miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Cansado estoy, Señor!

 

Muchas veces nos gana el desaliento. La tristeza. Ahí está el Señor, para darnos el abrazo y la caricia que necesitamos para seguir.
 
               
¡Cansado estoy, Señor!

Cansado estoy, Señor

de la vida que llevo;

porque siento que se me escapa

entre mis manos, y no la disfruto.

De muchas palabras;

porque veo que son verdades a medias

y, por lo que sea, me fío más que de las tuyas.

De mis actitudes;

porque no son reflejo del amor que te tengo

porque se quedan de la sencillez que me pides

¡CANSADO ESTOY, SEÑOR!

¡Dame vida con tu Palabra!

Para que descubra el sendero verdadero

¡Dame luz con tu mirada!

Para que no me confundan

los que pregonan el mundo a su manera

¡Dame alegría con tu Espíritu!

Y no me quede con cara larga

ante tanto suceso trágico o triste

que sacuden lo más hondo de nuestra tierra

¡CANSADO ESTOY, SEÑOR!

Haz que me sienta débil;

para que Tú seas el fuerte

Haz que sea sencillo;

para que descubra tu belleza

Haz que recupere el brillo de la fe;

para que nunca diga “¡basta!”

Gracias, Señor;

porque, siendo como soy,

acercas tu hombro a mis fuerzas

asaeteadas por las prisas y los agobios,

los vacíos y los fracasos de mi existencia

Amén.

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