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María de Cervellón, Beata |
Religiosa Mercedaria
La primera religiosa mercedaria, nació en Barcelona, en la
calle de Moncada, el 1 de diciembre de 1230.
Fue
bautizada el 8 del mismo mes, en el sarcófago antiguo
de la mártir barcelonesa Santa Eulalia, que servía de pila
bautismal en la parroquia de Santa María del Mar.
La
joven María, inmersa en el clima de caridad creado en
su ciudad natal por los frailes redentores de cautivos, se
sintió atraída por el empeño liberador, y se convirtió en
el consuelo de los pobres, de los enfermos y de
los cautivos, en el Hospital de Santa Eulalia. Allí conoció
a las grandes primeras figuras de la Orden Mercedaria agrupados
en torno a fray Pedro Nolasco.
Pidió, decidida, el hábito blanco
de la Merced, y el 25 de mayo de 1265,
emitió su profesión religiosa como hermana de la Orden de
la Merced, prometiendo trabajar por la redención de cautivos. Con
ella formaron comunidad las jóvenes sor Eulalia Pinós, sor Isabel
Berti y sor María de Requesens, a las que muy
pronto se agregó sor Colagia.
A Santa María de Cervelló también
se le denomina Socós o Socorro. Esto se debe a
los relatos que dicen que fue vista, en vida y
después de muerta, ir sobre las alas del viento en
ayuda de las naves de la redención combatidas por el
mar embravecido.
Murió el 19 de septiembre de 1290. Sus
restos mortales fueron sepultados en la iglesia de los frailes
mercedarios de Barcelona, hoy Basílica de la Merced. En
un altar, el primero de la derecha, reposa su cuerpo,
que se conserva incorrupto. Desde el siglo XIII fue tenida
como santa.
Ha sido invocada como patrona de los navegantes
y tiene su templo parroquial en la Barceloneta, puerto de
la ciudad Condal.
Su culto fue confirmado por el Papa León
X el 13 de febrero de 1692.
SANTA MARÍA CERBELLÓ,
Virgen
(1852 d.C.)
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María de Cervelló (1230-1260) Fue
una joven de familia ilustre, nacida en el barrio marinero de Barcelona, y desde
la niñez dio muestras de una piedad fuera de lo común; se negó a casarse,
hizo voto de castidad y se retiró a un convento a la sombra de la iglesia de la
Merced, también muy próxima al mar que surcaban los mercedarios para redimir
cautivos en tierras africanas. Algo después se fundó la rama de la Merced para
mujeres, y María fue la primera mercedaria y la primera superiora en el
convento barcelonés. Hasta que murió, su historia exterior es la de una monja
con fama de buen gobierno y virtudes eminentes. Pero su leyenda dice que sin
salir de su convento, salvó muchos barcos de perecer y muchos cautivos fueron
redimidos por el poder de su oración. Se le representa siempre con un barco en
las manos: fue la santa marinera que jamás embarcó.
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