miércoles, 16 de octubre de 2013

Judas Tadeo y Simón Santos.


Apóstoles, 28 de octubre.
 
Judas Tadeo y Simón Santos
Judas Tadeo y Simón Santos

Octubre 28


Etimológicamente significa “honrado, alabanza”. Y Simón = “Dios le oye”. Vienen de la lengua hebrea.

Hoy se celebra en toda la Iglesia universal la fiesta de estos dos apóstoles del Evangelio.
Simón pertenecía al grupo formado en Israel. Se llamaban los “zelotes”. Su fin era trabajar duramente contra la invasión romana en su país. Sin embargo, la escucha de la palabra de Cristo fue para él el descubrimiento a la universalidad del amor de Dios.

Judas se ha convertido en un de los santos más populares por los favores que concede a la gente en lo concerniente a la búsqueda de trabajo.
Esta devoción la vivió ya en su vida la santa Brígida. Se puede leer en su libro “Las revelaciones” el profundo respeto y devoción por este apóstol del siglo I de nuestra era.

¿Por qué razón celebran la fiesta el mismo día?

La cosa es muy sencilla. Cuenta la tradición que los dos iban siempre juntos en su rico y fecundo apostolado. El Señor lo llamó para completar el número de los doce apóstoles, encargados de ser los continuadores de la obra de Jesús en el mundo.

Se le llama Tadeo para distinguirlo del otro Judas Iscariote que traicionó, vendió al Señor por treinta monedas de plata y después se ahorcó.

San Judas escribió poco. Tan sólo una Carta suya se encuentra en la Biblia. La finalidad de su escrito era una crítica severa contra los gnósticos, una herejía que separa lo físico de lo espiritual. Lo físico o corporal es malo, y el espiritual es el bueno. Y los dos provienen mediante emanaciones del mismo Dios.

Su Carta termina con estas palabras:" Sea gloria eterna a nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

Los dos murieron martirizados de forma cruel.
 

San Simón y San Judas Tadeo
 
 
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe. En Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión admirable ayuda de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios.
Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo. Judas es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".
Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe".
Simón significa: "Dios ha oído mi súplica".
A San Simón y San Judas Tadeo se les celebra la fiesta en un mismo día porque según una antigua tradición los dos iban siempre juntos  todas partes a predicanr la Palabra de Dios. Ambos fueron llamados por Jesús para formar parte del grupo de sus 12 escogidos o apóstoles. Ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego el día de Pentecostés y presenciaron los milagros de Jesús en Galilea y Judea y oyeron sus sermones; le vieron ya resucitado y hablaron con Él después de su santa muerte en la Cruz, le vieron luego de Su gloriosa  resurrección y fueron testigos prescenciales Su ascensión al cielo.
A Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que entregó a Jesús.
San Judas Tadeo escribió una de las Cartas del Nuevo Testamento. En la misma, ataca a los gnósticos y dice que los que tienen fe pero no hacenbuenas obras son como nubes que no tienen agua, árboles sin fruto, y olas con sólo espumas, y que los que se dedican a los pecados de impureza y a hacer actos contrarios a la naturaleza, sufrirán la pena del fuego eterno.
La antigua tradición cuenta que a San Simón lo mataron aserrándolo por medio  y, a San Judas Tadeo, cortándole la cabeza de un hachazo. A San Judas le pintan muchas veces con un hacha en la mano.  

 
 



San Judas Tadeo, Apóstol
F
iesta: 28 de Octubre, junto al apóstol San Simón
Ver también: 12 Apóstoles, cadenas
Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10:3, Marco 3:18). No sabemos cuando ni como entró a formar parte de los discípulos.  Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1:13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14:22).  Esta distinción es necesaria dado a que el Judas Iscariote fue quien traicionó a Jesús.
"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".  Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"
El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero . . . el hermano de Santiago y de Judas?".
Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que El y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo.
Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son . . . hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa. San Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.
Con frecuencia se ha confundido a San Judas Tadeo con el San Tadeo de la leyenda de Abgar y se ha dicho que murió apaciblemente en Beirut de Edessa. Según la tradición occidental, tal como aparece en la liturgia romana, se reunió en Mesopotamia con San Simón y que ambos predicaron varios años en Persia y ahí fueron martirizados. Existe un presunto relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia. Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con una hacha y por eso lo pintan con una hacha en la mano. Por ello, la Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente separa sus respectivas fiestas.
Hay varias leyendas sobre San Judas Tadeo propagadas por Eusebio que son poco confiables. 
El devoto debe quidarse de no caer ciertos abusos, como la "novena milagrosa" a Judas Tadeo que ofrece al devoto grandes recompensas económicas con la condición de que se hagan copias de ella y sean enviadas a un número de personas.  Esta novena raya en la superstición y está centrada mas en interés económico que en la búsqueda de la santidad. 
Oración
Concédenos Señor, por medio de tu santo apóstol San Judas Tadeo, la gracia de dedicar nuestra vida, nuestras cualidades y nuestros esfuerzos a hacerte conocer y amar y, al final de nuestras vidas, lograr, como él, un puesto junto a Ti en el cielo.
BIBLIOGRAFIA- Butler, Alban, Vidas de los Santos, Vol. IV
- Sálesman, P. Eliécer,  Vidas de Santos # 4.
- Sgarbossa, Mario, Luigi Giovannini - Un Santo Para Cada Día.



SANTOS SIMÓN Y JUDAS TADEO
1.
Hay que dar vueltas a la frase de la carta a los efesios: "Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles". ¿Qué sería de la iglesia sin tradición? Es cierto que la iglesia está naciendo cada día, en la medida en que el Espíritu suscita la fe en Jesús y vincula a los creyentes. Pero es la iglesia que surge con los apóstoles. Hay una continuidad histórica que se convierte en garantía de autenticidad. Creyentes de la talla del cardenal Newman nos han ayudado a profundizar en este aspecto de la fe.
Es fácil sucumbir a la tentación de que todo -y también la fe- nace con cada uno de nosotros. Es la tentación del adolescente, que siente que inaugura la vida. Cuando uno vive la fe como un eterno adolescente le sobran los apóstoles, los mártires y todo lo que no sea su yo cerrado.
Digo esto porque hoy celebramos la fiesta de San Simón y San Judas, dos apóstoles de segunda fila y, quizá por eso mismo, con un gran tirón popular, sobre todo en algunas regiones del mundo.
Un apóstol es alguien escogido por Jesús para ser enviado. El relato del capítulo 6 de Lucas acentúa estos aspectos. Un apóstol, por tanto, no es un iluminado que se arroga experiencias religiosas y que quiere convencer a los demás para que las hagan suyas. Podríamos decir que un apóstol es el eslabón de una cadena. "Viene de" (elegido) y "va hacia" (enviado). Es alguien que no se convierte en centro sino que remite siempre al origen (Jesús) y al final (Jesús).
Uno de los grandes problemas que hoy vivimos es la ruptura de la "cadena de la fe". Los sociólogos de la religión nos hablan de la quiebra de las instancias "transmisoras" (la familia, la parroquia, etc.). Podemos provocar experiencias espirituales intensas, pero si no están conectadas con la gran cadena apostólica, por frescas que parezcan, acabarán muriendo. Me parece que esta es, por desgracia, la suerte de muchos jóvenes que viven con interés la aventura de descubrir a Jesús, pero que han carecido de apóstoles a su lado que les ayuden a vivir la fe "con conexiones", o, por utilizar, una terminología de hoy, una fe "en red".
 

2. 2002
COMENTARIO 1

LOS DOCE Y LOS OTROS DISCÍPULOS:
JESUS CAMBIA DE PLANES
La elección de los Doce no se hace a la ligera, sino que viene precedida de una prolongada oración de Jesús, dialogando con Dios sobre cuál sería la respuesta más en consonancia con el rechazo de que había sido objeto por parte de los dirigentes de Israel: "Por aquel entonces salió Jesús, fue al monte a orar y se pasó la noche orando a Dios" (6,12).
Literalmente se habla de una salida/éxodo de Jesús en dirección al monte, y se subraya la oración ininterrumpida que elevó a Dios en aquel lugar. Lucas hace referencia a la oración de Jesús en los momentos más decisivos de su vida.
La "noche" es indicio de la perplejidad que lo invade; el "monte", hacia el cual ha "salido" él solo (desde allí convocará a los discípulos), expresa en términos figurados el lugar/estado anímico más adecuado para un encuentro con Dios, mientras que la "oración" es medio de clarificación, a fin de que Dios dé luz verde al cambio de planes que se ve obligado a introducir.
"Cuando se hizo de día", indicio de que la oración ha obtenido resultados positivos -no se pueden tomar decisiones mientras a uno lo envuelve la tiniebla-, "llamó a sus discípulos, eligió a doce de ellos y los nombró apóstoles" (6,13). La correlación "noche/día" no se ha de interpretar necesariamente de una noche/día puntuales: podría muy bien hacer referencia a un periodo de tiempo más o menos largo, durante el cual Jesús quedó sumido en la más profunda perplejidad al sentirse rechazado por sus connacionales.

"DOCE APOSTOLES": UN GRUPO ABIERTO,
NO UNA COMUNIDAD RELIGIOSA MAS
La elección de los "doce" tiene como función dar una nueva configuración al grupo de discípulos israelitas (6, 13b): "Llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos", es decir, los escogió entre los miembros del grupo israelita, el más ortodoxo, para que representaran el nuevo Israel. Jesús, sin embargo, pretende desde un principio que el rasgo distintivo y más específico del nuevo grupo sea la misión: "los nombró apóstoles", es decir, "enviados" o "misioneros" (6, 13c). No quiere crear un grupo cerrado sobre sí mismo, al estilo de las comunidades bautistas, esenias o fariseas (cf. 5,33-35), sino un grupo abierto que invite a todos a formar parte de él.
Con la elección del nuevo Israel, Jesús da por definitivamente caducado el antiguo Israel. Los doce nombres propios están todos unidos por la conjunción "y", sin establecer ninguna jerarquía ni grupúsculo en el interior del grupo. Hay dos "Simones": uno, "al que Jesús dio el nombre de Pedro" por su proverbial terquedad en la defensa de las propias opiniones ("Kepha", arameo; "Petros", griego; "Piedra", castellano; diverso de "So'ar", arameo; "Petra", griego; "Roca", castellano), y otro, "el llamado Fanático" ("Kananaios", Mc 3,18; Mt 10,2, arameo; "zelotes", griego), simpatizante del movimiento de resistencia judía contra los romanos; igualmente, hay dos "Judas": "el de Santiago" y "el Iscariote, que llegó a ser un traidor". La homonimia relaciona íntimamente estas dos parejas: la presencia de dos "Judas" en la lista lucana anticipa que no todo el judaísmo (por derivación de "Judas") "traicionará" al Mesías. Además, el primero y el último de la lista engloban a todos los demás: las negaciones de "Pedro" y la traición de "Judas" afectarán de una u otra manera a todo el grupo. En la presentación del nuevo Israel, Lucas deja ya entrever que éste resultará un fracaso.
Jesús no los hizo pasar por el cedazo al llamarlos (léase noviciado, tiempo de prueba, etc.), ni ha escogido de entre ellos a los más religiosos y sumisos. Aquí hay de todo, como representación que son de la sociedad israelita. No los ha escogido en calidad de doce lideres de la nueva comunidad, sino para que proclamen con su comportamiento la alternativa de sociedad que quiere proponer a Israel, primero, y, por extensión, a toda la humanidad. No les da -ni les dará jamás- regla alguna: Los escoge para enviarlos a proclamar la buena noticia que hasta ahora encarnaba él solo. Cuando los Once voten a Matías como duodécimo miembro del colegio apostólico, sin contar con el discernimiento que les habría deparado el Espíritu (si hubiesen esperado la fiesta inminente de Pentecostés, no lo habrían hecho), restaurarán la materialidad del grupo truncada por la defección de Judas (Hch 1,15-26), pero este nuevo Israel de imitación no secundará el empuje del Espíritu Santo a predicar la buena noticia por todo el mundo y se encerrará en el pueblo judío. La apertura al paganismo la encauzará Pedro mucho más tarde, no sin resistirse antes, con todas sus fuerzas, en representación de los "apóstoles".


