viernes, 25 de mayo de 2012

San Fernando, Rey de Castilla y de León


Es uno de los más grandes hombres del siglo XIII y el más santo de los reyes de España. Llena la primera mitad del siglo, con su vida ejemplar, su intensa piedad religiosa, su prudencia de gobernante y su heroísmo de conquistador audaz. Nunca conoció en sus empresas la derrota, ni el fracaso; siempre fueron coronadas por el triunfo y la gloria. Es modelo de santo laico, de militar valeroso y de cruzado de la fe. Meticuloso palaciego, músico, poeta, y en todo y siempre gran señor y perfecto caballero.
Hijo de un ilegítimo matrimonio por impedimento de consanguinidad entre Alfonso IX de León y su sobrina Doña Berenguela, que, realizado y consumado sin dispensa de Roma, fue anulado por el Papa Inocencio III, legitimando por Bula pontificia, al niño, posteriormente.
SU NIÑEZ
Nace a finales del siglo XII, en la corte de León y crece cuidado por su madre, mujer virtuosa y ejemplar. A los diez años, sufre una grave enfermedad. Los médicos desesperan de salvarlo. La madre toma en sus brazos al pequeño, cabalga con él hasta el Monasterio de Oña, reza y llora durante toda una noche ante una imagen de la Virgen, y "el meninno empieza a dormir, et depois que foi esperto, luego de comer pedia", según las crónicas.
HEREDERO DEL REINO
A los quince años, cuando es proclamado por las Cortes heredero del reino, se confirma la anulación del matrimonio de sus padres. Doña Berenguela se recluyó en el Monasterio de Las Huelgas, en Burgos, donde Fernando la visitará con frecuencia. Su tío Enrique I sufre un accidente  y se le proclama rey de Castilla, a sus dieciocho años. Su madre es heredera de la Corona de Castilla, convoca Cortes en Valladolid y se hace proclamar Reina pero toma la corona y la coloca sobre la cabeza de Fernando, desconcertando con su decisión las apetencias del rey de León al trono de su esposa.  Poco más tarde, esta sucesión real es confirmada solemnemente en el Monasterio de Santa María de las Huelgas, donde su propia madre ciñe al hijo la espada de Fernán González, y le arma caballero. No todos acatan esta decisión. Surgió un conflicto con algunos nobles, que fácilmente fueron convencidos. Su padre, Alfonso IX renunció a ser Rey de Castilla, aunque declaró a Fernando desheredado del reino de León; pero a la muerte de Alfonso tomó posesión de la corona de modo pacífico, iniciando la unión definitiva de León y Castilla.
SUS DOS MATRIMONIOS Y LOS TALENTOS QUE LE ADORNABAN
Fernando III se casó con Doña Beatriz de Suabia, princesa alemana y con Juana de Ponthieu.. De las dos tuvo hijos. Como rey,  le preocupó la justicia; era amable, pero recto y firme. Era gentil y finísimo, jinete elegante y diestro, versado en los juegos nobles, en el ajedrez; amante de la música y buen cantor. Se le atribuyen algunas cantigas dedicadas a la Virgen, a la que profesaba gran amor pues su madre le había contado cómo le había salvado siendo niño. Promocionó las artes, favoreció el naciente estilo gótico, y se le deben las catedrales de España: Burgos, Toledo, León y Palencia.
CONQUISTADOR
Fue conquistador intrépido y caudillo insigne, siempre victorioso. En este aspecto, sólo se le puede comparar su consuegro Jaime el Conquistador, el rey de Aragón y Cataluña. Sus campañas contra los moros, le dieron la victoria siempre, en casi toda Andalucía y Murcia, cuyos reinos de Córdoba, Jaén, Sevilla conquistó  Sólo a Granada no llegó, pero tuvo que pagar tributo y rendir vasallaje.
Brillan en él la rapidez, la prudencia y la perseverancia. Cuando sus enemigos le creen muy lejos, a las márgenes del Duero, en su corte, aparece de repente ante los muros de Córdoba. Supo el arte de sorprender y desconcertar, aprovechando todas las coyunturas políticas del adversario; organizando con estudio y parsimonia sus grandes y decisivas campañas, prolongando, si era preciso los asedios para evitar derramar sangre. El sitio y la conquista de Sevilla tras veinte meses de asedio, fue una de las más notables empresas militares de su tiempo; allí debió enfrentarse con decisión y valor enérgico hasta con el desánimo que el calor y la enfermedad causaban en muchos soldados.
GOBERNANTE
Fue notable su acción de gobernante,  sus relaciones con la Iglesia, con los nobles y magnates; su administración de justicia y sus relaciones con los otros reyes peninsulares cristianos; su impulso a la codificación y reforma del derecho; su protección a las artes, ciencias y la creación de nuevos Centros y Universidades... El rey de Baeza le entregó en rehén a su hijo, y éste, convertido al cristianismo, fue uno de los pobladores de Sevilla. Por su intervención personal ante el Emir de los benimerines en Marruecos, el Papa Alejandro IV pudo enviar un legado al Sultán. Creó la marina de guerra de Castilla; e instituyó los futuros Consejos del Reino o actuales de ministros, designando un colegio de doce varones doctos y prudentes que le asesoraban y con quienes consultaba. Fernando III de Castilla fue un santo rey, que alcanzó las cumbres más altas de la perfección, santificando las menores acciones de su vida y dedicando a Dios y a María todos los momentos y ocupaciones..
SU MUERTE
Al terminar la Reconquista de Sevilla, mientras una expedición castellana llegaba a África planeó el paso del estrecho y asentamiento definitivo en aquel continente, cayó herido de muerte, por agotamiento de sufrimientos y trabajos.
Al saber próximo su fin, postrado sobre un montón de cenizas, con una soga al cuello, pidió perdón a todos los presentes, dio sabios consejos a su hijo y deudos, con la candela encendida en la mano. Un resplandor celeste iluminó su rostro. "El tránsito de San Fernando, dice Menéndez y Pelayo, oscureció y dejó pequeñas todas las grandezas de su vida".Esa fue la vida exterior y la muerte del más grande de los reyes de Castilla, "atleta y campeón invicto de Jesucristo", como le llamaron los Papas Gregorio IX e Inocencio IV. "De la vida interior, según Menéndez y Pelayo, ¿quién podría hablar dignamente sino los ángeles, que fueron testigos de sus espirituales coloquios y de sus éxtasis y arrobos que tantas veces precedieron y anunciaron sus victorias?"


Fernando III de Castilla


Fernando III de Castilla
Rey de Castilla y de León
Fernando III de Castilla (Tumbo A).jpg
Rey de Castilla
12171252
Predecesor Berenguela I
Sucesor Alfonso X
Rey de León
12301252
Predecesor Alfonso IX
Sucesor Alfonso X

Información personal
Reinado (1217-1252)
Nacimiento c. 5 de agosto de 1199
Dehesa de Valparaíso, Peleas de Arriba, Zamora. Otras fuentes lo sitúan en Bolaños de Calatrava, Provincia de Ciudad Real
Fallecimiento 30 de mayo de 1252
Sevilla
Entierro Catedral de Sevilla
Familia
Casa Real Casa de Borgoña
Padre Alfonso IX de León
Madre Berenguela I de Castilla
Consorte
Descendencia véase Matrimonios y descendencia
Fernando III de Castilla (Peleas de Arriba, Zamora o Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, c. 5 de agosto de 1199Sevilla, 30 de mayo de 1252), llamado el Santo, rey de Castilla1 (12171252) y de León1 (12301252). Hijo de Berenguela I, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León. Durante su reinado se unificaron definitivamente las coronas de Castilla y León, que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII el Emperador, quien a su muerte las repartió entre sus hijos, los infantes Sancho y Fernando.
Durante su reinado fueron conquistadas y arrebatadas a los musulmanes, en el marco de la Reconquista, entre otras plazas, las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jaén y Murcia, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes, que, al finalizar el reinado de Fernando III el Santo, únicamente poseían en la Península Ibérica las actuales provincias de Huelva, Cádiz, Málaga, Granada y Almería.
Fue canonizado en 1671, siendo papa Clemente X, y reinando en España Carlos II.

