomé, Apostol
Por Jesús Martí Ballester
 
LA LLAMADA

Jesús ha pasado la noche en oración. La voz de cristal de los grillos, el aullido de los chacales y el tranquilo aire de la noche, le han hecho compañía. Al sereno amanecer se ha postrado adorando a su Padre. Cuando se incorporó bajó a la mitad del monte. La gente le esperaba abajo con ansia. Majestuosamente comenzó a llamar radiante el rostro: Simón, Santiago, Juan, Andrés, Felipe, Bartolomé” (Mc 3,18). Bartolomé o Natanael, forma parte pues, del grupo de los primeros llamados, Juan, Andrés y Pedro. Todos son de Betsaida y pescadores del lago de Genesaret. Nadie podía pensar que el Mesías pudiera salir de Nazaret, un pueblo apenas conocido, no así como Belén, que sí es citado en la Biblia por el profeta Miqueas. Para Dios no cuenta ni la progenie humana ni la estirpe topográfica. Su elección sigue parámetros diferentes de los del mundo: Ahí están Nazaret, Asís, Lourdes, Aljustrel,“Bienaventurados los pobres de espíritu...”

NATANAEL BAJO LA HIGUERA

Estaba debajo de la higuera. Sombra, calma y monotonía al fresco de la tarde, con sus pergaminos y su lectura y sus reflexiones. Es hombre de pensamiento y buscador. Sabe que Nazaret no existe en la Biblia. De Nazaret puede salir algo bueno?. Además, eran pendencieros y testarudos los paisanos de Jesus. Pero aunque Natanael responde a Felipe remarcando su incredulidad en alguien que viene de Nazaret, es honrado y creyente al reconocer de inmediato en Jesús al Hijo de Dios, al Rey de Israel. Por ahí anduvo el Espíritu del Padre que, antes que a Simón Pedro, ya le ha revelado a Natanael la divinidad de Jesús, su filiación divina. No se ha equivocado Jesús cuando ha dicho de él que “es un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. San Juan, siempre con su tesis de que los suyos no le recibieron, recuerda y destaca la presentación hecha por Jesús de Natanael, para contraponer a la cerrazón de los judíos que se niegan a aceptar la divinidad de Jesús, la fe sencilla del buen israelita, conocedor de la Escritura, y el buen sentido del pueblo creyente sin prejuicios. Algo que debemos aprender de Jesús en este caso, es la presentación elogiosa que hace Jesús de él. Se da una praxis supuestamente piadosa y eclesial que pocas veces reconoce los valores de los otros, dicen que para no fomentar la vanidad, pero yo creo que la motivación es menos gloriosa: la envidia. Si el otro lo oye y se lo cree, nos considerará inferiores. ¡Cuidado, pues!

DATOS ESCASOS DE LOS EVANGELIOS

Es una lástima que los Evangelistas no nos hayan transmitido más noticias del Apóstol Bartolomé. Más, los pocos pero valiosos datos consignados en la Escritura nos permiten conocer su personalidad. Los tres sinópticos se contentan con incluirlo en la lista de "los Doce", presentándolo como el "hijo de Tholmai", que significa Bartolomé, y lo colocan siempre a continuación de su amigo Felipe.

San Juan es ya más explícito y además de su nombre propio -Natanael-, y lugar de nacimiento -Caná-, hace constar algún detalle de su vocación apostólica.

"Al día siguiente determinó Jesús salir para Galilea, y halla a Felipe y le dice: Sígueme. Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe se encuentra con Natanael y le revela: "Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas, le hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret". Y le dijo Natanael: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?". Y le responde Felipe: "Ven y lo verás". Vio Jesús a Natanael venir hacia sí y dice:: "Ahí tenéis a un verdadero israelita en quien no hay dolo". Y Natanael: "¿De dónde me conoces?". Respondió Jesús: "Antes de que Felipe te llamase, cuando estabas debajo de la higuera, yo te vi". Respondió Natanael: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús le dijo: "¿Porqué te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Mayores cosas que éstas verás". "En verdad, en verdad os digo, veréis el cielo abierto y a los ángeles del cielo que suben y bajan sobre el Hijo del hombre"".