COMENTARIO 2

Se lució Jesús en la elección de los apóstoles. Cada uno de un origen totalmente diverso. Gente muy sencilla, demasiado sencilla incluso, diríamos nosotros, para la difícil función a la que iban a ser llamados. Posiblemente ninguno de ellos entendió perfectamente lo que Jesús estaba haciendo cuando les llamó para ser. No entendieron tampoco muy bien lo que Jesús quería de ellos, ni el día que los llamo ni más tarde cuando le seguían por los caminos de Palestina.
Eso nos lo dicen más de una vez los Evangelios. De hecho, cuando llegó el momento de la cruz, solamente Juan permaneció cerca de él acompañado de las mujeres. Fueron gente normal, con todas sus debilidades. Exactamente como nosotros. Como nosotros cayeron muchas veces, fueron débiles, no supieron seguir el ritmo de Jesús, no lo entendieron, algunos le negaron ante las autoridades. Ninguna de esas cosas le hizo a Jesús dar marcha atrás de su decisión. Fueron una y otra vez confirmados en su elección. Ellos son los apóstoles sobre los que se fundamenta la Iglesia. De ellos y de su predicación hemos recibido nuestra fe. Aunque en nuestra opinión no sean los mejores. Pero Jesús creyó en ellos y creyó en el poder de la gracia de Dios, capaz de hacer de personas normales y corrientes, como nosotros, fundamentos de la fe de la comunidad cristiana. Para que se note que es la gracia de Dios la que actúa en la Iglesia y no la sabiduría de los seres humanos.
1. Josep Rius-Camps, El Éxodo del Hombre libre. Catequesis sobre el Evangelio de Lucas, Ediciones El Almendro, Córdoba 1991
2. Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)

3. Martes 28 de octubre DE 2003

Ef 2, 19-22: Fueron edificados sobre el cimiento de los Apóstoles
Salmo responsorial: 18, 2-5
Lc 6, 12-19: Jesús llama a los doce
El evangelio nos narra el llamado que hace Jesús a sus apóstoles, a quienes llama Lucas «cimientos de nuestra fe». Jesús escoge a la mayoría de quienes serán roca de nuestra fe cristiana de entre los más pobres. No en balde nos dice Jesús “tienen que ser como niños para entrar en el Reino”. Toda nuestra vida se desarrolla, madura y crece para volver a ser pequeños como niños. El ser llamados o escogidos al servicio de Dios, no es para envanecerse, ni gloriarse, mucho menos para ejercer el poder como los hacen quienes no conocen a Dios. El llamado al servicio en la Iglesia y en la comunidad es para que el Reino de Dios, se haga presente en medio de nosotros. La convivencia humana será fraterna si permitimos a Dios reinar. Él, y no nosotros, porque siempre correremos el riesgo de que el gusano del egoísmo trate de usurpar el lugar que le corresponde a Dios.
SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO

4. DOMINICOS 2003
El Señor ha estado grande con nosotros; estemos alegres.
Quien siembra con lágrimas cosechará entre cantares (Sal.125).
Id por el mundo, mensajeros de vida, gozo, paz, salvación; sembrad con dolor y el fruto será la victoria del amor.
Lágrimas de amor-dolor-trabajo y canto de alegría sean hoy pan bendito. Dios está con nosotros.
Sigamos saboreando los textos del apóstol san Pablo, y hagamos memoria de toda la obra de la creación para contemplarla en perspectiva cristológica y pneumática, es decir, teniendo en el horizonte a Jesucristo y al Espíritu Santo.
La creación fue obra de amor, pues de su bondad Dios nos hizo partícipes a todas las criaturas. Pero esa primera obra, siendo bella, no era perfecta, y nosotros, agraciados con el don de la libertad, la manchamos con el pecado.
Por eso Dios decidió que la culminación de la creación fuera hacernos a todos hijos en y con Cristo, y que todos –redimidos-  pudiéramos volver a mirarle a Él como a Padre.
¿Quién nos enseñó ese misterio de filiación, plenitud de todo lo creado? Cristo Jesús, nuestro Salvador y dador del Espíritu Santo. A Él sea la gloria.
Y ¿quiénes fueron los primeros maestros que, a la luz de la Resurrección de Jesús, y de Pentecostés, salieron por el mundo a comunicar la ‘Buena Noticia’? Fueron los apóstoles, como Simón y Judas. Dos apóstoles de los que  con documentación histórica sabemos muy poco. Sólo nos consta, como de otros apóstoles, que una pequeña parte de la humanidad recibió por medio de ellos ‘la buena noticia del Señor’.
ORACIÓN:
Señor, Dios nuestro, tú nos llevaste al conocimiento de la Verdad salvífica por medio de los apóstoles y misioneros; concédenos que también en el siglo XXI de nuestra historia surjan pregoneros de la Buena Noticia y que el espíritu de Cristo arraigue más profundamente en los corazones de científicos, maestros, formadores, políticos, religiosos, para que todos sean colaboradores tuyos. Amén.
 

A la fe por la palabra

Carta de san Pablo a los efesios 2, 19-22:

“Hermanos, ya no sois extranjeros y forasteros sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios, y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensambnlado y se va levantando, hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu”.
Este es el lenguaje de los ‘hijos de Dios’ en el Reino nuevo conquistado por Cristo con su sangre, adoctrinado por el Evangelio, difundido por los apóstoles. Cada uno somos una piedrecita en el edificio. Tener conciencia de ello es punto de partida de nuestras acciones.

Evangelio según san Lucas 6, 12-16:

“Un día subió Jesús a la  montaña a orar, y paso la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, escogió a doce de ellos, y los nombró apóstoles: Simón, al que puso por nombre Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor”.
Doce nombres de elegidos, entre ellos, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. En la historia de la Iglesia y de la humanidad los doce tienen lugar preferente, porque son piedras vivas, testigos excepcionales, primeros en seguir el proceso de elección, maduración, efusiòn del Espíritu a favor de todos los redimidos.
 

Momento de reflexión

Primeros en la elección.

Pablo en su carta a los fieles de Éfeso y Lucas en el Evangelio fijan lo singular de este don, elegidos para la misión, totalmente gratuito.
Nadie hizo méritos para ser atraido por Jesús hacia su séquito de discípulos privilegiados. Su elección fue obra del amor misericordioso del Señor.
Pero fácilmente se comprende que esa elección formaba parte de un proyecto salvífico: Dios quería devolvernos a la vida por el Hijo, y difundir su Reino por mediación de apóstoles.
Que los elegidos fueran unos u otros es secundario. Lo importanmte era que los ‘llamados’ asumieran la realidad de ser piedras sillares del edificio nuevo, como lo fueron Simón y Judas, personajes  de relieve ante Dios, pero escondidos para la bulliciosa historia de la humanidad, como lo son hoy, en su mayoría, los ‘misioneros’ en África, Brasil o la India, que sirven desde el silencio y la entrega testimonial.
Nosotros, amigos en Cristo, que también somos llamados hoy a la vida entrega por el Reino, ¿valoramos nuestra propia condición de elegidos para ser confidentes y pregoneros de la vida en Cristo?

Comprometidos, como hijos y servidores, en el Reino.

Prosiguiendo en la reflexión, detengámonos a considerar y a asumir con grandeza de espíritu estas dimensiones de nuestro servicio al Reino
viñeta
Nuestra elección es un don; hemos de vivir en gratitud toda la vida.
viñeta
La misión apostólica es un servicio; no vivamos para nosotros mismos.
viñeta
La audacia en la empresa es un riesgo; no nos rindamos como cobardes.
viñeta
La generosidad una condición ineludible; propia de almas grandes.
viñeta
El gozo es un testimonio de fe y fidelidad; estemos alegres en la acción.
viñeta
La claridad en la misión es una iluminación del Espíritu; estemos alerta.
viñeta
La constancia en el empeño es un signo necesario de fortaleza; perseveremos.
viñeta
La humildad en la acción es un reconocimiento de que Dios guía nuestro trabajo. ¡Bendito sea por siempre!


