viernes, 4 de mayo de 2012

Gregorio I el Iluminador


Gregorio el Iluminador
Stgregoryilluminator.jpg
Nacimiento 257
Fallecimiento 330
Venerado en Iglesia Católica
Iglesia Apostólica Armenia
Iglesia Ortodoxa
Antiguas iglesias orientales
Iglesias orientales católicas
Festividad 30 de septiembre
Patronazgo Armenia
Bautismo de Tiridates III por san Gregorio el Iluminador.
El monasterio Khor Virap se construyó en el siglo XII, en el sitio de la prisión de San Gregorio. Atrás se ve el monte Ararat, en el cual —según los armenios— se posó la mítica arca de Noé

San Gregorio el Iluminador (257-330) fue el fundador y santo patrón de la Iglesia Apostólica Armenia, llamado el segundo Iluminador de Armenia, tras los apóstoles Judas Tadeo y Bartolomé.
En armenio, su nombre es Գրիգոր Լուսաւորիչ, Grigor Lusavorich, y en griego: Γρηγόριος Φωστήρ o Φωτιστής, Gregorios Phoster o Photistes.

Orígenes familiares

Pertenecía a la línea real de la Dinastía arsácida, siendo el hijo de un parto de nombre Anak, que asesinó a Chosrov I rey de Armenia, y por lo tanto, trajo la ruina sobre sí mismo y su familia. Su madre se llamaba Okohe, y sus hagiógrafos armenios afirman que la primera influencia cristiana que recibió fue en el momento de su concepción, que tuvo lugar cerca del monumento elevado a la memoria del santo apóstol Tadeo.
Educado en Cesarea de Capadocia por un cristiano noble llamado Euthalius, Gregorio solicitó, al llegar a la mayoría de edad, ser el encargado de evangelizar en la doctrina cristiana su tierra natal. A los 22 años se casó con una cristiana de nombre Mariam, de cuyo matrimonio nacen dos hijos, Vartanés y Aristakés. Tras siete años de enlace, interrumpen su vida matrimonial de común acuerdo, siguiendo las enseñanzas de san Pablo. Gregorio se va de Cesarea y Mariam se retira a un convento, para llevar una vida retirada, pero sin ser religiosa.

Evangelizador de Armenia

En ese momento reina Tiridates III, hijo del rey Chosroes. Influido en parte por el hecho de que Gregorio era el hijo del enemigo de su padre, capturó a Gregorio y le sometió a un cruel encarcelamiento de catorce años en un agujero en la llanura del Ararat. En ese mismo lugar se levanta hoy en día la iglesia de Khor Virap, cerca de la histórica ciudad de Artashat.
Las crónicas ortodoxas describen numerosas y variadas formas de tortura sufridas por el santo, hasta llegar a ser juzgado y condenado a muerte en doce ocasiones, penas a las que sobrevivió, ayudado, según la tradición, por una mujer creyente que le llevaba cada día un trozo de pan.
Tirídates cayó en profunda tristeza, rozando con la locura y durante un día de caza, comienza una vida errante en el bosque, padeciendo un síndrome similar a la licantropía, ante el que nadie podía acercársele ni llevarlo al palacio. La hermana del rey tiene, según la leyenda, una visión, en la cual Dios le revela que solamente Gregorio, que está en la mazmorra de Artashat, puede curar a su hermano. Gregorio fue requerido para restaurar la razón del rey, en base a su reconocida santidad. Una vez en la corte, predica la religión cristiana y hace oración a Dios para curar al rey Tirídates. Cuando éste sana, pide el bautismo y en 301, Armenia se convirtió en el primer país que adoptó el cristianismo como religión del estado.

Éxito

La causa del cristianismo parecía garantizada: el Rey, los príncipes y el pueblo compitieron entre sí en la obediencia a Gregorio. Como resultado, se establecieron numerosos monasterios, iglesias y escuelas. En 302, Gregorio recibió su consagración como Patriarca de Armenia de parte de Leontius de Cesarea. En 318 Gregorio nombró a su hijo Aristaces como su sucesor.
Hacia el año 331 se retiró a una cueva y vivió como un ermitaño en el monte Sebuh, en la provincia de Daranalia en la Alta Armenia, y allí falleció pocos años después sin que nadie le acompañase. Cuando se descubrió que había muerto, su cadáver fue trasladado a la aldea de Thodanum (o Tharotan). El cadáver del santo fue destrozado y sus restos fueron repartidos por varios países a modo de reliquias. Se cree que su cabeza se encuentra en Italia, su mano derecha en Echmiadzin (Armenia), y su izquierda en la Santa Sede de Cilicia, en Antelias (Líbano).
A su muerte la Iglesia armenia se convirtió en extremadamente rica, pues además de los antiguos templos que el rey había confiscado para los cristianos, se le otorgaron grandes extensiones de tierra. La iglesia se convirtió en la dueña de aproximadamente 10 000 explotaciones ganaderas, que fueron utilizadas igual por el clero que por los príncipes. Era tal la importancia económica de la institución que durante las épocas de guerras la iglesia estaba obligada a ayudar al rey con soldados e impuestos. Se sabe que la iglesia, en un caso de necesidad, se vio obligada a proporcionar al rey 5000 caballeros y 4000 soldados de infantería.

Obra literaria

Se atribuyen a Gregorio una serie de homilías, posiblemente espúreas, varias oraciones, y una treintena de los cánones de la Iglesia armenia. Las homilías aparecieron publicadas por primera vez en una obra llamada Haschacnapadum en Constantinopla en 1737.
Un siglo después, fue publicada una traducción al griego en Venecia y desde entonces se han editado también en alemán por J.M. Schmid (Ratisbona, 1872).

Fuentes

La fuente más autorizada de la vida de Gregorio es Agathangelos, secretario del rey, cuya Historia de Tiridates fue publicado por el Mekhitarists en 1835. También aparece ampliamente en la Historiae Armenicae de Moisés de Chorene y en la obra de Simeon Metaphrastes. en 1749 se publicó en Venecia una biografía de Gregorio compuesta por el Vartabed Mateo, publicado en armenio, que fue traducida al inglés por el reverendo S.C. Malan en 1868.

Bibliografía

  • vehi.net Agathángelos: Historia de san Gregorio el Iluminador, y la conversión de Armenia al cristianismo).

Véase también

Enlaces externos


Predecesor:
Merozanes
Obispo de Sofene y Echmiadzin
288325
Sucesor:
Aristakes I




San Gregorio el Iluminador

Nació en 257? y murió en 337?, de sobrenombre el Iluminador (Lusavorich). Gregorio el Iluminador es el apóstol, santo nacional y patrón de Armenia. No fue el primero en introducir el cristianismo en ese país; los armenios sostienen que la fe fue predicada allí por los Apóstoles San Bartolomé y San Judas Tadeo. Tadeo especialmente (el héroe de la historia del rey Abgar de Edesa y el retrato de Cristo) ha sido aceptado por los armenios con toda su historia. Abgar, en su versión, llega a ser rey de Armenia, así su país es el primero de todos en convertirse en cristiano. Es cierto que hubo cristianos, incluso obispos, en Armenia antes de San Gregorio. Las provincias sureñas habían sido evangelizadas desde Siria, desde Edesa y Nisibis especialmente, lo que explica la adopción armenia de la historia de Edesa. Un cierto Meruzanes era obispo de Alejandría cuando Dionisio de Alejandría (248-265) les escribió una carta “sobre la penitencia” ( Eusebio "Hist. Ecl.", VI.46).
Los persas destruyeron esta primera iglesia. Ardacher I, el fundador de la dinastía sasánida (226), restauró y extendió el antiguo poder de Persia. Armenia, siempre el estado fronterizo expuesto entre Roma y Persia, fue invadida por el ejército de Ardacher (Kosrov I de Armenia se había alineado con la antigua dinastía de los arsácidas); y se aplicó al reino sometido el principio de uniformidad de la religión mazdeana que los sasánidas habían convertido en un punto fundamental de su política. Un parto llamado Anak asesinó a Kosrov I por orden de Ardacher, que intentaba exterminar a toda la familia real armenia. Pero un hijo de Kosrov, Trdat (Tiridates) escapó, fue entrenado en el ejército romano y eventualmente regresó para expulsar a los persas y restaurar el reino de Armenia.
San Gregorio jugó una parte importante en esta restauración. Había sido criado como cristiano en Cesarea de Capadocia y parece que pertenecía a una ilustre familia armenia. Estaba casado y tenía dos hijos (llamados Aristakes y Bardanes en el texto griego de Moisés de Corene; vea abajo). Gregorio, después de haber sido perseguido por el rey Trdat, que al principio defendía la antigua religión armenia, eventualmente lo convirtió, y junto con él extendió la fe cristiana a todo su reino. Trdat se volvió tan cristiano que hizo del cristianismo la fe nacional; parece que la nobleza siguió su ejemplo fácilmente, y luego el pueblo también le siguió ---o fue inducido a seguirlo. Esto ocurría cuando Diocleciano era emperador (284-305), de manera que Armenia tiene el derecho a reclamar que fue el primer estado cristiano. Los templos fueron convertidos en iglesias y la gente fue bautizada por miles. Los restos del antiguo paganismo fueron erradicados de tal manera que no sabemos prácticamente nada sobre la religión armenia original (en cuanto distinta al mazdeísmo), excepto los nombres de algunos dioses cuyos templos fueron destruidos o convertidos (el templo principal en Ashtishat estaba dedicado a Vahagn, Anahit y Astil; Vanatur era adorado en el norte, alrededor del Monte Aararat, etc.).
Mientras tanto, Gregorio había vuelto a Cesarea para ser ordenado. Leoncio de Cesarea le consagró obispo de los armenios; desde entonces hasta el cisma monofisita la iglesia de Armenia dependió de Cesarea y los primados armenios (llamados Catholicos y sólo mucho más tarde [[patriarca y patriarcado | patriarcas) iban allí para ser ordenados. Gregorio colocó otros obispos por el territorio y fijó su residencia en Ashtishat (en la provincia de Taron), donde el templo se había convertido en la Iglesia de Cristo “madre de todas las iglesias armenias”. Predicaba en el idioma nacional y lo usó para la liturgia, lo que también contribuyó a dar a la iglesia armenia ese carácter nacional marcado que aún tiene, más quizás que ninguna otra en la cristiandad. Hacia final de su vida se retiró y le sucedió como Catholicos su hijo Aristakes, que estuvo presente en el Primer Concilio General (325). Gregorio murió y fue enterrado en Trotan. Se construyó un monasterio cerca de su tumba y sus reliquias fueron llevadas luego a Constantinopla, pero aparentemente devueltas más tarde a Armenia. Se dice que parte de esas reliquias se llevaron a Nápoles durante los problemas de la iconoclasia.
Esto es lo que se puede decir con certeza del apóstol de Armenia; aunque una famosa biografía escrita por Agantángelo (vea abajo) embellece la narrativa con historias maravillosas que no se pueden tomar muy en serio. De acuerdo con esa biografía, era el hijo del parto Anak que había asesinado al rey Khosrov I. Cuando Anak trató de escapar se ahogó en el Araxes con toda su familia excepto dos hijos, de los cuales uno se fue a Persia y el otro (Gregorio) fue llevado por su niñera cristiana a Cesarea y bautizado con el nombre de Gregorio, de acuerdo con lo que se le había dicho en una visión. Poco después de su matrimonio Gregorio se separó de su esposa (que se hizo monja) y volvió a Armenia. Allí rehusó tomar parte en un gran sacrificio a los dioses nacionales ordenado por el rey Trdat y se declaró cristiano. Fue torturado de muchas horribles maneras y más aún cuando el rey descubrió que era hijo del asesino de su padre. Después de haber sido sometido a una variedad de torturas (fue azotado y metieron su cabeza en un saco de cenizas, arrojaron plomo fundido sobre él, etc.) fue arrojado en un calabozo lleno de cadáveres, porquería venenosa y serpientes, en el que estuvo 15 años, alimentado con pan que una viuda piadosa le traía diariamente.
Mientras, Trdat iba de mal en peor. Una santa virgen llamada Rhipsime, que no cedió a las insinuaciones del rey y fue martirizada juega un papel importante en esta historia. Eventualmente, como castigo por su maldad, el rey es convertido en jabalí y es poseído por el demonio. Una visión les revela a las hermana del rey que nada puede salvarle sino las oraciones de Gregorio. Al principio nadie hace caso de esta revelación puesto que creen que Gregorio ha muerto hace tiempo; pero por fin lo buscan y encuentran en el calabozo. Sale, exorciza al espíritu malvado, restaura al rey y entonces comienza su predicación. Aquí se pone en boca del santo un largo discurso, ---tan largo que toma casi la mitad de su vida--- que es simplemente un compendio de lo que la iglesia armenia creía cuando fue escrito (siglo V). Comienza con un relato de la historia bíblica y sigue con la teología dogmática. Refuta el arrianismo, el nestorianismo y otras herejías hasta el monofisismo. El discurso lleva el sello de la segunda mitad del siglo V tan claramente que, aun sin el hecho de que autores tempranos que citan a Agatángelo (Moisés de Corene, etc.) no lo conocen, nadie dudaría de que es una composición de un teólogo armenio de ese tiempo y que se ha injertado en la biografía llena de maravillas. Sin embargo, esta "Confesión de Gregorio el Iluminador" fue aceptada como auténtica y utilizada como una especie de credo oficial de la iglesia Armenia durante los siglos siguientes. Incluso ahora son sólo los teólogos más liberales los que disputan su autenticidad.
La biografía continúa contando que Gregorio ayunó durante 70 días después de haber sido sacado del calabozo, de la conversión y de su viaje por todo el país con la ayuda del ejército para someter al paganismo. Los falsos dioses lucharon contra el ejército como hombres o como diablos, pero siempre eran derrotados por las armas de Trdat y las oraciones de Gregorio y eventualmente fueron forzados a retroceder hasta el Cáucaso. La historia de la ordenación del santo y el establecimiento de la jerarquía se cuenta con la misma imaginación, como el bautismo de 4 millones de personas en 7 días. Ordenó y envió a doce obispos apostólicos, e hijos de sacerdotes paganos. Con el tiempo llegó a regir una iglesia de 400 obispos y sacerdotes incontables. Cuando él y Trdat oyeron sobre la conversión de Constantino enviaron un ejército de 70.000 hombres para felicitarle. Constantino que acababa de ser bautizado en Roma por el Papa San Silvestre I selló una alianza con Trdat; el Papa recibió cálidamente a Gregorio (hay un cierto número de cartas entre ellos que son falsas; ver abajo), y así sucesivamente.
No sería difícil encontrar los modelos para todas estas historias. Gregorio en el calabozo actúa como Daniel en el foso de los Leones. Trdat como un jabalí es Nabucodonosor; las batallas del ejército del rey contra los paganos y sus dioses tienen obvios precedentes en el Antiguo Testamento. Gregorio es ahora Elías, Isaías o San Juan el Bautista y hasta cuando envía a sus doce obispos apostólicos sugiere un modelo aún más alto. El escritor de la biografía se llama a sí mismo Agatángelo, chambelán o secretario del rey Trdat. Fue compuesta en armenio a partir de varias fuentes después del año 456 (ver Gutschmid, abajo), aunque las fuentes pudieron haber estado en parte en griego o siríaco (cf. Lagarde). Pronto fue traducida al griego y usada por Simeón Metafrastes y más tarde traducida al latín en el siglo X. Durante la Edad Media esta vida fue la fuente invariable de la historia del santo. Los armenios (monofisitas y uniatos) guardan la fiesta el 30 de septiembre, fecha en que se depositaron sus reliquias en Tortan. Tienen muchas otras fiestas para conmemorar su nacimiento (5 de agosto), sufrimientos (4 de febrero), abandono en el foso (28 de febrero), salida del calabozo (19 de octubre), etc. (Niles "Kalendarium Manuale", 2ª ed., Innsbruck 1897, II, 577). La Iglesia Bizantina celebra su fiesta (Gregorios ho phoster) el 30 de septiembre, así como los sirios ( Nilles, I, 290-292). En septiembre de 1837 el Papa Gregorio XVI admitió su sobrenombre en el calendario romano y designó el 1 de octubre como su fiesta (entre las festa pro aliquibus locis).

Bibliografía: AGATHANGELOS La Vida de S. Gregorio fue publicada en armenio por los MEQUITARISTAS en Venecia en 1835 (reimpresa en Tiflis, en 1882); traducida al francés e italiano (Venecia, 1843). El texto griego fue editado por STILTING en las Acta SS., Sept. VIII, 320 ss; y de nuevo por LAGARDE, Agathangelos en Alhandl. der Gottinger Gesellschaft (1889). Ver también GUTSCHMID, Agathangelos en Zeitschrift der Deutschen, Morgenland. Geselischaft (1877), I. MOSES OF KHORNI (MOYSES CHORENVENNIS) en su historia de Armenia (III libros, VII o VIII cent., ed por los Mequitaristas, Venecia, 1843; en francés por LE VAILLANT DE FLORIVAL, Paris, 1847; italiano por TOMMASEO, Venecia 1850) usa a Agathangelos. Ver GUTSCHMID, Moisés de Corene en su Kleine Schriften, III, 332 ss.; y CARRIERE, Nouvelles sources de Moise de Khoren (Vienna, 1893). FAUSTUS de Bizancio (siglo V) narra la historia de la conversión de Armenia (Aremnian tr., Venecia, 1832); francés por LANGLOIS, Collection des historiens anciens et modernes de l'Armenic (2 vols., París, 1867, 1869). I; alemán por LAUER (Colonia, 1879). GELZER, Die Anfange der armenischen Kirche en Sitzungsberichte der Gottinger Gesellschaft 91895), 109 ss. THUMAIAN, Agathangelos et la doctrine de l'Eglise armenienne au V siècle (Lausanne, 1879). Las llamadas Cartas entre el papa Silvestre y San Gregorio están impresas en AZARIAN, Ecclesiae armeniae traditio de romani pontificis primatau (Roma, 1870).


San Gregorio el Iluminador, eremita y obispo
fecha: 30 de septiembre
n.: c. 240 - †: c. 326 - país: Armenia
otras formas del nombre: Grigor
canonización: pre-congregación
En Armenia, san Gregorio, llamado el «Iluminador», obispo, que después de sobrellevar muchos trabajos se retiró a una cueva cercana a la confluencia de unos ramales del Éufrates, y allí descansó en paz, luego de ganar fama como apóstol de los armenios.
patronazgo: patrono de la Iglesia armenia.

Probablemente los primeros que predicaron la fe cristiana en Armenia, durante el segundo y el tercer siglo de nuestra era, fueron los misioneros llegados de Siria y de Persia, pero las creencias y tradiciones locales en relación con las primeras evangelizaciones, son distintas y contradictorias. Las fabulosas leyendas dicen que los primeros evangelizadores fueron los apóstoles san Bartolomé y san Judas Tadeo y, en relación con este último santo, le adjudicaron la historia del rey Abgar el Negro y su parecido con Nuestro Señor Jesucristo, asunto éste que, en realidad pertenece a san Addai, que vivió en Edessa. Sin embargo, los armenios veneran también a san Gregorio de Ashtishat como al apóstol que llevó la luz del Evangelio a su país, por lo que le llaman el «Iluminado» o «Iluminador», y le tienen como al patrono principal. Gregorio vino al mundo en Armenia durante el siglo tercero, en la época en que el país había sido invadido por los persas. Sus orígenes y hasta su nacionalidad son inciertos. De acuerdo con las tradiciones armenias, poco dignas de crédito, era hijo de aquel famoso Anak, el parto que asesinó al rey Khosrov I de Armenia. Este monarca, antes de morir, pidió a sus súbditos que le vengaran por medio del exterminio de la familia de Anak y sólo escapó de la matanza el recién nacido Gregorio, al que secuestró un mercader de Valarshapat y lo llevó a Cesárea, en la Capadocia. Se sabe con certeza que ahí fue bautizado y, a su debido tiempo, se casó y tuvo dos hijos, Aristakes y Vardanes (santos, en las tradiciones armenias).
Tiridates, uno de los hijos del asesinado rey Khosrov, quien había vivido exilado en diversas partes del imperio romano, logró reunir un ejército, al frente del cual regresó a Armenia y reconquistó el trono de su padre. A Gregorio se le dio un palacio para que viviese en la corte de Tiridates (algo muy singular por cierto, si es que Gregorio era el hijo del asesino del rey), pero no pasó mucho tiempo sin que cayese en desgracia a causa de sus actividades en favor de los cristianos y por el celo que ponía en la conversión de almas. No tardó en estallar la persecución activa contra éstos y, en el curso de la misma, uno de los que más sufrió fue Gregorio. Pero, a fin de cuentas, triunfó puesto que consiguió convertir y bautizar al propio Tiridates (también al rey se le venera como a un santo) y, mientras los cristianos del imperio morían por centenares durante la persecución de Diocleciano, en Armenia se proclamaba al cristianismo como la religión oficial, y por eso se dice que el país fue (superficialmente) el primer estado cristiano en la historia del mundo.
Gregorio se trasladó a Cesárea donde fue consagrado obispo por el metropolitano Leoncio. Estableció su sede en Ashtishat y, con la asistencia de los misioneros sirios y griegos, organizó su Iglesia, instruyó a los nuevos convertidos y conquistó a otros muchos. Con el propósito de contar con un mayor número de sacerdotes, reunió a un grupo de jóvenes y, personalmente, los instruyó en las Sagradas Escrituras, en la moral cristiana y en las lenguas griega y siria. Pero el episcopado fue hereditario y, un siglo después, el obispo primado de Armenia era un descendiente directo de Gregorio. «Sin detenerse ni retroceder, nuestro 'Iluminador' llevó el nombre vivificador de Jesús de un extremo al otro de la tierra, en todas las estaciones y los climas, sin temor a las fatigas y siempre diligente en el cumplimiento de los deberes de un evangelizador, en lucha contra los adversarios, en ardientes prédicas ante los caudillos y los nobles, para iluminar todas las almas que, tras su renacimiento en el bautismo, se convertían en hijas de Dios. Para que resplandeciera la gloria de Jesucristo, rescataba a los prisioneros y cautivos y también a aquellos que vivían oprimidos por los tiranos, deshacía o enmendaba los contratos injustos, tan sólo con su palabra consolaba a muchos de los que sufrían o de los que vivían bajo el temor, al infundirles la esperanza en la gloria de Dios y plantarles en el alma la simiente de la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, a fin de que llegasen a ser enteramente felices».
Gregorio envió a su hijo, san Aristakes, como representante suyo en el primer Concilio ecuménico de Nicea y, se afirma que cuando el obispo leyó el acta de aquella asamblea, exclamó: «En cuanto a nosotros, alabamos a Dios que fue antes de todos los tiempos y adoramos a la Santísima Trinidad y al solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y por todos los siglos». Esas son las palabras que, las haya dicho o no san Gregorio en aquellos momentos, repite el celebrante en la liturgia eucarística armenia, cuando el diácono ha recitado el anatema conciliar, después del Credo. Al poco tiempo, Gregorio consagró a Aristakes para que le sucediera en la sede episcopal y él se retiró a una ermita del Monte Manyea, en la provincia de Taron. Ahí le encontró muerto un pastor al año siguiente. Sus restos fueron sepultados en Thortan.
Los datos que hemos dado son muy inciertos, pero si escasean las auténticas informaciones, abundan en cambio las leyendas. Estas sirvieron de base para el relato que escribió un tal Agatángelo, quien asegura que fue el secretario del rey Tiridates. Esa obra no fue escrita antes de que hubiese transcurrido la mitad del siglo quinto. De acuerdo con ese escrito, Gregorio tuvo un primer conflicto con Tiridates, por haberse rehusado a colgar una guirnalda de flores al cuello de la imagen de la diosa Anahit en su templo de Ashtishat. El rey hizo cuanto estuvo de su parte para convencerlo a obedecer, pero al ver que las palabras eran inútiles, sometió a Gregorio a doce tormentos distintos, crueles algunos, ingenuos los otros, pero todos diferentes a los que practicaban los romanos para martirizar a los cristianos. Después, Gregorio fue arrojado a un foso nauseabundo, donde se le dejó olvidado durante quince años entre cadáveres putrefactos, basura y animales inmundos. Gracias a los buenos servicios de una viuda que a diario se acercaba al foso para dar de comer al desdichado, pudo mantenerse con vida. Tras el martirio de santa Rípsima, el rey Tiridates se transformó en un oso y vivió en los bosques, con los de su especie. Pero la hermana del rey tuvo una visión en la que le fue revelado que únicamente las plegarias de san Gregorio podrían devolver al monarca su forma natural. Entonces fue una comitiva de cortesanos hasta el foso pestilente para sacar a Gregorio de entre las inmundicias; el santo se puso en oración y, en seguida, reapareció el rey, en persona, lleno de contrición y de gratitud, pidiendo el bautismo para él y toda su familia. Gregorio pasó una temporada en la corte, tratado como el propio rey, y luego se retiró a las soledades de Valarshapat, en las estribaciones del Monte Ararat, donde se entregó al ayuno y la oración. Al cabo de setenta días, se le apareció Nuestro Señor Jesucristo y le dijo que en aquel lugar debía edificarse la gran iglesia catedral de Armenia. Gregorio se apresuró a cumplir con las órdenes celestiales y en poco tiempo se construyó una gran iglesia que se llamó Etshmiadzin, que significa «el Único Esperado descendió». Es muy posible que la historia de la aparición haya sido inventada para reforzar la solicitud de que la Iglesia de Armenia fuese independiente de la Iglesia de Cesárea. Cada uno de estos maravillosos sucesos: los doce tormentos, los quince años en el foso, la liberación del foso y la visión, son conmemorados por los armenios con una fiesta particular, aparte de las otras festividades en honor de san Gregorio. En algunas partes, como en Grecia, se le venera, equivocadamente, como a un mártir. Los emigrantes armenios introdujeron la devoción a san Gregorio en el sur de Italia, y aún hay una iglesia en Nápoles que asegura poseer algunas reliquias del santo que, sin embargo, se conservan íntegras en la catedral de Armenia. A san Gregorio se le menciona en el canon de la misa armenia.
En el caso de los santos armenios y georgianos, los que no conocemos las lenguas orientales, tenemos que contentarnos con fuentes de información de segunda mano. Incluso los bolandistas, en el siglo dieciocho (Acta Sanctorum, sept. vol. VIII), tuvieron que arreglárselas con las versiones griegas o los resúmenes incluidos en el Metafrasto de las fabulosas narraciones armenias, atribuidas a Agatángelo. Los originales armenios no existen ya, pero hay una versión muy antigua en árabe, que data del período inmediatamente posterior al pseudo Agatángelo. Esta versión se encuentra en una carta (c. 714) de Gorge, un obispo árabe, dirigida al sacerdote Josué. Véase a von Ryssel, en Ein Brief Georgs an den Presb. Joshua (1883); A. von Gutschmid, en Kleine Schriften, vol. III (1892), pp. 339-420; a Gelzer, en el Berichte del Sachsischen Gesellschaft, 1895, pp. 109-174; a P. Peeters en la Analecta Bollandiana, vol. XXVI (1907), pp. 117-120 y vol. I (1932), pp. 3-58; a G. Garitte, en Documents pour l´étude du livre d´Agathange, en Studi e testi, No. CXXVII (1946), donde se incluye un texto inédito en griego sobre los escritos de Agatángelo, del que se deriva el texto árabe.

 
DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
AL DEDICAR UN PATIO DE LA BASÍLICA VATICANA
A SAN GREGORIO EL ILUMINADOR


Viernes 22 de febrero de 2008

Queridos hermanos y hermanas: 
Dirijo mi cordial saludo a todos los presentes. En primer lugar, saludo al cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro, y al cardenal Giovanni Lajolo, presidente de la Gobernación. Saludo, asimismo, al patriarca Nerses Bedros XIX, a quien agradezco las amables palabras con las que ha interpretado los sentimientos comunes. Extiendo mi saludo a los arzobispos, obispos y personalidades religiosas de toda la Iglesia armenia católica. Saludo, además, a las personalidades políticas, a las delegaciones y a cuantos han querido participar en esta significativa ceremonia, durante la cual bendeciré la placa toponomástica de este patio. Aprovecho de buen grado la ocasión para abrazar con amor fraterno a la Iglesia apostólica armenia, así como a la nación armenia y a todos los armenios esparcidos por el mundo.
Esta es sin duda una circunstancia providencial, que nos brinda la oportunidad de encontrarnos aquí, junto a la tumba del apóstol san Pedro, para recordar a otro gran santo, al que en este momento se dedica el así llamado cortilone. Me complace recordar que mi venerado predecesor Juan Pablo II, pocos meses antes de su muerte, bendijo la estatua de san Gregorio el Iluminador, colocada precisamente aquí. Este gran santo, hace más de diecisiete siglos, hizo de los armenios un pueblo cristiano, más aún, el primer pueblo que fue oficialmente cristiano. La conversión de los armenios fue un acontecimiento que marcó de modo profundo la identidad armenia, no sólo a nivel personal, sino también nacional.
El término "Iluminador", con el que se denomina a este santo, tan apreciado por vosotros, pone de relieve la doble función que san Gregorio tuvo en la historia de la conversión armenia. En efecto, "iluminación" es un término que se usa en el lenguaje cristiano para indicar el paso de las tinieblas a la luz de Cristo. Y, en verdad, Cristo es el gran iluminador que irradia su luz sobre toda la existencia de quien lo acoge y lo sigue fielmente.
Ahora bien, san Gregorio fue llamado el iluminador precisamente porque en él se reflejaba de modo extraordinario el rostro del Salvador. La palabra "iluminación" reviste también un ulterior significado en la acepción armenia; indica la luz que deriva de la difusión de la cultura a través de la enseñanza. Y esto nos hace pensar inmediatamente en los monjes maestros que, siguiendo los pasos de san Gregorio, continuaron su predicación, propagando de ese modo la luz de la verdad evangélica, que revela al hombre la verdad de su mismo ser y desarrolla sus ricas potencialidades culturales y espirituales.
Queridos hermanos y hermanas, gracias una vez más por haber participado en este encuentro. Al inaugurar el "Patio de san Gregorio el Iluminador", oremos para que el pueblo armenio, por intercesión de este ilustre y benemérito hijo suyo, siga caminando por las sendas de la fe, dejándose guiar, como ha hecho a lo largo de los siglos, por Cristo y por su Evangelio, que ha marcado de modo indeleble su cultura. Con este deseo, que encomiendo a la intercesión de la Virgen María, imparto a todos mi bendición.

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