Sólo conjeturas podemos hacer de lo qué había sucedido debajo de aquella higuera, que bastó la mención de Jesús, para que el hijo de Tholmai le reconociese inmediatamente como al Hijo de Dios, el rey de Israel. Es y será un secreto para nosotros pero el conocimiento manifestado por Jesús fue suficiente para que corazón generoso de Bartolomé se le entregase sin reservas. En efecto, Natanael era un israelita sin doblez ni engaño. Había preguntado irónicamente a su amigo Felipe: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?". Y ahora, ante el destello de la sabiduría divina cree, y se da enteramente y en seguida se integró con los otros elegidos para seguir al Maestro. No tardarían sus compañeros en sentir simpatía hacia él, por su veracidad y transparencia, lejos de falsedad y malicia. Junto con ellos seguirá el largo camino de su transformación hasta llegar a ser un verdadero Apóstol.

SEGUIMIENTO

Con los otros Once, y siguiendo a Jesús, recorre pueblos y aldeas, predica a las gentes. Por dos veces es enviado junto con otro compañero a evangelizar los pueblos de Galilea, con poderes de arrojar demonios y realizar milagros. Conoce lo que es la falta de tiempo para comer y dormir.

Pero junto a todas las penalidades convive íntimamente con Jesús, es testigo de sus obras y de su sed insaciable de entregarse. Todo va dejando su huella en aquel corazón abierto a la verdad, y aun cuando pasará momentos de duda terrible al ser testigo de la Pasión y Muerte del Maestro, su fe se mantendrá incólume, y merecerá ser testigo de su resurrección. Bartolomé está allí en el Cenáculo, cuando a través de las puertas cerradas se les aparece a los discípulos Jesús: "La paz sea con vosotros. Yo soy; no temáis. Mirad mis llagas". ¡Qué emoción! ¡Cristo está vivo! Aún le volverá a ver e incluso comerá con él: cuando después de una noche de pesca infructuosa, Jesús se presenta en la ribera del mar de Tiberíades y les dice: "Muchachos, ¿tenéis algo qué comer? Respondieron: "No". Él les dijo: "Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis". La echaron, y no podían arrastrarla por la gran cantidad de peces. Cuando saltaron a tierra, vieron brasas puestas y un pescado asándose, y pan. Y Jesus les dijo "Venid, almorzad". Y toma el pan y se lo reparte y asimismo el pescado".

TESTIGO DE VISTA

Cuando hubieron comido, Bartolomé oyó cómo Jesús confería el primado a Pedro: “Tu eres Pedro. Apacienta mis ovejas”. Y presenció la maravilla de la Ascensión del Señor a los cielos en un medio día delicioso y perfumado. Y la eclosión de Pentecostés cuando descendió con el fuego de las lenguas la fortaleza y la llama del Espíritu Santo sobre él y todos. Y los Evangelios ya se callan, y ya no conocemos nada más de la historia de Bernabé. Ni sabemos dónde predicó, ni dónde murió. Es legendario que llegara a la India y allí sembrara el Evangelio. También se habla de Mesopotamia, Locoavia, Armenia y el país de los Partos. En Armenia, el rey Astiages lo martirizó con crueldad inaudita por causa de la predicación de la fe. Le arrancaron la piel y le decapitaron.

Como nos suele ocurrir poco debía pensar Natanael, en su primer encuentro con Jesús, las fatigas y penalidades que sufriría por su nombre. Pero al final de su vida debieron parecerle pocas, cuando abrió los ojos a la eternidad para encontrarse definitivamente con el "Hijo de Dios y Rey de Israel".

