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Mateo, Apóstol. |
Apóstol y Evangelista
Martirologio Romano: Fiesta de san Mateo, apóstol y
evangelista, llamado antes Leví, que al ser invitado por Jesús
para seguirle, dejó su oficio de publicano o recaudador de
impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio en
que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David,
hijo de Abrahán, dando plenitud al Antiguo Testamento.
Mateo significa: "regalo de Dios".
Se llamaba también
Leví, y era hijo de Alfeo.
Su oficio era el de
recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos,
porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los
publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás
a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente,
pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó
para siempre su ambición de dinero y se dedicó por
completo a buscar la salvación de las almas y el
Reino de Dios.
Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en
esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos,
ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le
había impresionado el modo de ser y de hablar de
este Maestro formidable. Y un día, estando él en su
oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería
hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada
menos que al Divino Maestro el cual le hizo una
propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".
Mateo aceptó sin más la
invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo,
se fue con El, no ya a ganar dinero, sino
almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra,
sino un puesto de primera clase en el cielo. San
Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es
una lección para que todos los pecadores del mundo sepan
que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta
el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden
dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con
gusto.
Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando
un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado
de honor era nada menos que Jesús. Y con Él,
sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y
nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron
horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles
por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su
maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"
Jesús respondió
a estas protestas de los fariseos con una noticia que
a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico
los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo
no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a
salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas
palabras estaba pensando en varios de nosotros.
Desde entonces Mateo va
siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus
sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los
pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír
al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno
de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o
enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo
en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron
39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y
lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló
la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se
fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en
Etiopía y que allá murió martirizado.
En todo el mundo es
conocido este santo, y lo será por siempre, a causa
del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San
Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50
páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante
20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su
evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos
de Jesús, como por ej. El Sermón de la Montaña
(el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón
de las Parábolas, y el que les dijo a sus
apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra
milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión
y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.
El fin
del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí
es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y
por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para
los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso
fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.
Quizás no
haya en el mundo otro libro que haya convertido más
pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo
y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No
dejemos de leerlo y meditarlo.
A cada uno de los 4
evangelistas se les representa por medio de uno de los
4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo
del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza.
El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia).
A San Marcos se le representa con un león. A
San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando
el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el
templo). A San Juan por medio del águila, porque este
evangelio es el que más alto se ha elevado en
sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan
teniendo al lado a un ángel en forma de hombre,
porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados
de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un
ángel a San José.
Que San Mateo, gran evangelizador, le pida
a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer,
meditar y practicar siempre su santo evangelio.
Decía Jesús "Convertíos y
creed en el evangelio" (Mc. 1, 15).
Mateo el Evangelista, en hebreo מתי (también conocido como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el Apóstol) fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús de Nazaret. La tradición cristiana le atribuye la autoría del evangelio de Mateo, pero la crítica actual descarta esta atribución. 1
Etimológicamente, el nombre español Mateo proviene del griego Mathaios (Ματθαιος) y éste, del arameo Mattai, una forma corta del hebreo MattanYah, que significa ‘don de Yah’ (el Dios Yahvéh).
Fuentes bíblicas
Mateo es citado en los Evangelios como Leví, hijo de Alfeo, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm ( Mateo 9:9, Marcos 2:14, Lucas 5:27-29). Existen pequeñas diferencias en el tratamiento que dan a Mateo los distintos Evangelios.
En el Evangelio de Lucas se le llama Leví. En el de Marcos,
se le da el nombre de Mateo en la lista de los apóstoles, pero es
llamado Leví cuando se relata la historia de su vocación. Según los tres
sinópticos, lo dejó todo al ser llamado por Jesús. Ese mismo día hizo
una gran fiesta a la que asistieron Jesús y sus discípulos.
Es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, aunque apenas se ofrece información sobre él ( Hechos 1:13). Es también uno de los pocos discípulos mencionados por su nombre en el Evangelio de Tomás.
Según Eusebio de Cesarea, predicó durante quince años en Judea, donde escribió su Evangelio hacia el año 80. Según Rufino, después se marchó a Etiopía.
Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía. En cambio, de acuerdo con Epifanio de Salamis –obispo de Chipre–, Mateo murió en Hierápolis (en Partia) y quien sufrió martirio en Etiopía habría sido Matías, el sustituto de Judas Iscariote.
