martes, 29 de mayo de 2012

BEATO MARCELINO CHAMPAGNAT, Fundador


29 de Mayo

Marcellin Champagnat

BEATO MARCELINO 
CHAMPAGNAT,
Fundador


   Marcelino Champagnat fue un sacerdote francés, que fundó la congregación de los Hermanos Maristas. Nació el año 1789, el mismo año de la Revolución Francesa, en Rosey, una aldeita en las estribaciones de los montes de Pilat, al sur de Lyon. Sus padres, Juan Bautista y María Teresa, tuvieron 10 hijos, Marcelino fue el noveno. Durante su infancia, trabajó en casa: su familia poseía una pequeña granja y un molino. A los diez años comenzó a ir a la escuela, pero a los pocos días se desanimó y no volvió.

   A los catorce años, pasó por su casa un buen sacerdote que iba "reclutando" jóvenes para el seminario; se fijó en Marcelino y le animó: "Tienes que estudiar para ser sacerdote.  Dios lo quiere." Y Marcelino se decidió. Ingresó en el Seminario menor y comenzó sus estudios con muchos problemas: Como no había ido a la escuela, apenas sabía leer y escribir.  Suspendió el primer curso y "le invitaron" a quedarse en su casa. Pero Marcelino no se desanimó y continuó estudiando. Después de muchos esfuerzos, fue pasando los cursos (aunque con notas más bien flojas) y pasó al Seminario mayor, en Lyon.  Tenía ya 24 años. Allí, junto con otros seminaristas compañeros de estudios, empezó a madurar la idea de fundar una congregación de Hermanos, dedicados a la enseñanza y a enseñar el catecismo a los niños. Tres años después fue ordenado sacerdote y lo destinaron a La Valla, un pueblecito medio perdido en los montes de Pilat.  Y allí se dirigió.

   La verdad es que el pueblo estaba hecho una pena: los niños no tenían escuela ni nadie que les enseñara el catecismo, y los mayores apenas iban a la iglesia. Marcelino empezó a hablar con la gente, se hizo cercano a todos, y el pueblo lo aceptó de buen grado. Un día lo llamaron para atender a un muchacho que estaba muy enfermo en un caserío de los montes. El muchacho se llamaba Juan Bautista Montagne, tenía 17 años y se estaba muriendo.   Marcelino intentó confesarlo, pero se dio cuenta de que nunca había ido a la iglesia y apenas había oído hablar de Dios. Marcelino lo instruyó brevemente en las verdades de nuestra fe, lo confesó y a los pocos momentos, el muchacho murió.

   Esta triste experiencia impresionó fuertemente al P. Champagnat y, recordando sus proyectos del seminario, le decidió a fundar una congregación de Hermanos que se dedicaran a la enseñanza y a la instrucción religiosa de niños y jóvenes, especialmente de los más necesitados. Enseguida dio los primeros pasos, y el 2 de enero de 1817 reunió, en una casita alquilada cerca de la parroquia, a dos jóvenes que le habían manifestado su deseo de ser religiosos.   Se llamaban Juan María Granjon y Juan Bautista Audras.   Éste fue el principio de los Hermanos Maristas.

   Pronto acudieron otros jóvenes. Marcelino les ayudó a organizar su vida en comunidad: oración y trabajo, formación personal, sencillez y pobreza. Inculcándoles una filial devoción a la Virgen María, bajo cuya protección se puso, desde el primer momento, la naciente congregación. Después de un periodo de formación, el P. Champagnat les dio un hábito religioso y los jóvenes hicieron sus primeros votos. Al cabo de un año, Marcelino abrió una escuela en La Valla y en seguida se hicieron cargo de ella los Hermanos. Después de esta primera escuela vinieron muchas más. Los párrocos y alcaldes de los pueblos vecinos se disputaban a los Hermanos. Así, el Instituto de los Hermanos Maristas comenzó a crecer, no sin dificultades, y hubo que construir una nueva casa, porque en La Valla ya no cabían todos.

   Marcelino compró, con dinero prestado, un terreno en el valle del Gier, a unos kilómetros de La Valla, y allí empezó a construir la nueva casa.  Él mismo la diseñó y trabajó de albañil; los Hermanos le ayudaban.  Fue una gran casa, la llamó «Nuestra Señora del Hermitage»; todavía existe, rodeada de huerta y bosque.  Actualmente es un gran centro de peregrinación y espiritualidad para hermanos, profesores y alumnos maristas.

   No cabe duda de que Marcelino Champagnat fue un gran hombre que llevó a cabo una obra extraordinaria: cuidó como un buen pastor a la gente de su parroquia, atendió a huérfanos y ancianos, pero sobre todo se consagró a la educación religiosa de la juventud.

   Ciertamente, aquello no fue nada fácil: Tuvo que luchar contra los celos y la incomprensión de algunos de sus superiores eclesiásticos y contra la hostilidad de ciertos políticos de su tiempo, enemigos de todo lo religioso, pero puso su confianza en Dios y en la Virgen María, y logró superar todas las dificultades.

   Su austeridad personal y el trabajo incansable fueron minado su salud.  Murió en la madrugada del 6 de junio de 1840, a los 51 años, rodeado de sus Hermanos.  Sus restos descansan en la capilla de Ntra. Sra. del Hermitage. En el momento de su muerte, la congregación tenía cerca de 300 Hermanos (más 50 que habían muerto ya), 50 casas y escuelas, y alrededor de 7.000 alumnos.


Marcelino Champagnat

Marcelino Champagnat
Ravery, Portrait of Marcellin Champagnat, 1840.jpg
Retrato de Marcelino Champagnat por M. Ravery (1840)
Información personal
Nombre secular Marcelino José Benito Champagnat Chirat
Nacimiento 20 de mayo de 1789
Marlhes, Bandera de Ródano-Alpes Ródano-Alpes, Bandera de Francia Francia
Fallecimiento 6 de junio de 1840 (51 años)
Saint-Chamond, Bandera de Ródano-Alpes Ródano-Alpes, Bandera de Francia Francia
Congregación Congregación de los Hermanos Maristas (fundador)
Santidad
Beatificación 29 de mayo, 1955 por el Papa Pío XII
Canonización 18 de abril, 1999, Ciudad del Vaticano, por el Papa Juan Pablo II
Festividad 6 de junio
Venerado en Iglesia Católica Romana
Patronazgo Educación, Profesores
San Marcelino José Benito Champagnat Chirat (Marlhes, Loira, Francia, 1789 - Saint-Chamond 1840), fue un sacerdote francés, fundador de los Hermanos Maristas.

= Vida en seminario

Cuando en las vacaciones de Pascua de 1804 un sacerdote pasa por Marlhes buscando vocaciones sacerdotales, se fija en Marcelino a quien le dice: Hijo mío, tienes que estudiar el latín y hacerte sacerdote, Dios lo quiere. Su decisión desde entonces será irrevocable, a pesar de que su cuñado el maestro Arnaud, ante el escaso progreso de su alumno, dictamina que no es apto para los estudios eclesiásticos.
En la fiesta de Todos los Santos de 1805, Marcelino entra en el seminario menor de Verrières (departamento de la Loire), a la edad de 16 años. Debe sentarse con los principiantes, a pesar de su edad y de su estatura (mide 1,79 m) y el primer año fracasa como estudiante: el director del seminario le recomienda quedarse en casa en las vacaciones de verano. Marcelino hace una peregrinación a pie, junto con su madre, a La Louvesc, donde está la tumba del apóstol de la región, San Francisco Régis, y consigue que le den otra oportunidad.
El segundo año en el seminario y los siguientes verán subir el nivel de rendimiento del tenaz Marcelino. En 1813 pasa al seminario mayor de Lyon, junto con Juan Claudio Colin y San Juan María Vianney, futuro Santo Cura de Ars, para empezar su primer año de teología.
En el curso del año escolar de 1815, un nuevo seminarista proveniente del Puy, Juan Claudio Courveille, comunica a algunos de sus compañeros su proyecto de una Sociedad de religiosos Maristas, la llamada "Sociedad de María (Maristas)". Se unen a esta idea, entre otros, Marcelino Champagnat y Juan Claudio Colin. Marcelino, más tarde, incorporara al proyecto su idea de los Hermanos para la educación cristiana y la alfabetización de los niños de las zonas rurales.
El 22 de julio de 1816, junto con Colin, Courveille y otros 50 compañeros, Marcelino es ordenado de sacerdote; tiene entonces 27 años. Al día siguiente, los 12 signatarios de la promesa de constituir la Sociedad de María, capitaneados por el promotor de la idea, P. Courveille, suben al santuario de Ntra. Sra. de Fourvière. Courveille celebra la misa, los demás comulgan de sus manos y todos se consagran a María y prometen solemnemente dedicarse a establecer la Sociedad de María. Su vida fue ejemplo de amor.

