miércoles, 23 de mayo de 2012

Para que quieres lograr tus sueños?

“No es suficiente con sólo querer, te tienes que preguntar  y responder para que lo quieres,  y así sabrás que hacer para obtener lo que deseas.”
Algunas personas creen que el éxito viene a nuestras vidas por cuestión de suerte o por tener ciertas habilidades especiales. La excusa para no tener éxito se debe a la suerte que le ha tocado, y muchas de esa suerte la asocian a la familia, al país o a la condición social y piensan que si eso cambiara su suerte fuera otra. Eso es una mentalidad de personas que no quieren asumir responsabilidad de sus vidas.
El lograr nuestros sueños viene de creer en lo que estamos haciendo. La pasión o la inspiración vienen a tu vida cuando haces algo en lo que crees. Y como dice Jesús: “Al que cree todo le es posible”.  Si lo que haces no te apasiona es tiempo perdido y necesitas comenzar a buscar algo donde no solamente puedas colocar tu mente, sino tu espíritu y tu corazón, es lo que yo llamo propósito. Tu propósito está conectado con los sueños, y lo que he aprendido es que el propósito es lo que me sostiene cuando las cosas se ponen difíciles.
Si conoces tu propósito, podrás inspirarte para lograr cosas extraordinarias. Nada podrá detenerte y podrás llegar a la meta trazada.
Cuando conoces tu propósito puedes responder a la pregunta “¿Para qué?”
Leí este cuento: “El pescador y el turista”, y hay muchas maneras de interpretarlo.
“Un turista visitó un lejano campamento pesquero y fue recibido cordialmente por un pescador. Luego de pocos días de ver cómo hacía su vida, el turista preguntó al pescador por qué en vez de trabajar en el mar de las cuatro a las diez de la mañana no trabajaba hasta la tarde. Por lo común, después de la labor el pescador se ponía en una hamaca a ver el mar el resto del día. “¿Para qué?”, fue su respuesta. “Ganaría el doble o el triple de dinero de lo que gana ahora”, dijo el visitante. “¿Para qué?”, preguntó de nuevo el local. “Pues con eso en poco tiempo podría comprar otra embarcación.” “Sí, ¿pero para qué.” “Podría contratar a otro pescador para duplicar la producción.” “Pero, ¿para qué?, insistió el pescador. “Es que con la ganancia podría ir comprando más botes, hasta tener una flota; haría mucho dinero.” Suspirando, el pescador volvió a preguntar: “¿Para qué?” “Para dejar de trabajar: podría construirse una casa en la costa y descansar mientras ve el mar.” “¿Pues dónde estoy y qué es lo que hago ahora?”, fue la última frase del pescador en esa plática.
El turista no se desanimó. Pensó que era noble llevar a muchos el sueño del pescador. Regresó a su tierra y convenció a varios inversionistas del proyecto para construir un resort. En poco tiempo convenció también a los gobernantes del lugar, quienes lo sorprendieron demostrándole que el pescador no era propietario del lugar donde habitaba. Hicieron una sociedad muy atractiva. Un año después, muy de mañana, el visionario turista visitó de nuevo al pescador, pero ahora acompañado de notarios, abogados, arquitectos, maquinaria pesada, la policía y una orden de desalojo. Meses antes, gracias a la ubicación dada por uno de los inversionistas, un par de flotas pesqueras había barrido sistemáticamente el mar cercano con grandes redes y largos palangres. Lo encontró en la playa sacando pequeños peces con un anzuelo atado a una tabla. Estaba delgado y con una visible cicatriz en el pie descalzo. Luego de explicarle brevemente la situación legal y el nuevo plan, el turista desarrollador le preguntó: “¿Por qué no trabaja para mí?” Todavía moviendo el cordel que se perdía bajo el agua, el pescador respondió sombrío y sin mirarlo a la cara: “¿Para qué?” Convencido de la simple mentalidad de los locales, el turista fue directo a la conclusión del asunto: “Para que tus hijos no se mueran de hambre.”
El “¿para qué?” del pescador demuestra que no creía en lo que estaba haciendo, le faltaba inspiración y por ello terminó así. ¿Cómo quieres terminar tu vida?
Te pregunto: ¿Para qué vas todos los días a trabajar?  ¿Disfrutas de tu trabajo? ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Cuál es tu mayor contribución a ese trabajo que realizas?
Tomate el tiempo necesario para responder esas preguntas, descubrir tu propósito  y redefinir tú éxito en todas las áreas de la vida.
Hoy es el mejor día para comenzar a inspirarte y alcanzar resultados extraordinarios.

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