domingo, 27 de mayo de 2012

Rafael Guízar y Valencia

 
Cuerpo incorrupto de San Rafael Guizar y Valencia.
San Rafael Guízar y Valencia.
Rafael Guizar Valencia.jpg
Obispo y confesor mexicano.
Nacimiento 26 de abril de 1878.
Cotija, Michoacán.
Fallecimiento 6 de junio de 1938.
México D.F.
Venerado en México.
Beatificación 29 de enero de 1995 por (Juan Pablo II)
Canonización 15 de octubre de 2006 por (Benedicto XVI)
Festividad 24 de octubre
Rafael Guízar y Valencia (1878-1938) es el primer obispo mexicano e hispanoamericano canonizado por la Iglesia católica.

Biografía

Infancia y Educación

Rafael Guízar y Valencia nació en Cotija (Michoacán) el 26 de abril de 1878. Hijo de Prudencio Guízar y Natividad Valencia. Aprendió sus primeras letras en la escuela parroquial de su tierra natal y más tarde en un colegio jesuita en la Hacienda de San Simón de Cotija. Inició sus estudios eclesiásticos en el seminario de la diócesis de Zamora en 1894 y en junio de 1901 fue ordenado sacerdote en la catedral de Zamora.

Vida sacerdotal

Al poco tiempo de ser ordenado presbítero, acompañó al entonces obispo de Zamora, Mons. José María Cázares en las visitas pastorales a las poblaciones de su diócesis.
Durante las batallas de la Revolución mexicana, disfrazado de vendedor, actuó, de manera oculta, como sacerdote ayudando a los soldados moribundos y dándoles los auxilios espirituales de la Iglesia.
Luego de ser Director Espiritual y catedrático del Seminario de Zamora y canónigo de la Catedral, sufrió varios destierros por causa de la persecución religiosa que había en esos tiempos, y entre 1913 y 1919 viajó misionando a Cuba, Guatemala, Colombia y el Sur de los Estados Unidos.

Episcopado

Estando en Cuba, en agosto de 1919 fue preconizado 5º obispo de Veracruz por el Papa Benedicto XV, y el 30 de noviembre del mismo año recibió en La Habana, Cuba, la consagración episcopal. Tomó posesión de su diócesis el 9 de enero de 1920 en la ciudad de Xalapa. Durante su episcopado realizó varias misiones a prácticamente todas las parroquias de su territorio y luchó por su seminario, el cual mantuvo abierto en contra de las leyes que suprimían las congregaciones religiosas en México. Por causa de estas leyes fue perseguido y desterrado[cita requerida] ya siendo obispo, particularmente durante el conflicto de 1926 a 1929

Enfermedad y muerte

Afectado por diversas enfermedades (diabetes, flebitis, insuficiencia cardiaca y otros padecimientos) y estando desterrado de su diócesis, el 6 de junio de 1938 murió en la ciudad de México y su cuerpo trasladado a Xalapa, Veracruz, donde recibió sepultura. Al ser exhumado en 1950 se encontró su cadáver incorrupto[cita requerida] y fue conducido a la Catedral de esa ciudad.

Beatificación

Beatificado en 1995 por el Papa Juan Pablo II, en sus imágenes figura con vestimenta e insignias episcopales.
En Roma, el padre Rafael González, vicepostulador de la causa, y los padres de Rafael de Jesús Barroso, el niño del milagro, asistieron a su beatificación.

Canonización

El domingo 15 de octubre del 2006 en la Ciudad del Vaticano fue canonizado por el papa Benedicto XVI el beato Rafael Guízar y Valencia, quien ha sido el primer obispo mexicano en ser declarado santo.
El Sumo Pontífice encabezó el rito mediante el cual se declaró nuevo santo al quinto obispo del estado de Veracruz, México, quien se convirtió en el santo número 30 de México, el país hispanohablante con más católicos en Latinoamérica y que cuenta con 25 beatos (Beatos de México).
Rafael Guízar, junto a otros tres beatos, fueron elevados al honor de los altares
Se trata de Filippo Smaldone (1848-1923), presbítero y fundador de la Congregación de las Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones y Rosa Venerini (1656-1728), fundadora de la Congregación de las Maestras Pías Venerinas.
También la francesa Theodore Guérin (1798-1856), virgen y fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Providencia de Santa María de los Bosques en Indiana, Estados Unidos, donde pasó gran parte de su vida.
El milagro por el cual fue canonizado Rafaél Guízar y Valencia ocurrió en el año 2002, cuando a la señora Valentina Santiago se le detectó, a través de un ultrasonido, una malformación en su embarazo.
Al conocer la noticia, la mujer pidió la intervención del santo mexicano. Tiempo después, el niño Rafael de Jesús Barroso nació sano y sin ninguna complicación.
La Comisión Médica, el 18 de mayo de 2005, comprobó la cura milagrosa del labio leporino que padecía el feto desde el seno materno a las 31 semanas de su gestación, y que no apareció en el niño recién nacido.
El congreso de los Teólogos Consultores, aprobó el milagro el 15 de noviembre de 2005, por lo que concedió el juicio resolutivo de curación completa y milagrosa, inexplicable científicamente.
Durante la ceremonia litúrgica 10 peregrinos mexicanos recibieron la comunión de manos del Papa Benedicto XVI. En la canonización también estuvieron presentes algunos obispos mexicanos, entre ellos los cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Iñiguez. Y en la Ciudad de México, en la Basílica de Guadalupe Amelia Cristina Guízar sobrina nieta, asistió con el Coro Suizo de la Ciudad de México a compañar la misa.
La noche del sábado 14 de octubre de 2006, en el zócalo de Xalapa y frente a la catedral donde yacieron los restos del santo, comenzó una vigilia de oración y verbena popular esperando la transmisión directa de la ceremonia desde Ciudad del Vaticano, que fue dada el domingo 15 de octubre de 2006.