Los Hermanos Maristas


Busto de Marcelino Champagnat.
El 12 de agosto de 1816 Marcelino Champagnat es nombrado vicario parroquial en el pueblo de La Valla-en-Gier, con una población de 2.000 habitantes dispersos en múltiples y lejanas aldeas por las faldas de la cadena de montañas del Pilat, en el Macizo Central. Inicia oficialmente su apostolado el día 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María. Pronto transforma totalmente la parroquia: predica, visita a los enfermos aún de las aldeas más alejadas, hace la catequesis a los niños, implanta la práctica del mes de María, distribuye libros para extender las buenas lecturas, combate el trabajo en domingo, las borracheras, los bailes.
El 28 de octubre, en la alejada aldea de Les Palais, asiste en su lecho de muerte al joven de 16 años Jean Bautiste Montagne. Es entonces cuando se da cuenta de que Jean Bautiste nunca ha oído hablar de Dios. Al día siguiente, cuando regresa para contarle sobre Dios, descubre que el joven ya falleció. Esto lo decide a poner en práctica inmediatamente su proyecto de Hermanos para la educación a través del adoctrinamiento infantil. Inicia con un ex granadero del ejército de Napoleón, Juan María Granjon, de 23 años, a quien el Padre debe enseñarle a leer. Al poco tiempo, se le añade Juan Bautista Audras, de 15 años, y el P. Marcelino los instala en una casita alquilada, luego comprada con la ayuda del P. Courveille. (Éste, vicario parroquial en Rive-de-Gier a pocos km de La Valla, lo visitaba con frecuencia, de acuerdo con la promesa de Fourvière).
Es el 2 de enero de 1817: fecha del nacimiento de la congregación de los Hermanos Maristas (Fréres Maristes). Champagnat les da el nombre de Hermanitos de María (Petits Fréres de Marie), en honor de la Sma. Virgen en quien ha depositado toda su confianza. En noviembre de 1818 funda la primera escuela en su pueblo natal, Marlhes. Y al año siguiente en su parroquia, La Valla. En adelante, los pedidos de nuevas fundaciones se harán tan perentorios, que en el lapso de 22 años, deja a su muerte 48 escuelas fundadas donde se educan unos 7.000 alumnos. María bendice igualmente su congregación con abundantes vocaciones. En el mismo lapso, Champagnat deja 280 Hermanos, más 49 que ya habían fallecido, y 92 que se había retirado .
En tan pocos años, Marcelino Champagnat se prodiga sin medida: forma a los Hermanos, religiosa y pedagógicamente, funda y visita las escuelas, construye cerca de Saint-Chamond el vasto noviciado de Notre Dame de L' Hermitage (trabajando personalmente como albañil y carpintero), atiende la administración de lo temporal (con grandes problemas financieros), gestiona ante las autoridades de París la aprobación legal de su Instituto, entrevista a obispos, sacerdotes, alcaldes y otras autoridades civiles para asentar sus fundaciones escolares, etc., etc .Esta febril actividad se une a su gran espíritu de mortificación: viaja a pie o a caballo, ayuna con frecuencia días enteros para poder celebrar la misa, reza de noche y lleva la contabilidad y la correspondencia después de que todos se retiran a descansar.
No es de extrañar que, a pesar de su fuerte constitución campesina, su salud se quebrantara. Desde una fuerte caída en su salud a fines de 1825, arrastró durante 15 años, hasta su muerte, una gran debilidad de estómago que, amén de fuertes dolores, lo obligaba a privarse a menudo de todo alimento, pues le resultaba intolerable. Añádase a esto las múltiples contrariedades, sobre todo en los comienzos de su obra, pues hasta sus colegas sacerdotes lo tildaban de orgulloso, de obrar por vanidad de ostentar el título de fundador; hasta lo consideraron loco y falto de toda prudencia (incluso su confesor y director espiritual lo abandonó). Ciertamente, considerada desde el solo espíritu humano, su acción no podía menos de sorprender y escandalizar. Pero Marcelino Champagnat era hombre de fe y de una profunda humildad. Puso toda su confianza en Dios y en María, a quien llamaba Nuestra Buena Madre, y cuando - con la venia de sus superiores los Obispos - juzgaba que se trataba de la voluntad de Dios, nada ni nadie podía detenerlo.
Si su obra en la fundación de los Hermanos es lo más conocido y admirado, no menos admirable fue su dedicación en la realización del proyecto Marista total del seminario, los PP. Maristas en particular. En torno a él, se formó un grupo de 10 sacerdotes Maristas que, unidos a los 10 del P. Colin, formaron el núcleo fundacional de la Sociedad de María. Durante bastantes años el P. Champagnat se encargó de la formación en El Hermitage de los Hermanos de servicio de los Padres, al mismo tiempo que a sus propios Hermanos de enseñanza. En 1830 fue elegido como Rector Provincial Marista para la diócesis de Lyon (el grupo de Colin estaba en la diócesis de Belley). Es pues considerado, a justo título, como co-fundador de los PP. Maristas a la vez que fundador de los Hermanos Maristas. En 1836 hizo profesión de los votos religiosos como sacerdote de la Sociedad de María. El mismo año parte para las misiones de Oceanía el primer contingente Marista: 1 obispo (Mons. Pompallier), 4 sacerdotes Maristas (uno muere en el viaje; otro, morirá mártir y será el primer santo Marista: el Obispo San Pedro María Chanel) y 3 Hermanos Maristas del P. Champagnat. Grande fue su deseo de ir él mismo a las misiones, pero la obra de los Hermanos lo retenía; lo compensó enviando varios otros contingentes de sus Hermanos como colaboradores de los Padres y dando a la Iglesia los primeros Hermanos mártires.
En el campo educativo, Marcelino Champagnat fue un pionero, pues siempre estuvo abierto a lo nuevo que fuera más eficiente. Adoptó el método simultáneo-mutuo de enseñanza, zanjando así la polémica entre el método llamado de los Hermanos (de la Salle) y el método sajón o Lancasteriano. Adoptó igualmente un nuevo método de lectura, el fonético-silábico, en remplazo del tradicional del deletreo. Introdujo la enseñanza del canto en la escuela, la educación física, la teneduría de libros y la agrimensura. Introdujo igualmente el catecismo mariano, hizo practicar la disciplina preventiva y prohibió todo castigo físico. Decía: "Para educar hay que amar" y este es el lema de los educadores Maristas en todos los países del mundo.

Beatificación y canonización


Estatua de Marcelino Champagnat en la ciudad de Limache, Chile.
Muere un 6 de junio de 1840, cuando los Hermanos estaban cantando la alabanza mariana de la Salve como inicio de la jornada, práctica que él había introducido como escudo contra todos los disturbios políticos y sociales que en la Francia convulsionada de su tiempo tuvieron él y los Hermanos que soportar.
Su Memoria, en el calendario de la Iglesia Católica, se recuerda el 6 de junio.