LA ESPOSA DEL CORDERO

Leemos en el Apocalipsis 21,9) “Ven y te mostraré la novia, la esposa del Cordero”. Aunque el autor sagrado describe la ciudad santa como una ciudad material, hemos de entenderla como una entidad divino-humana glorificada. Se trata de una novia, de una esposa, y la esposa no es un edificio, sino una persona con capacidad de relaciones y expresión de sentimientos. Aquí habríamos de pensar en el texto de la última cena: “Te ruego, Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno”. Lo que el ángel le muestra al vidente de Patmos es la consumación de la unidad del Cordero con su esposa la Iglesia, a la cual ha llegado la entera humanidad. Está transfigurada, porque ha sido purificada en la sangre del Cordero. Es la manifestación del amor del Cordero a su esposa, que ha querido purificar con el baño de su sangre. Así es como Dios será todo en todos. Una ciudad santa y envidiable. Todo lo desordenado ha pasado. El primer mundo ha pasado. La ciudad nueva sustituye al viejo mundo. Todo lo que aquí nos hace sufrir y llorar y gemir, ha sido transfigurado. Ya no hay llanto ni dolor. Alegría perpétua, fiesta siempre, porque campea el amor y el amor siempre hace fiesta porque es gozo y paz en el Espíritu Santo. No hay muerte. La muerte ha sido vencida por la muerte del Cordero degollado. Todos se aman. Nadie pasa a la otra acera para no encontrarse con el que está enemistado. Todos son amigos, todos forman parte del mismo Cuerpo, cuya Cabeza es Cristo. Todos se alegran con la felicidad de todos. Cada uno goza con el bien de cada uno y todos con el de cada uno.A esta unidad y felicidad estamos todos llamados y podemos y debemos vivirla ya aquí, venciendo el pecado que, aún acecha en este mundo, y será imposible en la ciudad celeste. Jesús constituyó así el grupo de los Doce: Simón Pedro, Santiago Zebedeo y su hermano Juan, Andrés, Felipe, Bartolomé” (Mc 3,18). Bartolomé o Natanael, forma parte pues, del grupo de los primeros llamados, Juan Andrés y Pedro. Todos son de Betsaida y pescadores del lago de Genesaret.

Nadie podía pensar que el Mesías pudiera salir de Nazaret, un pueblo apenas conocido, no así como Belén, que sí es citado por el profeta Miqueas. Para Dios no cuenta ni la progenie humana ni la estirpe topográfica. Su elección sigue parámetros diferentes de los del mundo: Nazaret, Asís, Lourdes, Alsustrel,“Bienaventurados los pobres de espíritu...”

LOS NOMBRES DE LOS APOSTOLES DEL CORDERO

“El muro tenía doce cimientos que llevaban doce nombres: los nombres de los Apóstoles del Cordero”. Sigue materializando el vidente la realidad espiritual sobrenatural en muro y cimientos: El significado es que los doce apóstoles, entre ellos San Bartolomé, construyeron la ciudad sobre el diseño y los planos que les dejó Cristo. A su generosidad y sangre, fatigas y desvelos estamos agradecidos, Dios, el Supremo agradecido, que sabe recompensar hasta el vaso de agua, cuanto más la sangre derramada, el primero, pero todos los salvados después, porque gracias a ellos, participamos en la salvación y en la unidad con Dios.
 
San Bartolomé Apóstol
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San Bartolomé en un detalle del Juicio Final, por Miguel Ángel. 1535-41. Capilla Sixtina (El Vaticano)
Apóstol y Mártir
Venerado en Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Iglesias no calcedónicas
Festividad 24 de agosto rito romano
11 de junio ritos orientales
Atributos cuchillo, diablesa y un libro
Patronazgo Bandera de Armenia Armenia, Flag of Malta.svg Malta
Bartolomé fue uno de los Apóstoles de Jesús. Su nombre (en griego Βαρθολομαίος) procede del patronímico arameo bar-Tôlmay, "hijo de Tôlmay" o "hijo de Ptolomeo". Es mencionado en los tres evangelios sinópticos, siempre en compañía de Felipe (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14). En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé, se le ha identificado con Nathanael, que también es relacionado siempre con Felipe. Louis Réau considera que su nombre procede de la unión de bar (hijo) y Ptolomeo, siendo por tanto, descendiente de la Dinastía Ptolemaica, aunque esto no tiene ninguna base en el Nuevo Testamento; en todo caso, hay que tener en cuenta que no era extraño para los galileos del siglo I tomar nombres griegos, o bien asimilarlos a ellos. Santiago de la Vorágine añade acerca de su figura que “se mantuvo ajeno al amor de las cosas en este mundo, vivió pendiente de los amores celestiales y toda su vida permaneció apoyado en la gracia y auxilio divino, no sosteniéndose en sus propios méritos sino sobre la ayuda de Dios”.