Enlaces externos


Rafael Guizar y Valencia, Santo
5° Obispo de Veracruz, 6 de junio

Rafael Guizar y Valencia, Santo
Rafael Guizar y Valencia, Santo

5° Obispo de Veracruz – México
(1878-1938)

INFANCIA Y JUVENTUD

El niño Rafael Guízar vio la luz del mundo el 26 de abril de 1878, y al día siguiente fue bautizado como consta en el acta de bautismo en la que se lee:

"En Cotija, Michoacán (MÉXICO), a veintisiete de abril de 1878, yo el Presbítero, Agustín Covarrubias, T. de cura, exorcicé, puse óleo, Sagrado Crisma y bauticé solemnemente a un infante que nació un día ha en esta, púsele por nombre Rafael, hijo legítimo de Prudencio Guízar y de Natividad Valencia. Fueron sus padrinos Juan González y Benigna Valencia, cónyuges, a quienes advertí su obligación y parentesco espiritual y lo firmé". Agustín J. Covarrubias, una rúbrica.

Aprendió sus primeras letras en la escuela parroquial de su tierra natal y más tarde en un colegio que fundaron los Padres Jesuitas en la Hacienda de San Simón en los alrededores de Cotija.

Ingresó al Seminario de la Diócesis de Zamora en el año de 1894 en donde permaneció hasta el año de 1901, en el que en las Témporas de Pentecostés (1 de junio), recibió la Ordenación Sacerdotal, cuando contaba con 23 años de edad. El día 6 de junio del mismo año en la Festividad del Corpus Christi, celebró su Primera Misa en su tierra natal.

Apenas ordenado sacerdote, comenzó a acompañar en las Visitas Pastorales al Excmo. Sr. Obispo de Zamora D. José Ma. Cázares. De este virtuosísimo Prelado, aprendió sin duda alguna, a convertir en misión cada visita pastoral. Posteriormente, durante la enfermedad del Excmo. Sr. Cázares, acompañó al Sr. Obispo Auxiliar D. José de Jesús Fernández en las mismas tareas apostólicas.

MISIONERO INCANSABLE

Tuvo la encomienda de ser el Director Espiritual del Seminario de Zamora donde impartió la cátedra de Teología Dogmática. También fue nombrado Canónigo de la Catedral. Con estos cargos, pudo desarrollar una amplia actividad misionera, en la que involucraba a los alumnos del Seminario y les enseñaba a la vez "el arte del apostolado". Fundó una Congregación Religiosa puesta bajo el cuidado de Nuestra Señora de la Esperanza, desgraciadamente esta obra tuvo poco tiempo de existencia, debido sobre todo a las circunstancias que se vivían en el país en los inicios del pasado siglo.

El amor a Dios y la presencia de N.S. Jesucristo en la Eucaristía así como la devoción a la Santísima Virgen María, eran las notas distintivas de sus misiones.

A todos los pueblos que llegaba, siempre predicaba la Doctrina Cristiana, inspirado en un sencillo catecismo que él mismo compuso y escribió, adaptado sobre todo para los sencillos de corazón. Muchas generaciones aprendieron la Doctrina Cristiana con su catecismo, el cual perdura hasta nuestros días como una forma de instrucción de fe.

GANAR ALMAS PARA DIOS

Para el Padre Rafael Guízar, "ganar almas para Dios" , era el gran reto de su vida. Esto lo lograba mediante las misiones predicadas tanto en el territorio mexicano, como en los lugares fuera de México: Cuba, Guatemala, Colombia y el Sur de los Estados Unidos.

Pero además, durante los conflictos bélicos, existentes en México por la revolución de 1910, pudo prodigar la caridad y derramar la Gracia de Dios en los enfermos y moribundos por el movimiento armado. Disfrazado de vendedor de baratijas, en medio de la lluvia de balas, se acercaba a los heridos
Rafael Guizar y Valencia, Santo
Rafael Guizar y Valencia, Santo
que agonizaban y les ofrecía la reconciliación con Dios, les impartía la Absolución Sacramental, muchas veces les daba también el Sagrado Viático, que llevaba consigo de manera oculta para que no lo descubrieran como sacerdote.