5. 2003
LECTURAS: EF 2, 19-22; SAL 18; LC 6, 12-19
Ef. 2, 19-22. Aquellos que, a causa de sus pecados, vivían lejos del Señor, han sido llamados a la reconciliación con Dios. El Señor nos llama a dejar nuestra antigua condición de maldad, y a darle nuestra respuesta al amor que nos ofrece. El nos llama para que volvamos a la casa paterna, pues para Él todos somos sus hijos. Y Él nos recibe como el Padre recibe al hijo que, arrepentido, retorna para incorporarse a la familia haciendo que aquel "no" de rebeldía quede atrás y se convierta en un "sí" lleno de amor a la voluntad divina. Dios nos ama siempre; démosle la mejor de nuestras respuestas permitiéndole al Señor desencadenarnos de todo lo que nos ata al pecado. Él no nos quiere lejos; nos quiere unidos a Él no como extraños, sino como conciudadanos de los santos y pertenecientes a la familia de Dios. Y esto no se realiza por medio de la circuncisión, sino por nuestra fe en Cristo, que ha unido en un sólo pueblo a judíos y no judíos. El Espíritu Santo habita en nosotros como en un templo. Que Él nos dé la firmeza necesaria para que edifiquemos el templo santo de Dios y no lo destruyamos a causa de una fe sin obras, o a causa de nuestras hipocresías en que, comportándonos como malvados, diésemos a Dios un culto vacío e inútil. Aprendamos a volver constantemente al Señor para que, llenos de su Espíritu, manifestemos con nuestras buenas obras que tenemos a Dios por Padre.
Sal. 18. Dios, por medio de su Hijo Jesús, nos ha unido a Él para que proclamemos su nombre hasta los últimos rincones de la tierra. Ahí donde se encuentre un hombre de fe se ha de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio. No podemos ser una luz encendida que se oculta cobardemente ante las amenazas, burlas, desprecios o persecuciones. Dios nos ha comunicado su Espíritu Santo para que colaboremos en la construcción de un mundo más justo y más fraterno; para que, renovados en Cristo, iniciemos ya desde este momento histórico, la presencia del Reino de Dios entre nosotros. Que cada uno de nosotros comunique el mensaje de salvación a otros más, para que todos podamos llegar a disfrutar de la Vida eterna que Dios nos ofrece.
Lc. 6, 12-19. Jesucristo, porque era Hijo, aprendió sufriendo a obedecer. Su alimento fue hacer la voluntad de Aquel que lo envió. Su constante oración le llevó a descubrir esa voluntad para poder llegar a decir: Yo hago lo que le veo hacer a mi Padre. Antes de llamar a sus discípulos para elegir a doce de entre ellos y darles el nombre de apóstoles, se pasa la noche en oración con Dios. Cuando en la antigüedad Moisés bajó del monte con las tablas de la Ley, su rostro resplandecía de tal forma que los Israelitas tuvieron que tapárselo con un velo. En cambio, cuando Jesús baja del monte después de orar, la gente procuraba tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos. En Jesús se conjugan: oración, fidelidad amorosa a su Padre y entrega generosa en favor nuestro. Aprendamos de Él a no querer actuar al margen de una relación personal e íntima con nuestro Padre Dios. Si unimos a Él nuestra vida, si somos constantes en la oración, entonces Dios hará que, desde nosotros, su Evangelio siga teniendo la misma eficacia salvadora manifestada en Aquel que Él nos envió como Camino, Verdad y Vida, Cristo Jesús.

En esta Eucaristía el Señor nos convoca como discípulos suyos para confiarnos la proclamación de su Evangelio en los diversos ambientes en que se desarrolle nuestra existencia. Él llama a quien quiere. Muchas veces, a través de los años que Él nos ha concedido de vida, nos ha convocado a la Celebración Eucarística. ¿Estaremos en un continuo camino de conversión? ¿Vivimos nuestra fe con el compromiso de quien no sólo busca su perfección personal, sino la salvación de todos? La Palabra de Dios, sembrada en nosotros, ha de producir fruto abundante de buenas obras. Por eso hemos de estar atentos a lo que el Señor dice a su Iglesia, de tal forma que en una contemplación amorosa del Señor, Él nos vaya transformando y haciendo que las tinieblas del pecado desaparezcan de nosotros para que pueda presentarnos ante el mundo como un signo claro de su Amor. Como María, aprendamos a decirle al Señor: Hágase en mí según tu Palabra, de tal forma que, con nuestra vida, seamos testigos fieles del Señor y apóstoles de su Evangelio.

Si en lugar de sanar las heridas que el pecado ha dejado en muchos corazones las hacemos más profundas y dolorosas, a pesar de que seamos asiduos en la oración, si no lo somos también en el amor fraterno, no podemos llamarnos hijos de Dios, ni sentirnos enviados con la misma Misión salvadora del Hijo de Dios. El Señor nos pide detenernos ante nuestros hermanos heridos por el pecado, por la pobreza o por la enfermedad. No podemos sentirnos satisfechos ante el Señor porque acudimos amorosamente a la celebración de la Eucaristía. De aquel que ha entrado en una relación amorosa y personal con el Señor, se espera que dimane una fuerza poderosa capaz de sanar el pecado, capaz de colaborar para que el mundo sea más justo, más fraterno. Si, a pesar de haberle dado culto al Señor durante muchos años sólo nos sentimos satisfechos con nosotros mismos y continuamos pasando de largo ante el dolor y el pecado del mundo, tenemos que preguntarnos si en verdad somos sus apóstoles o si, a causa de nuestras cobardías, al final el Padre Dios no pueda decir de nosotros: Tú eres mi hijo amado en quien me complazco, puesto que has sido bueno y fiel, entra al gozo de tu Señor.

Que Dios nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de colaborar en la construcción de la Morada de Dios entre los hombres, que es su Iglesia; y colaborar no sólo anunciando el Evangelio con los labios, sino dejando que el Espíritu Santo, habitando en nosotros, nos haga ser un Evangelio viviente para nuestros hermanos. Amén.


6.
SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO 2004
Efesios 2,19-22 Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles
Salmo responsorial: 18 A toda la tierra alcanza su pregón.
Lucas 6,12-19 Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles

Jesús aparece con frecuencia orando en el evangelio de Lucas. Y lo hace siempre en los momentos más importantes de su vida, relacionados con la muerte que ha de aceptar, como camino para dar vida.
Después del bautismo, en el que se había comprometido a sumergirse en las aguas de la muerte, o lo que es igual, a dar la vida, mientras oraba, bajó sobre él el Espíritu Santo. Tras curar al leproso, “cuando se iba hablando de él cada vez más y grandes multitudes acudían a oírlo y a que los curara de sus enfermerdades”, dice el evangelista que solía retirarse a despoblado a orar, tal vez para no caer en la tentación de llegar a ser un mesías de triunfo y poder (5,15-16). Antes de llamar a sus discípulos, apunta Lucas que Jesús fue al monte a orar y se pasó la noche orando a Dios, quizás para pedirle acertar en la elección y que aquellos que él eligiese estuviesen dispuestos a seguir su camino de servicio hasta la muerte (6,12-17). Antes de anunciar su pasión y resurrección apunta de nuevo Lucas que estaba orando él solo (9,18). Ocho días más tarde, se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte a orar, monte en el que tiene lugar la transfiguración (Lc 9,28) y en el que se le ve entre Elías y Moisés, hablando de su éxodo o muerte.
Los discípulos, que sabían de la importancia que Jesús daba a la oración, un día, al terminar de orar Jesús, se le acercaron y le pidieron que los enseñase a orar (11,1). Jesús les enseñó entonces la oración del padrenuestro que termina diciendo: “y no nos dejes ceder a la tentación”, frase que remite a las tentaciones de Jesús en el desierto en las que Satanás le propone un mesianismo de gloria y poder a espaldas de Dios.
Para no ceder a esta tentación oraba Jesús y para ello es necesario que los cristianos oremos. En la oración sacaremos fuerzas de Dios para vencer esta tentación y aceptar, como Jesús, el camino del servicio hasta la muerte, si fuese necesario.

7. DOMINICOS 2004
Santos Simón y Judas, apóstoles

Cuando vemos en las iglesias una talla o pintura que representa a un personaje/santo con aureola de “apóstol”, y tiene en la mano una sierra, y su cuerpo parece como cortado por medio, nos encontramos en presencia artística y espiritual de San Simón. Y si a su lado o en otro retablo hay otro “apóstol”, con signos de martirio, y con un hacha en la mano o a los pies, estamos en presencia de San Judas.

Estos dos apóstoles, según se deduce del capitulo 13 del Evangelio de Mateo (versículo 55) , fueron parientes de Jesús. Cuenta el evangelista que en cierta ocasión, Jesús, “viniendo a su patria —Nazaret- enseñaba en la sinagoga” y que lo hacía tan bien que todos se preguntaban: “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?”

Entre los apóstoles, parece que Simón y Judas tenían “mote” para distinguirlos de otros apóstoles del mismo nombre. Simón era “Celotes”, para distinguirlo de Simón Pedro. Judas era “Tadeo”, para distinguirlo de Judas Iscariote. Judas el bueno tenía, además, otro hermano en el grupo, que era Santiago el Menor (el obispo de Jerusalén).

Simón no nos dejó ningún escrito, y Judas nos dejó una Carta, a la que aludiremos en la reflexión final.

En cuanto a la predicación de ambos, parece que se desarrolló por Egipto, Asía, Persia; y que, como otros apóstoles, a causa de su predicación fueron apresados y martirizados, según se cree, en la forma que el arte ha inmortalizado.


La luz de Dios y su mensaje en la Biblia
Carta del apóstol San Pablo a los Efesios 2,1 9-22.
Hermanos: Vosotros ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios.

Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu” .

Evangelio según San Lucas. 6, 12-16.
Cierto día subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos, y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Zelotes; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.


Reflexión para este día
Apóstoles de Cristo.
En la carta de san Pablo se nos recuerda una gran verdad proclamada por Jesús: los apóstoles, discípulos, amigos, seguidores del Señor, ya no somos extranjeros y forasteros sino ciudadanos y miembros de la familia de los hijos de Dios. Ese honor lo atribuimos hoy especialmente a los apóstoles, piedras vivas en la construcción del edificio eclesial. Ellos, como nos lo recuerda la antífona de poscomunión, amaron y guardaron la palabra del Señor, y fueron amados del Padre, y sus almas fueron morada de Dios (Jn 14,23).

Imaginándonos que tenemos ante nosotros la sierra y el hacha de los mártires Simón y Judas, escuchemos el mensaje apocalíptico de la Carta de san Judas (o atribuida a él):

‘En los últimos tiempos habrá hombres cínicos que seguirán sus pasiones impías. Esos son los que provocan discordias, hombres sensuales, sin espíritu. Vosotros, en cambio, queridos, edificad vuestra existencia sobre la santísima fe, orad movidos por el Espíritu Santo, manteneos en el amor de Dios, esperad de la misericordia del Señor nuestro, Jesucristo, la vida eterna.’

8. Fray Nelson 2004
Jueves 28 de Octubre de 2004
Temas de las lecturas: Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles * Eligió a doce de ellos y los nombró apóstoles .

Más información.

1. San Judas Tadeo
1.1 Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10,3, Marcos 3,18). No sabemos cuándo ni cómo entró a formar parte de los discípulos. Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1,13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14,22). Esta distinción es necesaria dado que Judas Iscariote fue quien traicionó a Jesús.

1.2 "Judas" es una palabra hebrea que significa "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo quiere decir "valiente para proclamar su fe".

1.3 El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva: "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero . . . el hermano de Santiago y de Judas?".

1.4 Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que El y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo.

1.5 Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son . . . hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

1.6 San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa. San Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.

2. ¿Por qué se celebran juntos Tadeo y Simón?
2.1 Según la tradición occidental, tal como aparece en la liturgia romana, se reunió en Mesopotamia con San Simón y que ambos predicaron varios años en Persia y ahí fueron martirizados. Existe un presunto relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia.