Fuentes bíblicas

Según el Evangelio de Juan, Natanael fue uno de los discípulos a los que Jesús se apareció en el Mar de Tiberiades después de su resurrección (Juan 21:2). A él lo había llamado Jesús por mediación de Felipe (Juan 1:45). Juan es el único evangelista que menciona a Natanael, y como en las listas de los evangelios sinópticos el nombre de Felipe es seguido por el de Bartolomé, la tradición asimiló a Bartolomé y a Natanael como uno solo.
Según los Hechos de los Apóstoles, Bartolomé fue uno de los Doce, según (Mateo 10:3), (Marcos 3:18), (Lucas 6:14). Fue también testigo de la ascensión de Jesús (Hechos 1:13).
Según una tradición recogida por Eusebio de Cesarea, Bartolomé marchó a predicar el evangelio a la India, donde dejó una copia del Evangelio de Mateo en arameo. La tradición armenia le atribuye también la predicación del cristianismo en el país caucásico, junto a San Judas Tadeo. Ambos son considerados santos patrones de la Iglesia Apostólica Armenia puesto que fueron los primeros en fundar el cristianismo en Armenia.

Iconografía

La imagen de San Bartolomé a lo largo de la Historia del Arte ha sufrido escasas modificaciones siendo común la representación del santo en el momento del martirio, siendo desollado, bien sobre un potro o atado a un árbol. También se le ha representado obrando milagros: resucitando a los hijos del rey Polimio y liberando a la hija de éste poseída por el demonio, en escasas ocasiones aparece siendo flagelado.
En el arte suele representársele con un gran cuchillo, aludiendo a su supuesto martirio, según el cual fue desollado vivo, razón por la que es el patrón de los curtidores. En relación también con su martirio aparece en ocasiones despellejado, mostrando su piel cogida en el brazo como si se tratara de una prenda de vestir.1 En la época Barroca es común verlo representado como apóstol, con largo manto blanco, asiendo las escrituras sagradas y mostrando el cuchillo.
También se le representa sujetando con una cadena a una diablesa. El origen de este símbolo puede ser doble: 1º en los evangelios apócrifos, San Bartolomé requiere a Cristo resucitado que le muestre al maligno "Belial", después de habérselo mostrado, Jesús le indica "Písale la cerviz y pregúntale"; 2º según la tradición, expulsó a un demonio, denominado "Astaroth", de un templo donde éste vivía dentro de una estatua. San Bartolomé demostró la ineficacia de la estatua, que decía curar las enfermedades, expulsó al demonio y consagró el templo a Jesús.
Respecto a su fisonomía, el santo es representado según la descripción que Berith hace a los enfermos y que así es narrada en La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine: “Es un hombre de estatura corriente, cabellos ensortijados y negros, tez blanca, ojos grandes, nariz recta y bien proporcionada, barba espesa y un poquito entrecana... Su semblante presenta constantemente aspecto alegre y risueño”.Natanael fue uno de los 12 discípulos de Jesús quien lo acompaño por medio de Felipe cuando fue llamado cerca a galilea.

Martirio

Su martirio y muerte se atribuyen a Astiages, rey de Armenia y hermano del rey Polimio que San Bartolomé había convertido al cristianismo. Como los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin seguidores, protestaran ante Astiages de la labor evangelizadora de Bartolomé, Astiages mandó llamarlo y le ordenó que adorara a sus ídolos, tal como él había hecho con su hermano. Ante la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciase a su Dios o muriese.
En la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, la piel que se representa es un autorretrato del mismo autor, detalle que no se descubrió hasta bien entrado el siglo XIX.

Festividad

Su festividad se conmemora el 24 de agosto entre los portugueses, italianos y españoles; el 11 de junio los griegos, coptos y sirios; el 8 de diciembre los armenios.