Véase también

Referencias

  1. Santos proclamados durante el pontificado de Juan Pablo II - Sitio oficial de la Santa Sede. En italiano

Véase también

Enlaces externos


PARTE PRIMERA
Vida del Beato Marcelino Champagnat
CAPÍTULO I. - Nacimiento de Marcelino. - Sus padres. - Años de su infancia
CAPÍTULO II. - De cómo llamó Dios a Marcelino al estado sacerdotal. - Dedúcense algunas consideraciones. - De la ejemplar conducta que Marcelino observó en el Seminario y de los rápidos progresos que hizo en los estudios
CAPÍTULO III. - En el que se trata de cómo pasaba las vacaciones el seminarista Champagnat. - De cómo visitaba a los enfermos y recorría las aldeas para enseñar la Doctrina a los niños. - De cómo su salud sufrió menoscabo debido a la austeridad y mortificación en su método de vida. - Del acuerdo que tomaron él y otros seminaristas de fundar la Sociedad de Padres Maristas. - Del cuidado con que se preparó a recibir los órdenes sagrados y de su elevación al sacerdocio
CAPÍTULO IV. - De cómo el abate Champagnat fue de coadjutor a La Valla, y de la situación religiosa en que halló esta parroquia. - De cómo se trazó un reglamento de vida. - Del respeto sumo y sumisión perfecta que tuvo al reverendo señor párroco, y de cómo le consultaba en toda su actuación. - Del cuidado que puso en conocer el carácter de sus feligreses y de su esmero en ganarse la confianza de los mismos. - De su especialísima atención a los niños...
CAPÍTULO V. - Del admirable cambio que sufrió el ambiente religioso de La Valla debido a los sermones y pláticas familiares del coadjutor Marcelino Champagnat. - De cómo consiguió mejorar las costumbres y extirpar los abusos. - De su abnegación y caridad con los enfermos
CAPÍTULO VI. - De cómo don Marcelino Champagnat fundó el Instituto de los Hermanos Maristas. - De los primeros discípulos que tuvo y de las Reglas que les dio
CAPÍTULO VII. - De cómo los Hermanos se hicieron cargo de la escuela de La Valla. - Resuelve don Marcelino ir a vivir con los Hermanos. - De cómo los formó en la práctica de la enseñanza y particularmente en la del Catecismo. - Invítales a ir por grupos de a dos a enseñar la doctrina en las aldeas de La Valla
CAPÍTULO VIII. - En que se trata de la fundación de los establecimientos de Marlhes y de Saint-Sauveur. - De cómo el Hermano Luis se mostró admirable en su proceder. - De la fundación de las escuelas de Tarantaise y de Bourg-Argental
CAPÍTULO IX. - De cómo don Marcelino, al verse sin novicios ni postulantes, acudió al cielo con muchas y fervientes plegarias. - Extraño modo que tuvo Dios de enviarle postulantes
CAPÍTULO X. - De cómo don Marcelino Champagnat se determinó a construir para ensanchar la casa noviciado. - Del cuidado que ponía en formar a los novicios en la piedad y en la práctica de las virtudes propias de su estado. - Señálase cuán grande era el fervor, tanto en la casa noviciado como en las escuelas
CAPÍTULO XI. - Donde se refieren las contrariedades y persecuciones que la obra de los Hermanos acarreó a su Fundador. -De cómo monseñor de Pins, Administrador de la diócesis de Lyón, tomó bajo su protección al instituto
CAPÍTULO XII. - De las contrariedades y disgustos que el desplazamiento del Noviciado ocasionó al Padre Marcelino Champagnat, y de la construcción de la casa del Hermitage
CAPÍTULO XIII. - De cómo el sacerdote señor Courveille se asoció al Padre Marcelino, y de las intrigas que puso en juego para hacerse nombrar superior por los Hermanos. - De la grave enfermedad que sobrevino al Fundador, y de las funestas consecuencias que tuvo en la comunidad por la imprudente dirección del señor Courveille
CAPÍTULO XIV. - De cómo la virtud del Padre Marcelino Champagnat se vio sometida a nuevas pruebas por la conducta del señor Courveille y por la defección de algunos Hermanos
CAPÍTULO XV. - De cómo el Padre Champagnat admitió a los Hermanos a ligarse al Instituto con los votos religiosos. - De la fundación de nuevas escuelas. - Se señala la importancia de las Reglas concernientes a las relaciones con los seglares
CAPÍTULO XVI. - De cómo el Padre Marcelino Champagnat completó el hábito de los Hermanos. - De la nueva pronunciación de las consonantes en la enseñanza de la lectura. - Del conflicto ocasionado por la posición de algunos Hermanos con respecto a las medias de paño y al nuevo método de lectura, y de sus intrigas
CAPÍTULO XVII. - Del incesante incremento y prosperidad del Instituto. - De las gestiones del Padre Champagnat para que el Gobierno reconociera y autorizara el Instituto. - De cómo los acontecimientos políticos de 1830 hicieron naufragar aquellas gestiones. - De la confianza en Dios y tranquilidad de ánimo del Padre Champagnat en aquellos tiempos turbulentos, y de cómo supo infundirías también en los Hermanos. - Del registro que las autoridades civiles efectuaron en la casa del Hermitage. - De la supresión de la escuela de Feurs, y de la fundación del Colegio de la Côte-Saint-André
CAPÍTULO XVIII. - De cómo el Padre Champagnat reanudó las diligencias para conseguir la autorización legal del Instituto. - Del servicio que en esas circunstancias prestaron a los Hermanos Maristas los Hermanos de Saint-Paul. - Del incremento que tomó el Instituto a pesar de las múltiples dificultades que le salieron al paso. - De cómo el Fundador se determinó a dar Reglas impresas a los Hermanos
CAPÍTULO XIX. - La Santa Sede aprueba la Sociedad de Padres Maristas. - Aportación del Padre Champagnat a esa obra de apostolado
CAPÍTULO XX. - De la fundación de nuevas escuelas. - El Padre Marcelino Champagnat vuelve a entablar negociaciones, para conseguir la autorización legal del Instituto. - En vista de su precario estado de salud, resuelve que se le nombre un sucesor
CAPÍTULO XXI. - Fundación del noviciado de Vauban. - Se agrava la enfermedad del Padre Champagnat y éste pone orden a los negocios temporales del Instituto. - Prepárase a la muerte con una confesión general y con la recepción del Santo Viático. - Consejos que da a los Hermanos en esta ocasión
CAPÍTULO XXII. - De cómo el Padre Marcelino Champagnat dictó su testamento espiritual. - De las advertencias que hizo a varios Hermanos. - De las visitas que recibió y de los consuelos que tuvo. - De cómo iban creciendo su piedad, fervor y amor a Dios a medida que se acrecentaban sus sufrimientos. - De su agonía, santa muerte y honras fúnebres
CAPÍTULO XXIII. - Testimonios de fervorosa adhesión que dieron los Hermanos a su Fundador con plegarias en sufragio de su alma, y con la entera sumisión a su sucesor en el gobierno del Instituto. - Los Hermanos de Saint-Paul-Trois-Châteaux y los de Viviers se unen al Instituto de los Hermanos Maristas. - De la creciente prosperidad del Instituto. - Fundación del Noviciado de Beaucamps. - El Instituto de los Hermanos Maristas reconocido por el Gobierno de Francia. - En el segundo Capítulo General se revisaron las Reglas y quedaron definitivamente aprobadas. - De la aprobación del Instituto por la Santa Sede. - Se introduce la causa de beatificación de Marcelino Champagnat



PARTE SEGUNDA

Espíritu y virtudes del Beato Marcelino Champagnat
CAPÍTULO I. - Retrato y carácter del Beato Marcelino. -De lo que pensaba acerca de la tristeza y acerca del gozo santo. - Del esmero que ponía en reformar el carácter de los Hermanos
CAPÍTULO II. - Del espíritu de fe del Beato Marcelino Champagnat
CAPÍTULO III. - De la confianza en Dios del Padre Marcelino Champagnat
CAPÍTULO IV. - Del amor que el Beato Marcelino tenía a la oración. - Del cuidado que puso en formar a los Hermanos en cada santo ejercicio
CAPÍTULO V. - Del recogimiento del Beato Marcelino Champagnat y del cuidado que ponía en mantenerse en la presencia de Dios
CAPÍTULO VI. - Del amor del Beato Marcelino Champagnat a Nuestro Señor Jesucristo
CAPÍTULO VII. - De la devoción que el Beato Marcelino Champagnat profesaba a la Santísima Virgen
CAPÍTULO VIII. - Del respeto grande y de la humilde sumisión que el Beato Marcelino Champagnat tenía a sus superiores
CAPÍTULO IX. - Del amor que el Beato Marcelino Champagnat tenía a la pobreza
CAPÍTULO X. - Del desapego que el Beato Marcelino Champagnat tenía de los parientes, y de todas las criaturas
CAPÍTULO XI. - Del amor que el Padre Marcelino Champagnat tenía a la mortificación
CAPÍTULO XII. - De la humildad del Beato Padre Marcelino Champagnat
CAPÍTULO XIII. - Del amor que el Beato Padre Marcelino Champagnat tenía a la pureza; del extremo horror que le causaba el vicio y, en general, toda clase de pecados
CAPÍTULO XIV. - Del amor que el Beato Marcelino Champagnat tenía al trabajo
CAPÍTULO XV. - Del amor grande y adhesión que el Beato Padre Marcelino Champagnat tenía a los Hermanos
CAPÍTULO XVI. - Del cuidado que el Beato Padre Marcelino Champagnat ponía en corregir de sus defectos a los Hermanos y en formarlos en la práctica de la virtud
CAPÍTULO XVII. - Del cuidado exquisito que el Beato Marcelino Champagnat ponía en la formación de los Hermanos Directores
CAPÍTULO XVIII. - De los medios que el Beato Padre Marcelino Champagnat tomaba para conservar a los Hermanos en su vocación
CAPÍTULO XIX. - De las precauciones que el Beato Padre Marcelino Champagnat tomaba para que los Hermanos conservasen el espíritu de su estado, y de la firmeza con que mantenía la observancia de la Regla
CAPÍTULO XX. - Del celo del Beato Padre Marcelino Champagnat por la gloria de Dios y la salvación de las almas
CAPÍTUILO XXI. - De la caridad que el Beato Marcelino Champagnat tenía para con los pobres
CAPÍTULO XXII. - De lo que el Beato Padre Marcelino Champagnat hizo en pro de la enseñanza primaria de los niños y para conseguir la perfecta disciplina en las escuelas
CAPÍTULO XXIII. - Indicaciones del Beato Marcelino Champagnat sobre la educación de los niños
CAPÍTULO XXIV. - De la constancia del Beato Padre Marcelino Champagnat en el bien y en todas sus empresas


