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Roberto de Molesmes, Santo |
Martirologio Romano: En el monasterio de Molesmes, en Francia, san
Roberto, abad, el cual, deseoso de una vida monástica más
sencilla y más estricta, ya fundador de monasterios y superior
esforzado, ya director de ermitaños y restaurador eximio de la
disciplina monástica, fundó el monasterio de Cister, que rigió como
primer abad, y llamado de nuevo como abad a Molesmes,
allí descansó en paz (1111).
Etimológicamente: Roberto = Aquel que
brilla por su fama, es de origen germánico.Nacido alrededor del año 1029, en Champagne, Francia,
de padres nobles llamados Thierry y Ermengarde; muerto en Molesmes,
el 17 de Abril de 1111.
A los quince años
de edad comenzó su noviciado en la abadía de Montier-la-Celle,
o St.Pierre-la-Celle, situada cerca de Troyes, de la cual posteriormente
llegó a ser prior.
En 1068 fue sucesor de Hunaut
II como abad de St. Michael de Tonnerre, en la
diócesis de Langres.
En esa época una banda de siete
ermitaños que vivían en el bosque de Collan, en la
misma diócesis, buscaron tener a Roberto como su jefe, pero
los monjes, a pesar de que resistían su autoridad constantemente,
insistieron en conservarlo como su abad porque gozaba de una
gran reputación y era el ornamento de su casa.
Las
intrigas de ellos determinaron a Roberto a renunciar a su
cargo en 1071 y buscar refugio en el monasterio de
Montier la Celle. El mismo año él fue colocado en
el priorato de St. Ayoul de Provins, que dependía de
Montier-la-Celle. Mientras tanto dos de los eremitas de Collan viajaron
a Roma y rogaron a Gregorio VII les concediera como
superior al prior de Provins. El Papa accedió a la
solicitud y en 1074 Roberto inició a los eremitas de
Collan en la vida monástica.
Como la localización de Collan
fue encontrada inadecuada, Roberto fundó un monasterio en Molesme, en
el valle de Langres a fines de 1075. A Molesmes
llegó como huésped el distinguido canonista y doctor (écolâtre) de
Reims, Bruno, quien en 1082, se colocó él mismo bajo
la dirección de Roberto, antes de fundar la celebrada orden
de Chartreux (Cartuja).
En ese tiempo la primitiva disciplina estaba
aun en pleno vigor, y los religiosos vivían del trabajo
de sus manos. Pronto, sin embargo, el monasterio llegó a
enriquecerse a través de una multitud de donaciones, y con
la riqueza, a pesar de la vigilancia del abad, vino
el aflojamiento de la disciplina.
Roberto se esforzó en reestablecer
la primitiva austeridad, pero los monjes mostraron tanta resistencia que
abdicó y dejó el cuidado de su comunidad a su
prior, Alberico, quién se retiró en 1093.
Al año siguiente
él volvió con Roberto a Molesme. El 29 de Noviembre
de 1095, el Papa Urbano II confirmó el instituto de
Molesme. En 1098 Roberto, aún incapaz de reformar a sus
rebeldes monjes, obtuvo de Hugo, arzobispo de Lyons y Le
gado de la Santa Sede, autoridad para fundar una nueva
orden conforme a nuevas reglas.
Veintiún religiosos dejaron Molesmes y
alegremente se pusieron en camino hacia un lugar deshabitado llamado
Cister en la diócesis de Chalons, y la abadía de
Cîteaux fue fundada el 21 de Marzo de 1098.
Dejados
a sí mismos, los monjes de Molesmes apelaron al Papa,
y Roberto fue reestablecido en Molesme, que desde entonces llegó
a ser un ardiente centro de vida monástico.
Roberto murió
el 17 de Abril de 1111 y fue sepultado con
gran pompa en el iglesia de la abadía. El Papa
Honorio III en 1222, mediante Cartas Apostólicas, autorizó su veneración
en la iglesia de Molesmes y poco después esa veneración
se extendió a la Iglesia entera mediante un Decreto pontificio.
La fiesta fue fijada inicialmente el 17 de Abril, pero
luego fue transferida al 29 de Abril.