Orígenes familiares

Hijo de Alfonso IX de León y de su segunda esposa, la reina Berenguela I de Castilla. Por parte paterna era nieto de Fernando II de León y de su esposa, la reina Urraca de Portugal. Por parte materna eran sus abuelos el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa, la reina Leonor de Plantagenet.
Fueron sus hermanos, entre otros, el infante Alfonso de Molina, padre de la reina María de Molina, esposa de Sancho IV el Bravo, y las infantas Sancha y Dulce.

Biografía

El Papa Inocencio III declaró nulo en 1204 el matrimonio de sus padres, Alfonso IX y Berenguela, alegando el parentesco de los cónyuges, tras lo cual Berenguela volvió a la corte de su padre (el rey de Castilla) con todos sus hijos.Tras la temprana muerte del rey de Castilla Enrique I, hermano menor de su madre y la abdicación de esta, es nombrado rey de Castilla el 1 de julio de 1217, en un acto realizado en Nájera. Nada más tomar posesión de la corona, tuvo que enfrentarse a una revuelta nobiliaria, encabezada por la casa de los Lara y fomentada por el vecino reino de León.
En (1219), contrajo matrimonio con Beatriz de Suabia. A partir de 1224, aprovechando las discordias surgidas entre los almohades a la muerte de Abu Yacub Yusuf, dedicó su esfuerzo a dirigir las campañas de conquista de los territorios dominados por los musulmanes, combinando hábilmente las acciones diplomáticas con beneficiosas intervenciones bélicas aprovechando las discordias existentes en los distintos reinos musulmanes. Así, entre 1225 y 1227 las tropas castellanas se hacen con Andújar, Martos y Baeza, lugares clave para la conquista de Andalucía.
Estatua del rey Fernando III en la Plaza Nueva de Sevilla.
A la muerte de su padre, Alfonso IX, rey de León, en 1230, los partidarios de Fernando no respetaron su testamento, reivindicando el trono de León, que el rey, su padre, había legado a Sancha y Dulce, hijas de su matrimonio con Teresa de Portugal. Tras una reunión entre las dos reinas consortes, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, se firma la Concordia de Benavente, en el que se declara la inviabilidad del testamento de Alfonso IX y el traspaso de la corona de León a Fernando a cambio de una compensación económica a Dulce y Sancha, que incluía la cesión de tierras que se reincorporarían a Castilla cuando estas murieran. De ese modo se unieron dinásticamente -siguieron conservando Cortes, leyes e instituciones diferentes- León y Castilla en la persona de Fernando.
Tras lograr la unión de sus reinos, se dedica de manera sistemática a la conquista del valle del Guadalquivir. En 1231 tomó la plaza de Cazorla en Jaén, junto al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Las fuerzas reales se adueñan posteriormente de la campiña cordobesa y de forma inesperada se apoderan de la capital cordobesa en 1236. En 1240 se apoderó de Lucena. En 1243, el rey del taifa de Murcia se sometió a vasallaje y poco después su hijo, el infante Alfonso, ocupó el reino murciano de forma pacífica. En 1244, se establecen las fronteras con el Reino de Aragón en el tratado de Almizra, asignando al reino de Castilla las plazas de Orihuela, Elche y Alicante. Este mismo año, sus súbditos Rodrigo González Girón y el Maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, se apoderan de los últimos reductos murcianos: Cartagena, Lorca y Mula.
Desde entonces fue avanzando por el Guadalquivir. Jaén es conquistada tras años de ataques en 1246, y en noviembre del año 1248 se apodera de Sevilla, tras quince meses de asedio y con el auxilio del marino Ramón de Bonifaz, a quien el rey había encargado en 1247 la formación de una flota con naves procedentes del Cantábrico y con la que habría de remontar el río Guadalquivir y completar el cerco sobre la ciudad. A la toma de Sevilla siguió la de Medina Sidonia y Arcos de la Frontera, entre otras. Cuando falleció en 1252, preparaba una expedición contra el norte de África, tratando de evitar las posibles amenazas que pudieran proceder de esa zona.

Labor política

Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. Se esmeró por que en su Corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario (su hijo el rey Alfonso el Sabio será un gran literato y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).

Sepultura de Fernando III el Santo

El cadáver del rey Fernando III el Santo recibió sepultura en la Catedral de Sevilla, tres días después de su defunción.2 Fernando III había dispuesto en su testamento que su cadáver recibiese sepultura al pie de la imagen de la Virgen de los Reyes, que se supone le fue regalada al monarca por el rey San Luis de Francia, y había ordenado además que su sepultura fuera sencilla, sin estatua yacente.3
No obstante, tras la muerte del rey, su hijo Alfonso X el Sabio ordenó realizar los mausoleos de sus padres, revestidos de plata, y las efigies sedentes que les representaban, recubiertas de metales preciosos y piedras preciosas, contraviniendo así el deseo de su padre. Delante de la imagen de la Virgen de los Reyes, donada por Fernando III el Santo a la Catedral de Sevilla, fueron colocadas las efigies de Fernando III y de su primera esposa, la reina Beatriz de Suabia, que aparecían vestidos, sentados en sillones chapados de plata y bajo baldaquinos de plata dorada. La imagen sedente de Fernando III se hallaba coronada por una corona de oro y piedras preciosas. Las imágenes de Alfonso X y Beatriz de Suabia portaban sendas coronas de oro y piedras preciosas. Las piedras preciosas fueron confiscadas por su descendiente, el rey Pedro I el Cruel, durante la Guerra de los dos Pedros, en el siglo XIV, argumentando que no se hallaban suficientemente protegidas.4
El monarca aparecía portando en la mano derecha la espada con la punta hacia arriba, estando la espada adornada con un rubí y una esmeralda. En el dedo índice de la mano izquierda, en la que sostenía la vaina de la espada, adornada con pedrería, llevaba un anillo de oro con una rubí de considerable tamaño. Dicho anillo sería posteriormente colocado en la mano de la Virgen de los Reyes, quien portaba, al igual que el Niño Jesús que ella sostenía en sus brazos, una corona de oro con piedras preciosas, que le fueron donadas por Alfonso X el Sabio.5 Tras la muerte de Alfonso X el Sabio, su efigie, del mismo estilo que las de sus padres, fue colocada al lado de aquellas. Los sarcófagos que contenían los restos de los reyes fueron colocados a los pies de la imagen de la Virgen de los Reyes, y se hallaban adornados con blasones en los que aparecían castillos, leones y águilas, símbolo éste último de la Casa de Hohenstaufen, de la que era miembro la reina Beatriz de Suabia. La efigie que representaba a Fernando III se hallaba colocada en el centro de la capilla y a la izquierda estaba colocada la de su esposa. Cuando Fernando III el Santo fue canonizado en el año 1671, la imagen sedente del rey, del siglo XIII, fue sustituida por otra realizada por el escultor Pedro Roldán, quien según ciertas fuentes la realizó en pocos días, siendo después dorada y estofada por una hija del pintor Juan de Valdés Leal.6
Urna de plata que contiene los restos mortales de San Fernando. Capilla Real de la Catedral de Sevilla.
En la actualidad, la urna de plata que contiene los restos de Fernando III el Santo se encuentra colocada sobre un basamento de mampostería, colocado ante las gradas del altar donde se sitúa la imagen de la Virgen de los Reyes. En el basamento de mampostería que sirve de soporte a la urna se encuentran colocados cuatro epitafios, compuestos en arábe, latín, hebreo y castellano. La tradición sostiene que los cuatro epitafios fueron compuestos por Alfonso X el Sabio, hijo de Fernando III.
La urna de plata que contiene los restos del rey San Fernando fue realizada entre los años por el orfebre Juan Laureano de Pina. Fue comenzada en 1690, aunque las dificultades financieras motivaron que su terminación no finalizara hasta el año 1719, habiendo participado en su conclusión varios orfebres, y habiéndose empleado en su realización plata, plata sobredorada y bronce. La urna exterior cubre la urna interior, con paredes de cristal, en la que reposan los restos del monarca. La urna, que se considera la obra más relevante de la orfebrería barroca sevillana, permanece cerrada habitualmente, aunque puede ser abierta para mostrar el cuerpo de San Fernando, como se hace el día 30 de mayo, festividad de San Fernando, en que es expuesto a la veneración de los fieles.7 En la decoración de la urna externa, que protege la urna interior, se glorifican las virtudes del rey San Fernando y la apoteósis de la monarquía española, estando además adornada con relieves con motivos florales y vegetales.

