Santa Notburga de Rottemburgo, hija
de una familia de labradores sin fortuna del Tirol, fue educada muy
cristianamente. A los diecisiete años entró a servir como cocinera en el
palacio del conde Enrique de Rottemburgo. Enrique y Jutta, su esposa, grandes
limosneros, hicieron a Notburga su despensera para con los pobres que llegaban a
todas horas a su palacio.
Seis años vivió con los condes;
muertos éstos, todo cambió para Notburga. Otilia, la nueva condesa, la
maltrató de mil modos, y por fin la arrojó de su casa, teniendo que refugiarse
en una pequeña choza en el valle de Eben, Innthal (Tirol).
Volvió de nuevo al palacio de
los Rottemburgo, que a la muerte de Otilia heredaron sus hijos, piadosísimos
cristianos. Nuevamente despensera para con los pobres, en este oficio la
sorprendió la muerte la muerte en 1313.
Sus restos, muy venerados en la
región, descansan en una capilla de Eben. Es la patrona del servicio doméstico
en el Tirol y la Baviera y se suele representar vestida de campesina tirolesa, y
sus atributos son la gavilla, la hoz y un cántaro de leche.
Notburga, Santa |
Laica Virgen, 14 de septiembre |
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Notburga, Santa |
Patrona de los sirvientes y campesinos
Martirologio Romano: En la localidad
de Eben, en el Tirol, santa Notburga, virgen, cuya dedicación
a las labores domésticas y al servicio de Cristo en
los pobres fue ejemplo de santidad para sus compatriotas (1313).
Fecha
de canonización: Su culto fue confirmado por el Papa Pío
IX el 22 de marzo de 1862.
Nació en 1265 en Rattenberg, y murió el 16
de septiembre del año de 1313. Ella fue una cocinera
en la familia del Conde Henry de Rothenburg, y acostumbraba
dar comida a los pobres. Pero Ottilia, su ama, le
ordenó que alimentara a los cerdos con cualquier remanente de
alimento que quedara. La santa por lo tanto, llegó a
resguardar algo de su propio alimento, especialmente los días viernes,
para darlo a los pobres.
Un día, de conformidad con la
leyenda, su amo la encontró y le ordenó que le
mostrara lo que ella estaba llevando. Ella obedeció, pero en
lugar del alimento lo que él vio fueron tajadas, y
el vino se había convertido en vinagre. A partir de
esto, Ottilia la despidió, pero la ama cayó enferma, casi
inmediatamente de esto. Debido a ello, Norburga permaneció como enfermera,
a su lado, preparándola para la muerte.
Notburga entró luego al
servicio de un campesino en el pueblo de Eben, a
condición de que ella pudiera ir a la iglesia en
las tardes o noches, especialmente domingos y días festivos. Una
tarde su amo le requirió que continuara trabajando en el
campo. Lanzando su hoz en el aire, ella dijo: “dejemos
que mi hoz sea quien decida entre usted o yo”,
y se dice que la hoz se quedó suspendida en
el aire. Mientras tanto el Conde Henry de Rothenburg, estaba
llegando a tener muchas cosas desafortunadas, desde que se despidió
a Norburga. En vista de esto, el conde volvió a
tener a la santa y las cosas mejoraron en la
casa.
Un poco de la muerte de la santa, ella le
pidió a su amo que colocara su cuerpo en un
vagón, que debía ser tirado por dos bueyes, y que
se le enterrara en el lugar donde los bueyes se
detuvieran. Los bueyes condujeron el vagón hasta la capilla de
San Rupero, cerca de Eben, donde ella fue enterrada.
El
culto de la santa fue ratificado el 27 de marzo
de 1862, y su festividad se celebra el 14 de
septiembre. A ella generalmente se le representa con una mazorca
de maíz, o flores, y una hoz en su mano.
A veces también se le representa con una hoz suspendida
en el aire.
Su legendaria vida fue compilada en alemán,
por Guarinoni en 1646.
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