Cronología de la causa del P. Fundador Marcelino Champagnat


  • 21.07.1888 - 22.12.1891
    Proceso Ordinario en la Diócesis de Lyon.
  • 31.01.1892 - 02.04.1894
    Proceso sobre los escritos
  • 20.11.1894 - 11.05.1895
    Proceso sobre el no culto
  • 12.12.1895
    Aprobación de los escritos
  • 3.07.1897
    Aprobación de la validez del Proceso de no culto
  • 25.05.1896
    Decreto de la introducción de la causa
  • 7.04.1897 - 24.07.1899
    Proceso Apostólico sobre la fama de santidad
  • 1.12.1900
    Aprobación del Proceso Apostólico sobre la fama de santidad con decreto
  • 7.04.1897 – 11.01.1902
    Proceso Apostólico sobre las virtudes
  • 12.12.1903
    Decreto de Aprobación del Proceso Apostólico sobre las virtudes
    Presentación de la Positio super virtutibus
  • 3.05.1910
    Congregación antepreparatoria
  • 12.03.1912
    Congregación preparatoria
  • 22.06.1920
    Congregación general
  • 11.07.1920
    Publicación del decreto sobre la Heroicidad de las Virtudes por el Papa Benedicto XV
  • 10.1939
    Curación de la Sra. Georgina Grondin de un tumor maligno en Waterville (Maine, USA)
  • 12.11.1941
    Curación del Sr. Juan Ranaivo, de meningitis cerebroespinal, ocurrida en Antsirabé (Madagascar).
  • 3.05.1955
    Decreto de reconocimiento como milagrosas las dos curaciones: a) la Sra. Georgina Grondin y b) Sr. Juan Ranaivo.
  • 29.05.1955
    El Papa Pío XII proclamó a Marcelino Champagnat como Beato en la Basílica de San Pedro.
  • 21.06.1957
    La Sagrada Congregación de los Ritos concede el Decretum reassumptionis causae.
  • 07.1976
    Curación del hermano heriberto Weber Nellessen, producida en Montevideo (Uruguay).
  • 26.06.1997
    Los peritos médicos miembros de la Consulta consideraron que la enfermedad del hermano Heriberto era una “Grave afección pulmonar caracterizada por diseminación nodular bilateral con una marcada insuficiencia respiratoria en el sujeto con gravísima repercusión del estado general”. Y que la curación fue “muy rápida, completa, duradera e inexplicable”.
  • 20.02.1998
    Los Consultores Teólogos en su Congreso peculiar reconocieron la preternaturalidad de la curación atribuyéndola a la intercesión del Beato Marcelino Champagnat
  • 2.06.1998
    La Congregación ordinaria de los Eminentísmos Cardenales y Excelentísimos Obispos concluye por unanimidad que se trata de un auténtico milagro
  • 3.07.1998
    El Papa Juan Pablo II promulga el decreto sobre el milagro
  • 9.01.1999
    El Papa Juan Pablo II convoca el Consistorio ordinario que se celebra en el Palacio Apostólico Vaticano.para el voto sobre algunas Causas de Canonización: Marcelino Benito José Champagnat, Juan Calabria y Agustina Livia Pieatrantoni.y se anuncia la fecha del 18 de abril de 1999 para la canonización de los tres Beatos.
  • 18.04.1999
    Fecha reservada por el Papa Juan Pablo II para la canonización de Marcelino Champagnat, Juan Calabria y Agustina Livia Pietrantoni.

Escritos de Marcelino Champagnat.


Cartas de Marcelino (Traducción del H. antonio Aragón)
Otros escritos de Marcelino
Marcellin Champagnat

 
6 DE JUNIO

SAN MARCELINO CHAMPAGNAT
 Misa de la solemnidad de S. Marcelino Champagnat
SACERDOTE

SOLEMNIDAD


ANTIFONA DE INGRESO
 
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os lo aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él. » (Mc 10, 14-15)

GLORIA

COLECTA

Padre santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los hermanos de corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
.


1ª LECTURA  

Derramé las instrucciones como profecía

Lectura del Libro del Eclesiástico   (24, 30-34)

Yo, sabiduría, hice brotar ríos.
Yo soy como canal que sale del río,
como acueducto que entra en el paraíso.
Yo dije: “Regaré mi huerto y empaparé mis prados”.
Y he aquí que mi canal se hizo río,
y el río se hizo mar.
Haré lucir la doctrina desde la aurora,
y llevaré hasta muy lejos su luz.
Penetraré las partes más escondidas de la tierra,
Velaré sobre los que duermen,
E iluminaré a los que esperan en Dios.
Derramaré las instrucciones como profecía,
y la transmitiré a las futuras generaciones.

Y lo continuaré haciendo con sus descendientes
Para siempre.
Ved que no he trabajado para mí,
sino para todos cuantos buscan la sabiduría.


SALMO RESPONSORIAL (Sal. 111, 1-9)
R.- Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.

Dichoso quien teme al Señor
            y ama de corazón sus mandatos.
            Su linaje será poderoso en la tierra,
            la descendencia del justo será bendita.
R/

En su casa habrá riquezas y abundancia,
            su caridad es constante, sin falta.
            En las tinieblas brilla como luz  
            el que es justo, clemente y compasivo.
R/

Dichoso el que se apiada y presta,
            y administra rectamente sus asuntos.
            El hombre justo jamás  vacilará,
            su recuerdo será perpetuo.
R/

No temerá las malas noticias,
            su corazón está firme en el Señor.
            Su corazón está seguro, sin temor,
            hasta que vea derrotados a sus enemigos.
R/

Reparte limosna a los pobres;
            su caridad es constante, sin falta,
            y alzará la frente con dignidad.
R/


2ª LECTURA     

Qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos. Sal 133,1

Lectura de los Hechos de los Apóstoles                                   1, 12-14; 2, 44-47

            Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalém, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén  lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa  subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
            Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas  María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos.
            Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones  y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran  bien vistos por todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo  los que se iban salvando.


ALELUYA                                                                                                    Mt 5,3

Dichosos los pobres en el espíritu,
Porque de ellos es el Reino de los cielos


EVANGELIO    

Quien acoge a un niño de éstos por causa mía, me acoge a mí .

+ Lectura del Santo Evangelio según San Mateo                                         18, 1-7.10



En aquel tiempo se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante  en el Reino de los Cielos? El llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Os digo qué, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí. Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que  le colgaran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar.
¡Ay del mundo a causa de los  escándalos! Es inevitable que haya escándalos, pero     ¡Ay del hombre por quien viene ese escándalo! Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.

CREDO

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sea agradable Señor, nuestra ofrenda; y concédenos que, llenos   nosotros del Espíritu de tu amor, perseveremos en la   enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan y en la oración. Por Cristo, nuestro Señor.

PREFACIO     (de los Santos Pastores o de los Santos Religiosos)

ANTIFONA DE COMUNION:  Jn. 19, 26-27

Jesús, al ver a su madre, y cerca  al discípulo que tanto quería, dijo  a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. 

POSTCOMUNIÓN

Señor, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, a   quienes celebramos las grandes obras que ha llevado a cabo en tu Iglesia por medio de San Marcelino, que robustecidos con la fuerza de este sacramento, podamos siempre emprender  mayores obras de apostolado.
Por Cristo, nuestro Señor...



 Liturgia de las Horas de la solemnidad de S. Marcelino

San Marcelino Champagnat

 

Sacerdote


Solemnidad


            Nacido en 1789  en Marlhes, Francia, Marcelino, Sacerdote de la Sociedad de María, dolorido por el estado de ignorancia de los niños del campo, fundó el Instituto de los HERMANOS MARISTAS de la ENSEÑANZA para su educación cristiana. Encendido de un amor singular por la Madre de Dios, aprendió de ella la práctica de la humildad y del amor hacia Dios y hacia los hombres. Quiso que sus discípulos  la tuviesen por Madre y como norma en la educación de los jóvenes. Murió en el Hermitage, cerca de Saint Chamond, Francia, el 6 de junio de 1840.

I   VÍSPERAS


HIMNO del común de los Santos.
O otro himno aprobado por la autoridad eclesiástica.


SALMODIA

Ant. 1   Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacienten con ciencia y doctrina (T. P. Aleluya).

SALMO 112
Alabad el nombre del Señor
Para establecer esta familia el Señor se sirvió de un hombre sin talento, para que sólo en él, y por siempre, recayera la gloria”. (S. Marcelino Champagnat, Vida, 1989, II, c. 12, p. 409)

Alabad, siervos del Señor,
            alabad el nombre del Señor.
            Bendito sea el nombre del Señor,
            ahora y por siempre:
            de la salida del sol hasta su ocaso,
            alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
            su gloria sobre los cielos.
            ¿Quién como el Señor Dios nuestro,
            que se eleva en su trono
            y se abaja para mirar
            al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
            alza de la basura al pobre,
            para sentarlos con los príncipes,
            los príncipes de su pueblo;
            a la estéril le da un puesto en la casa,
            como madre feliz de hijos.

Ant. Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacienten con ciencia y doctrina (T. P. Aleluya).


Ant. 2 Yo mismo apacentaré mis ovejas; buscaré a las   perdidas y 
haré volver a las descarriadas    (T. P. Aleluya).
 
SALMO 145
Bienaventurado el que espera en el Señor
El Señor no nos abandonará jamás, si no somos nosotros los que le abandonemos primero” (S. Marcelino Champagnat, Vida 1989, II, c.3, p. 203).

Alaba, alma mía, al Señor:
            alabaré al Señor mientras viva,
            tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
            seres de polvo que no pueden salvar;
            exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
            ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
            el que espera en el Señor, su Dios,
            que hizo el cielo y la tierra,
            el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
            que hace justicia a los oprimidos,
            que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a  los cautivos,
            el Señor abre los ojos del ciego,
            el Señor endereza a los que ya se doblan,
            el Señor ama a los justos.


