"Tenemos que ganar el mundo entero y cada alma, ahora y en el futuro hasta el final de los tiempos, para la Inmaculada
y a través de ella, para el Corazón Eucarístico de Jesús".
(San Maximiliano María Kolbe)
LA NIÑEZ
María
Dabrowska, madre de San Maximiliano, era una joven piadosa que pensó en
ser religiosa "para gozar del paraíso junto a las almas puras". Pero
los problemas políticos de la época no lo hicieron posible. Polonia, su
patria, estaba ocupada por los rusos, quienes habían cerrado los
conventos y dispersado a los religiosos. Apenas existía algún que otro
convento clandestino. Entonces rezó: "Señor, no quiero imponeros mi
voluntad. Si vuestros designios fueran otros, dadme al menos un marido
que no blasfeme, no tome alcohol, no vaya a la taberna a divertirse.
Esto, Señor, te lo pido incondicionalmente".
María
deseaba emprender una vida familiar cristiana. Dios la escuchó. El
elegido de su corazón fue Julio Kolbe, católico fervoroso perteneciente a
la Tercera Orden Franciscana, de la cual era dirigente y en la que
ingresó ella también. Era dulce y sensible, casi tímido, y sin vicios.
Los
jóvenes esposos de la ciudad de Pabiance tenían un su casa un taller y
un altarcito con la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa,
veneradísima patrona de Polonia.
PRIMEROS AÑOS; LA VIRGEN LO VISITA
Allí
nacieron los hijos. El primero fue Francisco; luego, el 8 de enero de
1894 nació Raimundo quien mas tarde tomaría el nombre religioso de
Maximiliano. Nacieron tres hijos mas: José, Valentín y Antonio. Los dos
últimos murieron prematuramente. La casa de los Kolbe era pobre pero
llena de amor. Los padres, laboriosos y religiosos educaron con rectitud
a los tres niños, llenos de vida y traviesos. San Francisco era el
ideal en el que los jóvenes crecieron.
"Maximiliano
deseaba desbordar de alegría como San Francisco; y como Francisco
deseaba conversar con los pájaros" (Proc.Vars., fol 340)
Alrededor
del 1906, sucede un acontecimiento que marca un jalón fundamental en la
vida de Maximiliano, y que deja preocupada y desconcertada a la madre.
Ella misma lo relata, a los pocos meses del martirio del hijo. "Sabia yo
de antemano, en base a un caso extraordinario que le sucedió en los
años de la infancia, que Maximiliano moriría mártir. Solo no recuerdo si
sucedió antes o después de su primera confesión. Una vez no me gusto
nada una travesura, y se la reproche: Niño mío, ¡quien sabe lo que sera
de ti!. Después, yo no pensé mas, pero observe que el muchacho había
cambiado tan radicalmente, que no se podía reconocer mas. Teníamos un
pequeño altar escondido ente dos roperos, ante el cual el a menudo se
retiraba sin hacerse notar y rezaba llorando. En general, tenia una
conducta superior a su edad, siempre recogido y serio, y cuando rezaba,
estallaba en lagrimas. Estuve preocupada, pensando en alguna enfermedad,
y le pregunte: ¿te pasa algo? ¡Has de contar todo a tu mamita!
Temblando
de emoción y con los ojos anegados en lagrimas, me contó: "Mama, cuando
me reprochaste, pedí mucho a la Virgen me dijera lo que seria de mi. Lo
mismo en la iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la
Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja. Me
miro con cariño y me pregunto si quería esas dos coronas. La blanca
significaba que perseveraría en la pureza y la roja que seria mártir.
Conteste que las aceptaba... (las dos). Entonces la Virgen me miro con
dulzura y desapareció".
El
cambio extraordinario en la conducta del muchacho, para mi, atestiguaba
la verdad de las cosas. El tenia plena conciencia, y al hablarme, con
el rostro radiante señalaba la deseada muerte de mártir. Este fascinante
encuentro de Maximiliano con su "Madrecita" celestial es algo mas que
un episodio pasajero. Es la raíz de todo su futuro; es el motor de sus
amplios planes; es la fuerza para los vuelos mas audaces; es el
manantial de su santidad y de apostolado.
VOCACIÓN FRANCISCANA
Alrededor
de Pascua de 1907 se realizo en Pabianice una Misión predicada por los
Franciscanos Conventuales, los que se ganaron la admiración de los
jóvenes Kolbe. Al final, uno de los frailes, el P. Pellegrino Haczela,
anunció que se había abierto en Leopolis un seminario que recibiría a
todos los jóvenes que deseasen consagrarse al Señor en la Orden
franciscana. Maximiliano sentía su vocación ya preparada por la Virgen y
por la vida Franciscana de su hogar. Los dos hermanos en la sacristía
hablaron con los Misioneros, pidiéndoles los recibieran en la Orden. Sus
padres dieron su consentimiento aunque sabían que seria un gran
sacrificio para toda la familia.