Matrimonios y descendencia

Fernando III el Santo contrajo matrimonio en noviembre de 1219 en la ciudad de Burgos con Beatriz de Suabia, hija de Felipe de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del Imperio Romano de Oriente, con la que tuvo diez hijos:
Tras quedar viudo de su primera esposa, Beatriz de Suabia, Fernando III el Santo contrajo matrimonio en la ciudad de Burgos en 1237 con Juana de Danmartín. Fruto de su segundo matrimonio nacieron los siguientes hijos:

Fernando III y la religión

Monumento a Fernando III el Santo en Baeza.
El Papa Gregorio Nono lo llamó «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
El Papa Clemente X lo canonizó en 1671, siendo el segundo rey español, considerando a San Hermenegildo como rey español, que es elevado a la santidad.

Curiosidades

  • Otras fuentes sitúan su nacimiento en Bolaños de Calatrava, y no es del todo descabellado pensar en ello. El castillo de dicha localidad tiene su nombre y fue vendido (castillo y villa) a la Orden de Calatrava por su madre, Doña Berenguela de Castilla.
  • Otra tradición apunta que el nacimiento de este rey habría tenido lugar entre los muros del Castillo de Burgalimar.
  • El día 23 de noviembre se conmemora la conquista de la ciudad de Sevilla por parte del rey San Fernando, y el alcalde de Sevilla procesiona llevando la espada Lobera, que perteneció al rey, tomándola por la punta (sólo el rey puede tomarla por la empuñadura), y recorre la catedral con ella, seguido del cabildo, ante el pueblo, acompañado del concejal más joven de la ciudad, que porta el Pendón de San Fernando, la histórica bandera de Castilla y León que se enarboló en la toma de la ciudad. En los últimos años ha sido sustituida por una réplica.
  • Patrón de las ciudades de Aranjuez, San Fernando de Henares, Villanueva del Río y Minas y Sevilla en España, su efigie queda plasmada en el escudo de la ciudad.
  • Patrón de la ciudad de San Fernando en Venezuela, su efigie también queda plasmada en el escudo de la ciudad.
  • Patrón del municipio de Pivijay, Magdalena en Colombia.
  • Patrón de la Universidad de La Laguna, aparece en su sello y escudo.
  • El símbolo de su poder no es el cetro, como en las representaciones de otros reyes, sino su espada Lobera.
  • El 30 de mayo es la festividad de San Fernando en su honor. Día de puertas abiertas para visitar su cuerpo incorrupto en la Catedral de Sevilla, el cual se encuentra en una urna funeraria de plata maciza realizada por el orfebre Juan Laureano de Pina entre 1690 y 1701. Véase santoral.
  • En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, cada 30 de mayo se realiza un baile popular en su honor. El baile se llama Calendas de San Fernando
  • En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, existe un monumento con su imagen a de pie. Es unas escultura de más de 7 metros de altura.
  • El día 30 de mayo (día de San Fernando) se abre su tumba de plata por la parte delantera pudiéndose contemplar su féretro ese mismo día se hace una procesión por las calles del centro de Sevilla

Predecesor:
Berenguela
Rey de Castilla
12171252
Sucesor:
Alfonso X
Predecesor:
Alfonso IX
Rey de León
12301252
Sucesor:
Alfonso X

Véase también

Referencias

Notas

  1. a b La titulación completa era Rex Castelle et Toleti et Legionis et Gallecie et Seuille et Corduue et Murcie et Jaheni (Rey de Castilla y Toledo y León (desde 1230) y Galicia (desde 1230) y Sevilla (desde 1248) y Córdoba (desde 1237) y Murcia (desde 1243) y Jaén (desde 1246))
  2. (Del Arco y Garay, 1954, p. 229)
  3. (Del Arco y Garay, 1954, p. 106)
  4. (Del Arco y Garay, 1954, p. 110)
  5. (Del Arco y Garay, 1954, p. 109)
  6. (Del Arco y Garay, 1954, p. 113)
  7. (Morales, 1999, p. 126)

Bibliografía

  • Del Arco y Garay, Ricardo (1954). Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.. ed. Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid.
  • Costas Rodríguez, Jenaro: Fernando III a través de las crónicas medievales. Ayuntamiento de Zamora, Universidad Nacional de Educación a Distancia. Centro Asociado de Zamora 2002, ISBN 84-920677-5-6
  • González Jiménez, Manuel: Fernando III el Santo: el rey que marcó el destino de España. Fundación José Manuel Lara 2006, ISBN 84-96556-38-7
  • González, Julio: Reinado y diplomas de Fernando III. 3 v. Confederación Española de Cajas de Ahorros 1983, ISBN 84-7231-855-9
  • González, Julio: Las conquistas de Fernando III en Andalucía. Editorial Maxtor Librería /2006, ISBN 84-9761-277-9
  • Morales, Alfredo J.; Luis Martínez Montiel (1999). La Catedral de Sevilla. Scala Publishers. ISBN 1-85759-204-2.
  • Morales, Alfredo J. (1979). Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla. ed. La Capilla Real de Sevilla. Jerez de la Frontera. ISBN 84-500-3316-0.
  • Rodríguez Bueno, Pedro: En torno a la Sevilla del siglo XIII: Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio. Asociación Cultural Alfonso X el Sabio. 2008, isbn 978-84-612-3194-2
  • Rodríguez López, Ana: La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana: expansión y fronteras durante el reinado de Fernando III. Consejo Superior de Investigaciones Científicas 1994,isbn 84-00-07444-0
  • Fernando III y su tiempo (1201-1252): VIII Congreso de Estudios Medievales de la Fundación Sánchez-Albornoz, celebrado en 2001 en León. Fundación Sánchez-Albornoz 2003, ISBN 84-923109-3-6
  • Ros, Carlos: Fernando III el Santo. Asociación Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando 2003, isbn 84-607-7685-9

Enlaces externos


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Rey de Castilla
12171252
Predecesor Berenguela I
Sucesor Alfonso X
Rey de León
12301252
Predecesor Alfonso IX
Sucesor Alfonso X

Información personal
Reinado (1217-1252)
Nacimiento c. 5 de agosto de 1199
Dehesa de Valparaíso, Peleas de Arriba, Zamora. Otras fuentes lo sitúan en Bolaños de Calatrava, Provincia de Ciudad Real
Fallecimiento 30 de mayo de 1252
Sevilla
Entierro Catedral de Sevilla
Familia
Casa Real Casa de Borgoña
Padre Alfonso IX de León
Madre Berenguela I de Castilla
Consorte
Descendencia véase Matrimonios y descendencia
Fernando III de Castilla (Peleas de Arriba, Zamora o Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, c. 5 de agosto de 1199Sevilla, 30 de mayo de 1252), llamado el Santo, rey de Castilla1 (12171252) y de León1 (12301252). Hijo de Berenguela I, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León. Durante su reinado se unificaron definitivamente las coronas de Castilla y León, que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII el Emperador, quien a su muerte las repartió entre sus hijos, los infantes Sancho y Fernando.
Durante su reinado fueron conquistadas y arrebatadas a los musulmanes, en el marco de la Reconquista, entre otras plazas, las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jaén y Murcia, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes, que, al finalizar el reinado de Fernando III el Santo, únicamente poseían en la Península Ibérica las actuales provincias de Huelva, Cádiz, Málaga, Granada y Almería.
Fue canonizado en 1671, siendo papa Clemente X, y reinando en España Carlos II.

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Orígenes familiares

Hijo de Alfonso IX de León y de su segunda esposa, la reina Berenguela I de Castilla. Por parte paterna era nieto de Fernando II de León y de su esposa, la reina Urraca de Portugal. Por parte materna eran sus abuelos el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa, la reina Leonor de Plantagenet.
Fueron sus hermanos, entre otros, el infante Alfonso de Molina, padre de la reina María de Molina, esposa de Sancho IV el Bravo, y las infantas Sancha y Dulce.

Biografía

El Papa Inocencio III declaró nulo en 1204 el matrimonio de sus padres, Alfonso IX y Berenguela, alegando el parentesco de los cónyuges, tras lo cual Berenguela volvió a la corte de su padre (el rey de Castilla) con todos sus hijos.Tras la temprana muerte del rey de Castilla Enrique I, hermano menor de su madre y la abdicación de esta, es nombrado rey de Castilla el 1 de julio de 1217, en un acto realizado en Nájera. Nada más tomar posesión de la corona, tuvo que enfrentarse a una revuelta nobiliaria, encabezada por la casa de los Lara y fomentada por el vecino reino de León.
En (1219), contrajo matrimonio con Beatriz de Suabia. A partir de 1224, aprovechando las discordias surgidas entre los almohades a la muerte de Abu Yacub Yusuf, dedicó su esfuerzo a dirigir las campañas de conquista de los territorios dominados por los musulmanes, combinando hábilmente las acciones diplomáticas con beneficiosas intervenciones bélicas aprovechando las discordias existentes en los distintos reinos musulmanes. Así, entre 1225 y 1227 las tropas castellanas se hacen con Andújar, Martos y Baeza, lugares clave para la conquista de Andalucía.
Estatua del rey Fernando III en la Plaza Nueva de Sevilla.
A la muerte de su padre, Alfonso IX, rey de León, en 1230, los partidarios de Fernando no respetaron su testamento, reivindicando el trono de León, que el rey, su padre, había legado a Sancha y Dulce, hijas de su matrimonio con Teresa de Portugal. Tras una reunión entre las dos reinas consortes, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, se firma la Concordia de Benavente, en el que se declara la inviabilidad del testamento de Alfonso IX y el traspaso de la corona de León a Fernando a cambio de una compensación económica a Dulce y Sancha, que incluía la cesión de tierras que se reincorporarían a Castilla cuando estas murieran. De ese modo se unieron dinásticamente -siguieron conservando Cortes, leyes e instituciones diferentes- León y Castilla en la persona de Fernando.
Tras lograr la unión de sus reinos, se dedica de manera sistemática a la conquista del valle del Guadalquivir. En 1231 tomó la plaza de Cazorla en Jaén, junto al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Las fuerzas reales se adueñan posteriormente de la campiña cordobesa y de forma inesperada se apoderan de la capital cordobesa en 1236. En 1240 se apoderó de Lucena. En 1243, el rey del taifa de Murcia se sometió a vasallaje y poco después su hijo, el infante Alfonso, ocupó el reino murciano de forma pacífica. En 1244, se establecen las fronteras con el Reino de Aragón en el tratado de Almizra, asignando al reino de Castilla las plazas de Orihuela, Elche y Alicante. Este mismo año, sus súbditos Rodrigo González Girón y el Maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, se apoderan de los últimos reductos murcianos: Cartagena, Lorca y Mula.
Desde entonces fue avanzando por el Guadalquivir. Jaén es conquistada tras años de ataques en 1246, y en noviembre del año 1248 se apodera de Sevilla, tras quince meses de asedio y con el auxilio del marino Ramón de Bonifaz, a quien el rey había encargado en 1247 la formación de una flota con naves procedentes del Cantábrico y con la que habría de remontar el río Guadalquivir y completar el cerco sobre la ciudad. A la toma de Sevilla siguió la de Medina Sidonia y Arcos de la Frontera, entre otras. Cuando falleció en 1252, preparaba una expedición contra el norte de África, tratando de evitar las posibles amenazas que pudieran proceder de esa zona.

Labor política

Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. Se esmeró por que en su Corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario (su hijo el rey Alfonso el Sabio será un gran literato y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).

Sepultura de Fernando III el Santo

El cadáver del rey Fernando III el Santo recibió sepultura en la Catedral de Sevilla, tres días después de su defunción.2 Fernando III había dispuesto en su testamento que su cadáver recibiese sepultura al pie de la imagen de la Virgen de los Reyes, que se supone le fue regalada al monarca por el rey San Luis de Francia, y había ordenado además que su sepultura fuera sencilla, sin estatua yacente.3
No obstante, tras la muerte del rey, su hijo Alfonso X el Sabio ordenó realizar los mausoleos de sus padres, revestidos de plata, y las efigies sedentes que les representaban, recubiertas de metales preciosos y piedras preciosas, contraviniendo así el deseo de su padre. Delante de la imagen de la Virgen de los Reyes, donada por Fernando III el Santo a la Catedral de Sevilla, fueron colocadas las efigies de Fernando III y de su primera esposa, la reina Beatriz de Suabia, que aparecían vestidos, sentados en sillones chapados de plata y bajo baldaquinos de plata dorada. La imagen sedente de Fernando III se hallaba coronada por una corona de oro y piedras preciosas. Las imágenes de Alfonso X y Beatriz de Suabia portaban sendas coronas de oro y piedras preciosas. Las piedras preciosas fueron confiscadas por su descendiente, el rey Pedro I el Cruel, durante la Guerra de los dos Pedros, en el siglo XIV, argumentando que no se hallaban suficientemente protegidas.4
El monarca aparecía portando en la mano derecha la espada con la punta hacia arriba, estando la espada adornada con un rubí y una esmeralda. En el dedo índice de la mano izquierda, en la que sostenía la vaina de la espada, adornada con pedrería, llevaba un anillo de oro con una rubí de considerable tamaño. Dicho anillo sería posteriormente colocado en la mano de la Virgen de los Reyes, quien portaba, al igual que el Niño Jesús que ella sostenía en sus brazos, una corona de oro con piedras preciosas, que le fueron donadas por Alfonso X el Sabio.5 Tras la muerte de Alfonso X el Sabio, su efigie, del mismo estilo que las de sus padres, fue colocada al lado de aquellas. Los sarcófagos que contenían los restos de los reyes fueron colocados a los pies de la imagen de la Virgen de los Reyes, y se hallaban adornados con blasones en los que aparecían castillos, leones y águilas, símbolo éste último de la Casa de Hohenstaufen, de la que era miembro la reina Beatriz de Suabia. La efigie que representaba a Fernando III se hallaba colocada en el centro de la capilla y a la izquierda estaba colocada la de su esposa. Cuando Fernando III el Santo fue canonizado en el año 1671, la imagen sedente del rey, del siglo XIII, fue sustituida por otra realizada por el escultor Pedro Roldán, quien según ciertas fuentes la realizó en pocos días, siendo después dorada y estofada por una hija del pintor Juan de Valdés Leal.6
Urna de plata que contiene los restos mortales de San Fernando. Capilla Real de la Catedral de Sevilla.
En la actualidad, la urna de plata que contiene los restos de Fernando III el Santo se encuentra colocada sobre un basamento de mampostería, colocado ante las gradas del altar donde se sitúa la imagen de la Virgen de los Reyes. En el basamento de mampostería que sirve de soporte a la urna se encuentran colocados cuatro epitafios, compuestos en arábe, latín, hebreo y castellano. La tradición sostiene que los cuatro epitafios fueron compuestos por Alfonso X el Sabio, hijo de Fernando III.
La urna de plata que contiene los restos del rey San Fernando fue realizada entre los años por el orfebre Juan Laureano de Pina. Fue comenzada en 1690, aunque las dificultades financieras motivaron que su terminación no finalizara hasta el año 1719, habiendo participado en su conclusión varios orfebres, y habiéndose empleado en su realización plata, plata sobredorada y bronce. La urna exterior cubre la urna interior, con paredes de cristal, en la que reposan los restos del monarca. La urna, que se considera la obra más relevante de la orfebrería barroca sevillana, permanece cerrada habitualmente, aunque puede ser abierta para mostrar el cuerpo de San Fernando, como se hace el día 30 de mayo, festividad de San Fernando, en que es expuesto a la veneración de los fieles.7 En la decoración de la urna externa, que protege la urna interior, se glorifican las virtudes del rey San Fernando y la apoteósis de la monarquía española, estando además adornada con relieves con motivos florales y vegetales.