Ant. 2 Yo mismo apacentaré mis ovejas; buscaré a las   perdidas y 
haré volver a las descarriadas    (T. P. Aleluya).
 
El Señor guarda a los peregrinos,
            sustenta al huérfano y a la viuda
            y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
            tu Dios, Sión, de edad en edad.


Ant. Yo mismo apacentaré mis ovejas; buscaré a las   perdidas y 
haré volver a las descarriadas    (T. P. Aleluya).


Ant. 3.  El Buen Pastor ha dado su vida por las ovejas (T. P. Aleluya).

                            CÁNTICO           (Ef 1, 3-10)
Dios Salvador
Un Hermano es algo muy grande; un alma sobre la que Dios tiene designios especiales de misericordia” (Sent. C 1, p.19).

Bendito sea Dios,
            Padre de nuestro Señor Jesucristo,
            que nos ha bendecido en la persona de Cristo
            con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
            antes de crear el mundo,
            para que fuésemos santos
            e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha  destinado en la persona de Cristo,
            por pura iniciativa suya,
            a ser sus hijos,
            para que la gloria de su gracia,
            que tan generosamente nos ha concedido
            en su querido Hijo,
            redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
            hemos recibido la redención,
            el perdón de los pecados.
            El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
            ha sido un derroche para con nosotros,
            dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan: 
            había proyectado realizar por Cristo
            cuando llegase el momento culminante:
            recapitular en Cristo todas las cosas
            del cielo y de la tierra.

Ant.  El Buen Pastor ha dado su vida por las ovejas (T. P. Aleluya).

LECTURA BREVE
Flp 3, 7-8

            Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.


RESPONSORIO BREVE 

Fuera del tiempo Pascual

R/  El Señor lo amó * y lo enalteció. El Señor lo amó y lo enalteció..
V/   Lo revistió con vestidura de gloria. * Y lo enalteció.
R/ Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo. * El Señor lo amó y lo enalteció.

Tiempo Pascual

R/ El Señor lo amó y lo enalteció. * Aleluya, aleluya.
V/ El Señor lo amó y lo enalteció, Aleluya, aleluya.
R/ Lo revistió con vestiduras de Gloria.
V/ Aleluya, aleluya.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ El Señor lo amó y lo enalteció. Aleluya, aleluya.


Magníficat ant: Guarda, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre; llévalos siempre en tu  corazón (T.P. Aleluya).

MAGNÍFICAT
El alma exulta en el Señor
Con la gracia de Dios y la protección de María haréis el Bien. Sin embargo, cuidaros de confiar en vosotros mismos” (S. Marcelino Champagnat, Vida, II, c. 2, p. 292).

Proclama mi alma la grandeza del Señor ,
            se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
            porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
            porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
            su nombre es santo,
            y su misericordia llega a sus fieles
            de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
            dispersa los soberbios de corazón,
            derriba del trono a los poderosos
            y enaltece a los humildes,
            a los hambrientos  los colma de bienes
            y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
            acordándose de su misericordia
            como lo había prometido a nuestros padres
            a favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre.

Ant.  Guarda, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre; llévalos siempre en tu  corazón (T.P. Aleluya).

PRECES

Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión de San Marcelino, nos impulse a una vida santa, y digamos:
Seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.

Tú que has querido que nos llamemos hijos tuyos,
--- haz que con todos tus hijos cantemos tus grandezas.

Tú que nos has dado a María como madre y Primera Superiora,
--- haz que todos cantemos las alabanzas de nuestra Madre.

Tú que has querido que San Marcelino fundase un Instituto dedicado a la educación de los niños y de los jóvenes,
--- haz que sigamos su ejemplo de ternura hacia los necesitados.

Tú que has querido que nos esparciésemos por todas las diócesis del mundo,
--- haz que nuestra comunidad  se vea incrementada de santas y fervorosas vocaciones.

Padre nuestro.

ORACIÓN

            Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a nuestros Hermanos  de corazón  y conduzcamos el mundo al conocimiento  de la verdad de Cristo. Que vive y reina contigo.


           

INVITATORIO

V. / Señor ábreme los labios
R./  Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. En la fiesta de San Marcelino, venid adoremos al supremo Pastor, Cristo el Señor (T. P. Aleluya).


SALMO 94

Venid, aclamemos al Señor,
            demos vítores a la Roca que nos salva;
            entremos a su presencia dándole gracias,
            aclamándolo con cantos.

Se repite la antífona.

Porque el Señor es un Dios grande,
            soberano de todos los dioses:
            tiene en su mano las simas de la tierra,
            son suyas las cumbres de los montes;
            suyo es el mar, porque él lo hizo,
            la tierra firme que modelaron sus manos.

Se repite la antífona.

Entrad, postrémonos por tierra,
            bendiciendo al Señor, creador nuestro.
            Porque él es nuestro Dios,
            y nosotros su pueblo,
            el rebaño que él guía.

Se repite la antífona.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
            «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
            como el día de Masá en el desierto;
            cuando vuestros padres me pusieron a prueba
            y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

Se repite la antífona.

Durante cuarenta años
            aquella generación me asqueó, y dije:
            “Es un pueblo de corazón extraviado,
            que no reconoce mi camino;
            por eso he jurado en mi cólera
            que no entrarán en mi descanso”».


Se repite la antífona.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

  
Ant. En la fiesta de San Marcelino, venid adoremos al supremo Pastor, Cristo el Señor (T. P. Aleluya).


OFICIO DE LAS LECTURAS

V./ Dios mío ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Como era …(Aleluya)

HIMNO: por un pastor o cualquier otro himno o cántico adaptado, que sea aprobado por la autoridad eclesiástica.

.

SALMODIA

Ant. 1 Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el siervo de todos (T. P. Aleluya).

SALMO 20, 2-8.14
Acción de gracias por el Rey - Mesías
Vuestra confianza en la bondad del Señor debe ser grande  porque sólo le tenéis a él como apoyo y  sostén” (S. Marcelino Champagnat, Vida II, c. 3, p. 302).

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
            ¡y cuánto goza con tu victoria!
            Le has concedido el deseo de su corazón,
            no le has negado lo que pedían su labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
            y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
            Te pidió vida, y se la has concedido,
            años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
            lo has vestido de honor y majestad.
            Le concedes bendiciones incesantes,
            lo colmas de gozo en tu presencia;
            porque el rey confía en el Señor,
            y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
            y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ant. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el siervo de todos (T. P. Aleluya).

Ant.2  Cuando se manifieste el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita (T. P. Aleluya).



 
SALMO 91, I (1-9)
Alabanza al Señor creador
En efecto, es para mí una verdadera consolación saber que formáis un solo corazón y una sola alma…y que todos buscáis la gloria de Dios y los intereses de su santa religión” (S. Marcelino Champagnat, Lettres, Doc. 132, p. 267).

Es bueno dar gracias  al Señor
            y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
            proclamar por la mañana tu misericordia
            y de noche tu fidelidad,
            con arpas de diez cuerdas y laúdes,
            sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
            y mi júbilo, las obras de tus manos.
            ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
            qué profundos tus designios!
            El ignorante no los entiende
            ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
            y florezcan los malhechores,
            serán destruidos para siempre.
            Tú, en cambio, Señor,
            eres excelso por los siglos.


Ant. Cuando se manifieste el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita (T. P. Aleluya).

Ant. 3 Siervo bueno y fiel, entra en la gloria de tu Señor.



SALMO 91, II (10-16)
Dios dice al impío como a las olas del mar: Llegaréis hasta aquí y no iréis más allá (S. Marcelino Champagnat, Lettres, Doc. 16, p. 56).

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
            los malhechores serán dispersados;
            pero a mí me das la fuerza de un búfalo
            y me unges con aceite nuevo.
            Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
            mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera,
            se alzará como un cedro del Líbano:
            plantado en la casa del Señor,
            crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
            y estará lozano y frondoso,
            para proclamar que el Señor es justo,
            que en mi Roca no existe la maldad.

Ant. Siervo bueno y fiel, entra en la gloria de tu Señor.


V./ Escucharás una palabra de mi boca (T. P. Aleluya).
R./ Y les darás la alarma de mi parte ( T. P. Aleluya).


PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol San Pablo a los Colosenses
Col. 3, 1-17

Vuestra vida está   con Cristo escondida en Dios.

Hermanos Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a  los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, junto con él, en gloria.
En consecuencia dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión,   la codicia y la avaricia, que es una idolatría. Eso es lo que atrae  el castigo de Dios sobre los desobedientes.
Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa manera; ahora, en cambio deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros.
Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque  Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos  de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente    y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y, por encima de esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
La palabra de Cristo habite en vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.  Cantad a Dios, dadle gracias de  corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que  de palabra o de obra realicéis, sea  todo en nombre del Señor Jesús, ofreciendo  la Acción de gracias a Dios Padre por medio de él.

