“El Nombre de Jesús es un medio concreto y poderoso para transformar a los hombres en su más profunda y divina realidad. Vayamos con el Nombre de Jesús en nuestro corazón y en nuestros labios hacia los hombres y las mujeres que crucemos por la calle, en las fábricas, en las oficinas, sobre todo hacia aquellos que parecen irritantes y antipáticos (…) Si vemos a Jesús en cada hombre, si invocamos a “Jesús” sobre cada hombre, iremos por el mundo con una nueva visión y con un nuevo don de nuestro corazón. Podemos así, por cuanto está en nosotros, transformar el mundo y hacer nuestra la palabra de Jacob a su hermano: “He visto tu rostro y es como si hubiese visto al de Dios. (Gen 33,10).”
Padre Lev Guillet
(Un monje de la Iglesia de Oriente)
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