2.2 Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con una hacha y por eso lo pintan con una hacha en la mano. Por ello, la Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente separa sus respectivas fiestas.

9.
Comentario: Rev. D. Albert Taulé i Viñas (Barcelona, España)

«Jesús se fue al monte a orar»

Hoy contemplamos un día entero de la vida de Jesús. Una vida que tiene dos claras vertientes: la oración y la acción. Si la vida del cristiano ha de imitar la vida de Jesús, no podemos prescindir de ambas dimensiones. Todos los cristianos, incluso aquellos que se han consagrado a la vida contemplativa, hemos de dedicar unos momentos a la oración y otros a la acción, aunque varíe el tiempo que dediquemos a cada una. Hasta los monjes y las monjas de clausura dedican bastante tiempo de su jornada a un trabajo. Como contrapartida, los que somos más “seculares”, si deseamos imitar a Jesús, no deberíamos movernos en una acción desenfrenada sin ungirla con la oración. Nos enseña san Jerónimo: «Aunque el Apóstol nos mandó que oráramos siempre, (…) conviene que destinemos unas horas determinadas a este ejercicio».

¿Es que Jesús necesitaba de largos ratos de oración en solitario cuando todos dormían? Los teólogos estudian cuál era la psicología de Jesús hombre: hasta qué punto tenía acceso directo a la divinidad y hasta qué punto era «hombre semejante en todo a nosotros, menos en el pecado» (He 4,5). En la medida que lo consideremos más cercano, su “práctica” de oración será un ejemplo evidente para nosotros.

Asegurada ya la oración, sólo nos queda imitarlo en la acción. En el fragmento de hoy, lo vemos “organizando la Iglesia”, es decir, escogiendo a los que serán los futuros evangelizadores, llamados a continuar su misión en el mundo. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13). Después lo encontramos curando toda clase de enfermedad. «Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos» (Lc 6,19), nos dice el evangelista. Para que nuestra identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos injertados en Él, para que demos mucho fruto (cf. Jn 15,4).

10. Jueves, 28 de octubre del 2004

Ustedes están edificados sobre los apóstoles
y los profetas, que son los cimientos

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 2, 19-22

Hermanos:

Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo.

En Él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En Él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 18, 2-5

R. Resuena su eco por toda la tierra.

El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia. R.

Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.

EVANGELIO

Eligió a doce de ellos,
a los que dio el nombre de Apóstoles

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 12-19

Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor

Reflexión:

Ef. 2, 19-22. Todo tiene en Cristo su fin último. Por Él y para Él fueron hechas todas las cosas. La fe que tiene por cimiento a los apóstoles y profetas culmina en Cristo, piedra angular de todo el edificio. Y cada uno también ha de edificar su vida como morada de Dios. A eso tiende el anuncio del Evangelio y la acción pastoral de la Iglesia. Mientras busquemos otros fines no estaremos siendo leales a Cristo, ni trabajando por su Reino sino por nuestras imaginaciones, o por nuestros propios intereses. Dios nos quiere como Iglesia; no importa que antes hayamos sido extranjeros o advenedizos, pues ahora, por voluntad suya nos ha llamado a ser conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. ¿Podrá alguien manifestarnos un amor más grande? Construyamos nuestra vida en el cimiento de la fe en Cristo Jesús. Roguémosle a Él que nos ayude a mantenernos firmes en la fidelidad a su Palabra, y en el amor que hemos de hacer patente ante el mundo entero por medio de nuestras buenas obras para que, viéndolas los demás glorifiquen a nuestro Padre Dios, que está en los cielos. Entonces, como Iglesia, no sólo anunciaremos, sino que daremos testimonio con las obras, del Evangelio que se nos ha confiado para hacerlo llegar hasta el último rincón de la tierra.

Sal. 19 (18). Todas las obras creadas nos hablan de Aquel que las creó; y sin que pronuncien una palabra, su mensaje llega a toda la tierra hasta el fin del mundo. La Iglesia ha sido creada por Dios para que, por su medio, llegue la salvación a todos los hombres, de todos los tiempos y lugares, hasta el fin del mundo. Ojalá y que los que creemos en Cristo Jesús no denigremos el Santo Nombre de Dios ante las naciones a causa de llevar una vida incongruente con el Mensaje de Salvación, que anunciamos con los labios. Que nuestra mejor forma de transmitir a los demás el Evangelio sea a través de nuestras obras y de nuestra vida misma. Entonces aquello que anunciamos no será ocasión de burla, sino de salvación para el mundo entero. Por eso roguémosle al Señor que nos conceda ser los primeros en vivir aquello que anunciaremos a los demás, de tal forma que no nos quedemos en simples predicadores, sino que seamos testigos de la Buena Noticia de salvación.

Lc. 6, 12-19. Jesús ora intensa y largamente ante su Padre. Él tomará una decisión crucial: Fundar el Nuevo Pueblo de Dios con doce apóstoles o enviados, a los que primero instruirá, no sólo con sermones o pláticas, sino con la propia vida, que nos hace patente al Dios-con-nosotros, al Dios que se ha hecho para nosotros la cercanía de su misericordia. Entonces, una vez convertidos en testigos, y llenos del Espíritu Santo, podrán transmitirnos lo que sus ojos vieron, lo que sus oídos escucharon y lo que sus manos tocaron acerca del Hijo de Dios hecho hombre. Y Jesús, junto con sus apóstoles, baja del monte para encontrarse con la gente. Así el auténtico enviado de Cristo no puede quedarse lejos de su Pueblo; debe bajar y tocar, experimentar el dolor, las carencias y las injusticias que padecen las multitudes. Entonces podrá compadecerse de toda esa gente y podrá darlo todo, con tal de remediar esos males, pues para eso ha sido enviado. Por eso la Iglesia lo entrega todo a favor del Evangelio. Ojalá y sigamos las huellas de Cristo, cercano al hombre que sufre, y entregando nuestra vida para que todos recobren su dignidad humana y su dignidad de hijos de Dios.

El Señor Jesús nos ha convocado en este momento de intimidad, de oración, de amor que llega hasta el extremo. Él nos convoca para que celebremos el Memorial de su Misterio Pascual: La Eucaristía que nos hace actual su muerte y su resurrección con todo su poder salvador. Y nosotros venimos a la escucha de su Palabra y a ser testigos del amor que nos tiene, entregando su vida para que nosotros tengamos vida. No podremos anunciar el Evangelio a los demás si antes no hemos vivido como discípulos fieles del Señor; y no sólo como discípulos que escuchan, sino que encarnan en sí mismos el Evangelio. Por eso la Eucaristía no une a Cristo y nos compromete a dar testimonio de lo que aquí hemos vivido. Y no podemos ser cobardes en el testimonio de fe que el mundo necesita desde la Iglesia para que desaparezcan los odios y divisiones, y se inicie la construcción de una vida familiar unida por el amor, por un sólo Señor, por un mismo Espíritu y por un sólo Dios y Padre.

Qué bueno que hagamos grandes proyectos que nos lleven a un resultado final de mayor vivencia del Evangelio. Qué bueno que prevengamos recursos humanos y materiales para que todo resulte a la perfección. Pero recordemos que uno siembra o riega lo sembrado, pero que sólo de Dios depende que lo sembrado nazca y crezca hasta producir frutos abundantes. Por eso nuestra acción pastoral al servicio del Evangelio jamás podrá desligarse de la oración, vista no sólo como un momento de intimidad con Dios, sino como la aceptación del compromiso que nos haga trabajar constantemente y sin desfallecer para conducir a todos hacia Cristo. Aprendamos a respirar en la Iglesia con los dos pulmones: La unión con Dios y el Servicio al prójimo. Desligar a uno de los dos sería tanto como inutilizar la Misión que el Señor nos ha confiado. Pues además de la oración hemos de trabajar anunciando como testigos aquello que el Señor nos comunica en la oración. Y además de las múltiples tareas a favor del Evangelio, hemos de aprender a volver a la presencia del Señor para trabajar como siervos del Evangelio y no conforme a nuestras imaginaciones, ni conforme a las solas luces de las ciencias, que jamás podrán darnos la salvación, pues esta sólo procede de Dios.

Roguémosle al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, que nos conceda la gracia de trabajar por hacer realidad entre nosotros el Reino de Dios, mediante la entrega que hagamos a los demás no sólo de Palabras basadas en el Evangelio, sino entregando a los demás a Cristo, Evangelio viviente del Padre, para que, viviendo en ellos, les haga participar de su dignidad de Hijo de Dios, y los haga coherederos de la herencia que le corresponde como a Hijo unigénito del Padre. Amén.

Homiliacatolica

11. Salía de Él una fuerza que sanaba

Fuente: Catholic.net
Autor: P. Clemente González

Reflexión:

La oración fue una compañera inseparable de Jesús. En todo el Evangelio le vemos orando, sobre todo en los momentos más decisivos de su vida: antes del Bautismo, al realizar varios milagros, en la Última Cena, en el Huerto de los Olivos, en la Cruz, etc.

Aquí se nos narra la elección de los Doce apóstoles. Eran los hombres con los que iba a comenzar la Iglesia y debían ser aptos para llevarla a buen término con paso firme.

Por tanto, era una decisión importante, que no podía hacerse con prisas y a la ligera. Necesitaba dedicar una noche entera para consultarla con su Padre.

De la misma manera, todas nuestras grandes decisiones deberían surgir tras un encuentro con Dios en la oración. Por ejemplo, al elegir una carrera, al optar por la vida matrimonial o seguir una vocación religiosa, etc. También debemos rezar cuando llegan situaciones difíciles en el trabajo o en la familia, ya que Dios nos puede ayudar a encontrar la solución más adecuada.

¿Y cómo sabemos si la respuesta viene realmente de Dios? Cuando Dios “ilumina” un alma por la acción del Espíritu Santo le envía algunas señales, por ejemplo, una profunda paz interior, alegría, amor, etc.

Es lo que llamamos “frutos del Espíritu”. Y por si hubiera dudas, nos damos cuenta de que esa solución está completamente de acuerdo con lo revelado en las Sagradas Escrituras. También es provechoso contar con la ayuda de un buen sacerdote que nos pueda orientar a encontrar la voluntad de Dios para nosotros, ya que ellos reciben unas gracias especiales para ejercer su ministerio.

12.
Reflexión

De entre los que seguían a Jesús, escogió doce para que de una manera más cercana pudieran ser testigos de sus palabras y sus acciones. El proyecto de Jesús no era una escuela por correspondencia, sino era un verdadero “laboratorio”. En esta experiencia se tenía que aprender no solo lo que significa “amar” sino que era necesario experimentar el amor, y este amor llevarlo hasta el extremo; no se podía solo aprender a dar una definición sobre el perdón sino que era necesario perdonar, y hacerlo de corazón. El modelo era Jesús, pero cada uno tenía que experimentarlo. Desde entonces los apóstoles y luego la Iglesia comprendió que la doctrina de Jesús o se hace vida o queda estéril sin dar fruto. Jesús se ha quedado entre nosotros para seguirnos instruyendo mediante la Sagrada Escritura y sigue buscando hombres y mujeres que quieran hacer de su vida un taller, un verdadero seminario de amor, pues a amar se aprende amando y a perdonar perdonando.