Mateo es considerado santo por todas las confesiones cristianas que admiten esta distinción. La Iglesia Católica celebra su fiesta el 21 de septiembre y la Ortodoxa el 16. Según la tradición, sus restos se conservan en Salerno ( Italia).
Atribución del evangelio de Mateo
La tradición cristiana atribuye a Mateo la autoría del Evangelio de Mateo que lleva su nombre ( kata Mathaion: ‘de Mateo’ o ‘según Mateo’). El primer autor conocido en establecer esta atribución fue Papías, quien, hacia 110 ó 120, en un texto citado por Eusebio de Cesarea, dice que «Mateo [...] puso en orden los logia en dialecto hebreo e interpretó cada uno como pudo" ( Historia eclesiástica,
III, 39,16). De acuerdo con esta información, algunos antiguos autores
cristianos consideraron a Mateo autor de un primer evangelio, escrito en
arameo, lengua vernácula de Palestina del Siglo I, cuya traducción al griego sería el texto ahora conocido como evangelio de Mateo. San Ireneo de Lyon, Clemente de Alejandría, Eusebio de Cesarea, Orígenes y Jerónimo de Estridón se cuentan entre los que consideraron al apóstol Mateo autor de este evangelio.
El primitivo original semítico está perdido aunque varios autores primitivos lo citan; pareció basarse en los dichos de Jesucristo
y fue utilizado por Mateo para su propia predicación. La Iglesia
utilizó con carácter oficial canónico el nuevo texto griego,
aparentemente traducido por el mismo Mateo. El Evangelio de Mateo, es el
Evangelio eclesiástico por excelencia, no solo por ser el más utilizado
por la tradición primitiva de la Iglesia, sino porque en su estructura y
formulación encarna una preocupación eclesial apologética vivida en las
primeras generaciones cristianas.
El objetivo del Evangelio está claro desde su redacción original: es el de demostrar a los judíos que en Jesucristo se cumplen todas las profecías del Antiguo Testamento relativas al Mesías.
Cada vez más, los críticos descartan la teoría de que fue escrito después del Evangelio de San Marcos, ya que éste contiene muchos detalles que Mateo no cita.
Iconografía
Al igual que los otros evangelistas, Mateo es representado a menudo en el arte cristiano. Su atributo particular es un hombre alado, en alusión al tetramorfos
del profeta Ezequiel (Ez 1,10; cf Ap 4,7) tan común en la
representación de los evangelistas. Destacan sobre todo las pinturas
realizadas por Caravaggio para la iglesia de San Luis de los Franceses (Capilla Contarelli), en Roma.
Notas
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San Mateo
Apóstol y Evangelista
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Mateo
significa: "regalo de Dios".
Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.
Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo
muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una
nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se
enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse
rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó
para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la
salvación de las almas y el Reino de Dios.
Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad
pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente
Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de
ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su
oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en
el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el
cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".
Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y
renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar
dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un
puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de
Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo
sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en
cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y
El los acepta con gusto.
Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado
público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor
era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se
reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se
escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para
protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su
maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"
Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con
una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan
médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he
venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido".
Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en
varios de nosotros.
Desde
entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye
sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los
pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al
gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a
los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés
recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le
dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo
hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible
persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al
extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá
murió martirizado.
En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa
del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San
Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha
sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos
los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas
Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ej. El
Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra),
el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando
los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes,
y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina
contando su resurrección gloriosa.
El fin del evangelio de San Mateo es probar que
Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por
el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los
judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el
idioma de ellos, el arameo.
Quizás no haya en el mundo otro libro que haya
convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por
Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No dejemos de
leerlo y meditarlo.
A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por
medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan
al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila:
los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le
representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su
evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el
templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que
más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo
pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su
evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como
hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.
Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que
nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su
santo evangelio.
Decía Jesús "Convertíos y creed en el evangelio" (Mc. 1,
15).
|
San Mateo También conocido como Leví
Fiesta: 21 de septiembre
Etim.: Del griego, mathhaios; del arameo, mattai, es una forma corta del hebreo, mattanyah, que significa "regalo de Yahvé".
