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María de los Apóstoles (Teresa von Wüllenweber), Beata |
Cofundadora de la Congregación de las Heemanas del Divino Salvador
Martirologio
Romano: En Roma, beata María de los Apóstoles (María Teresa)
von Wüllenweber, virgen, alemana de origen, que, inflamada por el
ardor misionero, fundó el Instituto de las Hermanas del Divino
Salvador, en Tívoli, del Lacio (1907)
Teresa Wüllenweber nació en el
castillo de Myllendonk, Alemanía, el 19 de Febrero de
1833, siendo sus padres el Barón Thedoro Wüllenweber y la
Baronesa Elizabeth Lefort.
Cronología
1848 – 1850 2 años en el Internado
de la Benedictinas en Lieja (Bélgica)
1850 – 1857 7
años en Myllendonk (Alemania) Misiones parroquiales
1857 – 1863 6
años en la Congregación del Sagrado Corazón; votos temporales
1863
– 1868 En Myllendonk 3 semanas en convento de la
Visitación
1868 – 1871 Con las Hermanas de la Adoración
Perpetua; noviciado
1871 – 1876 Myllendonk; voto misionero privado; arrienda
Neuwerk
1876 – 1882 Instituto Santa Bárbara dirigido por ella;
compra Neuwerk
1882 Bajo la dirección del P. Jordán; sigue
en Neuwerk
Tras largos años de búsqueda, descubre que en
Alemania se necesitan nuevas fundaciones para enfrentar el Kulturkampf; lucha
contra la religión.
Alquila un convento en Neuwerk y comienza
una fundación de “hermanas Misioneras Alemanas”
Cuando oigo hablar sobre
las misiones Experimento en mi interior una verdadera urgencia Un amor y
un anhelo que De otro modo son desconocidos para mi…
La
gente del pueblo pensaba que el convento debía convertirse en
hospital.
Teresa pensaba que debía servir para todo uso bueno
De hecho lo primero que recibió fueron niñas
huérfanas y niños pobres.
El párroco escribió unos estatutos para
que todo funcionara.
Teresa insistía en normas conventuales.
Las jóvenes que llegaban
lo tomaban como algo de paso.
El alcalde quería que fuera
un hospital.
Empresarios querían que fuera para sus empleadas en dificultad.
O sea que todo el mundo metía la cuchara en
el asunto.
Desde Suiza, las Hijas del Divino Amor, hicieron un
contrato de colaboración, pero hubo de romperse
También estuvo en
negociaciones con el Verbo Divino (Arnold Janssen), misioneros, pero tampoco
llegó a cuajar.
Hemos despachado hasta aquí en pocas líneas
los 50 primeros años de vida de Teresa, aunque ella
veía que “el hecho de que sus esfuerzos fueran compensados
con un modesto resultado, era una prueba difícil y humillante,
que aceptaba como la voluntad de Dios”.
El 12 de
abril de 1882 leyó una nota en una revista con
el siguiente contenido: “Sociedad Apostólica Instructiva (SAI): fundada en Roma
por Juan Bautista Jordán con dos sacerdotes: Bernhard Lüthen y
Friedrich von Leonhardi. El propósito: extender, proclamar y fortalecer la
fe católica en todas partes del mundo en el espíritu
de los Apóstoles. Los miembros se dividen en tres grupos:
1.-
Sacerdotes y laicos: aquellos que lo dejan todo, según el
ejemplo de los apóstoles y se dedican exclusivamente al propósito
de la Sociedad.
2.- Hombres instruidos que, sin dejar su ocupación,
contribuyen a los esfuerzos científicos o literarios de la Sociedad;
3.-
Todos los que se esfuerzan por cumplir sus deberes en
el espíritu de la Sociedad”.
Jordán visitó a Teresa el 4
de julio: “Me dio la impresión de ser un humilde,
verdadero, celoso apóstol (se quedó tres días) mi primer y
único deseo es pertenecer a esta Sociedad siempre más estrechamente
hasta mi muerte. Amado Dios, ¡gracias a ti por siempre!”
