“Si tuvieran la fe como un grano de mostaza..” nos dice Jesús para animarnos a pedir que nuestro corazón arda en su fuego.
Oh Jesús Redentor, autor y consumador de nuestra fe, te suplicamos desde lo profundo de nuestro corazón contrito y humillado no permitas que se extinga la hermosa luz de nuestra fe.
Acuérdate de tus antiguas misericordias; mira compasivo la viña que tú mismo plantaste con tu diestra, que ha sido regada con la sangre de miles y miles de mártires, con las lágrimas de generosos penitentes y las fatigas de celosos apóstoles y fecunda oración de tantos cristianos fieles.
Nos aflijan las enfermedades, nos consuman los disgustos, nos afecten los infortunios, pero que no nos falte la fe; porque ricos con este don precioso, soportaremos con gusto todo dolor y nada podrá alterar nuestra felicidad. Por el contrario, sin la gracia de la fe, nuestra desventura no tendría límites.
Oh Jesús, autor y consumador de nuestra fe, consérvanos dentro de la nave de Pedro, fieles a su sucesor, para que se construya la unidad de la Iglesia, se promueva su santidad y se dilate en bien de todos los pueblos. Concédenos la paz y la unidad. Confórtanos y consérvanos en tu santo servicio, para que por Ti y en Ti vivamos siempre. Amén.
(Esta oración está basada en Hebreos 12, 1-2. san Clemente; la rezaba y la recomendaba. Es tomada de: Espiritualidad Redentorista, vol. 4, p. 293).
Indulgencia - León XIII
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