Que pases un día lleno del amor de Dios.

Como María, todo por Jesús y para Jesús

Pbro. Ernesto María Caro

13. CLARETIANOS 2004

Queridos amigos, paz y bien. La liturgia nos trae hoy la memoria de los apóstoles Simón y Judas (ver sus vidas). En la lista de los apóstoles elegidos por Cristo, no había grandes teólogos, ni expertos en lenguas, ni sabios según el criterio humano. Era una lista de gente más bien limitada, que debe ir aprendiendo poco a poco lo que supone ser seguidor de Jesús de Nazaret. Y, sobre todo, es una lista orada, meditada en el silencio. Cada vez que Jesús debía tomar una decisión importante, se retiraba a orar.

Primera lección de hoy. ¿Qué peso tiene en nuestras decisiones –personales, familiares, comunitarias- la oración? ¿Le dejas a Él aconsejarte? ¿O nos fiamos más del horóscopo, de los programas de televisión, o de lo que hacen todos?

Segunda lección de hoy. Sean muchos o pocos los que se salven –de Dios depende- tenemos todos la obligación de aportar nuestro grano de arena en la tarea de la evangelización. Desde nuestro lugar, de hijo, de padre, de esposo, de esposa, de empresario, de estudiante, de monja, de cura... Todos tenemos un entorno en el que nos movemos. Todos podemos ser evangelizadores.

Es algo que recibimos con el Bautismo, la tarea de seguir propagando la fe. Jesús ya te ha elegido. Ha añadido tu nombre a esa lista de apóstoles. ¿Qué le vas a decir?

Judas Tadeo

    
San Judas Tadeo
Thaddeus San Giovanni in Laterano 2006-09-07.jpg
Estatua de san Judas Tadeo en la Basílica de San Juan de Letrán, representado con una alabarda en la mano
Apóstol y Mártir
NacimientoAproximadamente en 1
en Qana de Galilea
FallecimientoAproximadamente entre 60 y 70
en Suamir o Edessa, según diferentes tradiciones
Venerado enIglesia católica apostólica romana, Iglesias católicas orientales, Iglesia ortodoxa, Comunión Anglicana, Iglesia copta
Festividad28 de octubre en la liturgia católica, celebración que comparte con otro apóstol, San Simón el Cananeo (también llamado Simón el Zelote); 19 de junio en la liturgia ortodoxa; 1 de julio en el rito hispano-mozárabe revisado (en el cual también se celebran en conjunto los Santos Simón y Judas, apóstoles)
AtributosMaza, alabarda, hacha, cimitarra. Medallón con la imagen de Jesús. Llama de fuego sobre su cabeza. Rollo en la mano. Crisoprasa.
PatronazgoEs el patrono de las causas díficiles, razón por la cual se lo considera uno de los santos patronos más invocados popularmente. Es patrono de la Iglesia armenia
Judas Tadeo fue, según diversos textos neotestamentarios (Evangelios, Hechos de los Apóstoles), uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, que formaba parte del grupo de «los doce» apóstoles. Se le menciona en los Evangelios como «hermano de Jesús». También se lo llama simplemente «Tadeo», o «Judas de Santiago», aunque la identificación entre «Tadeo» (en los evangelios de Mateo y de Marcos) y «Judas de Santiago» (en el evangelio de Lucas y en los Hechos de los Apóstoles) es discutida por los especialistas. En todos los casos, parece existir la tendencia de acompañar el nombre de «Judas» con alguna especificación, quizá por la preocupación de los escritores de aquellos textos por diferenciar a Judas Tadeo de Judas Iscariote,[1] el apóstol a quien se atribuye haber traicionado a Jesús.
El nombre «Judas» es una palabra hebrea que significa alabanzas sean dadas a Dios. «Tadeo», término proveniente del idioma arameo, significa el valiente, hombre de pecho robusto. También se le llamó «Lebbeo», que significa hombre de corazón tierno.
Junto con Simón el Cananeo, Judas Tadeo era uno de los apóstoles considerados como más judaizantes dentro del grupo de «los Doce». Según el evangelio de Juan, fue testigo privilegiado de la Última Cena, durante la cual tuvo una participación activa explícita. La tradición eclesiástica le atribuye la autoría de la epístola de Judas, punto también debatido por los biblistas.
La escasez de datos sobre Judas Tadeo y algunas identificaciones equívocas de su persona se vieron reflejadas en la variedad iconográfica que lo caracteriza.[2] Se lo representó con una maza o un mazo, herramienta con la que -según la tradición católica- sufrió martirio (hasta el siglo XIV se lo personificó con frecuencia con alabarda o hacha, e incluso con espada).[2] La «regla doblada» con la que también suele representárselo es una estilización del sable shamsir de origen persa, arma con la que asimismo se atribuye su decapitación. A menudo sus representaciones portan una imagen de Jesús, a veces con forma de medallón, en el pecho, en recuerdo de la leyenda según la cual este apóstol habría llevado el mandylion a la corte del rey Abgar V de Edesa, para sanarle. (En realidad, quien portaba el mandylion era Tadeo de Edesa, uno de los setenta y dos discípulos mencionados en Lucas 10:1-24, pero para cuando fue descubierto el error, la iconografía del medallón en el pecho de Judas Tadeo ya se había popularizado.) También se lo representa con una llama de fuego sobre su cabeza, significando su presencia en Pentecostés, y un rollo en representación de la epístola de Judas, uno de los libros canónicos, que la tradición eclesiástica tendió a atribuirle. En el simbolismo medieval, se consideró la piedra preciosa «crisoprasa» como atributo del apóstol Judas Tadeo.[3]
Hoy en día, la tradición católica lo venera como el santo de las causas difíciles y desesperadas. Su festividad se celebra en la liturgia católica el 28 de octubre, aunque popularmente suele ser recordado el día 28 de cada mes.

 

Judas Tadeo, el «Trinomio»


 
El apóstol Judas Tadeo (c. 1619/1621), de Anton van Dyck. Museo de Historia del Arte de Viena.
Judas Tadeo, quien según la tradición católica -no así la protestante- sería hijo de Cleofás y posiblemente hermano de otro apóstol, Santiago el Menor,[4] parece haber gozado de varios nombres. San Jerónimo de Estridón lo llamó «el Trinomio», es decir, con tres nombres.[5]
«Judas» es una palabra hebrea que significa «alabanzas sean dadas a Dios». El término poseía una significación positiva, que posteriormente tornaría en negativa debido a otro apóstol, Judas Iscariote, nombre proverbial en el habla popular y símbolo universal de traición y alevosía.[6]
«Tadeo» puede significar «el valiente», «hombre de pecho robusto». El término proviene del idioma arameo, «taddà’», que quiere decir «pecho» y, por lo tanto, suele implicar «magnanimidad». De allí también la variante «Lebbeo»,[7] proveniente de una raíz hebrea que hace referencia al corazón, y que significaría «hombre de corazón tierno» o «niño del corazón».[5] [Nota 1] Aunque menos probable, también se ha atribuido el término «Tadeo» a una abreviación derivada del nombre griego «Teodoro» o «Teódoto».[8]
Algunos escrituristas, sin embargo, sostuvieron que Judas de Santiago y Judas Tadeo no serían la misma persona.[9] Se han propuesto teorías alternativas para explicar la discrepancia entre los evangelios: el reemplazo no registrado de uno por el otro durante el ministerio de Jesús causado por apostasía o muerte;[9] la posibilidad de que el número de doce para los apóstoles fuera un número simbólico o una estimación;[10] o, simplemente, que los nombres no fueron registrados perfectamente por la Iglesia primitiva.[11] Con todo, estas líneas de interpretación son hasta ahora minoritarias. Algunos autores que sostienen la línea de pensamiento clásica indican que, dado que el nombre «Judas» resultó tan mancillado por Judas Iscariote, resulta natural que los evangelios de Marcos y Mateo se refieran a «Judas de Santiago» con el nombre alternativo: «Tadeo».
Incluso en los Evangelios, los evangelistas se sentían avergonzados de mencionar el nombre de Judas. Su prejuicio es bastante evidente. En el pasaje en el que (el evangelio de) San Juan habla de Tadeo, pasó rápidamente sobre el nombre, y se apresuró a añadir: «Judas, no el Iscariote ...» Aún más sorprendente es el hecho de que ni Mateo ni Marcos mencionan nunca el nombre completo de este apóstol, Judas Tadeo, sino que simplemente lo llamaron «Tadeo». Uno puede asumir correctamente que los evangelistas querían restablecer el buen nombre de este apóstol entre sus compañeros y, sobre todo, entre la gente. Utilizando sólo su apellido, podrían eliminar cualquier estigma que su nombre podría haberle dado.[12]
Otto Hophan

Judas Tadeo en las Sagradas Escrituras

Por lo comentado anteriormente, Judas Tadeo es así llamado tradicionalmente por unir al menos dos nombres diversos: mientras los Evangelios de Mateo y de Marcos lo llaman simplemente «Tadeo» (o su variante, «Lebbeo») (Mateo 10, 3; Marcos 3, 18), Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles lo llama «Judas de Santiago» (Lucas 6, 16; Hechos 1, 13).