Ver también: 12 Apóstoles
Uno de los doce Apóstoles y autor del primer Evangelio. Su símbolo: hombre con alas >>>Patrón de banqueros, contadores y fuerzas de seguridad. Nació
en Cafarnaún, y, cuando Jesús lo llamó, ejercía el oficio de recaudador
de impuestos. Escribió el evangelio en lengua aramea y, según la
tradición, predicó en Oriente.
San
Mateo es llamado por dos Evangelistas: Levi, ambos nombres son de
origen Judíos. El último lo obtuvo antes de su conversión, el otro lo
tomo después, para mostrar la renuncia a su profesión y que era un
hombre nuevo. Hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.
Fue por profesión un publicano, o colector de impuestos para los Romanos. Entre
los Judíos, estos publicanos fueron mas infames y odiosos porque esta
nación los miraba como enemigos de su privilegio de libertad natural que
Dios les había dado, y como personas manchadas por su conversación
frecuente y asociación con los paganos, y la esclavización sobre sus
compatriotas. Los Judíos los aborrecían universalmente, veían sus
propiedades o dinero como fortunas de ladrones , les prohibieron su
comunión y participación en su actividades religiosas, al igual que de
todos eventos de la sociedad cívica
y de comercio. Tertuliano esta ciertamente equivocado cuando afirma que
solo los gentiles fueron empleados en este oficio sórdido como San Jerónimo demuestra en varios pasajes de los evangelios. Y es cierto que San Mateo fue Judío, aunque un publicano.
Su
oficio dice haber consistido particularmente en acumular costumbres de
comodidades que vinieron por el Genesareth o Tiberias, y un peaje que
los pasajeros pagaban al venir por agua; San Marco dice que San Mateo
mantuvo su oficio de cobro de peaje alado del lago, donde el se sentaba.
Jesús, habiendo últimamente curado un paralítico famoso, salio de
Cafarnaúm, y camino sobre los bancos del lago o mar de Genesareth,
enseñando las personas que le seguían. Aquí el observó a Mateo que
realizaba su trabajo de cobro de peaje a quien el llamo a venir y a
seguirle. El hombre era rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, era un
hombre sabio y prudente, y entendía perfectamente lo que seguir a Jesús le costaría.
Pero el no tuvo miramientos y dejo todos sus intereses y relaciones
para hacerse un discipular del Señor. No sabemos si el ya estaba
relacionado con la persona o doctrina de nuestro Salvador, especialmente
como estaba cerca de Cafarnaúm, y su casa parece haber sido en la
ciudad, donde Cristo había vivido por algún tiempo, había predicado y
hechos muchos milagros, por lo cual el estaba en algún medido preparando
a recibir la impresión que el llamado de Jesús había hecho sobre el.
San
Jerónimo dice que un cierto aire de majestad brillaron en la
continencia de Nuestro Divino Redentor, y traspaso su alma y lo atrajo
fuertemente. Este apóstol, a la primera invitación, rompió todas
ataduras; dejo sus riquezas, su familia, su preocupaciones del mundo,
sus placeres, y su profesión. Su conversión fue sincera y perfecta.
San Mateo nunca regreso a su oficio porque era una profesión peligrosa,
y una ocasión de avaricia, opresión, y extorsión. San Mateo, al
convertirse, para mostrar que no estaba descontento con su cambio, pero
que lo miraba como su mas gran felicidad, entretuvo a Nuestro Señor y
sus discípulos en una gran comida en su casa a donde invito sus amigos,
especialmente los de su ultima profesión, como si esperaba que por medio
de la divina conversación de Nuestro Salvador, ellos también quizás
sean convertidos.
Después
de la ascensión de Nuestro Señor, San Mateo predicó por varios años en
Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Un poco antes de la dispersión escribió
su evangelio, o pequeña historia de Nuestro Bendito Redentor. Que la
compilo antes de su dispersión aparece no solo porque fue escrito antes
de los otros evangelios, sino también el Apóstol Bartolomé se llevo una copia con el a la India, y la dejo allí. San Mateo escribo su evangelio para satisfacer los conversos de Palestina. El
Evangelio de San Mateo desciende a un detalle mas particular y completo
en las acciones de Cristo que los otros tres, pero desde el Capitulo V
al XIV el frecuentemente
se distingue de los otros en la serie de su narrativos, ignorando el
orden del tiempo, para que esas instrucciones que tienen mas afinidad
una con la otra, estén relacionadas juntas. Este
evangelista mas bien enfoca sobre las lecciones de moralidad de Nuestro
Salvador, y describe su temporal o generación humana, en que las
promesas hechas a Abraham y David respecto al nacimiento del Mesías de
su semilla fueron realizados; tal argumento inducía de manera particular a los Judíos para que creyeran en el.