Patronazgo

San Bartolomé es el patrón de aquellos que trabajan las pieles, fabrican o usan cuero, guantes, abrigos, cinturones y botas. También de las modistas por llevar su piel sobre los brazos. Es sanador de las convulsiones, crisis espasmódicas y enfermedades nerviosas en general.
Es patrón de multitud de pueblos y ciudades, entre ellas:
País Ciudades
Bandera de Bolivia Bolivia Potosí
Bandera de Chile Chile Livílcar, Chillán, Chillán Viejo, La Serena
Bandera de Colombia Colombia San Bartolomé de Tuluá Honda Tolima villa de san Bartolomé
Bandera de Ecuador Ecuador San Bartolomé en Los Andes (pueblo) de Azuay (provincia) y de El Carchi (provincia)
Bandera de Costa Rica Costa Rica San Bartolomé en Barva (cantón) de Heredia (provincia)
Bandera de España España Montoro, Mairena del Alcor, Lamasón, Fuendetodos, Librilla, Mahíde, Folgoso de la Carballeda, Robledo de Sanabria, Benicarló, Casavieja, Cenes de la Vega, Cieza, Mijares, Rociana del Condado, San Bartolomé de la Torre, Tejina, Aragoncillo, Sitges, San Bartolomé de Meruelo, Beceite, Sierra de Yeguas, Mairena del Alcor, Villarejo de la Peñuela, La Almarcha, Belmonte, Casasimarro, Marrupe, Alhambra, Montehermoso, Villahermosa del Río, Villarejo del Valle, Villarluengo, Tarazona de la Mancha (Albacete), Pozuelo y Yeste (provincia de Albacete), Marcilla, Bohonal de Ibor, Ribaforada,Ribafrecha, Hoyales de Roa, Bulbuente, Viveros, San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), San Bartolomé (Las Palmas), Rótova, Tablizo (Asturias), Umbrete, Fompedraza, El Real de la Jara, Nules, Borriol, Calzadilla de los Hermanillos, Bimón, Beas, Mesegar de Tajo y Añover de Tajo (Toledo), Margolles (Asturias), Oliete, Saldón (Teruel), Paterna del Campo (Huelva), Finestrat), Navalpino (Ciudad Real), Villarramiel de Campos (Palencia), Hervías (La Rioja), Zarza la Mayor, Cherín (Granada), Jerez de los Caballeros (Badajoz), Alcalá de Henares (Madrid), Martos, Anguciana (La Rioja), Nonaspe, Noya, Valdanzuelo (Soria), Cepeda (Salamanca), Aldeadávila de la Ribera (Salamanca), Campo de Mirra ([Alicante]). Yeste (Albacete), Cieza (Murcia),Busto (VALDÉS) Asturias.
Bandera de Francia Francia Isla de San Bartolomé
Bandera de Guatemala Guatemala Mazatenango (Suchitepéquez)
Bandera de México México Villa y Puerto de Tecolutla, Veracruz México, San Bartolomé Cuahuixmatlac, Capulhuac de Mirafuentes, Estado de México.
Bandera del Perú Perú Huacho