Matrimonios y descendencia

Fernando III el Santo contrajo matrimonio en noviembre de 1219 en la ciudad de Burgos con Beatriz de Suabia, hija de Felipe de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del Imperio Romano de Oriente, con la que tuvo diez hijos:
Tras quedar viudo de su primera esposa, Beatriz de Suabia, Fernando III el Santo contrajo matrimonio en la ciudad de Burgos en 1237 con Juana de Danmartín. Fruto de su segundo matrimonio nacieron los siguientes hijos:

Fernando III y la religión

Monumento a Fernando III el Santo en Baeza.
El Papa Gregorio Nono lo llamó «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
El Papa Clemente X lo canonizó en 1671, siendo el segundo rey español, considerando a San Hermenegildo como rey español, que es elevado a la santidad.

Curiosidades

  • Otras fuentes sitúan su nacimiento en Bolaños de Calatrava, y no es del todo descabellado pensar en ello. El castillo de dicha localidad tiene su nombre y fue vendido (castillo y villa) a la Orden de Calatrava por su madre, Doña Berenguela de Castilla.
  • Otra tradición apunta que el nacimiento de este rey habría tenido lugar entre los muros del Castillo de Burgalimar.
  • El día 23 de noviembre se conmemora la conquista de la ciudad de Sevilla por parte del rey San Fernando, y el alcalde de Sevilla procesiona llevando la espada Lobera, que perteneció al rey, tomándola por la punta (sólo el rey puede tomarla por la empuñadura), y recorre la catedral con ella, seguido del cabildo, ante el pueblo, acompañado del concejal más joven de la ciudad, que porta el Pendón de San Fernando, la histórica bandera de Castilla y León que se enarboló en la toma de la ciudad. En los últimos años ha sido sustituida por una réplica.
  • Patrón de las ciudades de Aranjuez, San Fernando de Henares, Villanueva del Río y Minas y Sevilla en España, su efigie queda plasmada en el escudo de la ciudad.
  • Patrón de la ciudad de San Fernando en Venezuela, su efigie también queda plasmada en el escudo de la ciudad.
  • Patrón del municipio de Pivijay, Magdalena en Colombia.
  • Patrón de la Universidad de La Laguna, aparece en su sello y escudo.
  • El símbolo de su poder no es el cetro, como en las representaciones de otros reyes, sino su espada Lobera.
  • El 30 de mayo es la festividad de San Fernando en su honor. Día de puertas abiertas para visitar su cuerpo incorrupto en la Catedral de Sevilla, el cual se encuentra en una urna funeraria de plata maciza realizada por el orfebre Juan Laureano de Pina entre 1690 y 1701. Véase santoral.
  • En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, cada 30 de mayo se realiza un baile popular en su honor. El baile se llama Calendas de San Fernando
  • En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, existe un monumento con su imagen a de pie. Es unas escultura de más de 7 metros de altura.
  • El día 30 de mayo (día de San Fernando) se abre su tumba de plata por la parte delantera pudiéndose contemplar su féretro ese mismo día se hace una procesión por las calles del centro de Sevilla

Predecesor:
Berenguela
Rey de Castilla
12171252
Sucesor:
Alfonso X
Predecesor:
Alfonso IX
Rey de León
12301252
Sucesor:
Alfonso X

Véase también

Referencias

Notas

  1. a b La titulación completa era Rex Castelle et Toleti et Legionis et Gallecie et Seuille et Corduue et Murcie et Jaheni (Rey de Castilla y Toledo y León (desde 1230) y Galicia (desde 1230) y Sevilla (desde 1248) y Córdoba (desde 1237) y Murcia (desde 1243) y Jaén (desde 1246))
  2. (Del Arco y Garay, 1954, p. 229)
  3. (Del Arco y Garay, 1954, p. 106)
  4. (Del Arco y Garay, 1954, p. 110)
  5. (Del Arco y Garay, 1954, p. 109)
  6. (Del Arco y Garay, 1954, p. 113)
  7. (Morales, 1999, p. 126)

Bibliografía

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  • González, Julio: Reinado y diplomas de Fernando III. 3 v. Confederación Española de Cajas de Ahorros 1983, ISBN 84-7231-855-9
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  • Morales, Alfredo J.; Luis Martínez Montiel (1999). La Catedral de Sevilla. Scala Publishers. ISBN 1-85759-204-2.
  • Morales, Alfredo J. (1979). Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla. ed. La Capilla Real de Sevilla. Jerez de la Frontera. ISBN 84-500-3316-0.
  • Rodríguez Bueno, Pedro: En torno a la Sevilla del siglo XIII: Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio. Asociación Cultural Alfonso X el Sabio. 2008, isbn 978-84-612-3194-2
  • Rodríguez López, Ana: La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana: expansión y fronteras durante el reinado de Fernando III. Consejo Superior de Investigaciones Científicas 1994,isbn 84-00-07444-0
  • Fernando III y su tiempo (1201-1252): VIII Congreso de Estudios Medievales de la Fundación Sánchez-Albornoz, celebrado en 2001 en León. Fundación Sánchez-Albornoz 2003, ISBN 84-923109-3-6
  • Ros, Carlos: Fernando III el Santo. Asociación Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando 2003, isbn 84-607-7685-9