Ingresaban
en los Frailes Menores Conventuales el mes de octubre del ano 1907 en
Luov, en la Polonia ocupada por Austria. Raimundo tomó el nombre de
Maximiliano María. El padre Wilk asi describe a Maximiliano: "era
diligente en el cumplimiento de sus deberes, dotado por las matemáticas,
obediente a los profesores, servicial con los compañeros, alegre y
equilibrado. Rezaba con recogimiento. Un episodio se me grabó por
siempre. Entrando en una sala, vi a Maximiliano de rodillas ante una
gran cruz, absorto en oración."
Pero
entró la crisis en los dos hermanos. Maximiliano llegó a convencerse y
convencer a su hermano de abandonar el seminario. ¿La noche oscura del
alma?, ¿temor ante un reto que el se tomaba tan en serio que le
pareciera por encima de su potencial?,¿dudas de como cumplir con su
opción de las dos coronas cuando se le apareció la virgen?. Cuando
estaban por hablar con el superior, de pronto les visita la madre llena
de alegría al verlos. Orgullosa les cuenta que el hermano menor también
va a entrar en la orden. ¡Además ella y su esposo también tienen
vocación religiosa de manera sera toda la familia Franciscana!. La madre
les aseguró que ella siempre oraría por sus hijos. Abrazos y lágrimas
acentuaban sus palabras.
Aquella
visita disipó todas las dudas en los corazones de los hermanos. Nueve
años mas tarde, desde Roma, recuerda aquella visita en una carta a su
madre y la considera "salvador, providencial y regalo de la Inmaculada".
Su madre tristemente le comunica la salida de su hermano Francisco de
la orden.
El
4 de septiembre de 1910 vistió el sayal franciscano, ciño a su cintura
el cordón de San Francisco, y comenzó su año de noviciado. ¡Que gran
emoción, y tenia apenas dieciséis años!
En
el otoño de 1912, el P. Provincial teniendo en cuenta las excelentes
cualidades intelectuales de Fray Maximiliano, dispuso que, junto a
otros, siguiera sus estudios de filosofía y teología en Roma. Los años
romanos serán fecundísimos y decisivos en la vida de Maximiliano. La
Virgen lo espera para inspirarle la fundación de La Milicia de la
Inmaculada.
LOS AÑOS DE ESTUDIO EN ROMA
En
1917, por razón del 75 aniversario de la conversión de Alphonse
Ratisbon, conocido agnóstico anti-católico de linaje judío, San
Maximiliano fue inspirado a fundar una asociación pia de fieles conocida como "La Milicia de la Inmaculada". Su proposito es promover el amor y el servicio a la Inmaculada, la conversión de las almas a Cristo.
Era
también ese el año de las apariciones en Fátima. La Milicia debía
responder a la Inmaculada Mediadora para la conversión y santificación
de los no católicos, especialmente aquellos que rechazaban a la Iglesia.
Sus miembros se consagran a la Stma. Virgen María y cada día lo viven
ofreciéndolo todo a ella por la conversión de los pecadores y
esforzándose por todos los medios por establecer el Reino del Corazón de
Jesús sobre el mundo.
A
lo largo de siete años (1912-1919) le absorbe fundamentalmente el
estudio. Maximiliano termina sus estudios romanos con dos doctorados. El
primero en filosofía, 1915 en la famosa Universidad Gregoriana. El
segundo en teología en 1919 en el Colegio Seráfico Internacional. No
tenia por ello vanidad intelectual sino que su deseo era "poder
confundir a los incrédulos".
"Por
la misericordia de Dios a través de la intercesión de la Inmaculada, el
28 de abril de 1918, fui consagrado sacerdote de nuestro Señor
Jesucristo", anota Maximiliano. Celebra su primera Misa en el
altar de la Aparición en S. Andrés "delle Fratte", lugar de la
conversión de Alfonso Ratisbonne. Es su primer sacrificio eucarístico, a
los pies de su Reina inmaculada.
REGRESO A POLONIA Y CRECIMIENTO DE LA MILICIA DE LA INMACULADA
El
P. Maximiliano vuelve a su Polonia querida. Solo tiene 25 años, pero
intelectual, moral y espiritualmente, es un hombre cabal. Pero tiene
mala salud, sus pulmones están lesionados. "Ha vuelto enfermizo, débil ,
sin dar grandes esperanzas de trabajo" escribe el P. Kubit. Pero había
vuelto con una fuerza espiritual extraordinaria. Pocos lo escuchaban y
lo comprendían y no faltaron las persecuciones y luchas, las calumnias y
obstáculos. "Sin embargo, aunque todo este en contra de nosotros,
tenemos, cual faro y brújula la santa obediencia, a través de la cual se
manifiesta la voluntad de la Inmaculada".
Enseña
Historia de la Iglesia en Cracovia, Polonia. Allí organiza el primer
grupo de la milicia fuera de Italia. Por causa de su mala salud su orden
lo libera de otros cargos para que pueda dedicarse exclusivamente a la
promoción de la Milicia.