Referencias

  1. Monreal y Tejada, Luis. Iconografía del cristianismo. El Acantilado. ISBN 84-95359-28-6.

Enlaces externos


Predecesor:
Judas Tadeo
Obispo de Artaxata
6068
Sucesor:
Zacarías
 
 
Somos embajadores en nombre de Cristo y es Dios mismo quien os exhorta por boca nuestra (2 Corintios, 5, 20)
San Bartolomé, Apóstol, llevó el Evangelio a las regiones más bárbaras de Oriente. Penetró hasta las extremidades de las Indias. Después de haber obra do allí numerosas conversiones y sufrido mucho por la causa de Jesucristo, volvió a la gran Armenia. Convirtió allá al rey Polemón, con doce ciudades de su reino. Los sacerdotes de los ídolos excitaron contra él a Astiages, hermano del rey, que lo hizo desollar vivo, después de lo cual fue decapitado. Refiérese que cien veces al día arrodillábase para orar a Dios.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN BARTOLOMÉ
I. Para ser un verdadero apóstol, es decir, un embajador. de Cristo, hay que serle fiel, tomar a pecho los intereses de Dios a, costa de los propios. Es lo que hace San Bartolomé deja él todo para seguir a Jesucristo, para predicar su Evangelio; sacrifica sus placeres, sus intereses; hasta da su vida para ganarle almas y extender su reino. ¿Qué haces tú por la gloria de Jesucristo y por la salvación de las almas? Esto es sin embargo lo más agradable a Dios que puedes hacer.
II. Un embajador debe estar perfectamente instruido acerca de lo que quiere su príncipe, a fin de hacer su voluntad en todo. San Bartolomé ora a Dios cien veces al día, para saber cuál es la voluntad de Jesucristo, para implorar sus luces y su auxilio. Trabajes lo que trabajes, si tus acciones no están con formes con las miras de Dios, pierdes tu tiempo. ¿Cuántas veces rezas al día y cómo lo haces? Dios mío, ¡que se cumpla en mí vuestra santa voluntad!
III. Un embajador ha menester de prudencia para llevar a buen término los negocios de su señor; necesita valor para resistir a sus enemigos y dar su vida, si es preciso. San Bartolomé poseyó ambas cualidades. ¿Las tienes tú? Eres tan prudente en las cosas de este mundo, y un niño en las atinentes a tu salvación. Nada te resulta costoso cuando están en juego tus intereses, y el menor obstáculo te detiene cuando se trata de la gloria de Dios. ¡Ah! ¡cuán pocos verdaderos obreros apostólicos existen hoy! ¿Adónde se fue el espíritu de los apóstoles? ¿Dónde están la humildad, los trabajos, el celo de la primitiva Iglesia? (San Bernardo).
La paciencia
Orad por la India.
ORACIÓN
Dios omnipotente y eterno, que nos inspiráis santa fe en la solemnidad del Apóstol San Bartolomé, os suplicamos que concedáis a vuestra Iglesia que ame lo que él ha creído y que predique lo que él ha enseñado. Por J. C. N. S. Amén.
 
San BartoloméMartirio de San Bartolomé
 
SAN  BARTOLOME
También llamado "Natanael"
Apóstol
Fiesta: 24 de agosto
Etim. "hijo de Tolomai"

Ver también: 12 Apóstoles | Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres
Bartolomé es uno de los 12 Apóstoles (Mt 10,3). 
El apóstol Felipe lo llevó a Jesús. Bartolomé es la misma persona que Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de Caná. (Jn 21,2)
Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés (1,13).
Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predicó el Evangelio en la India, donde recibió la corona del martirio.

Felipe dice a Natanael que han encontrado al Mesías esperado.  Natanael al principio duda al saber que Jesús es de Nazaret.  Felipe insistió: «Ven y lo verás.» (v.46).  Es entonces que ocurre el encuentro entre Jesús y Natanael.
"Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
-Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?»
-Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
-Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
-Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» (Jn 1:47-51)

Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde murió mártir. Todavía con vida le arrancaron la piel  y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend. Según la tradición este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto.   
Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II) encontró en la India un Evangelio de San Mateo atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho evangelio es apócrifo y fue condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius.
Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia y después a Roma donde ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo" del río Tiber. Se dice que la Reina Emma, la esposa del Rey Canute entregó uno de sus brazos a Canterbury en el siglo XI.
En la iconografía se le representa con barba, un libro y un cuchillo (utilizado en su martirio).
San Bartolomé es patrón de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. Se le invoca contra desórdenes nerviosos.
Oración
Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén
 

 
San Bartolomé, Apóstol
(Siglo I)
 
A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.
Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.

El encuentro más grande de su vida.
El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le Bartholomew.jpg (24186 bytes)dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuando me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 ).
Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extrañó, porque aquél era uno de los más pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: "¡Ven y verás que gran profeta es!"
Una revelación que lo convenció. 
Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría: "Este si que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce , y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover: "Allá, debajo de un árbol estabas pensando qué sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, yo te estaba observando y viendo lo que pensabas". Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que este sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó: "¡Maestro, Tú eres el hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! ¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que El leyó sus pensamientos. Esto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.
Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.
El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: "San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza".
Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar mas a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.
 
Oración
Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
 

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