A los pocos días escribió la siguiente poesía con la
melodía latina de “O Sanctissima”:
Oh santa, venerable única Sociedad! Apostólica, celosa
por las almas, noble Sociedad! Crece firmemente, multiplícate, difúndete por todas partes! abarca
y renueva el universo! Atrae hacia ti pastores de almas, atrae
maestros, educadores, mujeres consagradas -Oh, condúcelos y guíalos a todos ellos! Recristianiza
la patria; evangeliza a los infieles; protege a los niños huérfanos
- Oh, enséñales e instrúyelos a todos ellos! Motiva a los padres
a la fidelidad, a las madres, a la santa formación de
los hijos, a los administradores públicos a la honradez - llámales a
la santidad a todos ellos! Imparte la verdadera sabiduría a los
doctos; dale profundidad a las artes; consagra y transforma el mundo del
trabajo. Oh, hazlo... hazlo! Ilumina a tus propios líderes, enciéndeles el corazón y
el alma de modo que, realmente, no busquen sino sólo a
Jesús! Oh santa, venerable, única Sociedad! Apostólica, celosa por las almas, noble
Sociedad!
5 sep de 1882: “Por la presente prometo, con pleno conocimiento
de lo que estoy haciendo, obedecer al P. J. B.
Jordán, Fundador de la Sociedad Apostólica Instructiva, en todo lo
que es conforme a la ley y vivir en espíritu
de pobreza, como también de acuerdo a la santa castidad.
A través de este compromiso mío me propongo comprometerme con
el P. Juan Bautista Jordán provisionalmente por un año a
ser contado a partir de la fecha de hoy.”
Fundación Santa
Bárbara en Neuwerk. Radicalidad de Teresa:
“El día 6… ante notario,
di mi convento y las tres casas a la Primera
Orden, a los tres Fundadores”.
Y trabaja distribuyendo la revista
“Missionär” = El misionero, otras publicaciones, así como la Liga
Angélica con niños y vendiendo “piedras de construcción”, para recaudar
fondos.
En mayo del 83 Jordán visita Neuwerk, anima a las
Hermanas, y Teresa escribe “Hice votos perpetuos”.
En Neuwerk sigue
trabajando durante unos años hasta que Jordán la llama para
ir a Tívoli, cerca de Roma para comenzar con la
actual rama femenina de las Salvatorianas. Se desprende fácilmente de
la casona de Neuwerk y sale con ánimo para Roma
el 21 de noviembre de 1888.
A excepción de María, ninguna
de las Hermanas había estado lejos de su pueblo natal.
Les costó adaptarse y casi cada día había alguna que
estaba enferma.
“La congregación de las Hermanas será grande, si
está cimentada en la cruz, no desistan, el Señor ayuda”,
les escribió Jordán.
Llegadas a Roma con varias candidatas de Munich
que se incorporaron en el trayecto, se prepararon con unos
retiros para recibir el hábito el 8 de Diciembre, quedando
fundadas las salvatorianas. Teresa von Wüllenweber, cambió su nombre por
María de los Apóstoles. En total eran 5 Hermanas. Jordán
les invitó a ser santas.
El 25 de marzo del 89,
con dispensa especial, pudo hacer la madre María sus votos
perpetuos, por su preparación y porque estaba destinada a ser
madre superiora.
Escribe en su diario:
“Debo estar muy agradecida, porque mi
vida está completa con el fin de vivir enteramente una
nueva vida hasta la muerte para darme totalmente a la
Sociedad, venga lo que sea. Hacer todo de acuerdo al
espíritu del Fundador”
Durante los primeros meses no tuvieron grandes dificultades
económicas, pues el padre de María vendió los muebles de
Neuwerk y otras pertenencias y pudo seguir ayudando a su
hija.
En estos primeros momentos el P. Lüthen era el
confesor ordinario de las Hermanas, dándoles a la vez conferencias
sobre la santa regla y clases de italiano. Los padres
Otto y Thomas también ayudaron mucho.