"La
Milicia de la Inmaculada es todo el ideal de mi vida". Hablaba de ella y
exaltaba su misión. Insistía en la necesidad de organizarse; invitaba a
asociarse a la M.I. Su "idea fija" lo perseguía. Y el quería contagiar
su entusiasmo a todos.
El
7 de octubre de 1919, Fiesta del Rosario, seis hermanos clérigos con su
maestro el P. Keller han rubricado su adhesión a la Milicia de la
Inmaculada, mediante la cual quiso expresar, ya antes de ser sacerdote,
su amor a la Inmaculada y su ardoroso celo apostólico.
Pese a su pobre salud, fue dada la sesión inaugural de la M.I.: el 12 de enero de 1920.
¡Fecha preciosa en los anales de la M.I.! En ese día el P. Kolbe pudo
cosechar para la Inmaculada la adhesión y consagración de todos aquellos
a los que el había formado y comunicado su fuego mariano. Entre ellos
había estudiantes y obreros, soldados y amas de casa. A pesar de la
oposición y altibajos, muchos habían sentido un llamado interior de
renovación cristiana, a la luz de la Inmaculada, y se consagraron para
ser "cosa y propiedad" de la Inmaculada, esclavos de Ella, como Ella lo
había sido del Señor (Lc. 1,48).
EL CABALLERO DE LA INMACULADA
El
amor a la Inmaculda reclama un medio para comunicarlo y para salvar
almas. Se debe hacer todo lo posible para llegar a todos y forjar santos
que dieran su vida por amor. Además los miembros necesitaban vincularse
y formar una verdadera familia espiritual, armarse con una visión clara
de los designios de Dios, llegar a una coherencia de vida. Para ello
nació la necesidad de un boletín de enlace. La M.I. debía utilizar todo
medio de propaganda y divulgación, para el advenimiento del reinado de
María.
En
la mente del padre Kolbe "El Caballero de la Inmaculada" debía tener un
aliento amplio y generoso. No solo debía servir para estrechar vínculos
de fervor entre los asociados de la M.I, sino que también debía abrirse
a todas las familias de Polonia y del mundo. Debía "llevar a la
Inmaculada a las casas, para que las almas, acercándose a María, reciban
la gracia de la conversión".
Por
noviembre de 1922, la Milicia de la Inmaculada se traslada con todo su
taller a la ciudad de Grodno. El padre Kolbe quiere conquistar para la
gloria de la Virgen el mundo entero con las nobles armas de la cultura y
verdad. Quiere "forrar el mundo entero con papel impreso para devolver a
las almas la alegría de vivir". Allí el crecimiento de la M.I. será
vertiginoso en las dos vertientes: editorial y vocacional. El padre
Maximiliano emprendió esta nueva tarea editorial que llego a ser la obra
quizás mas fecunda de apostolado en nombre de la Inmaculada. Como toda
obra nueva conoció las dificultades iniciales. Le costo tiempo para ser
conocida, apreciada e imponerse.
La
M.I. necesitaba servidores, pero debían ser consagrados y no obreros a
sueldo. El altísimo ideal mariano requería ser servido con todo el
corazón y para toda la vida. La entrega y la generosidad de los
servidores de la Inmaculada debían ser incondicionales y sin limites. El
trabajo que realizarían, debía ser una liturgia, un acto de amor, una
ofrenda. La obra de María no podía ser una simple empresa comercial,
sino una consagración.
-"No
olviden, muchachos, no se trata de ganar suscritores, sino de salvar
almas." "Es muy importante que se imprima ‘El caballero’ en millones de
ejemplares; pero es más importante que con él se invie una oración,
porque cada número ha de ser preparado con la oración, con el postrarnos
de rodillas"
El
P. Maximiliano hizo fotografiar a los hermanos, en habito franciscano,
ocupados en las distintas fases de trabajo en el taller, y publicar las
fotos. Causaron tremenda conmoción. Todos, particularmente los jóvenes
quedaron impresionados al ver frailes y monjas llenos de gozo en el
servicio a la Virgen por medio de la imprenta. Cundieron los deseos de
consagrar la vida a la Virgen, vinieron mas vocaciones. Una llamada a
evangelizar con todas las fuerzas con la imprenta pero desde una base de
vida consagrada y sin diluir las exigencias de los votos. He ahí la
profunda innovación del P. Maximiliano.
La
técnica del taller debía servir a la Inmaculada dentro de una vida en
la Bienaventuranzas, con los votos religiosos y con el mas exigente
seguimiento al Señor. El padre Kolbe era exigente como lo era consigo
mismo: Les pide sus mismos ideales religiosos y marianos: una obediencia
total, una filial devoción a la Virgen, fervor de apostolado a través
de la prensa y otros medios de progreso moderno, heroicos
renunciamientos según el lema: "¡Nada para si, todo para la
Inmaculada!".
El
diario se publica según estas ideas: 1-formato pequeño, 2-el mas bajo
costo para hacerlo accesible a todos, 3-noticias frescas, breves y
abundantes. Todo para el fin de llevar el conocimiento de la Inmaculada
entre las clases mas humildes.
A los periodistas el P.Kolbe les sugiere:
1-Escribir la verdad objetiva aportando documentos.