RESPONSORIO
Ga 3, 27-28; Ef 4, 24

R/ Los que  os habéis incorporado  a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos ni gentiles; * Porque todos  sois uno en Cristo Jesús.(T.P. Aleluya)
V/ Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y   santidad verdaderas.
R/ * porque todos   sois uno en Cristo Jesús. (T.P. Aleluya)


SEGUNDA LECTURA  

Del ‘Testamento espiritual de S. Marcelino Champagnat
(Constituciones de los Hermanos Maristas, p. 158)

Ojalá se pudiera afirmar de los Hermanitos de María : «mirad como se aman».

Muero lleno de respeto, gratitud y sumisión al Superior General de la Sociedad de María y animado por los sentimientos de la unión más perfecta con todos los miembros que la componen, especialmente con los Hermanos que el Señor ha confiado a mis desvelos y que siempre han sido tan queridos de mi corazón.
            Deseo que reine siempre entre los Hermanos de María  una obediencia total y perfecta; que los súbditos, viendo en los Superiores la persona de Jesucristo, los obedezcan de corazón y espíritu, y renuncien siempre, si fuere necesario, a la voluntad y juicio propios. Recuerden que el religioso obediente cantará victoria y que la obediencia es, sobre todo, el cimiento y soporte de la comunidad. Animados de este espíritu, sométanse ciegamente los Hermanitos de María  no sólo a los Superiores mayores, sino a cuantos estén encargados de dirigirlos y guiarlos. Penétrense bien de esta verdad de fe: el Superior representa a Jesucristo, y, cuando manda, debe ser obedecido como si mandara el mismo Cristo.
            Os suplico también, muy queridos Hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que vosotros me profesáis, que os comportéis de tal modo que la caridad reine siempre entre vosotros. Amaos unos a otros como Cristo os ha amado. No haya entre vosotros sino un corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pudiera afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros Cristianos: “¡Mirad cómo se aman”!… Es el deseo más vivo de mi corazón en estos últimos instantes de mi vida. Sí, carísimos Hermanos míos, escuchad las últimas palabras de vuestro padre, que son las de nuestro amadísimo Salvador: “Amaos unos a otros”.
            Deseo, queridísimos Hermanos míos, que esta caridad, que debe uniros a todos, como miembros de un mismo cuerpo, alcance a las demás congregaciones. Os conjuro, por la caridad sin límites de Jesucristo, que no envidiéis jamás a nadie, y menos aún a quienes Dios llama al estado religioso para trabajar, como vosotros, en la educación de la juventud. Sed los primeros  en alegraros de sus éxitos y apenaos por sus fracasos. Encomendadlos a menudo a Dios y a la divina Madre. Dadles con gusto la preferencia. Jamás prestéis oídos a los dichos que pudieran perjudicarlos. Que la gloria de Dios y el honor de María sean vuestro único fin y vuestra sola ambición.
            Un mismo espíritu y un mismo afecto os una  a los Padres de la Sociedad de María como ramas de un mismo tronco y como hijos de una misma familia y de una Buena Madre, María Santísima.

O bien

Cuesta vivir como buen religioso, pero la gracia lo suaviza todo.

Pido también al Señor y deseo con toda mi alma, que perseveréis fielmente en el santo ejercicio de la presencia de Dios, alma de la oración, de la meditación y de todas las virtudes. Constituyan siempre la humildad y la sencillez el carácter distintivo  de los Hermanitos de María. Una tierna y filial devoción a nuestra buena Madre os anime en todo tiempo y circunstancia. Hacedla amar por doquiera cuanto os sea posible. Es la primera Superiora de toda la Sociedad. A la devoción a María juntad la del glorioso San José, su dignísimo esposo; ya sabéis que es uno de nuestros primeros patronos. Desempeñáis el oficio de ángeles custodios de los niños que os están confiados: tributad también a estos espíritus puros culto particular de amor, respeto y confianza.

Hermanos míos muy queridos: sed fieles a vuestra vocación; amadla y perseverad en ella con entereza. Manteneos en un espíritu recio de pobreza y desprendimiento. La observancia diaria de vuestras santas Reglas  os libre de faltar jamás al voto sagrado que os une a la más bella y delicada de las virtudes. Cuesta vivir como buen religioso, pero la gracia lo suaviza todo. Jesús y María os ayudarán. Además esta vida es muy breve y la otra no tendrá fin. ¡qué consolador resulta, cuando se va a parecer delante de Dios, recordar que se ha vivido baja el amparo de María y en su sociedad! Dígnese esta buena Madre conservaros, multiplicaros y santificaros. Que la gracia de Nuestros Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con vosotros.
Os dejo a todos, confiadamente, en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que tengamos la dicha de vernos juntos en la eterna bienaventuranza.
Esta es mi última y expresa voluntad para gloria de Jesús y de María.

RESPONSORIO
Flp 3, 17; 4, 9; 1 Co 10

R/ Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros. * Todo cuanto habéis aprendido, recibido, oído y visto en mí ponedlo en obra y el Dios de la paz estará con vosotros .
V/ Os conjuro, Hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar.
V/ Lo que habéis aprendido.

HIMNO:                                         TE DEUM

ORACIÓN

            Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a nuestros hermanos de corazón,  y conduzcamos el mundo al conocimiento  de la verdad de Cristo.
            Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén


LAUDES


HIMNO: (Por un pastor)
O cualquier otro himno o cántico adaptado, que sea  aprobado por la autoridad eclesiástica.

SALMODIA


 Ant. 1. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. (T. P. Aleluya).

SALMO 62, 2-9

El alma tiene sed del Señor
Oremos, oremos y en todo deseemos y busquemos la  santa voluntad del Señor” (S. Marcelino Champagnat, Lettres, Doc. 182, p. 370).
 
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
            mi alma está sedienta de ti;
            mi carne tiene ansia de ti,
            como  tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
            viendo tu fuerza y tu gloria!
            Tu gracia vale más que la vida,
            te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
            y alzaré las manos invocándote.
            Me saciaré como de enjundia y de manteca,
            y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho  me acuerdo de ti
            y velando medito en ti,
            porque fuiste mi auxilio,
            y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
            mi alma está unida a ti,
            y tu diestra me sostiene.

Ant.  Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. (T. P. Aleluya).


Ant. 2 Alumbre así vuestra luz a los hombres,  para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre. (T. P. Aleluya).

CÁNTICO
Dan. 3,57-88.56

Toda criatura alabe al Señor
Todo era, para Marcelino, una ocasión para elevar su alma a Dios y bendecirlo: Su alma prorrumpía en actos de amor, alabanza y acción de gracias” (Cf. Vida, 1989, II, c. 5 p. 325).

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor;
             ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
            cielos, bendecid al Señor.           

Aguas del espacio, bendecid al Señor
            ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
             
Sol y luna, bendecid al Señor;
             astros del cielo, bendecid al Señor.
             
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;          
            vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
             fríos y heladas, bendecid al Señor.
           
Rocíos y nevadas, bendecid al señor;
            témpanos  y hielos, bendecid al Señor.
             
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
            noche y día, bendecid al Señor.
             
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
             rayos y nubes, bendecid al Señor.
             
Bendiga la tierra al Señor,
            ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
            cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
             
Manantiales, bendecid al Señor;
             mares y ríos, bendecid al Señor.
             
Cetáceos y peces,  bendecid al Señor;
             aves del cielo, bendecid al Señor.
             
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
            ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
             bendiga Israel al  Señor.
             
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
             siervos del Señor, bendecid al Señor.
             
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor,
             Santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
             
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
            ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
            ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
             alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant.  Alumbre así vuestra luz a los hombres,  para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre. (T. P. Aleluya).


Ant. 3 La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo. (T. P. Aleluya).

Salmo 149
La fiesta de los amigos de Dios
La devoción del corazón se manifiesta dando gracias a Dios por sus beneficios y alabando las perfecciones divinas” ( Sent. C.14, § II, p. 124).

Cantad al Señor un cántico nuevo,
            resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
            que se alegre Israel por su Creador,
            los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
            cantadle con tambores y cítaras;
            porque el  Señor ama a su pueblo
            y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
            y canten jubilosos en filas:
            con vítores a Dios en la boca
            y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
            y aplicar el castigo a las naciones,
            sujetando a los reyes con argollas,
            a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
            es un honor para todos sus fieles.

Ant.   La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo. (T. P. Aleluya).

LECTURA BREVE
Hb 13, 7-9a

            Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas.


RESPONSORIO BREVE

R/. Sobre tus murallas Jerusalén, * He colocado centinelas. Sobre tus murallas    (T.P. Aleluya)
 V/ Ni de  día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.* He colocado centinelas.  (T.P. Aleluya)
V/ Gloria al Padre. Sobre. (T.P. Aleluya).
   

BENEDICTUS, Ant. El que es de  Cristo es una criatura nueva;   lo antiguo ha pasado; lo  nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios (T.P. Aleluya).


BENEDICTUS
Lc 1. 68-79
 
 “El Hermano es el colaborador y el socio de Jesucristo en la obra de la salvación de las almas” (S: Marcelino Champagnat (Sent.  C.1, p. 20).
 
