Pío V
San Pío PP V O.P., (*
Bosco,
17 de enero de
1504 – †
Roma,
1 de mayo de
1572).
Papa nº 225 de la
Iglesia católica de
1566 a
1572.
Nacido
Antonio Michele Ghiselieri, fue
fraile dominico y comisario General de la
Inquisición Romana, y posteriormente Sumo Pontífice. Canonizado por
Clemente XI en
1712.
Carrera eclesiástica
Nacido
Antonio Michele Ghiselieri en Bosco,
Ducado de Milán (hoy
Bosco Marengo en la
provincia de Alessandria,
Piamonte),
Italia, a la edad de catorce años entró en la
Orden de Predicadores, tomando el nombre de
Michele; de allí pasó del monasterio de
Voghera al de
Vigevano, y después a
Bolonia. Fue ordenado sacerdote en
Génova en
1528, y radicó en
Pavía, donde enseñaría por los próximos dieciséis años.
Pronto dio muestras de sus opiniones cuando expuso en
Parma
treinta tesis en defensa del papado y contra las herejías de su tiempo.
En contraste con la laxitud moral imperante a la sazón en la Iglesia
Católica, Ghislieri se mostró severo y estricto, lo cual le granjeó
cierta fama entre sus superiores como un enérgico disciplinario y fue
nombrado
inquisidor en
Como. Su celo reformista provocó, sin embargo, tales resentimientos que fue obligado en
1550 a regresar a
Roma, donde, después de haber servido en diversas misiones inquisitoriales fue electo al
comisariado de la
Santa Sede. El papa
Paulo IV (1555–59), quien siendo cardenal ya había mostrado favoritismo hacia él, le confirió el cargo de obispo de las diócesis de
Sutri y
Nepi,
el cardenalato con el título de Alejandrino y el honor (único para
alguien que no tenía rango pontificio) de ser Gran Inquisidor. Bajo el
papa
Pío IV (1559–65) se convirtió en obispo de
Mondovi en el Piamonte, pero su oposición al pontífice propició su despido del palacio y el fin de su autoridad como inquisidor.
Pontificado
Antes de que Ghislieri pudiera retomar su episcopado, Pío IV murió y
el 7 de enero de 1566 Ghislieri fue elegido para la silla papal como Pío
V; gracias a sus protegidos y amigos se logró que su coronación
coincidiera con su cumpleaños, diez días después.
El mismo año de su elección se reunía en Alemania la
dieta general del Imperio, celebrada en
Augsburgo el 26 de marzo de 1566; Pío V impuso, a través de sus representantes, las nuevas directrices del
Concilio de Trento en los estados católicos de Alemania, intentando detener de este modo la influencia de la
Reforma Protestante en esos territorios y dando inicio efectivo a la llamada
Contrarreforma o
Reforma católica.
Tal y como había ejercido el cargo de Gran Inquisidor, Pío V se
propuso restaurar la disciplina y moralidad de Roma encauzando la vida
espiritual del mundo cristiano, y aun la terrenal también, pues como
tantos otros papas teocráticos que le habían precedido, mediante la bula
In cœna Domini proclamó la supremacía de la iglesia de
Roma y de su cabeza visible sobre todos los poderes civiles y sobre quienes los ostentaban.
Entre sus primeras acciones llevó a cabo una drástica reducción el
costo de la corte papal de la misma manera que lo había hecho en la
Orden Dominicana a la cual había pertenecido; además, obligó a los
obispos a residir en sus diócesis, reguló los hospicios, expulsó a las
prostitutas de Roma y reafirmó la importancia de las ceremonias en
general y de la liturgia de la misa en particular. Intentó de esta
manera poner en práctica los acuerdos del
concilio de Trento
e impulsar su espíritu contrarreformista con firmeza; incrementó el
poder de la Inquisición e hizo que la forma de las misas se uniformara
mediante la promulgación de la bula
Quo Primum tempore,
de 1570. Pío V hizo de la misa llamada tridentina o gregoriana el único
modelo para la Iglesia Católica Romana, excepto allí donde la liturgia
de la misa fuera anterior a 1370 y aún estuviera en uso. Esta forma de
la misa ha permanecido esencialmente intacta hasta hoy; en 1970, a raíz
del
Concilio Vaticano II, el papa
Pablo VI promulgó un nuevo rito, que
Benedicto XVI
ha llamado rito ordinario, para la Iglesia universal, aunque sin
derogar jamás la forma tridentina o tradicional codificada por Pío V y
que queda en la actualidad como forma extraordinaria.
En Roma, encargó al pintor
Daniele da Volterra que cubriese en parte las figuras trazadas en la
Capilla Sixtina por
Miguel Ángel, que las había pintado desnudas en su mayoría. Asimismo mereció su desaprobación la
pagana costumbre de lidiar toros; la
bula De salutis gregis dominici de
1 de noviembre de
1567 prohibía, y aún prohibe estos bárbaros espectáculos bajo pena de excomunión a perpetuidad.
Financió con cargo al erario pontificio la participación de la Iglesia en las guerras santas en
Francia contra los hugonotes, o la expulsión de los judíos de los estados de su jurisdicción.
Contra los turcos promovió el papa la
Liga Santa que quedó constituida por
España,
Venecia y los propios
Estados Pontificios, con participación
genovesa. Al frente de las fuerzas combinadas puso el papa a don
Juan de Austria, hermanastro de
Felipe II,
a quien definió, utilizando la cita evangélica referida a Juan el
Bautista, como «un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan». Las
capitulaciones de la Liga fijaban detalladamente los recursos militares
con que había de contribuir cada uno de los participantes. El papa
asumía el compromiso de aportar 12 galeras aparejadas y dispuestas,
3.000 soldados de infantería y 270 jinetes con sus monturas. También se
comprometían los coaligados a acudir en socorro de cualquiera de los
miembros de la Liga que se viese atacado por los turcos, en especial si
los territorios en peligro eran los de la Santa sede. Como cláusula de
penalización para quien no atendiese sus obligaciones de confederado, el
Papa impuso en las estipulaciones la pena de excomunión
latae sententiae y el entredicho con pérdida de sus posesiones y liberación del juramento de fidelidad de sus súbditos.
En
1567, Pío V promulgó una bula papal, en la que ordenaba que fuesen trasladadas parte de las reliquias de los
santos Justo y Pastor desde
Huesca a
Alcalá de Henares, ciudad de su cuna y martirio. En noviembre de ese mismo año,
Felipe II y su hijo el
príncipe Carlos,
enviaron una carta cada uno dirigida al Obispo de Huesca para que
cumpliese con lo ordenado por el Papa. Así fue como parte de las
reliquias de los santos Justo y Pastor fueron remitidas a la ciudad de
Alcalá de Henares de la que son patronos los "
Santos Niños".
Pío V murió el
1 de mayo de
1572, unos meses después de que la Liga obtuviese un gran triunfo en la
batalla de Lepanto (
7 de octubre de
1571).
En contraste con las medidas en ocasiones drásticas y rígidas que
promovió, Pío V era, al parecer, una persona de trato bondadoso y
afable, y desde luego muy admirado por sus contemporáneos por su intensa
vida espiritual, su austeridad y su piedad.
1
Curiosidades
- Las profecías atribuidas a San Malaquías se refieren a este papa como Angelus nemorosus
(El ángel de los bosques), cita que hace referencia a que su nombre de
pila era el de un ángel y a que su lugar de nacimiento fue Bosco
(bosque).
- Promulgó la bula "De Salute gregis Dominici" (1.er de noviembre de 1567), por medio de la cual prohibió los juegos taurinos, "estos sangrientos y vergonzosos espectáculos dignos de los demonios y no de los hombres", así como cualquier participación activa o pasiva en ellos.
En su decreto, el Papa advertía que "
Si alguno llegase a encontrar en estos (juegos) la muerte, que la sepultura eclesiástica le sea negada", precisando además que "
prohibimos
e impedimos, en virtud de que la presente Constitución estará vigente
para siempre, so pena de incurrir ipso facto en la excomunión, permitir
que tengan lugar espectáculos de éste tipo, donde se hostigue a toros y
otras bestias salvajes (...) Prohibimos igualmente, bajo pena de
excomunión y de anatema, a los clérigos así como a los seglares (…)
asistir a estos espectáculos. (...) Si alguno llegase a encontrar en
éstos la muerte, que la sepultura eclesiástica le sea negada". Pío V termina aclarando que "
Ordenamos
a todos nuestros hermanos patriarcas, primados, arzobispos y obispos, y
a nuestros ordinarios locales en virtud de santa obediencia, apelando
al juicio divino y a la amenaza de la maldición eterna, que hagan
publicar suficientemente nuestro escrito en las ciudades y diócesis
propias y cuiden que se cumpla lo que arriba hemos ordenado (...)
Queremos que el presente escrito se haga público en la forma
acostumbrada en nuestra Cancillería Apostólica y se cuente entre las
constituciones que estarán vigentes perpetuamente."
Referencias
- ↑ Ver la biografía del Papa en [1]
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