2-Escribir no toda la verdad, sino sólo la que sirve al bien público.
3-No condenar a los que se equivocan.
4-No apresurarse a la afirmación de una mala voluntad.
5-Respetar siempre la autoridad espiritual y civil (En Masiero p.159).
SE PUEDE Y SE DEBE SER SANTO
He aquí un diálogo del padre Kolbe con los jóvenes:
-¡Quiero que sean santos y grandes santos!
-Padre, ¿no le parece pedir demasiado?
-¡No!
La santidad no es un lujo, sino un deber y un compromiso de familia.
Dios lo quiere: "¡Sed santos, porque yo soy santo!", Todo hijo ha de
imitar a su madre. Nuestra madre es la Inmaculada, la santa. Por eso
debemos ser santos.
-Pero ser santo ¿no es algo engorroso?
-No,
muchachos, es lo más sencillo y fácil. ¿Tienen una tiza? Pues bien,
aquí sobre el pizarrón voy a escribir la fórmula de la santidad. ¡Cómo
es de simple!
Escribe: v = V = S
-Es
apenas una ecuación. La v minúscula es nuestra voluntad. La V mayúscula
es la voluntad de Dios. Cuando estas voluntades chocan, es el dolor, el
sufrimiento. Cuando estas dos voluntades se identifican, cuando nuestra
voluntad se identifica con la de Dios, es la santidad, es la paz del
corazón. ¡Que sencillo es! ¿Verdad? (En Winowsca p.153)
"La
vida es breve, Hemos de emplear todo nuestro tiempo... Se vive una sola
vez. Es necesario ser santos, no a medias, sino totalmente, para gloria
de la Inmaculada y la mayor gloria de Dios" (En Ricciardi p.306).
Hizo una modificación de la consigna de San Ignacio enseñando que "No sólo ad maiorem Dei gloriam, sino ad maximam Dei gloriam " (No solo para gloria de Dios sino para la máxima gloria de Dios)
"¡Todo esto se aprende de rodillas! (En Winowka p. 154).
Niepokalanów (ciudad deno es este lugar, o estos edificios, o esta maquinaria. Niepokalanów es nuestra alma, es nuestro corazón"
En
Niepokalanow, María lo es todo: es el corazón y la meta; es el ideal y
la fuerza. Por Ella se trabaja, se vive, se sufre, como por Ella se
muere. ¡Todo a la mayor gloria de la Inmaculada!
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NIEPOKALANOW: CIUDAD DE LA INMACULADA
En
1929, entre enfermedad y dificultades el P. Kolbe se lanza a su nueva
fundación en unos terrenos que le fueron logrados milagrosamente: su
ciudad mariana. NIEPOKALANOW, o ciudad de la Inmaculada, o mejor, "casa,
propiedad y reino de la Inmaculada". Decía que el, la M.I., y cada
caballero, son cosa y propiedad de la Virgen. En Niepokalanow María lo
es todo: es el corazón y la meta; es el ideal y la fuerza. Por Ella se
trabaja, se vive, se sufre, como por Ella se muere. Los caballeros son
los hijos felices y los servidores fieles de la Madre celestial. "!Todo a
la mayor gloria de la Inmaculada!"
Consistía
de un convento de sacerdotes y hermanos franciscanos comprometidos a
promover la Milicia por todas partes por medio del uso de todos los
medios de comunicación que estuviesen a su alcance.
Ante
todo se construyo la capilla. Mas tarde se trajeron las maquinarias y
todos los elementos de la imprenta. La aspiración del P. Maximiliano era
que Niepokalanow fuera una escuela de santidad. "No sólo para mayor gloria de Dios, sino para la Máxima gloria de Dios".
Todos eran pobres y felices, felices porque eran pobres, felices porque estaban al servicio de la Inmaculada.
"Niepokalanów no es este lugar, o estos edificios, o esta maquinaria. Niepokalanów es nuestra alma, es nuestro corazón"
LA INMACULADA EN EL JAPON
Dos
años mas tarde San Maximiliano, como respuesta al llamado del Santo
Padre a los religiosos a favor de las necesidades misioneras de la
Iglesia desea ir al Oriente para fundar otra ciudad de la Inmaculada en
Mugenzai No Sono, Japón. La visión del P. Maximiliano era llevar La
Inmaculada a todo el mundo. En Roma ya había pensado en esto. En una
ocasión, al encontrarse con un japones pagano sintió el deseo de
evangelizar ese país. Ahora le parece que ha llegado el momento. Pide
permiso para irse al Japón pero su superior no lo cree posible. No habla
Japones ni tenia contactos para semejante obra. El padre Kolbe se
somete con obediencia pero sabía que la Inmaculada lo quería y que por
medio del superior se manifestaría su voluntad. Esa noche el superior no
pudo dormir. Al fin el padre Kolbe recibió permiso para ir a Japón con
cuatro frailes. Tan solo los movía el amor a la Virgen Inmaculada.