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
            porque ha visitado y redimido a su pueblo,
            suscitándonos una fuerza de salvación
            en la casa de David su siervo,
            según lo había predicho desde antiguo
            por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
            y de la mano de todos los que no odian:
            realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
            recordando su santa alianza,
            y el juramente que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
            arrancados de la mano de los enemigos,
            le sirvamos con santidad y justicia,
            en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
            porque irás delante del Señor
            a preparar sus caminos,
            anunciando a su pueblo la salvación,
            el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
            nos visitará el sol que nace de lo alto,
            para iluminar a los que viven en tinieblas
            y en la sombra de la muerte,
            para guiar nuestros pasos
            por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
            Como era en un principio, ahora y siempre,
            por los siglos de los siglos.    Amen

Ant. El que es de  Cristo es una criatura nueva;   lo antiguo ha pasado; lo  nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios (T.P. Aleluya).




PRECES

El Hijo del Dios de la vida  a querido nacer en una familia humana, adorémosle y supliquémosle:
R/ Te adoramos Señor, Dios nuestro.

--Jesús, Hijo del Dios de la vida, esplendor del Padre, luz eterna.
R/
-- Jesús, Rey de la gloria, sol de justicia, Hijo de María.
R/

-- Jesús, consejero maravilloso, Dios fuerte, Dios eterno, Príncipe de la paz.
R/

-- Jesús, hermano de los pobres, buen pastor, sabiduría eterna, bondad sin medida,  nuestro camino y nuestra vida.
R/

-- Jesús, Maestro infatigable, enséñanos a ser acogedores  para  todos los jóvenes y niños que nos has confiado.
R/

Padre Nuestro

ORACIÓN
           
            Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a nuestros Hermanos de corazón,  y conduzcamos el mundo al conocimiento  de la verdad de Cristo.
             Que vive y reina contigo en la unidad el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


 La conclusión de la Hora en el ordinario, p. 854.
 


HORA INTERMEDIA

TERCIA, SEXTA, NONA

Todo del común de Pastores

V/ Dios mío, ven en mi auxilio.
    Gloria al Padre.  Como era. (T. P. Aleluya).

HIMNO


Ant. Padre, como tú me enviaste al mundo, así también los envío yo al mundo  (T. P. Aleluya)

(SALMOS DEL DÍA DE LA SEMANA)



LECTURA BREVE
I Tm 4, 16

            Cúidate tú y cuida las enseñanzas; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti y a los que te escuchan.

V/ Escogió el Señor a su siervo (T. P. Aleluya)
R/ Para pastorear a Jacob, su heredad. (T. P. Aleluya)


 

SEXTA


Ant. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado (T. P. Aleluya).

(SALMOS DEL DÍA DE LA SEMANA)


LECTURA BREVE
I Tm. 1, 12

Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.

V/ No me avergüenzo del Evangelio. (T. P. Aleluya).
R/ Que es una fuerza de Dios para la salvación. (T. P. Aleluya).



NONA

 Ant. Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros, campo de Dios, edificio de Dios (T. P. Aleluya).

(SALMOS DEL DÍA DE LA SEMANA)

LECTURA BREVE
1 tm 3, 13

Los que se hayan distinguido en el servicio progresarán y tendrán libertad para exponer la fe en Cristo Jesús. (T. P. Aleluya).

V/ Si el Señor no construye la casa. (T. P. Aleluya).
R/ En vano se cansan los albañiles.  (T. P. Aleluya).


ORACIÓN

            Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los Hermanos hasta el final, y conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad de Cristo.
            Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


 II VÍSPERAS


HIMNO


Por un pastor U otro cántico o himno adaptado y aprobado por la autoridad eclesiástica.


SALMODIA


1ª Ant. Dios me ha hecho ministro del Evangelio por la gracia que me ha dado. (T. P. Aleluya).
 
SALMO  14
¿Quién es digno de estar delante del Señor?
No hay ningún bien verdadero que no les desee y que no esté dispuesto a hacerlo y emprenderlo todo para procurárselo” (S. Marcelino Champagnat, Lettres, Doc. 168, p. 332)..
 
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
            y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
            y practica la justicia,
            el que tiene intenciones leales
            y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo
            ni difama al vecino ,
            el que considera despreciable al impío
            y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró
            aun en daño propio,
            el que no presta dinero a usura
            ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra, nunca fallará.

Ant. Dios me ha hecho ministro del Evangelio por la gracia que me ha dado. (T. P. Aleluya).

2ª Ant. Construye, Oh Dios, nuestra casa, construye nuestra ciudad. T.P. Aleluya)     

 SALMO 126
El esfuerzo humano es inútil ante Dios
«Cuando todo parece ir bien, reconozco más la verdad de lo que dice el Rey profeta: ‘Si Dios no construye la casa….’» (S. Marcelino Champagnat, Lettres, Doc. 169, p. 334).

Si el Señor no construye la casa ,
            en vano se cansan los albañiles;
            si el Señor no guarda la ciudad,
            en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
            que veléis hasta muy tarde,
            que comáis el pan de vuestros sudores:
            ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
            su salario, el fruto del vientre:
            son saetas en mano de un guerrero,
            los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
            con ellas su aljaba:
            no quedará derrotado cuando litigue
            con sus adversarios en la plaza.

Ant. Construye, Oh Dios, nuestra casa, construye nuestra ciudad. T.P. Aleluya)          

3ª Ant.  Cristo se despojó de sí mismo asumiendo la condición de siervo (T.P. Aleluya)


CÁNTICO
cf. Ap 15, 3-4

Himno de adoración y de alabanza
Todos los días cuando subo al altar, ruego al divino Maestro que os colme de la abundancia de sus bendiciones” (S. Marcelino Chaqmpagnat, Lettres, Doc. 79, p. 191).
 
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Ant.  Cristo se despojó de sí mismo asumiendo la condición de siervo (T.P. Aleluya)


LECTURA BREVE
1 P  5, 1-4

A los ancianos que están entre vosotros los exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está por manifestarse. Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzando, sino voluntariamente, según Dios, no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón; no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey. Cuando aparezca el Pastor ,recibiréis la corona de gloria que no se marchita.


RESPONSORIO BREVE

R/ Verdadero amigo de tus hermanos, * ruega por tu pueblo. (T.P. Aleluya)
 Verdadero amigo de tus hermanos, ruega por tu pueblo.
V/ Has dado la vida por los hermanos.  (T.P. Aleluya)
* Ruega por tu pueblo.
V/ Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo. (T.P. Aleluya)
R/ Verdadero amigo de tus hermanos, ruega por tu pueblo.

Ant. del Magnificat: Te doy gracias, Cristo buen Pastor, que me has guiado a la gloria: que el rebaño que me has dado esté conmigo en tu reino. (T. P. Aleluya).

CANTICO DEL MAGNÍFICAT
Alegría del alma en el Señor
Los hijos de María tendrán el máximo empeño y aplicación para trazar en ellos mismos una perfecta imagen de su Madre “ (S. Marcelino Champagnat, Règle, ms. 132/6, p. 30).

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
            se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador
            porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
            porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
            su nombre es santo,
            y su misericordia llega a sus fieles
            de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
            dispersa a los soberbios de corazón,
            derriba del trono a los poderosos
            y ensalza a los humildes,
            a los hambrientos los colma de vienes
            y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia Israel, su siervo,
            acordándose de su misericordia
            --como la había prometido a nuestros padres—
            a favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria….

Ant. Te doy gracias, Cristo buen Pastor, que me has guiado a la gloria: que el rebaño que me has dado esté conmigo en tu reino. (T. P. Aleluya).


PRECES

Confiando en tu amor y sumisos a tu voluntad, Señor te rogamos:
            R/ Te rogamos, Señor.

Por nuestro Instituto para que sea siempre un instrumento eficaz en la construcción del reino de Dios.
            R/ Te rogamos, Señor.

Ilumina a los que nos dirigen para que después de haber discernido tu voluntad nos la transmitan sin ningún compromiso.
            R/ Te rogamos, Señor.

Por todos los Hermanos que derrochan esfuerzos en llevar a los jóvenes y a los niños al conocimiento de la verdad de Evangelio.-
            R/ Te rogamos, Señor.

Por nuestros Hermanos que sufren enfermedades, para que acepten ser dependientes de otros y acepten humildemente tu voluntad sobre ellos.
            R/ Te rogamos, Señor.

Recibe Señor a nuestros difuntos para que, con María, nuestra Buena Madre y con San Marcelino, nuestro padre, gocen de tu presencia por toda la eternidad.
            R/ Te rogamos, Señor.

PADRE NUESTRO


ORACIÓN

            Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los Hermanos de corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento  de la verdad de Cristo    .
            Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


COMPLETAS

V/    Dios mío, ven en mi auxilio.
R/  Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre…..
Hermanos: Llegados al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión,
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

Se puede usar cualquiera otra fórmula reconocida.

HIMNO

Ant. Durante la noche bendecid al Señor (T. P. Aleluya).