Enlaces externos


San Fernando, Rey de Castilla y de León

Uno de los más grandes hombres del siglo XIII y el más santo de los reyes hispánicos. Llena la primera mitad del mentado siglo, con su vida ejemplar, su intensa piedad religiosa, su prudencia de gobernante y su heroísmo de conquistador audaz. No conoció en sus empresas la derrota, ni el fracaso; siempre, al contrario, fueron coronadas por el triunfo y la gloria. Es modelo de santo seglar, de militar impertérrito, de cruzado valeroso de la fe. Meticuloso palaciego, músico, poeta, y en todo y siempre gran señor y perfecto caballero. — Fiesta: 30 de mayo. Misa propia.
Hijo de un ilegítimo matrimonio real entre Alfonso IX de León y su sobrina Doña Berenguela, que, realizado y consumado sin consentimiento de Roma, fue anulado por Su Santidad Inocencio III, aunque legitimando, no obstante, por Bula pontificia, al niño, fruto de tal enlace.
Nace en las postrimerías del siglo XII, entre los esplendores de la corte de León y crece en sus primeros años, venturosos y felices, acariciado por los cuidados de su madre, mujer virtuosa y ejemplar. Cuando apenas tiene diez años, una grave enfermedad pone su existencia en trance de muerte. Los médicos desesperan de salvarlo. Entonces la madre toma en sus brazos al pequeño, cabalga con él hasta el Monasterio de Oña, reza y llora durante toda una noche ante una imagen de la Virgen, y «el meninno empieza a dormir, et depois que foi esperto, luego de comer pedia», rezan las crónicas reales.
A los quince años, mientras es proclamado por las Cortes heredero del reino, es confirmada la anulación del matrimonio real de sus padres. Reclúyese Doña Berenguela en el Monasterio de Las Huelgas, en Burgos, donde Fernando la visitará con frecuencia.
Un accidente casual ocurrido a su tío Enrique I le hace rey de Castilla, apenas cumplidos sus dieciocho años. La verdadera heredera de la Corona de Castilla es su madre, pero en esta ocasión brillan de manera singular las grandes dotes de esta excepcional mujer: llama a su hijo junto a sí, convoca Cortes en Valladolid y se hace proclamar Reina; mas, tomando enseguida la corona que resplandece en su frente, la coloca sobre las sienes de Fernando, desconcertando con esta clarividente decisión las apetencias del monarca leonés al trono de su esposa. Poco más tarde, esta sucesión real es confirmada solemnemente en el Monasterio de Santa María de las Huelgas, donde su propia madre ciñe al hijo la espada de Fernán González, armándole caballero.
Tal real decisión no es por todos acatada. Surge conflicto con ciertos nobles, que son fácilmente vencidos. Surge otro más grave con el padre, Alfonso IX, que también, por fin, capitula, renunciando a llamarse Rey de Castilla. Es cierto que declara a Fernando desheredado del reino de León; pero llegada la hora histórica, es decir, la muerte de Alfonso, es tanta la simpatía del hijo y tan espontáneo el afecto que inspira a todos, que toma posesión de la segunda corona de un modo absolutamente pacífico, iniciando de este modo la unión definitiva de León y Castilla.
Fernando III casó dos veces: su primera esposa fue Doña Beatriz de Suabia, princesa alemana; la segunda, Juana de Ponthieu. Ambas le dieron hijos.
Como rey, tuvo la obsesión de la justicia; era amable, pero recto y firme en todos sus actos. Fue asimismo un gentil señor, en la más alta acepción de la palabra: palaciego finísimo, jinete elegante y diestro en las carreras, versado en los juegos nobles, incluso en los de salón, como el ajedrez; amante de la música y excelente cantor. Se le atribuyen algunas cantigas dedicadas a la Virgen, su gran pasión y amor desde que su madre le contara cómo le había salvado siendo niño. Fomentador de las artes todas, favoreció con esplendidez al entonces naciente estilo gótico, debiéndose a su impulso las mejores catedrales de España: Burgos, Toledo, León, Palencia...
Tuvo también las dotes de conquistador intrépido y de caudillo insigne, siempre victorioso. En este aspecto, solo puede comparársele con su consuegro Jaime el Conquistador, el gran monarca de Aragón y Cataluña. Sus campañas contra la morisma, le dieron la victoria siempre, en casi toda Andalucía y Murcia, cuyos reinos de Córdoba, Jaén, Sevilla y otros pequeños gobiernos taitas, desaparecen bajo el impulso de su espada, ensanchándose con su unión los horizontes de Castilla. Solamente Granada queda en pie, mas obligada a pagar tributo y rendir vasallaje.
Brillan en nuestro Rey Santo las tres grandes virtudes militares: la rapidez, la prudencia y la perseverancia. Cuando sus enemigos le creen muy lejos, a las márgenes del Duero, en su corte, aparece de repente ante los muros de Córdoba.
Domina el arte de sorprender y desconcertar, aprovechando todas las coyunturas políticas del adversario; organizando con estudio y parsimonia sus grandes y decisivas campañas, prolongando, si preciso es, los asedios con tal de economizar sangre.
El sitio y la conquista de Sevilla tras veinte meses de asedio, son una de las más notables empresas militares de aquellos tiempos; allí debió enfrentarse con decisión y valor enérgico hasta con el desánimo que el calor y la enfermedad producían en muchos de los suyos.
Junto a este aspecto, de militar y conquistador, que pudo haber llevado a efecto la unión total de la patria en su época, debe recalcarse su acción de gobernante, de la que apenas hacen mención los historiadores, o sea: sus relaciones con la Iglesia y los prelados; con los nobles y magnates; su administración de justicia y ejemplares relaciones con los demás reyes peninsulares cristianos; su impulso a la codificación y reforma del derecho; su protección a las artes, ciencias y para la creación de nuevos Centros y Universidades... En estos aspectos fue su reinado tan ejemplar y de subidos quilates de perfección, que sólo es comparable luego con el de la gran reina Católica.
Puede decirse, sin embargo, que Fernando supera a ésta en muchos aspectos: prudencia máxima y caballerosidad, en exceso, con sus enemigos los reyes musulmanes. Vencido su adversario, no se vuelve contra éste; guarda las treguas y los pactos, pensando quizá poder ganarlos con esta conducta para la fe cristiana. Algunos de ellos, en efecto, así evolucionan; el rey de Baeza le entrega en rehén a su hijo, y éste, convertido al cristianismo, es luego uno de los pobladores de Sevilla, sospechándose fundadamente fuera el propio rey su padrino de bautismo. Gracias a su intervención personal ante el Emir de los benimerines en Marruecos, el Papa Alejandro IV pudo enviar un legado al Sultán.
Fue, también, el verdadero creador de la marina de guerra de Castilla; e instituyó, en germen, los futuros Consejos del Reino o actuales de ministros, al designar un colegio de doce varones doctos y prudentes que le asesoraran y con quienes consultar las graves cuestiones de Estado.
En medio de sus innumerables y siempre victoriosas campañas militares y laboriosas gestiones de buen gobierno, brilla con singular esplendor su piedad intensa y ferviente devoción a la Virgen María.
Considerábase caballero de Dios, llamábase siervo de Santa María y tenía a grande honor el título de Alférez de Santiago. Llevaba siempre consigo una pequeña imagen de la Virgen, en el arzón de su montura, cuando cabalgaba; a la cabecera de su cama, mientras dormía; ante la cual pasaba largas horas arrodillado, en los momentos más difíciles.
La entrada y conquista de Sevilla no fue, según nuestro Santo, triunfo del conquistador, sino merced especial de Santa María, y a gloria suya se dedicó el cortejo: las naves de Ramón Bonifaz cubrían el río engalanadas y empavesadas; brillaban las armaduras de los guerreros al reluciente sol andaluz y resonaban los himnos sagrados, mientras, cerrando la marcha y en carroza triunfal, adornada con joyas, tapices y brillantes, iba la Virgen victoriosa, porque «grandes mercedes e honras e bienandanzas —diría el rey luego—, nos fizo et mostró Aquel que es comienzo e fuente de todos los bienes, non por los nuestros merescimientos mas por la sua gran bondad, e por los merescimientos de Cristo, cuyo caballero somos, e por los ruegos de Santa María, cuyo siervo nos somos».
Fernando III de Castilla fue un santo rey, que alcanzó las cumbres más altas de la perfección, santificando las menores acciones de su vida y dedicando a la piedad y devoción mariana más intensa y ferviente todo momento y ocupación.
Al terminar la Cruzada y Reconquista con la entrada triunfal en Sevilla, mientras una primera expedición castellana pone pie en África y nuestro rey planea el paso del estrecho y asentamiento definitivo en aquel continente, cae herido de muerte, por agotamiento de pesares y trabajos continuados.
Al saber próximo su fin e imitando a los grandes penitentes, postrado sobre un montón de cenizas, con una soga al cuello, pide perdón a todos los presentes, dando sabios consejos a su hijo y deudos, con la candela encendida en la mano.
Un resplandor celeste ilumina ya su rostro. «El tránsito de San Fernando, dice Menéndez y Pelayo, oscureció y dejó pequeñas todas las grandezas de su vida”.
Tal fue la vida exterior y la santa muerte del más grande de los reyes de Castilla, «atleta y campeón invicto de Jesucristo», según los Papas Gregorio IX e Inocencio IV. «De la vida interior —volvamos a Menéndez y Pelayo— ¿quién podría hablar dignamente sino los ángeles, que fueron testigos de sus espirituales coloquios y de aquellos éxtasis y arrobos que tantas veces precedieron y anunciaron sus victorias?»