A finales de 1890 podían
salir algunas Hermanas como misioneras para Assam, en la India,
a fin de acompañar a los padres que ya llevaban
allá unos meses.
María estaba contenta por ello, dado su espíritu
misionero.
El tiempo en Tívoli era dedicado especialmente a la
formación y al apostolado con los niños y los pobres.
Bastantes
Hermanas estuvieron enfermas y algunas murieron. La casa se llenó
con más de 50 candidatas. Era hora de pensar en
ir a fundar a Roma (lo cual estaba prohibido por
el momento).
En 1893 son enviadas 3 Hermanas muy jóvenes a
Ecuador.
La experiencia les dicta que deben prepararse mejor como maestras,
y se funda una institución para ello.
Entra el tifus,
terrible enfermedad, en la casa y mueren varias Hermanas jóvenes.
Varias tienen que salir de Tívoli para no contagiarse y
es el momento de ir a Roma, aunque no son
aceptadas de forma definitiva en la ciudad.
Se comenta de ella,
que en el trato con las jóvenes fue siempre amable,
y que la trataban como una compañera más que como
una superiora.
Aunque el guión de superioras de entonces exigía ser
duras, y exigir con frecuencia humillaciones, que probaran a las
candidatas, sin embargo supo disculparse cuando a alguna por esos
motivos se le salían las lágrimas.
“La superiora debe ser
como un saco cargado sobre un asno, que no le
importe si la suben o bajan, así debe ser una
superiora. Si le dan el cargo o se lo quitan,
debe ser lo mismo para ella”.
En 1894 se pueden establecer
de forma definitiva en Roma.
Además de las propias tareas de
formación, se dedican a dar catequesis en una parroquia cercana
y a atender a menesterosos en un centro cercano.
El
30 de mayo del 95 son enviadas las 3 primeras
Hermanas a Estados Unidos. Fueron creciendo tanto que era difícil encontrar
trabajo para todas en Roma.
Testamento de la Madre María:
“Espero confiadamente que
mis buenas hermanas orarán mucho por mi y continuarán trabajando con
santo celo por la propia santificación, deseosas de hacer al prójimo
el verdadero bien adheridas al espíritu del Fundador de la Sociedad del
Divino Salvador”. (antes de 1903)
Por ese entonces ya eran más
de 150 religiosas, y habían sido reconocidas oficialmente en Roma,
y M. de los Apóstoles escribe:
“Las cosas ahora han
cambiado, querida. Algunas veces llegan veinte cartas en un día
y necesitan respuesta. Puesto que nuestra Congregación ha crecido, también
debe crecer nuestro espíritu de sacrificio y un verdadero amor
interior debe unirnos estrechamente, de modo que ni la desconfianza
ni el resentimiento se arraiguen entre nosotras”.
En diciembre de 1905,
a pesar de su edad y sus achaques fue reelegida
como Superiora General por unanimidad, queriendo mostrar así el amor
hacia ella y la unidad congregacional.
El 25 de diciembre
de 1907, fiesta de Navidad, muere rodeada de Hermanas y
de Salvatorianos en gran paz.
Como resumen de la vida de
María de los Apostoles podemos decir que:
Buscó siempre la voluntad
de Dios, No se desanimó en tiempos de oscuridad y de
cruz. Amó mucho a la Iglesia y a la
gente sencilla. Fue una intrépida misionera junto con Jordán,
No pudo
salir a países lejanos a misionar, pero envió a jóvenes
religiosas a hacerlo, y comprendió que la misión está cerca
de casa y lejos de la misma.
Su carácter fue
sencillo y afable, su conversación amigable y espontánea, su forma
de vida –aún siendo baronesa- sencilla, pobre y abnegada. Su
entrega: radical, constante y perseverante.
Fue beatificada el 13 de
octubre de 1968 y su fiesta se celebra el 5
de Septiembre
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