Un
25 de mayo de 1930 llega a la Niepokalanow polaca este telegrama: " Hoy
expedimos "El Caballero en japonés. Tenemos imprenta. Viva la
Inmaculada. P. Maximiliano".
Al
leer el telegrama, no faltaron frailes que quedaron estupefactos y
gritaron milagro, ya que , humanamente hablando, el hecho era
inexplicable. El milagro fue fruto de la fe en Dios y la inmensa
confianza en la Inmaculada. La heroicidad del trabajo intenso, los
grandes sufrimientos, la oración y sacrificio. La Virgen corresponde a
sus fieles.
En
los años de 1935 y 1936 por el clima calido y húmedo del Japón, las
condiciones de salud del P. Maximiliano habían empeorado notablemente.
Sufría frecuentes vómitos de sangre. Ante el agravamiento de su salud,
con la esperanza de una mejora, y ante el unánime deseo de los frailes
de Niepokalanow, el nuevo Capitulo Provincial de 1936 nombro al P.
Maximiliano superior de esa primera ciudad mariana.
ULTIMO PERIODO EN LA CIUDAD DE LA INMACULADA EN POLONIA
Vuelve
a Niepokalanow en 1936 y bajo su dirección el número de frailes crece
hasta exceder en los meses próximos a la II Guerra Mundial, el número de
900. El apostolado de publicaciones producía en exceso de un millón de
revistas mensualmente y 125,000 ejemplares de un diario destinado para
el millón de miembros de la Milicia en el mundo.
Pero
el padre Kolbe no se hace ilusiones ni se deja absorber por los
triunfos. Mas bien presentía su fin y el acercarse del calvario para sus
hijos. Hizo de los tres años en Niepokalanow un cursillo de formación.
Cada día se reunía con los hermanos de una sección. Aprovechaba toda
ocasión para enseñarles una nueva verdad acerca de la Inmaculada y para
prepararlos para todo evento. Lo que la Virgen le enseñaba el lo
compartía con los suyos.
El padre Kolbe es un profeta de la Virgen. En marzo del 1938 dice a los hermanos:
"Hijos
míos, sepan que un atroz conflicto se avecina. No sabemos cuáles serán
las etapas. Pero, para nosotros en Polonia, hay que esperar lo peor. En
los primeros tres siglos de historia, la Iglesia fue perseguida. La
sangre de los mártires hacía germinar el cristianismo. Cuando más tarde
la persecución terminó, un Padre de la Iglesia comenzó a deplorar la
mediocridad de los fieles y no vio con malos ojos la vuelta de las
persecuciones. Debemos alegrarnos de lo que va a suceder, porque en las
pruebas nuestro celo se hará más ardiente, ¿Y que? ¿No estamos acaso en
las manos de la Virgen?... Nuestro ideal, ¿no es también dar la vida por
Ella?... se vive una sola vez. Se muere una sola vez. Vida y muerte,
pero como gustan a ella" (Winowska p.160).
Dice también:
"La guerra está mas cerca de lo que pueda preverse, y las persecuciones en períodos bélicos son posibles...
Uds.
Los profesores, que son los padres espirituales de Niepokalanóv, deben
estar preparados para tiempos peores. Esto ciertamente lo permite la
Inmaculada pare nuestro bien.
Estallada
la guerra, sucederá la dispersión de la comunidad. No nos contristemos,
sino que debemos conformarnos con la voluntad de la Inmaculada. Que esa
conformidad con la Inmaculada sea cada día más fuerte, sentida y viva.
De esta manera, la persecución no nos hará daño, sino que acrecentará
nuestra santidad" (Ricciardi p.307)
Tres dias antes de estallar la guerra prepara los corazones:
"Trabajar,
sufrir y morir caballerescamente, y no como un burgués en la propia
cama. He ahí: recibir una bala en la cabeze, para sellar el propio amor a
la Inmaculada. Derramar valientemente la sangre hasta la última gota,
para acelerar la conquista de todo el mundo para Ella. Esto les deseo a
Uds. Y me deseo a mi mismo.
"Nada mas sublime puedo augurarme y augurarles.
"Jesús mismo lo dijo: ‘No hay amor mas grande que dar la vida por el propio amigo" (Masiero p.154).
ver también:Oración de consagración>>>
¡Amen a la Inmaculada! - Dialogo de San Maximiliano con sus frailes>>>
Novena en honor of the Immaculate Conception>>>
Mártir
Año 1941
Maximiliano
significa: "El más importante de la familia".
Es este uno de los mártires modernos.
Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido
llevado por los nazis al terrorífico campo de concentración de
Auschwitz.
Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes
era que por cada preso que se fugara del campo de concentración,
tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo
1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era
puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto
al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un
grito y exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los
va a cuidar?".
En ese momento el padre Kolbe dice al oficial:
"Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado
para morir de hambre".
El oficial le responde: ¿Y por qué?
- Es que él tiene esposa e hijos que lo
necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.
El oficial duda un momento y enseguida responde:
Aceptado.
Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9
compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos
días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a
los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al
final después de bastantes días, solamente queda él con vida. Como
los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando,
le ponen una inyección de cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de
1941.