 San Fernando

San Fernando rey de CastillaSan Fernando III, Rey de Castilla y Aragón (España). Fiesta: 30 de mayo. 1198-1252.  Patrón de España junto a Santiago.
Guerrero, poeta y músico, compositor de cantigas al Señor. Se destacó por su integridad, piedad, valentía y pureza.
Nació en el reino de León, probablemente cerca de Valparaíso (Zamora) y murió en Sevilla el 30 de Mayo de 1252. Hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela, reina de Castilla, unió definitivamente las coronas de ambos reinos. Consideraba que el reino verdadero al que todo ha de someterse es el reino de Dios. Se consideraba siervo de la Virgen María.
Por 27 años luchó para reconquistar la península de los moros.  Liberó a Córdoba (1236), Murcia, Jaen, Cadiz y finalmente a Sevilla donde murió (1249). Procuraba no agravar los tributos, a pesar de las exigencias de la guerra. Cuidaba tan bien de sus súbditos que se hizo famoso su dicho:  "Más temo las maldiciones de una viejecita pobre de mi reino que a todos los moros del África".
Reconocido por su sabiduría. Fundó la famosa universidad de Salamanca y edificó la catedral de Burgos. Viudo. Con su segunda esposa fue padre de Eleanor, esposa de Eduardo I de Inglaterra.
Al saber que estaba cercana la muerte abandonó su lecho y se postro en tierra sobre cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos para despedirse de ellos y darles sabios consejos. Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que lo perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la vela encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del Espíritu Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y así murió, el 30 de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en Castilla y veinte en León, siendo afortunado en la guerra, moderado en la paz, piadoso con Dios y liberal con los hombres, como afirman las crónicas de él. Su nombre significa "bravo en la paz".
Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, conocido como Alfonso el Sabio.
Canonizado el 4 de febrero de 1671 por el Papa Clemente X
Considerado por Menéndez y Pelayo como el mas grande de los reyes de Castilla
Es patrono de varias instituciones españolas y protector de cautivos, desvalidos y gobernantes.


Fernando de San José, mártir del Japón.Fiesta: 1 de Junio. Agustino. 1575-1617. Nacido en Ballesteros, diócesis de Toledo, España.  Tomó el hábito agustino en Mantilla. Fue enviado a México en 1603  y a Japón como vicario provincial en 1605. Trabajó en Ozaka con gran éxito hasta que fue martirizado en Omura. Beatificado en 1867.

San Fernando de Portugal, BeatoFiesta: 5 de Junio. 
1402-1443. Apodado "El Constante" o "El abanderado".
Hijo del rey Juan I de Portugal, nació en
Santarem
Como general de la orden militar de Aviz, organización dependiente de Citeaux, encabezó una expedición contra los moros en Africa que por ese tiempo amenazaban constantemente a los territorios cristianos.  Fue derrotado y tomado prisionero en Tangier. Por cinco años estuvo encarcelado en Arzilla hasta que murió abandonado. Su culto fue aprobado en 1470.

San Fernando de Aragón, obispo.Fiesta: 27 de junio.
Siglo XIII. De la familia real de Aragón que esos tiempos gobernaba a las dos Sicilias, Italia. Fue obispo de Cajazzo, Sicilia.  Sus reliquias se veneran en Cornello, Sicilia.

Fernando Sanchez, Beato.
Fiesta: 15 de julio.
Nació en Castilla, España. Fue novicio jesuita bajo el beato Ignacio de Azevedo. Murió mártir en 1570. 



San Fernando III
Rey de Castilla y de León
Santo seglar, que "no conoció el vicio ni el ocio", Fernando III -el más grande de los reyes de Castilla, dice Menéndez y Pelayo- nació en 1198; fue hijo de don Alfonso IX, rey de León, y primo de san Luis IX, rey de Francia. Guerreó  con los moros, que ocupaban gran parte de España, unió las coronas de Castilla y de León, y conquistó los reinos de Úbeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.
En sus dilatadas campañas, triunfó siempre en todas las batallas. No buscó su propia gloria ni el acrecentamiento de sus dominios. Para él el reino verdadero era el reino de Dios. Pedía a diario el aumento de la fe católica y elevaba sus plegarias a la Virgen, de quien se llamaba siervo. Caballero de Cristo, Jesús le había otorgado la gracia de los éxtasis y las apariciones divinas. Amaba a sus vasallos y procuraba no agravar los tributos, a pesar de las exigencias de la guerra. A este respecto era conocido su dicho: "Más temo las maldiciones de una viejecita pobre de mi reino que a todos los moros del África". Llevaba siempre consigo una imagen de nuestra Señora, a la que entronizó en Sevilla y en múltiples lugares de Andalucía, a fin de que ésta fuera llamada tierra de María Santísima.
La muerte del rey san Fernando constituye un ejemplo de fe y humildad. Abandonó el lecho y, postrándose en tierra, sobre un montón de cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos, y se despidió de ellos después de haberles dado sabios consejos.
Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que lo perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la vela encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del Espíritu Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y así murió, el 30 de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en Castilla y veinte en León, siendo afortunado en la guerra, moderado en la paz, piadoso con Dios y liberal con los hombres, como afirman las crónicas de él. Su nombre significa "bravo en la paz".
Guerrero, poeta y músico, compuso cantigas, una de ellas dedicada a nuestra Señor. Se destacó por su honestidad y la pureza de sus costumbres.
Fernando III fue canonizado por el papa Clemente X en el año 1671. Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, que la historia conoce con el nombre de Alfonso el Sabio.

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy:  Santos:  Félix I, papa; Gabino, Críspulo, Sico, Palatino, mártires; Exuperancio, Ausonio, Anastasio, presbíteros; Juana de Arco, virgen; Venancio, Isaac, Basilio, Emilia, confesores; Uberto, Gamo, monjes; Urbicio, abades.


