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Somos poco coherentes y así nos va |
¡Viva lo ecológico! Si hay algo que hoy valoramos todos
es el grado de naturalidad de las cosas. Los ingredientes
de los alimentos, su cultivo biológico, el tejido con que
se fabrican las prendas de vestir, la materia prima de
los artículos de papelería y oficina… todo se considera mejor
si proviene directamente de las manos de la madre naturaleza,
hasta propiciar un rechazo a priori de todo lo “artificial”
y lo “sucedáneo”. Resulta curioso que una mentalidad que
se las ingenia para hacernos llegar los yogures con el
menor número de conservantes posible, haya maquinado todo tipo de
medios artificiales para controlar la fertilidad de las mujeres.
El preservativo, la píldora anticonceptiva, la polémica RU-486, el Norplant,
el DIU, los espermicidas, etc., gozan de una extraordinaria popularidad.
Y la esterilización artificial ostenta nada menos que el primer
lugar entre los métodos anticonceptivos utilizados en Estados Unidos.
La publicidad y las campañas de control de la natalidad
los presentan como los únicos capaces de garantizar un control
seguro de la fertilidad. Eslóganes tan pegadizos como “Póntelo-pónselo”, “Ama
sin riesgos”, “Controla tu amor” y otros, a menudo subvencionados
con dinero de los propios Estados o de organizaciones internacionales,
hacen creer al común de los mortales que los medios
artificiales son el único camino para asegurar el sexo sin
embarazo.
Vista así, la fertilidad se convierte en una enfermedad peligrosa
que ha de ser tratada con poderosos fármacos. Y así
llega la paradoja; la misma sociedad que sacraliza la naturaleza
reniega de su principal fuente y continuadora, que es la
vida.
Nos engañan y lo sabemos
La mención de los efectos secundarios
de estos productos es prácticamente nula. Sin embargo, cada vez
son más las investigaciones que demuestran la relación entre el
uso de la píldora, el cáncer de mama y la
trombosis cerebral. Semejantes efectos se han registrado también cuando se
aplica la inyección anticonceptiva. Es notable el silenciamiento de los
efectos abortivos de muchos de los medios utilizados comúnmente para
prevenir el embarazo: el Norplant, las inyecciones, el DIU, o
la así conocida “píldora del día después”, así como el
riesgo de la pérdida definitiva de la fertilidad.
Por último, se
presentan como cómodos y fáciles de usar y no se
habla de las molestias producidas por ellos como son las
náuseas, migrañas, tensión, dolores, aumento o pérdida de peso y
fuertes disfunciones menstruales, o su porcentaje de fallo. De hecho,
el “sexo seguro” es el menos seguro de los sexos…
Más barato y seguro Entonces, ¿cómo controlar la natalidad? El
medio escogido ha de ser “seguro, barato, fácilmente reversible, fácil
de usar, sin efectos secundarios, que prevenga el embarazo y
que sea adecuado para todas las parejas en todos los
momentos de su vida”. Quienes se benefician económicamente de la
formidable industria de la anticoncepción jamás hablarán de un medio
que cumple todos estos requisitos y que, además, es totalmente
natural y gratuito. Se trata del método Billings o “Método
de la ovulación”, y se basa en el conocimiento, por
la pareja, de su cuerpo y su fertilidad. La
mujer sólo es fértil en unos cuantos días (entre 1
y 3, dependiendo de la mujer) previos y posteriores a
la ovulación: un total de 4 ó 5 días a
lo largo de su ciclo menstrual. Basta con que aprenda
a observarse para reconocer los síntomas de la ovulación, y
estar cierta de si se encuentra en un día fecundo.
Para lograr este conocimiento, existen cursos y libros que enseñan
a la mujer a interpretar sus propias señales corporales. Si
quiere evitar el embarazo, la pareja se abstiene de las
relaciones sexuales durante estos días del mes. De esta forma,
ejercen un control natural de su fertilidad. El método es
tan efectivo como los medios anticonceptivos artificiales, y mucho más
sano.
Coherentes por nuestro bien Como todo lo genuino, utilizar
el método natural cuando hay razones para hacerlo ayuda a
la vida de pareja. El hombre aprende a conocer y
respetar el cuerpo de la mujer, acompañándola a lo largo
de su ciclo. Se expresan su amor mutuo cuando tienen
relaciones y cuando no las tienen, porque también en ese
momento se aceptan totalmente con todas sus potencias y capacidades.
Decía el psiquiatra Victor Frankl que “El amor no
se entiende como un efecto colateral del sexo, sino que
el sexo es una manera de expresar la experiencia de
esa unión definitiva que se llama amor”. Otro psiquiatra, Enrique
Rojas, afirma que “El acto sexual es auténtico si es
simultáneamente físico, psicológico y espiritual”. El método natural de control
de la natalidad se presenta como el medio más capaz
de integrar estas tres dimensiones, porque supone un control y
una opción responsable por parte de los dos. Si
sólo compras tejidos naturales, consumes frutas y verduras biológicas, prefieres
las infusiones a las aspirinas, evitas los conservantes y colorantes,
reciclas tu basura, utilizas desodorante sin clorofluorocarbonos, odias el tabaco,
haces deporte…, pero introduces en tu cuerpo artefactos, geles y
espumas, sazonados con poderosos complejos hormonales, puede que tengas un
concepto un poco pobre de lo que significa respetar la
naturaleza
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