La abadía de
Molesmes existió hasta la Revolución Francesa. Los restos del santo
fundador se conservan en la iglesia parroquial.
Prefacios de la Orden Cisterciense
Propio de la Orden Cisterciense
26 de enero
NN. SS. PP. ROBERTO, ALBERICO Y ESTEBAN
ABADES Y FUNDADORES DE N. O.
Los Santos Abades
Roberto de Molesmes, Alberico y Esteban Harding dieron su propia forma a
la tradición benedictina cuando, en el año de salvación 1098,
construyeron el Nuevo Monasterio de Císter.
El Exordio Parvo y la Carta de Caridad exponen la vocación y la
misión que los Fundadores recibieron de Dios. La Iglesia, con su
autoridad, la sancionó y confirmó para su tiempo y el nuestro.
Roberto, ya desde su juventud, fue monje benedictino. Hombre inquieto
y deseoso siempre de mayor perfección, hizo varios intentos de
fundación y reforma, entre ellos Molesmes. Finalmente encabezó la
comunidad fundadora de Císter y al poco tiempo, por orden del Papa, tuvo
que volver a Molesmes, donde falleció en 1111.
Alberico, prior con Roberto, es el segundo abad de Císter. A él se
debe la primera organización de la observancia cisterciense, la
dependencia directa de Roma y la redacción de los Estatutos primitivos
de Císter. Falleció en 1109.
Esteban Harding, sucesor de Alberico, fue el creador, mediante la Carta de Caridad,
del organigrama de la Orden Cisterciense, que la constituye como tal.
Cuando muere el 28 de marzo de 1134, La Orden está extendida por el
Occidente europeo.
Prefacio
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor Nuestro.
Porque has llamado a los santos abades, Roberto, Alberico y Esteban,
inflamados por un mismo amor, a la imitación de Cristo pobre, y los
hiciste padres y maestros de una multitud de hijos en la escuela del
servicio divino.
Por eso, nosotros, mientras seguimos el camino que nos enseñaron, en
unión con la Jerusalén celeste y con la Iglesia peregrina en la tierra,
te alabamos, llenos de alegría, diciendo:
Santo…
10 de febrero
SANTA ESCOLÁSTICA, VIRGEN
Hermana de S. Benito, nació en Nursia
(Italia), hacia el año 480. Se entregó a Dios como su hermano, al que
siguió a Montecasino, donde murió hacia el año 547.
Prefacio
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, Por Cristo Nuestro Señor.
El cual, a fin de adornar a su Iglesia con el candor virginal, quiso
que Santa Escolástica brillase con las joyas de la inocencia, y te
agradase por su sencillez de paloma.
Fue asimismo asociada por Él a la santidad de su insigne hermano,
Benito, para que, teniéndolo por maestro, te buscase sólo a Ti sobre
todas las cosas, y, abundando en gracia, gozase de Tu amor eternamente.
Por eso, con los ángeles y los santos, cantamos Tu gloria, diciendo:
Santo…
21de marzo y 11 de julio
TRÁNSITO DE N. P. S. BENITO Y SOLEMNIDAD DE N. P. S. BENITO, ABAD
S. Benito nació en
Nursia (Italia), hacia el año 480. Después de haber recibido en Roma
una adecuada formación, comenzó a practicar la vida eremítica en
Subiaco, donde reunió a algunos discípulos; más tarde se trasladó a
Casino. Allí fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió la
Regla, cuya difusión le valió el título de Patriarca del monacato
occidental. Murió el 21 de marzo del año 547, pero, ya desde finales
del s. VIII, en muchos lugares comenzó a celebrarse su memoria el día
11 de julio.
La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia procede de la
tradición monástica de vida evangélica expresada en la Regal de los
Monasterios de S. Benito de Nursia. Este cuerpo doctrinal y práctico
fue aceptado poco a poco por doquier en el monacato occidental y es el
fundamento de nuestro proyecto comunitario.
Prefacio
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, Por Cristo Nuestro Señor.
Con cuya gracia quisiste iluminar sobremanera al bienaventurado
Benito, el cual juzgó que nada debía anteponer a Su amor y a cuyo
servicio, como a verdadero rey, se entregó junto con sus hijos.
Varón esclarecido por sus milagros y egregias costumbres, fue por Ti
elegido como Doctor por excelencia de la vida monástica, para que,
mediante la oración, el trabajo y la práctica de las virtudes, te
buscasen sinceramente los hombres y anhelasen los bienes celestiales a
ellos destinados.
Celebrando, pues, con gozo, estas maravillas de Tu generosidad, te
entonamos un himno de gloria, diciendo con los coros angélicos:
Santo…
20 de agosto
N. P. S. BERNARDO DE CLARAVAL, ABAD Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Nació el año 1090 cerca de Dijon (Francia). Recibió una piadosa educación, y el año 1111 se
unió a los monjes de Císter. Poco después fue elegido abad del
monasterio de Claraval, cargo que desempeñó con gran provecho de sus
monjes. A causa de las divisiones que aquejaban entonces a la Iglesia,
se vio obligado a viajar por Europa con el objeto de restablecer la paz
y la unidad. Escribió mucho sobre teología y ascética. Se le conoce
con el nombre de Doctor Melifluo por la dulzura de su doctrina, y también como el Cantor de María. Es Doctor de la Iglesia y el último de los Padres. Murió el año 1153.
Bajo el impulso de S. Bernardo de Claraval y de otros, el ideal de reforma cisterciense se propagó de tal modo que
los monasterios de monjes y monjas que se unían a la observancia
cisterciense se extendieron más allá de la Europa Occidental.
Prefacio
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Dios todopoderoso y eterno, y darte gracias
siempre y en todo lugar, por Cristo, Señor Nuestro.
Porque nos concedes la alegría de celebrar la solemnidad de Nuestro
Padre San Bernardo, al que llenaste con el don de Tu sabiduría, y,
ardiente por el espíritu de amor y de oración, le hiciste vivir
estrechamente unido a Tu Verbo.
Insigne por su santidad y vida ejemplar, eximio predicador de la
Virgen Madre, irradió por todas partes la fe y la doctrina, llegando a
ser, en Tu Iglesia, autor de concordia, de unidad y de paz.
Por eso, Señor, con todos los ángeles, te alabamos ahora y siempre, diciendo con humilde fe:
Santo…
San Roberto de Molesmes, abad
fecha: 17 de abril fecha en el calendario anterior: 29 de abril n.: c. 1027 - †: 1111 - país: Francia otras formas del nombre: Roberto de Citeaux canonización: C: Honorio III 8 ene 1222
En
el monasterio de Molesmes, en Francia, san Roberto, abad, quien deseoso
de una vida monástica más sencilla y estricta, fue fundador de
monasterios y esforzado superior, director de ermitaños y restaurador
eximio de la disciplina monástica, e instaurador del monasterio de
Cister, que rigió como primer abad. Finalmente fue llamado de nuevo como
abad a Molesmes, donde descansó allí en paz.
Los orígenes de la reforma Cisterciense están indefectiblemente ligados a Roberto (1028-1111), Alberico (c.1050-1108) y a Esteban Harding
(1066-1134), los tres fundadores inmortalizados en la obra de Dom
Columbia Marmion, «Tres monjes rebeldes». La «Vita» de Roberto fue
redactada como apoyo a la canonización en 1222. El autor es un monje
anónimo de Molesmes, que la escribe a petición de su abad, Odón II
(1215-1227). Habían pasado más de cien años desde la muerte de Roberto, y
todos los recuerdos directos hacía tiempo habían desaparecido. Salvo
algunos prodigios milagrosos, parece que las grandes lineas de su vida
están relatadas de manera seria, aun cuando el propósito era ante todo
hacer una obra de edificación y defensa, no una biografía o un relato
histórico de la carrera de Roberto.
El santo nació hacia 1028 en el Condado de Champagne. Como muchos
otros monjes de esta época, pertenecía a las clases altas de la
sociedad, pero muy poco cultivadas -poseían tierras, siervos y
relaciones con la nobleza. Sus padres se llamaban Thierry (Theodoricus) y
Ermengarda. A los quince años fue admitido en el monasterio de
Montier-la-Celle y unos 10 años mas tarde lo encontramos como Prior del
mismo.
