E L S I L E N C I O en la vida del monje
Los monjes de vida contemplativa pueden ser
considerados como “hijos del silencio.”
El monje se habitúa a vivir con su cuerpo y
con un alma en perfecto silencio:
-Silencio en los labios,
-Silencio del corazón,
-Silencio de la mente.
Los sentidos externos dejan todo apego, toda
curiosidad de ojos y oídos. Dejan las cosas materiales y toda afectividad por todos los seres creados.
El silencio hace más disponible a todo
creyente para vivir en la presencia de Dios y descubrir el Misterio. El
silencioso penetra los secretos de la contemplación.
Con el silencio el hombre va desapareciendo y
su ser externo va perdiendo valor y poco a poco va retornando a la primitiva
gracia recibida de Dios antes de la primera caída del paraíso terrenal y está
ordenada a la visión beatifica.
El silencioso penetra en el secreto.
Permanece en su “yo” profundo: “Calla, islas para que puedas escucharme,” ( Is
41, 1 ). Así vive en un presente que no tiene un mañana. Dios habla en el
silencio y por eso el solitario calla.
La tarea primordial es dejarse formar,
martillar, estructurar del silencio que
le da el poder de vivir y de morir.
EL ARTE DE LAS
ARTES
El arte de las artes no está en amar o
conocer, está en saber vivir en silencio. Entonces se genera el conocimiento y
el amor, la humildad y la virginidad del corazón.
En esta ciencia espiritual, el silencioso no
se olvida de los hombres, Dios a través de él, consuela, vigoriza, guia y
acompaña a todo ser viviente.
Es el arte que permite vivir en estado de
oración sin distraerse y elevando cada día a sus hermanos para hacer germinar
el grano de trigo, de mostaza, de arroz, de todo esto de que habla la tradición
cristiana del Oriente y Occidente. En una palabra el silencio del eremita,
sella el compromiso de la vida interior y es la manera perfecta de guardar “el
secreto del rey.”
SAN BRUNO EN
SU CARTA A RODOLFO
Afirma San Bruno que “aquello que la soledad
y el silencio del desierto ocasiona de utilidad y de gozo divino a cuantos
aman, solo saben decirlo aquellos que lo experimentan.”
La mística del silencio es esencial mente
contemplativa y da la gracia de vivir y estar de corazón a corazón con Dios.
MAXIMO BALDINI
Dice que el tema del silencio puede ser
actual o no actual. No obstante se puede pensar, según otros muchos estudiosos
que el silencio es indudablemente actual, quizá mucho mas de lo que nunca ha
sido. Este autor traer los siguientes
testimonios:
Sontag, dice que el hablar se ha convertido
en una esclavitud como el alcohol. Nuestra civilización es de palabras
fantasmas, llenos solo de ruido.
Las palabras crean confusión, no son la
palabra. Es mas bien una alucinación de vientos, de vagas charlatanerías de la
vida cotidiana que hace notar la nostalgia del valor del silencio.
Se ha dicho que “el silencio pertenece a la
estructura fundamental del hombre.”
Para Gandhi el silencio “dilata el espacio de
tiempo de nuestra vida.”
Bossuet ve en el silencio un medio
privilegiado para “conseguir la propia salvación.”
ISAAC DE
NINIVE
“Si amas la verdad, sé amante del silencio, a
semejanza del sol, este te hará luminoso y te librara de los fantasmas de la
ignorancia. El silencio nos une a Dios mismo.
GERHARD
TERSTEEGEN
“Por el selencio son reconocidos los que
llevan a Dios en el corazòn.”
IGNACIO SILONE
En ningún siglo, la palabra ha sido tan
tergiversada, como lo es ahora de su fin
natural que es el de comunicarse con los hombres. Hablar es engañar y
engañarse que a menudo se hacen sinónimos.
El poeta de nuestros tiempos, como el
místico, ha probado al menos, por una vez en su vida el deseo de “morir de
silencio.”
PICARD, escribe: “El silencio pertenece a la
esctructura fundamental del hombre.”
Para Pischari, el tiempo es “un grande
maestro de verdad.”
Lavelle, dice: “el tiempo es la forma más
perfecta del pudor.”
San Pablo de la Cruz trata del silencio como
“la llave de oro que conserva el tesoro de la virtud.”
San JUAN DE JESUS MARIA: El silencio tiene
cierta afinidad con la contemplación divina y el rapto del alma en cuanto hace
también en ella comprender, sin estrépitos de palabras, cosas superiores a la
capacidad del mundo.
