domingo, 27 de mayo de 2012

¿Quién es el Espíritu Santo?




Es la tercera Persona de la Santísima Trinidad. Persona, regalo o don que Dios Padre nos da a cambio de nada, lo envía como una promesa. Es también Creador, al mismo tiempo Espíritu de Jesucristo. Es Santo porque es divino, es Dios, es paz y no tiene pecado. Se presenta como el soplo de Jesucristo resucitado (cf. Jn 20, 22).

¿Cómo lo podemos recibir?

Es importante desearlo profundamente, buscarlo y pedirlo. Con los sacramentos, en el Bautismo y la Confirmación lo recibimos de modo específico, así también en la Eucaristía y en la Confesión se repite continuamente su presencia.

El Espíritu de Dios se nos regala a través de siete Dones. ¿Cuáles son?

Sabiduría: Gusto para lo espiritual, capacidad de juzgar según la medida de Dios.

Entendimiento: Es una gracia para poder comprender la Palabra de Dios y profundizar las Verdades reveladas.

Consejo: Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es licito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.

Fortaleza: Fuerza sobre natural para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobre llevar las contrariedades de la vida. Para resistir las instigaciones de las pasiones internas y las presiones del ambiente. Supera la timidez y la agresividad.

Ciencia: Nos da a conocer el verdadero valor de las creaturas en su relación con el Creador.

Piedad: Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios como Padre, y para con los hermanos como hijos del mismo Padre.

Temor de Dios: Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el Amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de permanecer y de crecer en la caridad.

¿Cómo actúa el Espíritu Santo?

Principalmente nos hace Hijos de Dios, creando intimidad y reconciliándonos con Él. El Espíritu Santo fundó una sola Iglesia, la de todos los pueblos del mundo entero, superando todas las fronteras de raza, clase, nación; bajando todas las barreras. Desde el principio la Iglesia es una, católica y apostólica: esta es su verdadera naturaleza y como tal debe ser reconocida. Es Santa no por la capacidad de sus miembros, sino porque Dios mismo, con su Espíritu, la crea, la purifica y la santifica siempre.

¿Cuáles son sus frutos?

Los frutos son la manifestación del Espíritu que vive interiormente:

Caridad: Es el sentimiento de amor llevado a la práctica, aquel que impulsa la solidaridad y la fraternidad con los semejantes. Es el verdadero amor sentido al prójimo, demostrado por la acción. Es dar sin esperar nada a cambio, desinteresadamente.

Gozo: Cuando el Espíritu Santo habita en el alma, esta tiene gozo de estar en comunión con Dios, afecta al cuerpo pero se ubica en las facultades altas del alma.

Paz: es la tranquilidad que procede del orden y de la unidad de voluntades; la serenidad existente donde no hay conflicto.

Paciencia: una persona que no es fácil de exaltar, ni pronto en enojarse, ni rencoroso.

Benignidad: es una persona amable, los demás vienen a él con sus disgustos y preocupaciones, y encuentran en el una atención sincera. Se interesa por las alegrías y los problemas de los demás.

Bondad: no juzga a otros, no condena, ni critica, es comprensivo para con la ignorancia y la debilidad de los otros. Es generoso con Dios y nunca busca el camino más fácil.

Longanimidad: o perseverancia, nos ayudan a mantenernos fieles al Señor a largo plazo. Impide el aburrimiento y la pena que provienen del deseo del bien que se espera, o de la lentitud y duración del bien que se hace, o del mal que se sufre y no de la grandeza de la cosa misma o de las demás circunstancias.

Mansedumbre: es la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados. Es una forma de templanza que evita todo movimiento desordenado de resentimiento por el comportamiento de otro.

Fe: es cierta facilidad para aceptar todo lo que hay que creer, firmeza para afianzarnos en ello, seguridad de la verdad que creemos sin sentir repugnancias ni dudas, ni esas oscuridades y terquedades que sentimos naturalmente respecto a las materias de la fe. No es suficiente creer, hace falta meditar en el corazón lo que creemos, sacar conclusiones y responder coherentemente.

Modestia: regula los movimientos del cuerpo, los gestos y las palabras. Como fruto del Espíritu Santo, todo esto lo hace sin trabajo y como naturalmente, y además dispone todos los movimientos interiores del alma, como en la presencia de Dios.

Continencia: es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad.

Castidad: es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón. Por la castidad la persona adquiere dominio de su sexualidad y es capaz de integrarla en una sana personalidad, en la que el amor de Dios reina sobretodo. Por lo tanto no es una negación de la sexualidad.

En conclusión… Disponemos nuestra alma para recibir este espíritu, el mismo que recibieron los Apóstoles junto a María en Pentecostés, llenándose de alegría por el impacto que el mismo hizo en sus corazones, derramando una plena confianza en Jesús y creando un lazo infinito con Dios Padre. Saber que el Espíritu Santo está en todos lados, pero sobre todo en lo más intimo de nuestra alma si así lo pedimos. Es creador de un gozo profundo e inspirador.


 Consulta los siguientes enlaces para profundizar en la Fiesta de Pentecostés:

El Espíritu Santo sobre los apóstoles Evangelio meditado por P. Sergio Cordova LC

La gloria de la Trinidad en Pentecostés Catequesis del Papa Juan Pablo II

Pentecostés, fiesta grande para la Iglesia P. Fernando Pascual L.C.

María en Pentecostés P. Antonio Rivero.

María despúes del día de Pentecostés El día de Pentecostés ¿también descendió el Espíritu Santo sobre María, igual que a los apóstoles? ¿Qué pasó después con ella?

Domingo de Pentecostés Meditación del P. Alberto Ramírez Mozqueda

Novena al Espíritu Santo

El significado histórico y salvífico de lo que sucedió en el Cenáculo en Pentecostés Mauricio I. Pérez

La Conferencia Episcopal de Chile ha lanzado un Especial de Pentecostés para que los fieles de todas edades y condiciones puedan profundizar en la solemnidad de Pentecostés que celebra la Iglesia universal

¿Qué es Pentecostés?

Vida en el Espíritu

Pentecostés en la Biblia

Para niños

La Confirmación y el Espíritu Santo

Los Dones del Espíritu Santo

Vigilia

Música

Para profundizar


Otros Especiales de Pentecostés:

Pentecostés Año litúrgico en www.vatican.va

Pentecostés 2011 Especial de Pentecostés del sistio oficial de la Santa Sede www.vatican.va

Especial de Pentecostés www.encuentra.com

Especial por la Solemnidad de Pentecostés http://www.multimedios.org

Material didáctico para Pentecostés www.misiones.catholic.net

Espíritu Santo: Gracia que nos despierta en la fe www.aciprensa.com

Oraciones y Devociones del Espíritu Santo www.devocionario.com

Pneumatología www.multimedios.org

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