 
San Judas Tadeo, fragmento de un fresco realizado por Bicci di Lorenzo (1373–1452). Museo dell'Opera del Duomo (Florencia).
Forma parte del llamado «tercer grupo de apóstoles». Junto con Simón el Cananeo (o Simón el Zelote) y Judas Iscariote, son los apóstoles más judaizantes.[7] La expresión «Judas de Santiago» que aparece en Lucas 6, 16 puede entenderse como «hijo» o también «hermano» de Santiago.[13] Si acaso significara «hijo de Santiago», sería definitivamente distinto de «Judas, hermano de Santiago» (o de «Jacobo» en la traducción de Reina-Valera), autor de la Epístola homónima (Judas 1:1).
Judas Tadeo es uno de los apóstoles menos mencionado. En los Evangelios, además de la aparición de su nombre en la nómina de apóstoles, sólo es nombrado una vez, en el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la Última Cena:
Le dice Judas –no el Iscariote–: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»
Juan 14, 22-23
La pregunta define en parte la personalidad atribuida a Judas Tadeo:
  • En primer término, llama la atención la dificultad que produce llevar un nombre que remite al traidor, lo que provoca que el propio evangelista haga la aclaración: «Le dice Judas –no el Iscariote–». Bastan estas breves palabras del Evangelio de Juan para configurar la fisonomía espiritual de un hombre que debió cargar valientemente toda su vida con un nombre con connotación harto negativa.[1]

 
San Judas Tadeo (c. 1615-1620), de Georges de La Tour. Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia.
  • La pregunta de Judas Tadeo es un eco de la objeción que los judíos y paganos presentaban a los cristianos que afirmaban la resurrección de Jesucristo. Por ejemplo, para Celso (siglo II) el argumento más fuerte en contra de Cristo es su humillante muerte en la cruz, absolutamente indigna de una divinidad, por lo que comparó los relatos de la resurrección con los que circulaban de otros personajes de la cultura griega:
Las viejas leyendas que narran el nacimiento divino de Perseo, de Anfión, de Eaco, de Minos, hoy ya nadie cree en ellas. Por lo menos dejan a salvo cierta verosimilitud, pues se atribuyen a esos personajes acciones verdaderamente grandes, admirables y útiles a los hombres. Pero tú ¿qué hiciste o dijiste hasta tal punto maravilloso? En el Templo la insistencia de los Judíos no pudo arrancarte una sola señal que pudiera manifestar que eras verdaderamente el Hijo de Dios.
Celso, Discurso verdadero contra los cristianos, pág. 5
Orígenes, citando a Celso, escribió:
Si quería realmente hacer ostentación de su poder, debería haberse aparecido a los que lo insultaron, al juez que lo condenó y a todo el mundo absolutamente.
Orígenes, Contra Celso, II, 66
  • Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:
También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda(...): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.[8]
Benedicto XVI
Si se identifica a Judas Tadeo con Judas de Santiago, también es mencionado en los Hechos de los Apóstoles, como uno de aquellos que, después de la resurrección y ascensión de Cristo, permanecieron orantes a la espera de la venida del Espíritu Santo:
"Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos."
Hechos 1, 12-14

Judas Tadeo: hagiografía, tradiciones y leyendas

Según la tradición oriental, Judas Tadeo habría muerto en Beirut de Edessa (Líbano), mientras que para la tradición occidental —tal como aparece en el martirologio romano desde el siglo VIII— evangelizó la Mesopotamia para luego reunirse con Simón el Cananeo y predicar varios años en Persia (incluyendo la zona de la actual Armenia) para ser finalmente martirizados en Suamir (Persia), aproximadamente en el año 62 de nuestra era.[14]

 
San Judas Tadeo, portando sobre su pecho una imagen de Jesús con forma de medallón. (Santuario de Heisterbacherrott, en Renania del Norte.)
En la tradición siria se ha identificado a Tadeo con Addai, el mensajero que -por encargo de Jesús- le habría llevado una imagen de su maestro al rey Abgaro V de Edessa (también conocido como Abgar) cuando estaba enfermo, con la finalidad de que se curase.[1] Eusebio de Cesarea recoge la historia de Tadeo y el soberano de Edessa señalando que, luego de la resurrección y ascensión de Jesucristo, «Tomás —uno de los doce apóstoles—, envió a Edessa como heraldo y evangelista de la enseñanza de Cristo a Tadeo (que pertenecía a los setenta y dos discípulos de Cristo)» con lo que la promesa de Jesús se completó.[15] Eusebio distingue entre Tadeo el Apóstol (miembro del grupo de los doce) y Tadeo, uno de los setenta y dos, por lo cual la identificación entre ambos derivaría de una confusión. Sin embargo, en esta tradición se basó el esquema de un tríptico de íconos de ca. 950, del monasterio del Sinaí, del que se perdió el panel central -probablemente conteniendo una imagen de Cristo-; en el panel izquierdo está representado un joven e imberbe Tadeo, vistiendo palio y túnica; y en el panel derecho, el primer rey cristiano de Edessa, Abgar, recibiendo el retrato.[2] El medallón conteniendo el retrato de Cristo, con el que se representa modernamente a Judas Tadeo, proviene de esa tradición legendaria.

 
San Judas Tadeo, martirizado con maza y decapitado con shamsir. Hartmann Schedel, Crónicas de Núremberg.
Existe una Pasión de origen latino, llamada Hechos de Simón y Judas, que Lipsius atribuye al siglo IV o V. En ella se narran los milagros, conversiones y martirios de estos apóstoles. Se encuentra en la denominada Colección de Abdías. El relato se sitúa en Persia y Babilonia.[16]
Según el relato, después de predicar y obrar milagros, convirtieron al cristianismo al rey Acab de Babilonia. Luego, su tránsito por Persia habría sido más tortuoso y difícil. En su peregrinaje junto con Simón el Cananeo, recorrieron todo el territorio predicando, convirtiendo y bautizando a sus habitantes. Al entrar a la ciudad de Suamir, habrían sido sorprendidos por los sacerdotes paganos del lugar y, al negarse a adorar a sus dioses, sentenciados a muerte.
Según la tradición católica, a Simón el Cananeo lo martirizaron aserrándolo por medio, y a Judas Tadeo le habrían aplastado la cabeza con una maza y se la habrían seccionado con un hacha o un shamsir. De allí que se lo represente con alguno de estos instrumentos de muerte en la mano. Hasta el siglo XIV se personificó también a Judas Tadeo con alabarda (ver imagen de San Judas Tadeo en la Basílica de San Juan de Letrán), o con espada.[2]

 
Estatuas en madera policromada que representan a seis apóstoles, ubicadas en la cripta de la Basílica de San Saturnino de Toulouse en Francia. La cuarta representa a Judas Tadeo con una maza en la mano derecha.[17] Esta basílica se atribuye la guarda de algunas reliquias del apóstol.
Al conocer la noticia de la muerte de estos apóstoles, el rey Acab de Babilonia habría invadido el lugar con sus soldados, recogido los cuerpos de Judas Tadeo y Simón el Cananeo, y llevado los mismos a la ciudad de Babilonia. Cuando los mahometanos invadieron Babilonia, los restos habrían sido sacados secretamente y llevados a Roma. En el año 800, el papa León III le presentó a Carlomagno un conjunto de restos óseos, declarando que eran las reliquias de ambos santos. Carlomagno habría conducido una parte donada de esas reliquias a Francia. Hoy, parte de las reliquias se veneran en una cripta de la Basílica de San Pedro y otra parte en la Basílica de San Saturnino de Tolosa, en Toulouse (Francia).
Por ello, la Iglesia de occidente celebra conjuntamente a Judas Tadeo y Simón el Cananeo, en tanto que la Iglesia de oriente desglosa las respectivas festividades.
Según otra tradición, las reliquias habrían sido llevadas a un monasterio del rito armenio localizado en una de las islas del lago Issyk-Kul, en Kirguistán, donde habrían permanecido hasta mediados del siglo XV. Posteriormente, las reliquias habrían permanecido allí, o habrían sido trasladadas a un lugar aún más recóndito, en la Cordillera del Pamir (que abarca Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán y China).[18]

Judas Tadeo: celebraciones litúrgicas

Las celebraciones a Judas Tadeo el Apóstol se registraron en la liturgia de Occidente en general [Occidentales Liturgiae, por ejemplo, Calendarium anglicanum (550-650), Liturgia mozarábica (930)][19] y en diferentes calendarios y martirologios antiguos en particular,[20] entre ellos, el Kalendarium antiquissimum, Kalendarium floriacense, Kalendarium mantuanum, Kalendarium vallumbrosanum, Kalendarium verdinense, Kalendarium stabulense, Martyrologium Ecclesiae antissiodorensis, etc. En todos se celebraba el natalicio para la eternidad de los apóstoles Simón y Judas (Natale apostolorum Simonis et Judæ), el 28 de octubre (es decir, V Kalendas Novembris).[21] En el rito hispano-mozárabe revisado, los santos Simón y Judas, apóstoles, se celebran el 1 de julio.[22] En la liturgia ortodoxa se celebra el 19 de junio.

La epístola de Judas


 
Versículo 9 de la epístola de Judas en el Codex sinaiticus, datado de 350 d.C
A Judas Tadeo se le solía atribuir la autoría de la Epístola de Judas, una de las cartas del Nuevo Testamento conocidas como cartas «católicas» porque no están dirigidas a una iglesia local determinada, sino a un círculo más amplio de destinatarios.
El autor de esta breve epístola se presenta como «Judas, siervo de Jesús, hermano de Santiago» (versículo 1). Puesto que este «Santiago» es probablemente el «hermano del Señor» (Gálatas 1,19), un importante dirigente de la primitiva Iglesia de Jerusalén (Hechos 12,17; Hechos 15, 13-21), es muy verosímil que también Judas sea uno de los «hermanos del Señor» (Marcos 6,3). Otros autores consideran que podría ser sólo hermanastro o primo de Santiago.[23]

 
Representación de Judas Tadeo con un rollo en la mano, en alusión a la epístola de Judas que la tradición eclesiástica tendió a atribuirle. Galería de la Iglesia católica de S. Walburga (Gelsdorf, Alemania).
La tradición eclesiástica tendió a identificar a este Judas con el apóstol Judas Tadeo. Sin embargo, un número significativo de exégetas actuales, incluyendo varios católicos, se inclinan por negar esta identificación alegando las mismas razones que en el caso de la epístola de Santiago.[24] La Biblia de Jerusalén especifica:
Judas, que se llama «hermano de Santiago», v. 1, parece presentarse también como uno de los «hermanos del Señor». No hay nada que obligue a identificarle con el apóstol del mismo nombre. Por lo demás, él mismo parece distinguirse del grupo apostólico [al cual nombra en el versículo 17, aparentemente sin incluirse]. Pero tampoco hay razón que obligue a imaginarse una seudonimia que no estaría suficientemente justificada dada la poca importancia del personaje suplantado.[25]
Biblia de Jerusalén
Uno de los argumentos más fuertes a favor de la hipótesis de la autoría de la epístola por parte de Judas Tadeo es la escasa probabilidad de que cualquier autor haya utilizado como seudónimo el nombre de «Judas». Por esa razón algunos estudiosos sostienen que el autor de la carta de Judas nos habría dejado su nombre real.[26]

Popularidad

Historia en Europa y América

Los dominicos comenzaron a trabajar en la actual Armenia poco después de la aprobación de la Orden de predicadores en 1216. En aquel tiempo, había una devoción importante a Judas Tadeo en esa área, tanto por parte de cristianos católicos como de cristianos ortodoxos, la cual duró hasta que tuvieron lugar persecuciones y expulsiones sucesivas de las minorías cristianas en la región. La devoción a San Judas Tadeo comenzó de nuevo en el siglo XIX en Italia y España, extendiéndose por América del Sur y, finalmente, por los Estados Unidos, a partir de Chicago y de su zona de influencia, debido al trabajo de los claretianos y los dominicos en el década de 1920.