Su familia, polaca, era inmensamente devota de la
Sma. Virgen y cada año llevaba a los hijos en peregrinación al
santuario nacional de la Virgen de Chestokowa. El hijo heredó de sus
padres un gran cariño por la Madre de Dios.
Cuando era pequeño tuvo un sueño en el cual la
Virgen María le ofrecía dos coronas, si era fiel a la devoción
mariana. Una corona blanca y otra roja. La blanca era la virtud de la
pureza. Y la roja, el martirio. Tuvo la dicha de recibir ambas coronas.
Un domingo en un sermón oyó decir al predicador
que los Padres Franciscanos iban a abrir un seminario. Le agradó la
noticia y con su hermano se dirigió hacia allá. En 1910 fue aceptado
como Franciscano, y en 1915 obtuvo en la Universidad de Roma el
doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en teología. En 1918 fue
ordenado sacerdote.
Maximiliano gastó su vida en tratar de hacer amar
y venerar a la Sma. Virgen. En 1927 fundó en Polonia la Ciudad de la
Inmaculada, una gran organización, que tuvo mucho éxito y una
admirable expansión. Luego funda en Japón otra institución semejante,
con éxito admirable.
El padre Maximiliano fundó dos periódicos. Uno
titulado "El Caballero de la Inmaculada", y otro "El
Pequeño diario". Organizó una imprenta en la ciudad de la
Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón y allá fundó
una revista católica que pronto llegó a tener 15,000 ejemplares. Un
verdadero milagro en ese país donde los católicos casi no existían.
En la guerra mundial la ciudad de Nagasaki, donde él tenía su
imprenta, fue destruida por una bomba atómica. A su imprenta no le
sucedió nada malo.
Los
nazis durante la guerra, al invadir Polonia, bombardearon la ciudad de
la Inmaculada y se llevaron prisionero al padre Maximiliano, con todos
los que colaboraban. El ya había fundado una radiodifusora y estaba
dirigiendo la revista "El caballero de la Inmaculada", con
gran éxito y notable difusión. Todo se lo destruyó la guerra, pero su
martirio le consiguió un puesto glorioso en el cielo.
Cuando el Santo Padre Pablo VI lo declaró beato,
a esa gran fiesta asistió, el hombre por el cual él había ofrecido el
sacrificio de su propia vida. Juan Pablo II, su paisano, lo declaró
santo ante una multitud inmensa de polacos.
En este gran santo sí se cumple lo que dijo
Jesús: "Si el grano de trigo cae en tierra y muere, produce mucho
fruto. Nadie tiene mayor amor que el que ofrece la vida por sus
amigos".
Quiera Dios que también nosotros seamos capaces
de sacrificarnos como Cristo y Maximiliano, por el bien de los demás.
Vitral que muestra a san Maximiliano en la iglesia franciscana de
Szombathely (
Hungría); fotografía de 2007
Monumento a san Maximiliano Kolbe en
Chrzanów, Polonia.
San Maximiliano María Kolbe O. F. M. Conv. (
Zduńska Wola,
8 de enero de
1894 -
Auschwitz,
14 de agosto de
1941) fue un
fraile franciscano conventual polaco asesinado por los
nazis en un
campo de concentración durante la
Segunda Guerra Mundial. Fue un gran propagador de la devoción al
Inmaculado Corazón de María y un acérrimo combatiente contra el
modernismo y los peligros que acechaban a la Iglesia en el siglo XX.
Biografía
Su infancia
Nació en enero de 1894, en
Zduńska Wola, en esas fechas parte del
Zarato de Polonia, reino sometido al
Imperio ruso, y fue bautizado con el nombre de Rajmund (en
castellano:
Raimundo). Fue el segundo hijo de Julius Kolbe (de origen alemán) y
María Dabrowska (de origen polaco). Tuvo cuatro hermanos: Francis,
Joseph, Walenty (que vivió un año) y Andrew (que vivió hasta los cuatro
años de edad). Sus padres se trasladaron a
Pabianice (Polonia) por motivos laborales .
Sus obras
Un domingo en una
homilía oyó decir al predicador que los padres
franciscanos iban a abrir un seminario, en
1910 fue aceptado como
fraile. Le cambiaron el nombre, de Raimundo a
Maximiliano María.
En
1915 obtuvo en la Universidad de Roma el doctorado en
filosofía y en
1919 el doctorado en
teología. De su estancia en Roma quedó fuertemente impresionado por las manifestaciones públicas
masónicas. En ellas se atacaba duramente a la Iglesia católica y al papa, y se hacía apología satánica.
1
Ante el impacto que le causan estos hechos escribe:
¿Es posible que nuestros enemigos trabajen tanto hasta prevalecer, y
nosotros permanezcamos ociosos o al máximo rezando pero sin entrar en
acción? ¿Acaso no tenemos armas más poderosas, la protección de la
Inmaculada? La sin mancha, vencedora de todas las herejías, vencerá al
enemigo que levanta la cerviz.
