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Benito Menni, Santo |
Fundador de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús
Martirologio Romano:
En Dinan, en Francia, san Benito (Ángel) Menni, presbítero de
la Orden de San Juan de Dios, fundador de la
Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús
(1914).
Etimológicamente: Benito = Aquel a quien Dios bendice, es
de origen latino.
Etimológicamente: Ángel = Aquel que es portador de
un mensaje, es de origen griego.Origen familiar y vocación hospitalaria
La ciudad de Milán fue
su cuna, habiendo nacido y sido bautizado el mismo día
11 de marzo de 1841. Se le puso el nombre
compuesto de Ángel-Hércules, que han sido como una premonición del
espíritu y fuerza, que había de caracterizar su personalidad.
Era
el quinto de quince hijos del matrimonio formado por Luis
Menni y Luisa Figini. En su hogar cálido y acogedor
halló el apoyo y estímulo para su desarrollo intelectual y
personalidad.
La llamada de Dios la siguió pronto: fino de
conciencia, dejó un buen trabajo en un banco y, altruista
ante el que sufre, se ofreció a ayudar al traslado
de los soldados heridos que llegaban de la batalla de
Magenta, cerca de Milán.
Admirado de la entrega que entonces
descubrió en los Hermanos de San Juan de Dios, a
los 19 años pidió el ingreso en la Orden Hospitalaria.
Con el nombre de Benito inició la vida religiosa y
se consagró a Dios y a la asistencia de los
enfermos; con el mismo nombre le veneraremos como San Benito
Menni.
Formación y misión hospitalaria
Durante sus estudios de enfermería
y sacerdotales fue forjando su personalidad religioso-hospitalaria, que puso a
disposición de los superiores, es decir de la causa en
favor de la sociedad más necesitada, como eran tantos enfermos.
España, la cuna de la Orden Hospitalaria, vivía entre luchas
políticas en declarada hostilidad hacia lo religioso, mientras la obra
de Juan de Dios había quedado prácticamente extinguida; necesitaba un
impulso renovador, y Benito Menni será la persona providencial para
su realización.
Destinado a España en 1867, llevó a cabo
sus dos grandes obras: la restauración de la Orden de
San Juan de Dios y la fundación de la Congregación
femenina, "Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús".
Su espíritu
magnánimo, capacidad y disposición le ayudaron a superar muchas dificultades
y tomar grandes iniciativas de especial consideración en pro de
los enfermos y su asistencia integral.
Restaurador de la Orden
Hospitalaria
Mandado por el entonces General de la Orden Juan
M. Alfieri, que siempre fue su apoyo, y con la
bendición del papa Pío IX antes de salir de Roma,
Benito Menni manifiesta desde el primer momento su fuerte voluntad
y espíritu decidido. A los pocos meses abre con éxito
el primer hospital infantil de España en Barcelona (1867), que
constituye el inicio de su extraordinaria obra restauradora, que dirigirá
durante 36 años.
Desde el primer momento, gracias a su
empeño vocacional, se le unirán numerosos y generosos seguidores, con
los cuales a su vez podrá dar continuidad a las
nuevas instituciones hospitalarias, que se multiplicarán por España, Portugal y
México, continuando después por todo el nuevo mundo.
Fundador
de las Hermanas Hospitalarias
Con la llegada a Granada (1878),
Benito Menni entra en contacto con dos jóvenes, María Josefa
Recio y María Angustias Giménez, las cuales serán en 1881
la semilla de una nueva Institución sanitaria, netamente femenina,
con característica específica para la asistencia psiquiátrica.
En Ciempozuelos,
Madrid, tiene su origen y se constituye la Casa Madre
de la "Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón
de Jesús", la cual es aprobada por la Santa Sede
en 1901.
Como signo de su identidad en el servicio
hospitalario les transmite su lema en seis palabras: "rogar, trabajar,
padecer, sufrir, amar a Dios y callar".
Muy pronto, sin
embargo, la nueva fundación extiende sus alas de caridad misericordiosa
y se establece por diversos países de Europa y América
Latina, y más tarde por África y Asia. Actualmente, en
que tiene lugar la canonización de Benito Menni, su fundador,
se hallan presentes en 24 naciones con más de 100
Centros hospitalarios.
Benito Menni, en cuanto Fundador y Padre
espiritual, les infundió su espíritu característico juandediano, continuando durante
más de 30 años su dirección y formación ascético-hospitalaria.
Visitador y Superior general de la Orden
La magna
obra que Benito Menni realizó como restaurador y fundador se
extendió, llamado por la Santa Sede, en favor de toda
la Orden siendo nombrado primero Visitador Apostólico de la misma
(1909-1911) y a continuación como Superior General (1911), a cuyo
cargo, sin embargo, tuvo que renunciar un año después por
incomprensiones y por motivos de salud.
Sus dos últimos años
los pasó en humildad y purificación, muriendo santamente, lleno de
méritos, en Dinán, Francia, el 24 de abril de 1914.
Sus restos, trasladados por sus Hermanos de España a Ciempozuelos,
hoy son venerados bajo el altar central de la "Capilla
de los Fundadores" en la Casa Madre de sus
Hijas Hospitalarias de Ciempozuelos.
En la Gloría de los santos
Abierto
su proceso de santidad en la diócesis de Madrid, donde
está enterrado, en los años 1945-1947, sus virtudes fueron reconocidas
como heroicas por la Congregación para las Causas de los
Santos el 11 de mayo de 1982, por lo que
pasó a ser considerado " Venerable".
Reconocida como milagrosa la
curación en favor de Dña. Asunción Cacho, fue proclamado "Beato"
en la Basílica vaticana por el papa Juan Pablo II
el 23 de junio de 1985.
Su mensaje en clave
hospitalaria
Ante su entrega fecunda y rectitud santa y santificadora,
con su vida ofrendada a Dios y a los enfermos
con unción y generosidad total, el testimonio de Benito Menni
hoy cobra actualidad con su canonización, siendo propuesto a la
Iglesia universal como modelo y ejemplo, en especial dentro del
campo de la salud y de la enfermedad.
La humanización
y la evangelización son desafíos ante el nuevo milenio. San
Benito Menni viene a recordar e iluminar las palabras de
Cristo, "Estaba enfermo y habéis tenido cuidado de mi. Venid,
benditos de mi Padre".
En el campo sanitario se utilizan
los beneficios del progreso técnico, pero no pocas veces falta
el corazón a la asistencia. Con frecuencia el interés sanitario
está más orientado hacia la enfermedad que hacia el enfermo,
considerado el mismo más como un número o un caso
clínico, que como una persona o un hermano, imagen de
Dios que sufre, a quien asistir.
Fue canonizado el 21
de noviembre de 1999 por S.S. Juan Pablo II.
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