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Francisco Calvo Burillo, Beato |
Mártir Dominico
Martirologio Romano: En la aldea de Híjar, cerca de
Teruel, en España, beato Francisco Calvo Burillo, presbítero de la
Orden de Predicadores y mártir, que, en el furor creciente
de la persecución contra la fe, padeció el martirio
El P. Paco representa la bondad y
la servicialidad en persona. Piadoso instrumento para que personas pudientes
ejercitasen la caridad entre los pobres de Híjar, a quienes
el Padre tenía en gran consideración y les ayudaba en
todo lo que podía. Profesor estimado y escritor popular bien
valorado, fue a la vez un director espiritual que benefició
a muchas almas. De escasa salud aprovechaba el verano para
reponerse junto a su anciana madre. Hombre de bien, que
tanto bien había hecho a otros, sin embargo fue detenido.
Doce horas en la cárcel le prepararon para el martirio
y despedirse de su madre como «tu hijo en agonía».
Pesado y enfermo, su camino al martirio fue de heroica
elocuencia. A los culatazos y empujones, caídas y esfuerzos para
poder andar, blasfemias, burlas e insultos, respondía él rezando el
Rosario en voz alta. Al llegar al lugar del sacrificio
pidió poder terminar el Rosario y morir de frente, perdonando
y bendiciendo a sus enemigos. Curiosamente se le concedió todo.
Se puso el Rosario dentro de la boca, abrió los
brazos en cruz y dijo: «Ya podéis disparar». Una descarga
fulminante fue suficiente.
El 11 de marzo del año 2001, el
papa Juan Pablo II lo beatificó junto a otros 232 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39),
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