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Luquesio y Buonadonna de Poggibonsi, Beatos |
Luquesio nació en Gaggiano, caserío del Chianti. Siempre había deseado
seguir la carrera de las armas y era del partido
de los Güelfos. Pero después de haber participado en las
luchas políticas a sus propias expensas, decidió retirarse y se
trasladó a Poggibonsi (Siena), donde comenzó a ejercer el comercio
con lo cual recuperó su holgura económica perdida en las
lides políticas. Casado, era muy consciente de que una mujer
es muy buena si no malgasta la hacienda. Pero poco
a poco, de avaro que era, comenzó a ser generoso
y fue acercándose paulatinamente a las prácticas piadosas, al igual
que su mujer.
Ambos esposos eran bien diferentes de lo que
habían sido de jóvenes. En aquel tiempo pasó por la
región San Francisco, a quien Luquesio conocía ya como hijo
de su colega Pedro de Bernardone, pero luego logró conocerlo
también como santo y lo alojó gustoso en su casa.
Impresionados por su espíritu de pobreza y sencillez, él y
su esposa Buonadonna fueron a preguntarle a San Francisco cómo
podían ellos, casados y con hijos, seguir el camino del
Evangelio y poder tener una regla como ya les había
dado a los Hermanos y a las Hermanas. Debía ser
una norma de vida cuya observancia sirviera para imitar a
aquellos que se habían consagrado a Dios.
Con tal fin Francisco
venía pensando ya de tiempo atrás en una institución que
agrupase bajo una regla de vida también a los laicos
casados y trabajadores, que por lo mismo no podían observar
completamente los tres votos de castidad, pobreza y obediencia.
Lo que
en última instancia lo llevó a concretar esta idea fue
la petición de los dos esposos de Poggibonsi. Señaló a
Luquesio y a su mujer un vestido semejante al de
los Hermanos. Más tarde les envió la regla de la
llamada «Tercera Orden Franciscana», definida como «medula del santo Evangelio».
Los
terciarios franciscanos se difundieron rápidamente y de manera sorprendente, puede
decirse que en los siglos sucesivos muchos en Europa fueron
terciarios franciscanos. En Italia, entre las glorias de la Tercera
Orden se cuentan Giotto de Bondone, Dante Alighieri y Cristóbal
Colón.
La tradición según la cual los dos esposos de Poggibonsi
fueron los dos primeros terciarios franciscanos no es segura. Pero
ellos fueron los primeros en alcanzar la gloria del altar
porque en Poggibonsi el culto a los beatos Luquesio y
Buonadona comenzó inmediatamente después de su muerte.
Muchos episodios, prodigiosos o
edificantes se narran acerca del resto de su vida, que
ciertamente se desarrolló santamente, en busca de una perfección siempre
creciente, siguiendo cada vez más estrictamente la regla dada por
San Francisco para la Tercera Orden. Luquesio y Buonadona fueron
los primeros en practicarla, como medio de honestidad, de paz
y de amor en la tierra, y de eterna bienaventuranza
en el cielo. Murió el 26 de abril de 1260
y su cuerpo se venera en la iglesia de los
hermanos menores.
Inocencio XII en 1694 concedió oficio y misa en
su honor.
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