San Mateo, después de haber hecho una gran cosecha de almas en Judea, fue
a predicar la fe a las naciones barbaras e incivilizadas del Este. El
era una persona muy devota a la contemplación celestial y llevaba una
vida austera, usando una dieta muy rigurosa; pues no comía carne en vez satisfacía su apetito con hierbas, raíces, semillas. San Ambrosio dice que Dios le abrió el País de los Persas. Rufinus y Sócrates nos dicen que el llevo el evangelio a Etiopía, significando probablemente las partes Sur y Este de Asia. San Paulino menciona que el terminó su
curso en Parthia. Venantus Fortunatus relata que el sufrió el martirio
en Nudubaz, una ciudad en esas partes. Dorotheus dice que el fue
honorablemente enterrado en Hierapolis en Porthia. Sus reliquias fueron
traídas al Oeste, Papa Gregorio VII, en una carta al Obispo de Salerno
en 1080, testifica que fueron guardados en una iglesia que tenia el
nombre de la ciudad. Todavía están en este lugar.
Predicó entre los judíos por 15 años, incluyendo posiblemente a los judíos de Etiopía, Africa. Murió mártir.
21 de septiembre
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SAN MATEO, Apóstol y
Evangelista
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Jesús vio a un hombre sentado en el banco de los
impuestos, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme; y él,
levantándose, lo siguió.
(Mateo, 9, 9).
San Mateo, "Leví, el publicano", dejó, al llamarlo
Jesucristo, sus bienes reunidos percibiendo impuestos. Después de la
Ascensión, escribió primero su Evangelio a pedido de los hebreos
convertidos, fuese después a predicar a Egipto y de allí pasó a Etiopía,
donde resucitó a la hija del rey. La hija mayor del rey, Ifigenia, oyó
del Apóstol el elogio de la virginidad y se obligó con voto de perpetua
castidad ella y otras doscientas jóvenes.
Hirtaco, usurpador del reino, quiso casarse con ella, pero San Mateo la
animó a perseverar en su voto. El bárbaro
rey envió soldados que masacraron al santo Apóstol al pie del altar.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN MATEO
I. Nuestro Señor, viendo a San Mateo sentado en
el banco de los impuestos, lo llamó para hacerlo su discípulo. De
inmediato se levantó San Mateo y lo siguió. Jesucristo pasa, nos mira y
nos llama: rindámonos a la invitación de la gracia, cuando Jesús se haya
alejado, quien sabe si aun lo podamos encontrar...
Levantémonos prontamente, renunciemos al pecado con una voluntad firme
de no volver a caer en
él. Desde tanto tiempo nos llama Jesucristo, y siempre estamos en el
mismo estado, siempre tibios en su
servicio, siempre apegados a nuestros placeres.
II. San Mateo es uno de los cuatro Evangelistas; mas
no se contentó con escribir el admirable Evangelio que tenemos en
nuestras manos, quiso predicar a los etíopes lo que había escrito. Tú no
puedes escribir ni anunciar el Evangelio como hizo él, pero puedes y
debes obedecer al Evangelio tanto como él. Tienes fe: que tus actos
estén de acuerdo
con tu creencia. Hay que acordar nuestra vida con el Evangelio. (San Crisólogo)
III.
San Mateo fue mártir, se puede decir, de la hermosa virtud de la
castidad. Tu vida debe ser un martirio continuo. Es preciso que te
prives de tus placeres más dulces, que mueras incesantemente a ti mismo
por la mortificación de tus sentidos, de tus pasiones y de tu voluntad
propia. Esto es duro, lo confieso, pero el paraíso bien merece la pena
de que se
sufra algo. Es duro, sí, pero mucho más duro será para los réprobos oír
esta sentencia:
¡Id, malditos, al fuego eterno!
La fidelidad a la
vocación
Orad por la propagación de la fe.
ORACIÓN
Asistidnos, Señor, por los méritos de San Mateo, vuestro
Apóstol y Evangelista, a fin de que su intercesión nos procure los dones que no podemos
obtener por nosotros mismos. Por J. C. N. S. Amén.
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