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Gemma de Goriano Sicoli, Beata |
Reclusa
Martirologio Romano: En el lugar llamado Goriano Sicoli,
en los Abruzos, Italia, beata Gemma, virgen, que vivió recluida
en una pequeñísima celda adosada a la iglesia, desde la
que podía ver solamente el altar. († 1439)
Fecha de
beatificación: Culto confirmado por el Papa León XIII el
28 de abril de 1890 Santa Gemma de Goriano Sicoli nació en 1385
en San Sebastián en una familia católica pobre pero devota.
Siendo aun niña, su familia se mudó a Goriano Sicoli
(que en aquel entonces se llamaba Gordianum), donde Gemma pasó
su infancia como pastora, cuidando el pequeño rebaño de ovejas
que sus padres tenían.
Al igual que a Santa
Gemma Galgani, Dios le había dado también una extraordinaria belleza,
que estaba unida a la virtud y la modestia, su
belleza no era un obstáculo para ella, sino un camino
hacia su perfección.
Un día en 1393, el orgulloso y testarudo
conde Ruggieri de Celano la vio y trató de seducirla.
Ella no tuvo miedo y aquel se vio frustrado, ella
le reprochó con palabras tan fuertes que lo llenaron de
vergüenza y quiso enmendar su grosero avance. Ella le pidió
que le construyera una pequeña habitación adosada a la Iglesia
de San Juan en Goriano Sicoli, este pobre morada
tenía una pequeña ventana desde donde se podía ver el
altar, y participar de la Santa Misa. Entonces, consiguió que
su padre le diera permiso para vivir en ese cuarto
como una ermitaña, para rezar, expiar y reparar sus pecados
y los pecados de otros.
La gente del pueblo pronto conoció
de sus sacrificios y extraordinaria santidad, y comenzaron a ir
a buscar su consejo sobre todo tipo de temas. Ella
vivió esta expresión del amor a Dios por los siguientes
42 años, murió el 13 de mayo 1439 y en
el momento de su muerte las campanas se escucharon en
todo el valle, sonaban como si llamaran a una gran
fiesta. La población local desarrolló un culto en su honor,
y piadosamente recuerda hasta hoy a la "Virgen de Goriano
Sicoli".
Debido a la devoción del pueblo, el Obispo local abrió
su causa de canonización, y años más tarde, su restos
fueron exhumados en la presencia de Guidalotti Perugino, Obispo
de Sulmona, para el asombro de todos, sus restos se
encontraban milagrosamente incorruptos, y todos los presentes lo vieron como
un signo de la presencia de Dios en la "Virgen
de Goriano Sicoli".
Un sepulcro privilegiado fue construido en su honor
en el interior de la iglesia de San Juan, y
los enfermos empezaron a ir allí para ser curados. Luego
en 1613 se construyó una iglesia en su nombre en
el sitio de la Iglesia de San Juan, y en
1818 se terminó un nuevo templo en aquel mismo lugar.
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