Así que dedicó su vida a promover la veneración a la Virgen y en especial a su
Inmaculado Corazón. En
1918 fue ordenado
sacerdote, mas un año antes, fundó con otros seis hermanos franciscanos conventuales el
movimiento MI (Milicia de la Inmaculada).
1
En
1927 fundó en
Polonia a 40 km de
Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (
Niepokalanów), un lugar que alojaba una organización que tuvo mucho éxito y expansión como podemos observar en una descripción de la época:
Una extensa área libre para la construcción de una gran basílica de
la Inmaculada. Un complejo editorial [que comprendía]: la redacción, la
biblioteca, la tipoteca, el taller de los linotipistas, la cincografía
con los laboratorios fotográficos, las tipografías [...] y además las
distintas secciones de la encuadernación, de los almacenes y de los
envíos. El ala izquierda [...] incluía, en diferentes edificios, la
capilla, las dependencias de los religiosos, el postulantado, el
noviciado, la dirección general, la enfermería y, a cierta distancia, la
gran central eléctrica. Además, distribuidos por todas partes, los
talleres de los herreros y de los mecánicos, los talleres de los
carpinteros, de los zapateros, de los sastres, así como los depósitos de
los albañiles y las grandes cocheras para el cuerpo de bomberos. Pero
todavía no hemos terminado: además había un parque de maquinaria, una
pequeña estación ferroviaria, con vía de empalme con la vía pública y
estatal; incluso estaba previsto un aeródromo con cuatro aviones sin
motor y un proyecto de estación de radiotransmisión. Por todas partes
había gruesos troncos de árboles, depósitos de madera, tubos y toda
clase de materiales de construcción.
Más tarde, como misionero en
Japón, creó otra institución semejante. Fundó dos
periódicos,
El Caballero de la Inmaculada y
El Pequeño Diario.
Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y
después se trasladó a Japón, donde empezó a editar hasta ocho revistas
católicas. La de mayor distribución fue
El Caballero de la Inmaculada, que pronto llegó a tener 15.000 ejemplares, llegando en su mejor época a vender casi un millón de ejemplares.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los
nazis
invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada,
llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores.
Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista
El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de
Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.
Sus últimos días
A fines de julio de 1941 se fugó un preso del
campo de concentración de
Auschwitz. El
sargento polaco
Franciszek Gajowniczek, de 40 años de edad, uno de los prisioneros, narró así su experiencia de aquel verano de 1941:
Yo era un veterano en el campo de Auschwitz;
tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al
pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió
cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del
campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron
patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a
nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos
que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el
escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos
hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes
desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban
debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación.
Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las
tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta
la noche. El coronel Fritsch volvió a pasar lista y anunció que diez de
nosotros seríamos ajusticiados.
A la mañana siguiente, Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel de las
SS (nazismo)
Karl Fritsch para ser ajusticiados en represalia por el escapado.
Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por
el coronel, musitó estas palabras: «Pobre esposa mía; pobres hijos
míos».
3
El padre Maximiliano estaba cerca y lo oyó. Enseguida, dio un paso
adelante y le dijo al coronel: «Soy un sacerdote católico polaco, estoy
ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e
hijos».
4
El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y
Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con
otros nueve prisioneros, en ayuno obligado para que muriera. Los diez
condenados fueron recluidos en una celda subterránea el 31 de julio de
1941.
Pero como —tras padecer tres semanas de hambre extrema— el 14 de
agosto de 1941 aún sobrevivía junto a otros tres condenados y los
oficiales a cargo del campo querían dar otro destino a la celda, Kolbe y
sus tres compañeros de celda fueron asesinados administrándoles una
inyección de
fenol. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo.
5 6 Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la
Santa Misa, distribuyendo la
Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era
ácimo (sin levadura), podía ser utilizado para la
Eucaristía; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino.
En agosto de 1945, en el final de la
Segunda Guerra Mundial, la ciudad de
Nagasaki, donde Kolbe tenía una de sus imprentas, fue destruida por la
bomba atómica. Todos los trabajadores fallecieron más tarde, pero la imprenta quedó incólume.
El papa
Pablo VI lo declaró beato en
1971; a la fiesta asistió
Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años antes. El 10 de octubre de
1982, el papa
Juan Pablo II
canonizó a éste ante una multitud de polacos. Posteriormente fue
nombrado patrón de los radioaficionados a petición de los
radioaficionados polacos.
Su legado
Iglesia de san Maximiliano Kolbe en el distrito Rubinkowo (
Toruń, Polonia)
San Maximiliano Kolbe ha inspirado a muchos a vivir lo que algunos
han llamado «la locura del amor». Con su nombre se bautizó la denominada
«Operación Kolbe», una iniciativa
ecuménica de relevo de personas
secuestradas en
Colombia,
país en el que en 2011 permanecían cautivas más de cuatro mil personas.
El propósito de esta operación es reunir voluntarios que se ofrezcan
como relevo, para que cada uno de ellos tomara, eventualmente, el lugar
de una persona secuestrada. Sus integrantes, varios cientos, están
dispuestos, en forma libre, autónoma y anónima, a asumir el cautiverio a
cambio de la libertad de uno de los secuestrados: responden como
Maximiliano Kolbe al llamado de Jesús en los
Evangelios: «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos».
