Dichosa tu, Virgen
María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al
que te creó, y permaneces virgen para siempre.
Oración Colecta
Oremos: Oh Dios Padre
de Jesucristo, nuestro Salvador, que en Santa María ,Virgen y Madre, nos
has dado la imagen de la Iglesia, envía tu Espíritu en ayuda de nuestra
debilidad; para que perseverando en la fe, crezcamos en el amor y
caminemos juntos hasta la bienaventurada esperanza. Por nuestro Señor
Jesucristo…Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 26-31)
Hermanos: Consideren
que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos
sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios
humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para
humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los
fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los
que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera
que nadie pueda presumir delante de Dios.
En efecto, por obra de
Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo
nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra
redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: El que se gloría, que
se gloríe en el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 32
En el Señor está nuestra esperanza.
Feliz la nación cuyo
Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo
el Señor, atentamente, mira a todos los hombres.
En el Señor está nuestra esperanza.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.
En el Señor está nuestra esperanza.
En el Señor está
nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo; en el
Señor se alegra el corazón y en él hemos confiado.
En el Señor está nuestra esperanza.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Aleluya.
Evangelio
Entra a tomar parte en la alegría de tu señor.
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (25, 14-30)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
“El Reino de los
cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras
lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A
uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la
capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco
talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que
recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un
talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su
señor.
Después de mucho
tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se
acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco,
diciendo:
‘Señor, cinco talentos
me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado’. Su señor
le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en
cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar
parte en la alegría de tu señor’.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo:
‘Señor, dos talentos
me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le
dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en
cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar
parte en la alegría de tu señor’.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo:
‘Señor, yo sabía que
eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y
recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu
talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’.
El señor le respondió:
‘Siervo malo y
perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he
sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para
que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y
dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará;
pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.
Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’ ”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Al venerar la memoria
de la madre de tu hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te
presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio de Santa María Virgen II
La Iglesia alaba a Dios con las palabras de María
En verdad es justo y
necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que
eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo
singular en la perfección de la Virgen María.
Por eso, al celebrarla
hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico,
pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste
tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la
humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida,
Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran
eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces
cantando tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.
Oración después de la Comunión
Oremos: Ya que
participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar
la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu
gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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