sábado, 1 de septiembre de 2012

Josué, Santo


Patriarca del A.T., Septiembre 1
 
Josué, Santo
Josué, Santo

Patriarca

Martirologio Romano: Conmemoración de san Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, que al recibir la imposición de manos por Moisés, fue lleno del espíritu de sabiduría, y a la muerte de Moisés introdujo de modo maravilloso al pueblo de Israel, cruzando el Jordán, en la tierra de promisión (Jos, 1, 1).Muerto Moisés, Josué es el capitán que introducirá a su gente Tierra Prometida. Ya era la hora de poseer la tierra que Dios prometió a los israelitas al sacarlos de Egipto. Han pasado cuarenta años. Es un pueblo joven el que está en las proximidades de Canán. Son los hijos de los que Yavé sacó con mano poderosa. Se han curtido en el desierto inhóspito donde han vivido del mimo de Dios y presenciando a diario sus grandezas. Tienen esculpida en su alma la idea de que sólo en la fidelidad a la Alianza tienen garantía de la protección de Dios.

Josué es un varón pletórico de fe y casto, joven y fuerte, que mantiene la seguridad de que será Dios quien vencerá a los poderosos habitantes de la tierra que se les da en posesión. Tienen que pelearla, pero sólo Dios les dará la victoria.

Jericó es la plaza fuerte que les abrirá las puertas a la conquista. Posee murallas duras y sus habitantes están aprestados a defenderla.

Es Dios quien habla ahora con Josué, como antes lo hiciera con Moisés, dándole instrucciones para la empresa. No se le pedirá pasividad, sino una disposición absoluta al misterio. La táctica guerrera sugerida es la más impensada y la menos descrita en las praxis de la guerra: hay que dar vueltas a la ciudad, cantando y tocando las trompetas. Así se caerán las potentes murallas de defensa.

Sin un "pero" de Josué y con la presteza originada por la fe sucede como Dios dice. Y es que Dios se ríe de las encuestas, la lógica humana se ve superada en su potencia y las estadísticas de los hombres se tornan enanas en su presencia. Sin embargo, la fe hace que se derriben las más altas murallas de la tierra. 


 SAN JOSÚE 

PATRIARCA DEL A.T.

SAN JOSU

Conmemoración de san Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, que al recibir la imposición de manos por Moisés, fue lleno del espíritu de sabiduría, y a la muerte de Moisés introdujo de modo maravilloso al pueblo de Israel, cruzando el Jordán, en la tierra de promisión (Jos, 1, 1).
Muerto Moisés, Josué es el capitán que introducirá a su gente Tierra Prometida. Ya era la hora de poseer la tierra que Dios prometió a los israelitas al sacarlos de Egipto. Han pasado cuarenta años. Es un pueblo joven el que está en las proximidades de Canán. Son los hijos de los que Yavé sacó con mano poderosa. Se han curtido en el desierto inhóspito donde han vivido del mimo de Dios y presenciando a diario sus grandezas. Tienen esculpida en su alma la idea de que sólo en la fidelidad a la Alianza tienen garantía de la protección de Dios.
Josué es un varón pletórico de fe y casto, joven y fuerte, que mantiene la seguridad de que será Dios quien vencerá a los poderosos habitantes de la tierra que se les da en posesión. Tienen que pelearla, pero sólo Dios les dará la victoria.
Jericó es la plaza fuerte que les abrirá las puertas a la conquista. Posee murallas duras y sus habitantes están aprestados a defenderla.
Es Dios quien habla ahora con Josué, como antes lo hiciera con Moisés, dándole instrucciones para la empresa. No se le pedirá pasividad, sino una disposición absoluta al misterio. La táctica guerrera sugerida es la más impensada y la menos descrita en las praxis de la guerra: hay que dar vueltas a la ciudad, cantando y tocando las trompetas. Así se caerán las potentes murallas de defensa.
Sin un "pero" de Josué y con la presteza originada por la fe sucede como Dios dice. Y es que Dios se ríe de las encuestas, la lógica humana se ve superada en su potencia y las estadísticas de los hombres se tornan enanas en su presencia. Sin embargo, la fe hace que se derriben las más altas murallas de la tierra.

Josué (personaje bíblico)