Perú


Procesión de San Judas Tadeo de la Basílica de San Francisco (Lima).
En Lima (Perú), el 28 de septiembre de 1941 se fundó el Apostolado Franciscano de Caballeros de San Judas Tadeo, en torno al santo venerado en la antigua Iglesia de San Francisco. Allí se guardan restos óseos que, según fray José María Garmendia, pertenecían a los restos de Toulouse.
Las fechas de sus recorridos procesionales son el último domingo de octubre y el primer domingo de noviembre.
Desde esa fecha se fundaron hermandades en varios distritos, como:
  • La HSJT de la Parroquia de Santa Ana, Barrios Altos
  • La HSJT de Mirones Bajo
  • La HSJT de Villa El Salvador
  • La HSJT del Callao
  • La HSJT de Santa Catalina (Perú)
  • La HSJT de Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, Barranco,(Perú), una de las más representativas de los Balnearios del sur de Lima.
  • La HFCCSSJT del Templo Faro, Callao

Panamá

En Panamá es uno de los santos de mayor devoción, aparte de San Juan Bosco y la Santísima Virgen María bajo la advocación de la virgen del Carmen. Una parroquia situada en el corregimiento de Juan Díaz lleva su nombre.

México

Ciudad de México

 
Sanjuderos en el centro de la Ciudad de México, caminando con imágenes, camisetas y escapularios de San Judas Tadeo.
En México, su devoción está ampliamente extendida en la capital, principalmente en los estratos poblacionales más pobres. El templo de san Hipólito, patrono de la ciudad desde la época novohispana, fue cambiado en advocación a San Judas Tadeo, a donde acuden mensualmente cada día 28 a venerarle sus fieles, y con énfasis el 28 de octubre, día en que se hacen fiestas públicas en su honor. Se tiene como costumbre el ir por primera vez a su templo y obsequiar ofrendas a los cientos de asistentes que colman el templo ubicado en la esquina de Avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma. Se suele llevar hasta el templo imágenes del santo desde la casa del fiel, mostrándolo públicamente.
En torno de san Judas Tadeo en la ciudad de México se ha desarrollado una muy importante devoción. Sea por enfermos incurables o por familiares de esos enfermos, el templo donde se le venera es ya insuficiente para los cientos y en ocasiones miles de solicitantes de salud. Pero lo curioso es que el templo no está bajo su advocación, pues el viejísimo edificio fue dedicado a san Hipólito, quien fuera el primer patrón de la ciudad de México [...] Hoy, fuera del relieve de la fachada donde se le representa, el templo no conserva una sola imagen suya, pues ha sido olvidado por la creciente devoción a san Judas Tadeo.[27]
Mariano Monterrosa Prado y Leticia Talavera Solórzano
Muchas de las peregrinaciones que van a San Hipólito se dirigen el 28 de octubre hacia Puebla, a venerar las reliquias que se exhiben durante una semana en la Parroquia que tiene como patrón al Santo Apóstol.
Zacatecas

 
Templo de San Judas Tadeo en Villanueva, Zacatecas, considerado entre los más importantes dedicados al santo en México.
En el pueblo de Villanueva ubicado en el estado de Zacatecas, hay un templo en honor a San Judas Tadeo al que, el 28 de octubre, llegan a venerarlo peregrinos de todo el estado, del resto del país y del extranjero. Sin dudas, el templo dedicado a San Judas Tadeo en Villanueva, Zacatecas, es uno de los templos más importantes en el país y se atribuye haber sido el primero en todo el continente americano donde se veneró a San Judas Tadeo.
Estado de Hidalgo
También es venerado en la comunidad de Buenavista, municipio de Alfajayucan, en el estado de Hidalgo, en donde actualmente se está construyendo una capilla en su honor.
En Pachuca se encuentra un Santuario en la Colonia Carboneras, muy visitado en especial el 28 de cada mes. En la colonia El Palmar se ubica una parroquia a la que los feligreses acuden para pedir a San Judas Tadeo que les ayude en sus causas difíciles.
Estado de Puebla
En el estado de Puebla es venerado principalmente en los municipios de Huixcolotla y Tecamachalco. Hasta ahí caminan peregrinos de varias partes de los estados de Chiapas, Veracruz y Tabasco. Llegan a una casa de reunión en el centro de la ciudad y en otras partes en donde se expone la imagen y se le cantan Las mañanitas. Participan danzantes del estado de Chiapas que bailan enfrente de la imagen de San Judas Tadeo, se hace oración durante unas horas y luego se parte en peregrinación hacia una capilla que se encuentra en el municipio de Huixcolotla. Esta peregrinación se realiza desde hace más de tres décadas y participan alrededor de 5000 peregrinos de los estados antes mencionados.
En la parroquia de San Judas Tadeo (ubicada en la Prolongación de 16 de septiembre 13121, Puebla), cada 28 de octubre asisten alrededor de 20000 fieles a venerar las reliquias del santo que se exponen en dicha parroquia.[cita requerida]

Estado de Chihuahua

En el estado fronterizo la devoción a San Judas esta presente en las diversas iglesias y altares a lo largo del territorio. Por todas las carreteras y caminos se encuentran capillas y oratorios dedicados a San Judas. Juárez donde diariamente asisten sus devotos y mensualmente, los días 28, se realizan actos de culto en su honor. A las afueras de Chihuahua, capital del estado, se cuenta con un lugar de peregrinación en la población de Tomás García[28] a donde los fieles acuden a pagar ´mandas´ (promesas en honor del apóstol). Actualmente la capilla esta deteriorada y los espacios ocupados por ambulantes del lugar lo que ha creado un conflicto por parte de los peregrinos y la iglesia hacia los ejidatarios. La Arquidiócesis planea construir cerca de esta Iglesia una nueva a fin de evitar los conflictos entre la población[29] . Otro centro de devoción es Cd. Meoqui donde actualmente se esta ampliando la Iglesia de San Judas[30] para dar cabida a los fieles cada vez más numerosos que visitan el lugar. Se planea venerar allí algunas reliquias del apóstol traídas de Roma. En la población de Maravillas también se encuentra una Iglesia.

Guatemala

En la Iglesia de la Merced de la Nueva Guatemala, 11 Avenida y 5ta. Calle Zona 1, se venera una imagen del santo en un cuadro que lo representa como un hombre joven, cuadro usualmente llevado en procesión en la festividad del santo. el día 28 de octubre.[31] La fiesta patronal es celebrada de manera relevante en la ciudad Capital.
Judas Tadeo es considerado el patrono de los negocios y de los trabajos; las personas suelen llevarle veladoras y rosas rojas. Existe gran cantidad de placas conmemorativas que se encuentran colocadas en el interior de la iglesia, en agradecimiento a los favores concedidos.

Cuba

En toda la isla continental de Cuba existe una muy extendida devoción al santo, al que se invoca por su particular patrocinio ante los «casos imposibles, difíciles y desesperados». Su imagen más conocida está ubicada en la parroquia de San Judas y San Nicolás en la ciudad de La Habana, cuya fiesta cada 28 de octubre congrega a fieles que se aglomeran no solo en el templo, sino que abarrotan todas sus inmediaciones en un constante peregrinar.[32]
Sus estampas son frecuentes entre los cubanos católicos como expresión de la piedad popular. En muchas parroquias del país donde no existen imágenes representativas del apóstol, se ofrece la celebración eucarística al conmemorarse su festividad, y se efectúan rogativas con la simple presencia de alguna estampa colocada sobre el altar o en alguna pequeña capilla improvisada al efecto.

Devoción popular

Judas Tadeo es considerado uno de los santos más invocados popularmente. En el catolicismo, es el patrono de las causas difíciles o desesperantes. Existen diferentes plegarias de petición a Cristo por intercesión de Judas Tadeo.[33] A modo de ejemplo:
¡Glorioso apóstol San Judas Tadeo! Por causa de llevar el nombre de quien entregó a nuestro querido Maestro en manos de sus enemigos, muchos os han olvidado. Pero la Iglesia os honra e invoca como Patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por nosotros, que somos pecadores, y haz uso os rogamos de ese privilegio especial a vos concedido por nuestro Señor, de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en nuestra ayuda en esta gran necesidad, e intercede ante nuestro Señor para que recibamos su consuelo y socorro en medio de nuestras tribulaciones y sufrimientos. Que bendiga Dios a vos y a todos los escogidos por toda la eternidad. Amén.

Notas

  1. Jump up En Marcos 10,13 presentan el nombre de «Lebbeo» los códigos D, K, Orígenes y otros. Otros códices (E, F, G, K, L) traen ambos nombres: «Lebbeo apellidado Tadeo». Más tarde, algunos códices de la antigua versión latina (a, b, g, l, q) lo presentan como «Judas zelote» o «celante», otorgándole también a él el apelativo que todas las listas de apóstoles atribuyen a Simón el Apóstol.

Referencias

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  4. Jump up La generalidad de los críticos acatólicos distinguen entre Santiago, hijo de Cleofás y Santiago, hijo de Alfeo. Los exégetas católicos en general los identifican, a excepción de algunos pocos (por ejemplo, Bardenhewer, Gaechter y Wikenhauser); ver: Leal, J., Vicentini, J.I., Gutierrez, P., Segovia, A., Collantes, J., Bartina, S. (1965). La Sagrada Escritura, Nuevo Testamento II: Hechos de los Apóstoles y Cartas de San Pablo. Biblioteca de Autores Cristianos. p. 16. ISBN 978-84-220-0053-2. 
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  20. Jump up «De Sacra Latina Liturgia - Occidentales Liturgiae: Kalendaria Martyrologiaque Antiqua» (en latín). Documenta Catholica Omnia – International (Omnium Paparum, Conciliorum, Ss. Patrum, Doctorum Scriptorumque Ecclesiae Qui Ab Aevo Apostolico Ad Usque Benedicti XVI Tempora Floruerunt). Consultado el 4 de marzo de 2011.
  21. Jump up Según la tradición, fue martirizado el 28 de octubre (IADFW.net).
  22. Jump up «Rito Hispano-Mozárabe Revisado. Missale Hispano-Mozarabicum» (en español y latín). El Rito hispano-mozárabe en "La Ermita". Consultado el 4 de marzo de 2011.
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  32. Jump up Cabrera, Aimee (10 de Noviembre de 2011). «Fieles abarrotan iglesia habanera». Primavera Digital. Consultado el 27 de agosto de 2012.
  33. Jump up «San Judas Tadeo - Siglo I» (en español). Devocionario católico. Consultado el 26 de octubre de 2011.

