martes, 24 de abril de 2012

Lleva tu vida cotidiana a la oración


Después de varios viajes y el Triduo Pascual, el Santo Padre retoma en sus catequesis del miércoles el tema de la oración en el Nuevo Testamento. En esta ocasión, se centra en el "pequeño Pentecostés" que tuvieron los discípulos de Cristo después de que Pedro y Juan fuesen liberados (Hch 4, 24), pidiendo todos juntos a Dios que les ayudase a proclamar Su Palabra con franqueza. Al finalizar esta oración, la tierra tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo.
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Esta oración comunitaria de los discípulos nos da dos pistas para nuestra oración:
1. La ventaja de rezar en común: Orar juntos, en comunidad, es una ayuda para nuestra vida. El ver a otros que oran, que se sienten también necesitados de Dios igual que nosotros, nos motiva a orar con más fervor. Además, la oración en común une a los miembros de una comunidad. Familia que reza unida, permanece unida.
2. La oración ayuda a comprender mi realidad presente al interno de la historia de la salvación: Los discípulos inician invocando la grandeza de Dios y cómo Él ha intervenido en la historia, finalizando con el sacrificio de Cristo en la cruz. Lo que les está sucediendo a ellos en ese momento es leído a la luz de la cruz de Cristo, que es la clave para comprender en profundidad su situación. Por tanto, no temamos en nuestra oración introducir los eventos de nuestra vida cotidiana para comprender su significado profundo. La oración ayuda a ver la historia personal desde la perspectiva más correcta, que es la de Dios.
Aquí puedes leer completa la catequesis del Papa Benedicto XVI del 18 de abril de 2012

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