SALMO 90
A la sombra del Omnipotente

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
            que vives a la sombra del Omnipotente,
            di al Señor, “refugio mío, alcázar mío,
            Dios mío, confío en ti”.

Él te librará de la red del cazador,
            de la peste funesta.
            Te cubrirá con sus plumas,
            bajo sus alas te refugiarás:
            su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno,
            ni la flecha que vuela de día,
            ni la peste que se desliza por las tinieblas,
            ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil,
            diez mil a tu derecha;
            a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos,
            verás la paga de los malvados,
            porque hiciste del Señor tu refugio,
            tomaste al Altísimo por defensa.

No te cercará la desgracia,
            ni la plaga llegará hasta tu tienda,
            porque a sus ángeles ha dado órdenes
            para que te guarden en tus caminos;

te llevarán en sus palmas,
            para que tu pie no tropiece en la piedra;
            caminarás sobre áspides y víboras,
            pisotearás leones y dragones.

“Se puso ante mí: lo libraré;
            lo protegeré porque conoce mi nombre,
            me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,
            lo defenderá, la glorificaré
            lo saciaré de largos días
            y le haré ver mi salvación.”


LECTURA BREVE

Verán al Señor de cara a cara y llevarán su nombre  en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o de sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

RESPONSORIO BREVE

R/ A tus manos, Señor, * En comiendo mi espíritu. (T.P. Aleluya)
      A tus manos , Señor, encomiendo mi espíritu.
V/ Tú, el Dios leal, nos librarás. (T.P. Aleluya)
* Encomiendo mi espíritu.
V/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. (T.P. Aleluya)
R/ A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.



CANTO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).

NUNC DIMITIS
Cristo, luz de las naciones

Ahora, señor, según tu promesa,
            puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
            a quien has presentado ante todas los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones
            y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre ….

ORACIÓN

Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

CONCLUSIÓN

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa. Amén

CANTO DE UNA ANTÍFONA DE LA VIRGEN

  Página pincha la foto:
Instituto de los Hermanos Maristas - Casa general, Roma



BEATO MARCELINO CHAMPAGNAT Fundador. +Año 1840
  • Nació en 1789 cerca de Lyon. Francia. Su padre que llegó a ser alcalde del pueblo, por defender y favorecer la religión tuvo que sufrir mucho durante la revolución francesa.
  • La mamá era sumamente devota de la Virgen Santísima y le infundió una gran devoción mariana a Marcelino, desde muy pequeño, y le consagró su hijo a la Madre de Dios.
  • Una tía muy piadosa le leía Vidas de santos, y estas lecturas lo fueron entusiasmando por la vida de apostolado y por la virtud.
  • Creció sin asistir a la escuela, pero las lecturas caseras lo fueron formando en un fuerte amor por la religión.
  • Desde muy niño demostró mucha capacidad para aprender la albañilería, y la practicó en su niñez, y después este oficio le va a ser muy útil en sus fundaciones. También era ágil para el negocio. Compraba corderitos, los engordaba, y luego los vendía y así fue haciendo sus ahorros, con los
  • cuales más tarde ayudará a costearse sus estudios.
  • Terminada la revolución francesa, el Cardenal Fresh (tío de Napoleón) se propuso conseguir vocaciones para el sacerdocio y fundó varios seminarios. Cerca del pueblo de Marcelino abrieron un seminario menor y un sacerdote visitador llegó a la casa de los Champagnat a invitar a alguno de los jóvenes a ingresar en el nuevo seminario. A Marcelino le entusiasmó la idea, pero su padre y su tío decían que él no servía para los estudios sino para los oficios manuales. Sin embargo el joven insistió y le permitieron entrar en el seminario.
  • Serias dificultades. Como le habían anunciado el papá y el tío, los estudios le resultaron sumamente difíciles y estuvo a punto de ser echado del seminario por sus
    bajas notas en los exámenes. Pero su buena conducta y el hacerse repetir las clases por unos buenos amigos, le permitieron poder seguir estudiando para el sacerdocio.
    En el seminario tenía otro compañero que, como él, tenía menos memoria y menos aptitud para los estudios que los demás, pero los dos sobresalían en piedad y en buena conducta y esto les iba a ser inmensamente útil en la vida. El compañero se llamaba Juan María Vianey, que después fue el Santo Curade Ars, famoso en todo el mundo.
    Poco antes de recibir la ordenación sacerdotal, él y otros 12 compañeros hicieron el propósito de fundar una Comunidad religiosa que propagara la devoción a la Sma. Virgen y fueron en peregrinación a un santuario mariano a encomendar esta gracia. Marcelino logrará cumplir este buen deseo de sus compañeros.
    Ordenación y primeros oficios. En 1816 fue ordenado sacerdote y lo nombraron como coadjutor o vicario de un sacerdote anciano en un pueblecito donde los hombres pasaban sus ratos libres en las cantinas tomando licor, y la juventud en bailaderos nada santos, y la ignorancia religiosa era sumamente grande.
    Marcelino se dedicó con toda su alma a tratar de acabar con las borracheras y los bailaderos y a procurar instruir a sus fieles lo mejor posible en la religión. Como tenía una especial cualidad para atraer a la juventud, pronto se vio rodeado de muchos jóvenes que deseaban ser instruidos en la religión. Y hasta tal punto les gustaba su clase de catequesis, que antes de que abrieran la iglesia a las seis de la mañana, ya estaban allí esperando en la puerta para entrar a escucharle.
    Fundador. Marcelino era todavía muy joven, apenas tenía 27 años, y ya resultó fundando una nueva comunidad. Era de elevada estatura, robusto, de carácter enérgico y amable a la vez. Alto en su aspecto físico y gigante en la virtud. Le había consagrado su sacerdocio a la Virgen María, y en una de sus visitas al Santuario Mariano de la Fourviere, recibió la inspiración de dedicarse a fundar una congregación religiosa dedicada a enseñar catecismo a los niños y a propagar la devoción a Nuestra Señora. Eso sucedió en 1816, y una placa allá en dicho santuario recuerda este importante acontecimiento.
    La causa inmediata. Lo que movió inmediatamente a Marcelino a fundar la Comunidad de Hermanos Maristas fue el que al visitar a un joven enfermo se dio cuenta de que aquel pobre muchacho ignoraba totalmente la religión. Se puso a pensar que en ese mismo estado debían estar miles y miles de jóvenes, por falta de maestros que les enseñaran el catecismo. Lo preparó a bien morir, y se propuso buscar compañeros que le ayudaran a instruir cristianamente a la juventud.
    Humildes comienzos. El 2 de Enero de 1817 empezó la nueva comunidad de Hermanos Maristas en una casita que era una verdadera Cueva de Belén por su pobreza. Sus jóvenes compañeros se dedicaban a estudiar religión y a cultivar un campo para conseguir su subsistencia. El santo los formaba rígidamente en pobreza, castidad y obediencia, para que luego fueran verdaderos apóstoles.
    Admirable expansión. Pronto empezaron a llegar peticiones de maestros de religión para parroquias y más parroquias. Marcelino enviaba a los que ya tenía mejor preparados, y la casa se le volvía a llenar de aspirantes. Siempre tenía más peticiones de parroquias para enviarles hermanos catequistas, que jóvenes ya preparados para ser enviados. Y como su casa se llenó hasta el extremo, él mismo se dedicó ayudado por sus novicios, y aprovechando sus conocimientos de albañilería, a ensanchar el edificio.
    Su método de enseñanza. Ante todo, las labores de sus religiosos estaban todas dirigidas a hacer conocer y amar más a Dios y a nuestra religión. El método empleado era el de la más exquisita caridad con todos. Marcelino no podía olvidar cómo una vez un profesor puso en público un sobrenombre humillante a un alumno, entonces los compañeros de ese pobre muchacho a humillarlo hasta desesperarlo. Por eso prohibió rotundamente todo trato humillante para con los alumnos. Quitó los castigos físicos y deprimentes. Le dio mucha importancia al canto como medio de hacer más alegre y más eficaz la catequesis. Fue precursor de la escuela activa, en la cual los alumnos participan positivamente en las clases. Cada religioso debía dedicar una hora por día a prepararse en catequesis y en pedagogía para saber enseñar lo mejor posible.
    Su devoción mariana. La quinta esencia de la pedagogía de San Marcelino era su gran devoción a la Virgen Santísima. Repetía a sus religiosos: "Todo en honor de Jesús, pero por medio de María. Todo por María, para llevar hacia Jesús". Y les decía: "Nuestra Comunidad pertenece por completo a Nuestra Señora la Madre de Dios. Nuestras actividades deben estar dirigidas a hacerla amar, estimar y glorificar. Inculquemos su devoción a nuestros jóvenes, y así los llevaremos más fácilmente hacia Jesucristo".
    Muerte joven. Marcelino murió muy joven, apenas de 51 años el 6 de Junio de 1840. Los últimos 15 años había sufrido de una gastritis aguda, y un cáncer al estómago le ocasionó la muerte. Al morir dejaba 40 casas de Hermanos Maristas. Ahora sus religiosos son más de 6,000 en 870 casas, en muy diversos países.
     
     
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