Enlaces externos



Predecesor:
-
Obispo de Artaxata
4360
Sucesor:
Bartolomé Apóstol

 
 
Santos Simón y Judas, apóstoles
fecha: 28 de octubre
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Fiesta de san Simón y san Judas, apóstoles, el primero llamado Cananeo o Zelotas, y el segundo, hijo de Santiago, llamado también Tadeo, el cual, en la última Cena preguntó al Señor acerca de su manifestación, recibiendo esta respuesta: «El que me ame, observará mi palabra, y el Padre mío le amará, y vendremos a él y haremos nuestra mansión en él».
patronazgo: Simón es patrono de los madereros, los trabajadores forestales, albañiles, curtidores, talabarteros, tejedores y tintoreros; y Judas protector en graves dificultades y preocupaciones, en situaciones desesperadas y «causas perdidas».
refieren a este santo: San Gregorio el Iluminador
oración:
Señor Dios nuestro, que nos llevaste al conocimiento de tu nombre por la predicación de los Apóstoles, te rogamos que, por intercesión de San Simón y San Judas, tu Iglesia siga siempre creciendo con la conversión incesante de los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Ver más información en:
Los Doce
Al igual que nos pasa con los demás Apóstoles, no tenemos sobre Simón y Judas Tadeo más que noticias imprecisas. Es natural: la Iglesia de los primeros años aguardaba la llegada del Reino con tanta inminencia, que no se ocupó de guardar memoria de los más cotidiano e insignificante -el día a día- de quienes la hacían; así que, paradójicamente, conservó con extremada fidelidad doctrina, espiritualidad, predicación, fe, todo lo más difícil de conservar... porque todo ello debía perdurar hasta el Reino; pero esos detalles mínimos que nos hacen «palpable» a cualquier personaje, no se conservaron: ¿tenían esposa? ¿hijos? ¿cuántos? ¿dónde nacieron? ¿dónde y cómo vivían? ¿dónde predicaron? ¿cómo murieron?

Pasadas una o dos generaciones la Iglesia tuvo que comprender que la promesa de Jesús de una vuelta inmediata no se medía en la escala del tiempo humano, y naturalmente se volvió más cuidadosa al detalle de la memoria cotidiana; pero los datos concretos de los principales «héroes humanos» de su propia historia, los Apóstoles y la Virgen, se habían perdido ya. Sin embargo la memoria popular no soporta vacíos: la memoria cotidiana de esos primeros años se comenzó a rellenar con datos recopilados aquí y allá. Muchos de esos datos seguramente se basan en un boca a boca cierto, sin embargo todos tienen algo en común: no pueden ser verificados ni falsificados, porque carecemos de fuentes externas para contrastarlos. No son pues -según el criterio que aplicamos a todo lo demás, y corresponde también aplicar al conocimiento histórico de la Iglesia- datos «históricos». Algunos autores tienen por costumbre confundir al pueblo cristiano enseñándole que todos esos datos son «tradición» de la Iglesia, y que por ello deben ser aceptados. No es verdad: la Tradición que debe ser admitida como revelación es la Tradición de la fe, es decir «aquello que los apóstoles creyeron y nos transmitieron en la vida de la Iglesia como parte del depósito de la fe, aunque no esté escrito en la Biblia». Es Tradición de la fe la Inmaculada Concepción, la Asunción de la Virgen, el culto de los santos, la economía sacramental de la salvación... es Tradición de la fe todo aquello que, siendo esencial a la identidad de la fe católica, no está explícito en la Biblia pero podemos saber, por testimonios indirectos, que formaba parte de las creencias de la generación apostólica. No es Tradición de la fe un montón de detalles simpáticos, anecdóticos y cotidianos sobre la primera Iglesia, que carecen de relevancia para la fe y cuya fuente histórica nos es desconocida.

Dicho esto, y aunque sea una auténtica lástima no poder cubrir la curiosidad mínima de cualquier persona, lo que sabemos con certeza sobre los Doce en conjunto no llega a ocupar lo mínimo que sabemos sobre uno sólo de los cristianos de la siguiente generación.


Simón el «zelote»


De lo poco que conocemos de los apóstoles, casi nada más que su nombre es lo que sabemos de Simón, llamado por Mateo y Marcos «el cananeo», mientras que por Lucas/Hechos, «el zelote». Puede ser que con ese apodo se refiera a los «zelotes» (que podría traducirse como «llenos de celo»), un grupo radical dentro de los tantos que conformaban el polifacético judaísmo de la época; estos zelotes se oponían a la dominación romana, y al sincretismo cultural que ello traía aparejado. Se comprende que Jesús -que hablaba de una inminente instauración del Reino de Dios- atrajera la atención de estas corrientes. Aunque algunos autores afirman que los zelotes, como grupo de resistencia, nacieron algunas décadas después, así que este adjetivo indicaría más bien el hecho de que era un celoso cumplidor de la Ley, que más que un problema con la dominación romana, lo tenía con los judíos de mentalidad más relajada. No parece claro qué podía atraer de Jesús, que comía con publicanos y pecadores, a alguien que mereciera el apodo de «legalista celoso»; sin embargo, el mismo Jesús que comía con publicanos y pecadores dijo que no caería ni una «iod» de la Ley. Sin duda que Jesús se supo atraer a todas las sensibilidades, a un recaudador de impuestos como Leví y a un celoso cumplidor como Simón, y a cada uno le enseñó, y le exigió -y le exige- renunciar a sus criterios exclusivistas para abrazar los criterios de inclusividad del Reino.

El apelativo «cananeo» podría corresponder al gentilicio de «nacido en Caná» (aldea que conocemos por las bodas narradas por Juan), sin embargo podría ser también -y en general la crítica actual toma este partido- la forma aramea original (qan'ana) del nombre «zelote», que es griego y que, por tanto, no es la forma original del apelativo.

Por lo demás a Simón a no se le atribuye ninguna anécdota dentro de los evangelios; es uno de los Doce, y sólo lo podemos imaginar actuando como coro, ya que cuanto se habla de Simón en el NT se refiere a Simón Pedro. No sabemos, por tanto, tampoco cómo continuó el curso de su vida ni cómo murió, más allá de la suposición general de que los Doce sufrieron la misma suerte martirial que el Maestro.

A partir de esta falta de datos, la imaginación ha hecho el resto, y lo ha hecho así:
-Puesto que se dice de él que es «de Santiago», algunos lo identifican como «hermano de Santiago» y no -como es más natural- como «hijo de [algún] Santiago», por lo tanto deducen que tiene que ser el Simón que es pariente de Jesús, según Mt 13,55 (y paralelos). Como al Santiago pariente del Señor la tradición posterior lo ha identificado (también sin demasiada base) con uno de los Santiago Apóstol (el llamado menor), entonces Simón resultaría ser, según cuenta Hegésipo en el siglo II, el sucesor de Santiago el Menor como obispo de Jerusalén, hasta el 107, cuando sufrió el martirio en Pella.
-También se lo ha identificado con Natanael de Caná y ¡con el maestresala de las Bodas de Caná!, apoyadas estas identificaciones en la solidísima base del supuesto gentilicio «cananeo».
-en Armenia se lo identifica como apóstol de los armenios, y habría sufrido allí el martirio.
-San Fortunato de Poitiers transmite que evangelizó Persia con Judas Tadeo, y sufrió allí el martirio y fue enterrado, aunque otras tradiciones sitúan la tumba en el Cáucaso...

Los atributos del apóstol en la iconografía son variables: hasta el siglo XIII, pero retomado en el XVI, suele estar representado con un rollo o libro, sin símbolos de martirio, mientras que en los siglos intermedios a los mencionados aparece con distintos atributos martiriales, acorde con las mil leyendas sobre su muerte (serrado en dos, decapitado, etc).


Judas Tadeo


En cuanto a Judas Tadeo, poco más de lo mismo: le cupo la escasa suerte de llamarse con un nombre precioso en la tradición bíblica («el judío», que es lo que significa Judas), pero lamentablemente infamante para los cristianos, por el otro Judas, el traidor; con una mano en el corazón, por mucha devoción que se le tenga a Judas Tadeo, ¿quién le pondría a su hijo de nombre Judas?
Tadeo (Thaddaios) es un apelativo, cuyo significado quedó incierto para nosotros; algunos lo hacen significar «de pecho amplio», es decir, «magnánimo». A este Judas se le atribuye una única intervención individual en el Evangelio, en Juan 14,22:
«Le dice Judas -no el Iscariote-: 'Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?'»
Lo que mereció de Jesús esa hermosa respuesta:
«Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»
A Judas Tadeo se le atribuye una epístola muy breve -apenas 25 versículos- del NT, la llamada, precisamente, Epístola de San Judas, última del grupo de las siete «católicas» (es decir, sin destinatario conocido, y por tanto universales). La epístola depende estrechamente del libro apócrifo de Henoc, y a su vez es citada casi literalmente por 2Pedro 2; es sin duda una epístola-puente en un problema que acució a la primera iglesia: ¿por qué Jesús, que dijo que volvía enseguida, se retrasa? El hecho de que subyaga precisamente esta pregunta, junto a otros datos de crítica interna del texto hacen casi seguro afirmar hoy que la epístola es escasísimamente probable que provenga de mano directa de uno de los apóstoles.

Las tradiciones posteriores hacen de Tadeo el evangelizador de Mesopotamia o de Libia, y sufrido el martirio, su cuerpo estaría, junto con Simón Zelote, en Persia, según la tradición ya mencionada de Fortunato de Poitiers. En la iconografía tradicional se lo representa con una alabarda o lanza, dato que proviene de algunas leyendas sobre su martirio. Debe señalarse que no todos los autores están de acuerdo con que Judas «no el Iscariote» y Judas «Tadeo» sean la misma persona, en cuyo caso lo poco que afirmábamos antes, se reduce a mucho menos. Es el patrono de las «causas perdidas», dentro de las cuales se encuentran los intentos por conocerlo históricamente un poco mejor...

Para los datos críticos sobre las listas neotestamentarias de los Apóstoles, así como la epigrafía de la Carta de Judas puede verse cualquier introducción actual al NT; por ejemplo, en Comentario Bíblico «San Jerónimo», tomo V, nº 78, Aspectos del pensamiento neotestamentario, hay un interesante capítulo dedicado a Los Doce, que puede servir como punto de partida; allí mismo, en el Tomo IV, está el comentario a la Carta de Judas. En el libro de Meier «Un judío marginal», en el tomo III, capítulo 27, se encontrará una muy sólida aproximación estrictamente histórica a los Doce, aunque conviene leer previamente los capítulos metodológicos introductorios, que están en el volumen I. Los datos «tradicionales» sobre los apóstoles pueden leerse en buena síntesis en Santi e Beati (en italiano), que consagra un artículo para cada uno de los dos apóstoles, además de la noticia de conjunto.
Los cuadros que ilustran a uno y otro son -como es fácil deducir- del Greco, de su serie de Apóstoles de 1610/14.
 

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

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