Son numerosos los episodios en los que narran las intervenciones heroicas del P. Guízar para salvar almas y encaminarlas al cielo.

Sufrió varios destierros de su patria y en todas partes donde se encontraba su amor por las almas le transformaba en un gigante de la caridad y el amor al prójimo, dando todo lo que tenía a favor de los desposeídos.

NOMBRADO 5 ° OBISPO DE VERACRUZ

Estando desterrado en Cuba, cuando impartía fructíferas misiones, después de haber sido nombrado Misionero Apostólico, fue preconizado Obispo de Veracruz y recibió la consagración episcopal en la ciudad de La Habana, por el Delegado Apostólico, Mons. Tito Trochi, el 30 de Noviembre de 1919.

El día 1º de Enero de 1920, partió rumbo a Veracruz en el navío llamado "La Esperanza”, y después de llegar al Puerto, se dirigió a la Ciudad de Xalapa, Sede de su Obispado, en donde tomó posesión el día 9 de Enero del mismo año.

Apenas hubo llegado a su Diócesis, se distinguió por su celo ardentísimo a favor de las almas y por su gran caridad para con los demás, pues tuvo que enfrentar los estragos de un gran terremoto que había devastado la Zona de Xalapa, dejando sin hogar a muchos de sus hijos. Mons. Guízar se dio a la incansable tarea de ayudar a quines lo necesitaban y a visitar personalmente las regiones más afectadas, llevando la palabra del Señor y víveres para asistir a todos los dañados por el sismo.

1920 – 1938 SU GRAN LABOR EPISCOPAL

Monseñor Rafael Guízar y Valencia no sólo fue un misionero infatigable, sino que también fue un buen pastor que siempre estaba dispuesto a dar la vida por sus ovejas y fue, además, un Padre solícito y Bienhechor de los pobres y desamparados.

Estos fueron los rasgos de su ministerio episcopal. Entre los cuales su visión como pastor, le concedió darle una importancia capital a la formación de los sacerdotes, mediante la obra del Seminario Diocesano, en el que habrían de formarse muchos sacerdotes que multiplicarían sus misiones y la atención a las numerosas parroquias de todo el Territorio Veracruzano.

Como Obispo de Veracruz sufrió los estragos de la persecución religiosa en México, pero de manera especial en este jirón de la patria. Así comenzó su calvario en el que tuvo que padecer calumnias, vejaciones, destierros y hambre.

No obstante todo ello, su grande confianza en Dios Providente y su amor filial a María Santísima, le dieron la fortaleza necesaria para resistir los embates del demonio que quería arrancarle las almas que había ganado para Dios.

Predicó muchas misiones en el territorio veracruzano y mantuvo abierto su Seminario, aun en contra de las leyes persecutorias contra la Iglesia, y supo infundir en todos los fieles la confianza en Dios para resistir a los males de este mundo. La caridad, la pobreza, la humildad, la obediencia y el espíritu de sacrificio, fueron entre otras, algunas virtudes que más adornaron su alma y ministerio episcopal.

SU ULTIMA ENFERMEDAD Y SANTA MUERTE

Escondido en la Ciudad de México por la persecución religiosa en el Estado de Veracruz, se dedicaba a prodigar la caridad entre los fieles y a conseguir bienes para el sostenimiento de su Seminario, el cual era para él “como la pupila de sus ojos”.

Afectado de diversas enfermedades (diabetes, flebitis, insuficiencia cardiaca y otros padecimientos) fue llamado por el Señor para otorgarle el premio a sus fatigas, el día 6 de junio de 1938 en la Ciudad de México, en una casa contigua al edificio de su Seminario, donde éste estaba escondido por la persecución religiosa en Veracruz. Trasladado su cuerpo a Xalapa, sede de su Diócesis, fue sepultado con grandes manifestaciones del pueblo fiel, que le demostró su amor y gratitud por el inmenso bien que pasó haciendo cuando vivía.

Su fama de santidad se ha extendido por todo México y por diversos países, particularmente en donde misionó incansablemente: Guatemala, Cuba, Colombia y el Sur de los Estados Unidos. Muchos milagros se han logrado por su valiosa intercesión particularmente curaciones asombrosas y ayudas en situaciones de penuria, especialmente para los necesitados.

Su Santidad Juan Pablo II lo ha declaró Beato el día 29 de Enero de 1995, en Roma, Italia, en la Patriarcal Basílica Vaticana, y es un ejemplo de pastor abnegado y héroe de las virtudes cristianas.

Fué canonizado el 15 de octubre de 2006 en la Plaza de San Pedro, presidida por el Papa Benedicto XVI

Visita el sitio oficial de San Rafael Guizar y Valencia


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