véase Libro de Josué.
Josué ora a Dios para que el sol se pare, de Gustave Doré.
Josué o Yehoshúa o Jouseph (en hebreo: יְהוֹשֻׁעַ‎)es el nombre del sucesor de Moisés, cuyo significado es Yahve salva o Yahve de salvación. Josué es un personaje bíblico, cuya vida es narrada en el Libro de Josué. El nombre "Josué" es el equivalente hebreo de "Jesús".
Según los textos bíblicos, fue el sucesor de Moisés en las campañas militares llevadas a cabo por los hebreos (habiru/apiru/hapiru) en la conquista de Canaán. Se llamaba originalmente Oseas y era hijo de Nun, de la tribu de Efraín.1 Nació en Egipto, y tenía probablemente la misma edad que Caleb, con quien suele relacionársele. Participó en los acontecimientos narrados en el Éxodo como ayudante de Moisés. Fue el comandante de los israelitas en la batalla contra los amalecitas en Refidín.2
Se convirtió en el lugarteniente de Moisés, y lo esperó a mitad de camino cuando éste subió al Monte Sinaí a recibir los Diez Mandamientos.3 Fue también uno de los doce exploradores enviados por Moisés a la tierra de Canaán,4 y el único, junto con Caleb, en traer un informe alentador.
Yahvé Dios lo eligió sucesor de Moisés y éste lo reconoció como tal.5 Además, Josué fue encargado de repartir la tierra juntamente con Eleazar.6 Al morir Moisés, Yahvé renovó a Josué la promesa de la tierra de Canaán, que Josué debía conquistar. Ordenó atravesar el río Jordán, cuyas aguas fueron detenidas mientras pasaban el Arca de la Alianza.
Conquistó Jericó, cuyas murallas se derrumbaron cuando los sacerdotes que custodiaban el Arca de la Alianza tocaron los shofarim siguiendo las órdenes de Yahvé.7 Todos los habitantes de la ciudad, incluyendo mujeres y niños, fueron muertos, a excepción de la prostituta Raab, que había colaborado con los espías enviados por Josué, y su familia. La ciudad fue destruida por completo, y Josué maldijo a quien intentara reconstruirla.
Al intentar atacar la ciudad de Hay, sus tropas sufrieron una derrota a causa del pecado de Acán, quien se había apropiado de objetos preciosos que Yahvé había decidido que fueran destruidos. Acán fue lapidado, y Josué logró finalmente conquistar Hay, mediante una hábil estratagema. Los habitantes de Hay sufrieron la misma suerte que los de Jericó. El total de hombres y mujeres exterminados fue de 12.0008 Posteriormente, Josué levantó un altar a Yahvé en el monte Ebal.
A causa de los éxitos de Josué, los hititas, amorreos, cananeos, pereceos, jebeos y jebuseos establecieron una alianza contra los israelitas. Los gabaonitas consiguieron evitar ser exterminados por los israelitas gracias a una estratagema9 Josué venció a continuación a una alianza de cinco reyes amorreos que pretendían atacar a los gabaonitas; durante la batalla, para ayudar a los israelitas, Yahvé hizo que el sol se "detuviera" en el cielo.10 Tras la victoria, Josué ejecutó personalmente a los cinco reyes.11
A continuación Josué conquistó las ciudades de Maquedá, Libná, Laquis, Eglón, Hebrón y Debir. En todas ellas fueron exterminados todos sus habitantes: "todo lo que tenía vida lo exterminó, como Yahvé, Dios de Israel, se lo había mandado".12 Después venció a Yabín, rey de Jasor, y consumó la conquista de la tierra prometida.
Repartió el territorio conquistado entre las tribus de Israel (Jos. 13-21). En su ancianidad convocó una asamblea en Siquem y recomendó a los israelitas que mantuvieran su fidelidad a Yahvé. Según el Libro de Josué, falleció a los 110 años de edad, y fue sepultado "su heredad en Timnat-sera, que está en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas".13

Véase también

Enlaces externos

Referencias

En el Señor está 

nuestra esperanza.



PARABOLA DE LOS TALENTOS


 





Misa de Santa María en Sábado


 Antífona de Entrada

 
Dichosa tu, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
 
Oración Colecta
 
Oremos: Oh Dios Padre de Jesucristo, nuestro Salvador, que en Santa María ,Virgen y Madre, nos has dado la imagen de la Iglesia, envía tu Espíritu en ayuda de nuestra debilidad; para que perseverando en la fe, crezcamos en el amor y caminemos juntos hasta la bienaventurada esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo…Amén.
 
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
 
El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
 
 
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 26-31)
 
Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios.
 
En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
 
Palabra de Dios.
 
Te alabamos, Señor.
 
Salmo Responsorial Salmo 32
 
 
En el Señor está nuestra esperanza.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres.
 
En el Señor está nuestra esperanza.
 
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.
 
En el Señor está nuestra esperanza.
 
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en él hemos confiado.
 
En el Señor está nuestra esperanza.
 
Aclamación antes del Evangelio
 
 
Aleluya, aleluya.
 
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
 
Aleluya.
 
Evangelio
 
Entra a tomar parte en la alegría de tu señor.
 
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (25, 14-30)
 
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
 
“El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
 
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.
 
Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
 
‘Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.
 
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo:
 
‘Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.
 
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo:
 
‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’.
 
El señor le respondió:
 
‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.
 
Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’ ”.
 
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Oración sobre las Ofrendas
 
Al venerar la memoria de la madre de tu hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
 
Prefacio de Santa María Virgen II
 
La Iglesia alaba a Dios con las palabras de María
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María.
 
Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida,
 
Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:
 
Santo, Santo, Santo…
 
Antífona de la Comunión
 
Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.
 
Oración después de la Comunión
 
Oremos: Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora.
 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
Amén.

No hay comentarios: