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Beato de Lungern, Santo |
San Beato es el primer apóstol de Suiza. Aunque galo
de nacimiento, fue enviado por San Pedro a ese pais
en los primeros tiempos de la era cristiana, luego de
ser ordenado sacerdote, para difundir el Evangelio. En la ciudad
de Vindonissa, su predica fue de tal manera escuchada, que
los habitantes destruyeron los templos paganos.
Beato vio al demonio en
una ocasión, cuando se encontraba escuchando a uno de sus
discípulos predicando en una iglesia. El maligno estaba debajo de
un pulpito anotando en una piel de cordero los nombres
de los que dormian durante el sermon. Estaba furioso porque
la piel era demasiado pequeña y no cabían todos. Por
eso, tiró de la piel hasta romperla con un movimiento
tan brusco que su cabeza chocó contra la parte inferior
del púlpito. Con el estruendo despertaron todos los que estaban
durmiendo y como todo esto sucedió antes que terminara la
Misa, pudieron escapar sanos y salvos de su poder.
Ya anciano,
Beato decidió convertirse en ermitaño. Buscando un lugar donde terminar
sus dias, llegó a la orilla del lago de Thun.
Los habitantes del lugar le mostraron una gran cueva donde
habitaba un dragón. Beato, sin mostrar miedo, enfrentó a la
bestia que se arrojó contra él, despidiendo fuego y azufre.
Sólo hizo la señal de la Cruz y destruyó al
monstruo ante la mirada atónita de una multitud. Fue en
esa cueva donde este santo pasó el resto de su
vida. Murió a los noventa años y su sepulcro es
lugar de peregrinación, ya que allí ocurren numerosos milagros, en
especial la curación de enfermedades terminales.
Es protector especial de los
enfermos de cáncer.
Su fiesta se celebra el 9 de mayo.
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