El silencio no es la mera ausencia de ruido,
es la paz. No es mutismo. El hombre debe callar, no ser mudo. Sólo la persona
puede estar en aquella recogida calma
que se llama silencio.
EL SILENCIO
COMO FORMA DE COMUNICACION
El silencio no es mudo; lo que es mudo no es silencio. Es una forma
de comunican (en su significado más profundo, es la comunicación a la
segunda potencia); el mudo en cambio, se aisla y nos excluye de toda
comunicación.”
EL SILENCIO NO
ES ENFERMEDAD
No se trata de un taciturno por temperamento
o enfermedad. Se es silencioso por atención, por concentración, recogimiento,
meditación, oración.
El silencio no se resuelve en el mero
callarse de los labios. No es únicamente exterior, es un hecho de todos
nuestros miembros y más aun de nuestra alma.
EL MAS SUBLIME
SILENCIO
Donde hay silencio de palabra, de acción, de
actitudes, se da el más sublime silencio. Se le podrá llamar “el silencio del
silencio.” Es una expresión de un estado interior. Se puede callar y ser
todavía bulloso, de hecho si los labios callan, el ánimo puede estar en el
tumulto y, al contrario, se puede hablar y ser silencioso, si las palabras que
son pronunciadas son palabras salidas de nuestro silencio interior.
ABBA POEMEN, de los padres del desierto, dice que hay quienes
parecen en silencio pero en su corazón juzgan a los otros: estos hablan
continuamente. En cambio, otros tienen necesidad de hablar todo el día, desde
la mañana hasta la noche, pero en realidad, guardan silencio porque nada dicen
que no sea de utilidad espiritual.” ( Apotegma ).
RUIDOS QUE
HACEN SILENCIO
No debemos olvidar nunca que “todos los
ruidos que nos rodean hacen mucho menos estrépito que nosotros mismos. El
verdadero ruido es el eco que las cosas tienen en nosotros. No es el hablar el
que rompe inevitablemente el silencio.
La sede de la palabra de Dios es el silencio, si cuando hablamos, nos limitamos a repetir
aquella palabra, no cesamos de callar.”
EL SILENCIO NO
ES UN FENÓMENO SIMPLE
No existe un sólo tipo de silencio, sino una
pluralidad de silencios. El silencio no es un fenómeno simple como podría
inicialmente parecer, sino más complejo. El silencio, a ejemplo, no tiene una
sola forma de expresión, un sólo significado,
puede asumir, en efecto, múltiples significados.
LAVELLE, escribe “Hay un silencio de
clausura, un silencio reservado, un silencio de mortificaciòn, un silencio de
amenaza, un silencio de cólera, un silencio de rencor.
Hay también un silencio de aceptación, un
silencio de promesa, un silencio que lleva el peso de todos los recuerdos sin
evocar ninguno, un silencio que toma en elección todas las posibilidades sin preferir ninguna.
Hay silencio de pesadez que oprime en tal
modo que la más pequeña palabra que sería para mi una liberación, es un
silencio frágil del cual temo la ruptura, rige la hostilidad irritada de no
encontrar medios suficiente mente fuertes para manifestarse, es un silencio de
amistad plena, feliz de haber superado todas las palabras y haberlas dejado
inútiles.
Silencio de
admiración y de desprecio
Hay un silencio de admiraciòn y uno de
desprecio, hace sentir la presencia del cuerpo como una carga que no se puede
llevar; otras veces en cambio, parece abolirlo, como si se hubiera convertido
en un espíritu puro.
Existe un silencio que tiene algo de divino,
pero también un silencio que viene del demonio. Existe el silencio auténtico
así como existe la palabra inauténtica.
San GREGORIO
MAGNO, dice que existe un “silencio rumoroso” que es el silencio de odio, de
envidia, que es desesperación. Los taciturnos cuando ven los males de los otros, y se quedan silenciosos,
son como aquellos que ven las heridas y no las quieren curar; se hace
responsable de la muerte, porque no quiere echar fuera el veneno, que habría
podido curar con sus palabras. Si el mucho silencio no fuera una culpa, el
profeta no diría: “Ay de mí, porque he callado.”
Quien ama el silencio, ama también la palabra
esencial. El sabe que “la palabra más bella no expresa el silencio, lo vuelve
insensible...las palabras más bellas son las voces del silencio como el
“icerberg” sobre el agua, si se acaba se pierde el ligamen; así con el
silencio, es “lo esencial de toda palabra.
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