miércoles, 30 de octubre de 2013

Plegaria de un padre por sus hijos

 

Una buena oración para que los padres recen por sus hijos, que es otra forma de ser padres y estar preocupados por ellos.
 
               
Plegaria de un padre por sus hijos

Siendo tan necesaria la ayuda de DIOS para entender a los hijos y educarlos, te dirijo, ¡Oh Señor Misericordioso!, desde el fondo de mi alma esta ferviente plegaria:

Ayúdame, Señor, te lo suplico, a entender a mis hijos, a escucharlos pacientemente cuando tengan algo que decirme, y a contestar sus preguntas sin alterarme.

No permitas que los interrumpa y menos que los contradiga sin razón, concédeme la Gracia de ser siempre tan cortés para mis hijos, como yo quiero que ellos sean conmigo cuando crezcan.

Dame el valor suficiente para confesar mis faltas contra mis hijos, y para pedir perdón cuando sienta que les he hecho algún daño.

No permitas nunca que hiera con mis actos los sentimientos de mis hijos.

Evita que me ría de sus errores o que los castigue avergonzándolos o poniéndolos en ridículo.

Jamás permitas que induzca yo a mis hijos a mentir o a tomar lo ajeno.

Guíame siempre. Señor, hora tras hora, para que pueda yo demostrarles con todo cuanto haga o diga, que sólo la honestidad y la honradez traen consigo la felicidad.

Hazme cada día más humilde y que deje ya de sermonearlos continuamente.

Cuando me salga de mis casillas, ayúdame. Señor, a contener la lengua.

Ciégame para no ver los pequeños errores de mis hijos, pero dame Tu luz para ver bien las cosas buenas que tienen y que hacen.

Pon siempre en mis labios la palabra justa para cuando merezcan elogio.

Ayúdame a tratarlos de acuerdo con su edad y no permitas que exija de ellos que razonen como adultos y tengan el juicio que sólo da la experiencia.

No permitas que les robe la oportunidad de cuidarse ellos mismos y de que piensen y lleven a cabo sus propias decisiones.

Una cosa sobre todo, te pido, Señor; que no permitas que llegue nunca a castigar a mis hijos tan sólo para satisfacer mi egoísmo, que nunca descargue en ellos mi ira.

Permíteme que pueda yo concederles todas las satisfacciones que sean razonables, pero al mismo tiempo haz que tenga el valor suficiente para no concederles cualquier privilegio que pueda perjudicarlos.

Permíteme que sea yo tan equitativo, tan justo y amigable para con mis hijos, que ellos sientan auténtica estimación por mí.

Concédeme, finalmente, ¡Señor Todopoderoso!, que sea siempre digno de que mis hijos me amen y de que me imiten en lo bueno y que guiándoles, les lleve a Ti, Amén.

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