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Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Videos:
SAN MAXIMILIANO MARÍA
KOLBE
1894-1941
ORACIONES
- Mártir
franciscano.
- Fiesta: 14
de agosto.
- Fecha beatificación:
17 de octubre de 1971 por Pablo VI.
- Fecha de canonización:
10 de octubre 1982 por Juan Pablo II.
- Patrón:
adición a las drogas, familias, encarcelados, prisioneros
políticos, periodistas, movimientos a favor de la vida.
|
"Tenemos que
ganar el mundo entero y cada alma, ahora y en el futuro hasta
el final de los tiempos, para la Inmaculada y a través
de ella, para el Corazón Eucarístico de Jesús".
San Maximiliano
Kolbe
Apóstol de la consagración a María
***
Oración
de consagración
de la Milicia de la Inmaculada compuesta por San Maximiliano
"Oh Inmaculada, Reina
del Cielo y de la Tierra, Refugio de los Pecadores y Nuestra
Madre Plena de Amor, Dios ha resuelto confiar la completa Orden
de Misericordia en ti. Yo, un pecador(a) arrepentido(a), me postro
a tus pies implorando humildemente que me aceptes como soy y
con todo lo que tengo, completamente para ti, como de tu posesión
y propiedad. Por favor haz de mi, de todo los poderes de mi cuerpo
y alma, de mi vida entera, muerte y eternidad, lo que mas te
satisfaga. Si te complace, usa todo lo que soy y tengo sin reservas,
totalmente, para conseguir lo que se ha dicho de ti: “Ella
aplastará tu cabeza” y “Tú sola has destruído
todas las herejías en todo el mundo”. Déjame
ser un instrumento adecuado en tus manos Inmaculadas y Misericordiosas
para introducir y aumentar tu gloria al máximo en todas
las almas indiferentes y extraviadas, para así ayudar
a extender el Bendito Reino del Sagrado Corazón de Jesús,
ya que por donde tú entras obtienes la gracia de conversión
y crecimiento en santidad, a través de tus manos es que
las gracias del Sagrado Corazón de Jesús llegan
a nosotros. Amén. Permíteme alabarte, Oh Virgen
Sagrada. Dame fuerzas contra tus enemigos". |
ORACIÓN
PARA ALCANZAR UN FAVOR I
Oh Señor Jesucristo,
que dijiste "nadie tiene mayor amor que quien da la vida
por sus amigos", por medio de la intercesión de San
Maximiliano Kolbe cuya vida es una ilustración de ese
amor, te suplicamos nos concedas nuestras peticiones...
(Mencionar aquí
la gracia que se desea alcanzar)
A través del movimiento
de la Milicia de la Inmaculada, que fundó Maximiliano,
difundió una ferviente devoción a Nuestra Señora
por todo el mundo. El dio su vida por un completo extraño
y amó a sus perseguidores, dándonos con ello un
ejemplo de amor desprendido por todos los hombres, un amor que
estaba inspirado por una verdadera devoción a María.
Concédenos, oh Señor
Jesús, que también nosotros podamos entregarnos
enteramente sin reservas por el amor y el servicio a nuestra
Reina del Cielo para mejor amar y servir a nuestro prójimo
a imitación de tu humilde siervo San Maximiliano. Amén.
Rezar tres Avemarías
y un Gloria.
__________
ORACIÓN
PARA ALCANZAR UN FAVOR II
¡Oh, San Maximiliano
María! Fiel seguidor del Pobrecito de Asís,
que encendido en el amor de Dios has pasado tu vida en la asidua
práctica de las virtudes heroicas y en las santas obras
del apostolado, vuelve tu mirada a nosotros, tus devotos, que
confiamos en tu intercesión.
Tu que, irradiado por la luz
de la Virgen Inmaculada, atrajisteis innumerables almas hacia
los ideales de santidad, llamándoles a toda forma de apostolado
para el triunfo del bien y la propagación del Reino de
Dios, obténos la luz y la fuerza para obrar el bien atrayendo
muchas almas al amor de Cristo.
Tu que, en perfecta imitación
del divino Salvador, has alcanzado tan alto grado de caridad
para ofrecer, en sublime testimonio de amor,
tu vida para salvar aquella de un hermano prisionero, intercede
ante el Señor por la gracia que confiadamente te pedimos:
(Mencionar aquí
la gracia que se desea alcanzar)
Y, animados por el mismo ardor
de caridad, podamos también nosotros con la fe y las obras,
dar testimonio de Cristo ante nuestros hermanos, para alcanzar
junto a ti, la posesión beatificante de Dios
en la luz de la gloria eterna. Amén. |
1. La
reseña de la vida de este santo que
en su momento de canonización publicó L’Osservatore
Romano puede verse en el Directorio Franciscano. También puede
consultarse en el Centro
Católico de Evangelización una excelente biografía de este santo. | | |
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