Un giro en la vida de Roberto ocurre en 1074 cuando una comunidad de
ermitaños situada en los bosques de Colan solicita al Papa Gregorio VII
su nombramiento como superior, cosa que así sucede. Al año siguiente, el
20 de Diciembre de 1075, cambió al grupo a Molesmes, en un terreno
otorgado por la Familia Maligny, que eran parientes suyos. Entre los que
firman el documento de donación, se halla Tescelino el Rojo, padre de
san Bernardo. La fundación de Roberto fue un éxito tan grande que
rápidamente Molesmes se convirtió en otro Cluny; en 1098 contaba con
unos 35 prioratos dependientes, otras casas anejas y monasterios de
monjas asociadas. El descontento de Roberto por tener que lidiar con un
género de vida casi de señor feudal, queda de manifiesto en el hecho de
que varias veces entre 1090 y 1093 lo encontramos entre grupos de
ermitaños en las cercanías de Aux.
Con el correr del tiempo, las tensiones en la comunidad de Molesmes
entre monjes que querían «adherirse de un modo más estricto a los
preceptos de nuestro Padre San Benito» y otros que defendían los valores
de las tradiciones que ya vivían fueron creciendo. La lucha entre los
«innovadores» y los «tradicionalistas» continuó. Sin duda, ante el poco
entusiasmo del obispo local por cambiar la situación de Molesmes, los
«reformadores» intentaron una entrevista con Hugo de Die, el reformador,
arzobispo de Lyon y legado del Papa Urbano II. Finalmente, con el
consentimiento del legado Papal, la comunidad se dividió y el grupo
nuevo partió para fundar lo que eventualemte será el monasterio de
Citeaux. Roberto fue instalado allí como abad. En los documentos más
antiguos, la fundación se llama sencillamente «Nuevo Monasterio». El
cambio por «Císter» sólo tuvo lugar con la expansión de la Orden, tal
vez hacia 1119.
Sin embargo al final de su vida volvió a Molesmes, donde en 1111, «en
el año 83 de su vida, el 17 de Abril, su cuerpo volvió a la tierra»
(Vita Roberti, 14). Lamentablemente no se conservan escritos auténticos
de Roberto; existen dos cartas editadas en Migne, pero son dudosas.
He tomado este texto de la introducción a una muy bien editada Vida del bienaventurado Roberto abad de Molesmes y Citeaux,
allí se encuentra el texto completo traducido de la Vita anónima a la
que hace mención, y que recomiendo para lectura porque es la fuente
original de donde deriva todo escolio biográfico sobre el santo. La
edición fue realizada en castellano para la cátedra de Historia de la
Iglesia Medieval en la Universidad Católica Argentina, en 2005, y firman
el trabajo Fernando Gil y Ricardo Corleto, quienes aclaran que los
documentos originales provienen del web de la OCSO (Orden Cisterciense
de la Estricta Observancia), a quienes he puesto, por tanto, como fuente
última. Cuadro: San Roberto de Molesmes acoge a san Bernardo de
Claraval en la Orden Cisterciense. Obra de Francisco de Goya, 1787, que
se encuentra en Valladolid, España.
fuente: Orden Cisterciense de la Estricta Observancia
Orden del Císter
San Roberto de Molesmes recibe
a San Bernardo en la Orden
+ Orden Cisterciense de la Común Observancia (O.Cist)
La Orden del Císter tiene su origen en la fundación de la Abadía de Citeaux (Francia) en 1098 por San Roberto de Molesmes, con la colaboración de San Alberico y San Esteban Harding. El Santo Fundador y sus compañeros deseaban llevar a cabo una reforma del monacato benedictino
que consideraban alejado del auténtico espíritu de San Benito, a tenor
del género de vida relajado y mundano que se había instalado en tantas
abadías benedictinas. Contribuyó a su desarrollo y expansión San Bernardo de Claraval
(1090-1153), considerado el maestro espiritual de la Orden. En 1132 se
funda el primer monasterio de monjas Cistercienses en Tart-l´Ábbaye
(Francia). La restauración de la Regla Benedictina llevada a cabo por la Orden del Císter se centraba en el ascetismo monástico apoyado por el silencio y la soledad, el rigor litúrgico pues para cantar las alabanzas del Señor vinieron los monjes al monasterio, y el trabajo manual al que tanta importancia concedió San Benito y cuyo abandono es sintomático de la relajación del monacato.
San Bernardo imprimió un fuerte fervor mariano en la Orden
Gran novedad en la Orden del Císter fue el vínculo que unía en la observancia de la Regla y la caridad las diferentes abadías. Entre 1114 y 1118, el Abad de Citeaux, San Esteban Harding, redactó la Carta de Caridad
que es el texto constitucional de la Orden. Este texto instauraba una
disciplina uniforme en el conjunto de las abadías. Cada abadía, aun
conservando una gran autonomía, dependía de una abadía madre: la que la
fundó o aquella a la que estuviese vinculada. Establecía a su vez la
figura del Abad Visitador y un Capítulo General de la Orden, supremo
órgano moderador de la misma.
Ruinas del Monasterio de Moreruela (Zamora)
Con la Desamortización de Mendizábal de 1835, desaparecieron en España
todos los monasterios cistercienses masculinos, quedando los de las
monjas Cistercienses bajo la jurisdicción de los obispos. A finales del
s. XIX comienza la restauración de los Cistercienses de la Común
Observancia en España; no obstante son pocos los monasterios
restaurados. Actualmente existen 2 monasterios masculinos. Los
monasterios femeninos son 18.
En España existen a día de hoy dos Congregaciones de la O.Cist:
Comunidad del Monasterio de San Andrés de Arroyo (Palencia)
* Congregación de San Bernardo de Castilla (femenina):
- Monasterio de Nuestra Señora de Alconada en Ampudia de Campos (Palencia).
- Monasterio de San Quirce y Santa Julita en Valladolid (Valladolid).
- Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad Bernarda en Madrid (Madrid).
- Monasterio del Santísimo Sacramento en Boadilla del Monte (Madrid).
- Monasterio de San Vicente el Real en Segovia (Segovia).
- Monasterio de Santa María de Barria en Oyón (Álava).
Monjes de Santa María de Poblet
* Congregación de Aragón:
. Monasterios masculinos:
. Monasterios femeninos:
+ Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (OCSO): Trapenses
La Orden Cisterciense de la Estricta Observancia nace como una vuelta a los orígenes del Císter. Su promotor fue Dom Armand Jean le Bouthillier de Rancé, que lideró la vuelta a la primitiva observancia en el Monasterio de la Trapa (Francia) en 1664. Permaneció como una rama reformada de la Orden hasta su independencia concedida por León XIII en 1893. La nueva Orden se basaba en la Carta de Caridad y en las tradiciones cistercienses interpretadas por el Abad de Rancé. En 1902, León XIII les impuso el nombre de Orden de Cistercienses Reformados o de la Estricta Observancia.
A raíz de la Desamortización de Mendizábal de 1835 que confiscó los
bienes de las Órdenes monásticas y las suprimió, los monasterios
Cistercienses de la Común Observancia de España quedaron abandonados. En
el último cuarto del s. XIX comenzó la restauración de la vida
monástica en España. Los Cistercienses de la Estricta Observancia con
renovado impulso consiguieron a lo largo del s. XX recuperar algunos de
los antiguos monasterios que habían sido de los Cistercienses de la
Común Observancia y de los Benedictinos. A día de hoy, la inmensa
mayoría de los monasterios masculinos de Cistercienses en España son de
la Estricta Observancia (Trapenses).
Comunidad del Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos)
* Monasterios masculinos de la Orden en España:
- Monasterio de Santa María de Viaceli (Cantabria).
- Monasterio de Monte Sión (Toledo).
* Monasterios femeninos de la Orden en España:
Al llegar los Trapenses a España durante el s. XIX, algunos monasterios
de monjas Cistercienses pasaron a la Estricta Observancia; otros son de
nueva fundación. La primera “Trapa femenina” española fue la de Santa
María de San José en Alloz (Navarra).
- Monasterio de Santa María Gratia Dei en Benaguacil (Valencia).
- Monasterio de Santa María la Real en Arévalo (Ávila).
- Monasterio de Nuestra Señora de la Paz en La Palma (Murcia).
Comunidad del Monasterio de Villamayor de los Montes (Burgos)
* Congregación Cisterciense de San Bernardo de España o de las Huelgas Reales
(femenina): Esta Congregación de la OCSO nace en 1994 con la
integración de aquellos monasterios de monjas que si bien históricamente
pertenecían a la Orden Cisterciense de la Común Observancia, habían
iniciado un progresivo acercamiento y vinculación espiritual con la
OCSO, promovido por el hecho de la práctica inexistencia de monjes
O.Cist en España. Tras el proceso pertinente, los monasterios
aglutinados en la Congregación de San Bernardo se integraron de manera
definitiva en la OCSO.
- Monasterio de San Miguel de las Dueñas en San Miguel de las Dueñas (León).
- Monasterio de S. Joaquín y Sta. Ana en Valladolid (Valladolid).
- Monasterio de Sta. María la Real en Gradefes (León).
- Monasterio de Santa María de Jesús en Salamanca (Salamanca).
- Monasterio de la Encarnación en Talavera de la Reina (Toledo).
- Monasterio de la Purísima Concepción en Córdoba (Córdoba).
- Monasterio de San Ildefonso en Teror (Gran Canaria).
- Monasterio de Ntra. Sra. del Río y San José en Liérganes (Cantabria).
- Monasterio de la Santísima Trinidad en Breña Alta (Tenerife).
- Monasterio de las Calatravas en Burgos (Burgos).
Comunidad del monasterio de San Bernardo (Burgos)
******************************
Es preciso
recordar que tras la reforma del Císter y de la Trapa se encontraban
verdaderas situaciones de necesidad, que obligaron en conciencia, bien a
San Roberto de Molesmes o al Abad de Rancé, a comenzar de nuevo tras
los pasos del Evangelio de Jesús y la Regla de San Benito. Por ejemplo,
en el contexto histórico de San Roberto, los monasterios benedictinos se
habían convertido en auténticos latifundios agrícolas, donde los abades
actuaban como señores feudales, despreocupándose de la comunidad
monástica que en muchos casos vivía alejada del primitivo fervor y
observancia. San Roberto quiso retomar a la primitiva pobreza, la
alabanza divina (abandonada en algunos monasterios) y el trabajo manual
(abandonado por algunos benedictinos en pos de un más que sospechoso
trabajo intelectual que se resolvía a efectos prácticos en holgazanería,
con lo que los monjes no vivían de su trabajo sino de las rentas del
monasterio).
Tristemente, con el transcurso
del tiempo, la Orden del Císter volvió a caer en el mismo error, siendo
escandaloso el hecho de que por abades cistercienses se encontrasen
miembros de la nobleza y del alto clero que ni siquiera residían en los
monasterios, pero que por dicho cargo recibían cuantiosas sumas de
dinero. El Abad de Rancé quiso de nuevo retornar a la pobreza y
simplicidad de vida del monje. A día de hoy, gracias a Dios, estas
intromisiones del mundo en los monasterios no se dan con tanta
virulencia, y tantos los Cistercienses de la Común Observancia como los
Cistercienses de la Estricta Observancia viven su vida monástica
centrada en la búsqueda de la unión con Dios a través de la oración
litúrgica y personal, de la Lectio Divina y del trabajo manual, siguiendo el camino trazado por San Benito en su Regla.
Comunidad del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria)
Conocer el monasterio para elegir la comunidad adecuada
Ahora bien, la observancia y las costumbres varían de un monasterio a otro. No es lo mismo ingresar en un monasterio que en otro aunque sean de la misma Orden. Lo prudente y aconsejable es visitar in situ
varios monasterios para comprobar cómo transcurre en ellos la vida y
verificar qué espíritu es con el que el vocacionado se siente más
identificado. Y en nuestra opinión, lo más importante es el componente
humano de dichos monasterios: sus monjes y monjas. Es necesario conocer a
la comunidad monástica para intuir qué clases de relaciones fraternas
basadas en la caridad se dan entre sus miembros. Y como en todas partes,
en los monasterios hay de todo.
La espiritualidad del Císter
Madre de los Cistercienses
La Orden del Císter surgió como un intento de recuperar la vida
benedictina en su naturalidad y sencillez originales, encarnando la
Regla de San Benito en su pureza e integridad, en su rectitud y en su
verdad. La vida cisterciense implica vida de desierto, ciudad y escuela. En cuanto desierto, el monasterio es un espacio de soledad, un lugar ascético, de combate espiritual y purificación, de vacío y silenciamiento interiores, que pretende abrir el alma a la escucha de la Palabra de Dios.
En tanto que ciudad expresa la dimensión comunitaria de la vida cisterciense como cristalización de la comunidad cristiana ideal: una comunidad
mística de creyentes transformados en Cristo por la asimilación a la
Palabra y unidos entre sí por el amor ordenado y la concordia.
"La
Divina Providencia, por una gracia admirable, dispuso que en estos
desiertos en que habitamos tengamos la quietud de la soledad sin
carecer, no obstante, del consuelo de una agradable y santa compañía.
Cada uno puede sentarse solitario y callar, ya que nadie le dirige la
palabra; por otra parte, no puede decir: 'pobre del que está solo,
porque no tiene a nadie que lo reanime ni lo levante si cae'. Vivimos
rodeados de muchas personas, y a pesar de ello no estamos en medio del
tumulto, vivimos como en una ciudad y, sin embargo, ningún ruido nos
impide oír la voz del que clama en el desierto, con tal que guardemos el
silencio interior tanto como el exterior". (Beato Guerrico O.Cist)
San Benito considera su monasterio como una escuela y un taller espiritual: la idea del monasterio como una escuela en la que Cristo es el Maestro.
La escuela monástica ofrece una enseñanza existencial, espiritual,
integral, impartida por la escucha de la Palabra de Dios, que enseña el
camino de los mandamientos por el que los monjes corren, como dice la
Regla, con el corazón dilatado. En definitiva, el objetivo de la
vocación cisterciense consiste en buscar a Dios en una vida de
sencillez, en la escucha de su Palabra, en oración personal y litúrgica y
en el trabajo manual, todo ello en un marco de soledad y silencio, y
gozosa compañía de hermanos.
Monjas de las Huelgas Reales de Burgos
LA ORDEN DE CISTERFUNDADA POR ROBERTO DE MOLESME
La orden monástica cisterciense nació en Citeaux en 1098
fundada por Roberto de Molesme. De aquella primera abadía
surgió el impulso y modelo para una renovación de la vida
religiosa, recuperando los antiguos principios de la
Regla Benedictina y haciendo especial hincapié en
la separación del «mundo», en la vida de oración, y en
el trabajo.
La orden se difundió rápidamente por toda Europa en
el
siglo XIII y para el siglo siguiente ya contaba con 700monasterios. En
el siglo XVII se dividió en dos grandes ramas: la de la «observancia
primitiva» o trapistas y la de la «observancia común» o cistercienses
propiamente dichos.
En el siglo XIX, tras las supresiones impuestas por el poder político francés, muy pocos monasterios pudieron subsistir.
En
nuestro siglo, sin embargo, su intensa espiritualidad ha provocado un
nuevo y esperanzador crecimiento en abadías y vocaciones.
El
23 de marzo de 1998, Juan Pablo II felicitó a los cistercienses el
noveno centenario de la fundación de la abadía cisterciense de Citeaux, en Francia.
En su mensaje a los continuadores de la obra de Roberto de Molesme,
el Santo Padre les invitó a «seguir siendo testigos ardientes y
entusiastas de la búsqueda de Dios» y les alentó a abrir las puertas de
las abadías a aquellos laicos sedientos de oración y espiritualidad, a
condición de que no se vea perjudicada «la identidad propia de vuestra
vida monástica». El obispo de Roma recordó también el sacrificio de los
monjes trapistas de la abadía de Tibhirine, asesinados por un comando
integrista en Argelia. Les definió «mártires del amor de Dios a todos
los hombres» y aseguró que han sido «artesanos de la paz a través del
don de su vida».
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