Biografía de Fernando III El Santo. Rey de León y Castilla
Fernando III es, sin duda, uno de los más relevantes reyes hispanos, no sólo de la Edad Media, sino de toda la historia española. Durante su largo reinado y como consecuencia de su política, se produjeron una serie de importantísimos acontecimientos que marcarían el devenir de España durante siglos.
Fernando II el Santo. Estatua en Sevilla
Fernando III reinó en Castilla tras la muerte de su tío Enrique I y la abdicación de su madre Berenguela, hija de Alfonso VIII de Castilla, desde 1217 hasta su muerte en 1252. También se ciñó la corona de León en 1230 al morir su padre Alfonso IX.
Durante la primera etapa de su reinado se concentró en apaciguar algunas rebeliones contra su persona, lo cual no era novedad por aquellos siglos, pues era frecuente que los nuevos reyes se encontrasen, al principio de su mandato, con luchas de poder y enfrentamientos entre facciones.
Desde mediados de la tercera década del siglo XIII y aprovechando la progresiva desintegración del estado almohade (que conduciría, incluso, a la formación de las denominadas Terceras Taifas) acometió campañas de conquista contra las ciudades más importantes del Valle del Guadalquivir de A-Andalus.
Así, combinando la diplomacia y la guerra, logra entrar victorioso en Baeza (1227), Córdoba (1236), Jaén (1246), Sevilla (1248) y así sucesivamente con otras ciudades del Valle Andaluz.
Si la conquista de Córdoba tuvo el valor simbólico de dominar la ciudad desde la que emires y califas, siglos atrás, enviaban ejércitos para asolar los territorios cristianos, la de Sevilla suponía tomar el centro neurálgico de la Andalucía almohade.
Doña Berenguela, madre de Fernando
Hay que hacer notar que este empuje conquistador coincide con el de otro rey vecino, Jaime de Aragón, que hace lo propio tomando ciudades tan emblemáticas como Valencia (1238).
Fernando III muere en 1252 mientras organizaba una intervención en el norte de África que impidiese la reactivación de la amenaza musulmana que siempre procedía de estos territorios.
Sólo unos años después de su muerte, hacia la sexta década del siglo XIII se da por finalizada la conquista de Al-Andalus por parte de su hijo Alfonso X el Sabio, salvo los territorios del Reino de Granada que ocupaba aproximadamente la extensión de las actuales provincias de Málaga, Granada y Almería, gracias a la barrera natural que suponen las montañas de los Sistemas Bético y Penibético.
Estatua barroca idealizada de Fernando III El Santo situada en los Jardines de Sabatini de Madrid
En 1671 fue canonizado por el papa Clemente X, de ahí de que se le conozca como Fernando III el Santo o San Fernando.
Hechos transcendentes del reinado de Fernando III
Unión definitiva de León y Castilla
Es con Fernando III cuando los Reinos de León y Castilla se fusionan definitivamente, tras siglos de uniones, divisiones y desencuentros.
Conquista de la mayor parte de Al-Andalus
Fernando III dio, junto a Jaime el Conquistador, un empuje tal a la Reconquista que se puede decir que en tan solo tres décadas se avanzó más que en casi el resto de siglos anteriores.
Arquerías de la Mezquita. Arte Califal
Durante el reinado de estos dos monarcas cayeron bajo posesión cristiana todos los territorios del sur de lo que hoy es Castilla La Mancha, Extremadura, el sur de Aragón. La Comunidad Valenciana, Murcia, parte de Baleares y los territorios andaluces al norte de los Sistemas Béticos.
Concentración de latifundios en manos de órdenes Militares y grandes Señores
El rápido e inmenso territorio reconquistado obligó a una forzada repoblación que dejó bastante exhaustos ciertos territorios del norte. Además, por el sistema de Repartimientos, grandes extensiones fueron donadas a quienes habían colaborado en la conquista, con un papel relevante de las Órdenes Militares.
En estos señoríos se va ejercer una autoridad que se parece al sistema feudal, poco conocido en los siglos anteriores, al menos en Castilla.
Para muchos de los historiadores, estos fenómenos tan rápidos y profundos en la sociedad y geografía hispana va a establecer una parte las bases para las crisis políticas del siglo XIV en España, (a la que hay que unir las pestes y otras calamidades de origen extranacional).
Panorama Artístico en España durante el reinado de Fernando III
Durante el largo reinado de Fernando III el panorama artístico en España supone, probablemente, uno de los momentos de mayor diversidad y riqueza en matices de nuestra historia.
Como veremos, en estas cuatro décadas van a convivir el románico en su etapa terminal, una arquitectura de raigambre románica pero con abovedamientos evolucionados que sobre todo ponen de moda los monasterios cistercienses, el gótico clásico de carácter foráneo (francés) en algunas catedrales puntuales, el mudéjar en sus primeras manifestaciones y distintas características regionales y el arte andalusí almohade.
Románico inercial en el ámbito rural
El Reinado de Fernando III el Santo no va a ver finiquitado el románico en el mundo rural. De hecho, muchos autores creen que, especialmente en el sur de la Castilla Vieja y Aragón la construcción de iglesias concejiles de una sola nave y dimensiones reducidas, pero en un más o menos correcto lenguaje formal románico, son de las primeras décadas del siglo XIII.
Ermita de los Santos Mártires Nereo, Aquileo, Pancario y Domitila de Garray, Soria
Quedan inscripciones epigráficas de algunas de estas iglesias que así lo demuestran, como el caso de la alavesa iglesia de Marquínez (1226) o la soriana de Garray (1231)
Románico de la Montaña Alavesa: Marquínez
Arquitectura de transición
Aunque no nos gusta esta denominación, la aplicamos a aquellas iglesias de monasterios y templos más importantes, donde trabajan artistas más avanzados que aunque siguen una planimetría tardorrománica, emplean ya el arco apuntado y las bóvedas de crucería de manera generalizada. Tres insignes edificios construidos en el reinado de Fernando III ejemplifican esta arquitectura como son la Catedral de Lleida, Burgo de Osma, la Colegiata de Castrogeriz.
Se trata en general de templo que no adquieren la verticalidad ni la luminosidad del auténtico gótico.
Mudéjar
En la segunda mitad del siglo XII y como consecuencia del avance reconquistador de los reinos cristianos va a aparecer de manera titubeante un arte mestizo y exclusivo de lo hispano que es el mudéjar. La habilidad y baratura del trabajo de los alarifes va a permitir que el románico pierda algunas de sus propiedades y se combine con estéticas y técnicas musulmanas para hacer nacer el mudéjar.
Este fenómenos aparece en Sahagún (León) y Daroca (Aragón) y más tarde se extiende por amplias zonas de Castilla y León, Toledo y Aragón, siendo el siglo XIII el de su auténtica expansión.
Mudéjar de Toledo
En Castilla y León, este mudéjar primitivo está muy influido por la arquitectura románica como se puede comprobar en los modelos de Tierra de Pinares (Valladolid, Ávila y Segovia) y el Modelo Toresano (Zamora y Salamanca)
Mientras, en Toledo y Aragón, la impronta musulmana es mayor con relación a lo cristiano.
Gótico Francés
Si algo verdaderamente relevante acontece en este periodo es la llegada a España del auténtico gótico francés, en las catedrales de nueva planta de Burgos, Toledo y León.
Gótico francés en la Catedral de León
En este caso, sí estamos ante el nuevo estilo en su plenitud de su desarrollo. Estas catedrales -especialmente la de León- reflejan no sólo nuevas técnicas sino un nuevo concepto, que son los tópicos pero reales valores de verticalidad y desmaterialización del muro que caracterizan al gótico puro.
Pero, atención, estos edificios son hitos bastante aislados, construidos por cultos artífices foráneos contratados por la corte para los ambiciosos programas catedralicios de las ciudades más importantes.
Ello no afecta demasiado (al menos al principio) a las anteriormente descritas tendencias implantadas en la España cristiana, sobre todo en el ámbito rural.
Las iglesias fernandinas
En este complejo panorama, hay que aclarar que las muy interesantes iglesias fernandinas de Córdoba están erróneamente llamadas, pues en su mayoría se iniciaron en l segunda mitad del siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X y no en tiempos de Fernando III.



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