En este Mes de la Biblia compartimos dos oraciones que nos acerca la Fundación Palabra de Vida.
ANTES DE LEER LA PALABRA DE DIOS
Bendito seas, Señor,
porque quisiste que tu Palabra "viva y eterna" se conservara por escrito
en los Libros Sagrados de Israel y de la Iglesia primitiva.
Nosotros los veneramos con espíritu filial,
reconociendo en ellos "tu voz de Padre",
que sale a nuestro encuentro a fin de revelarnos tus misterios más intimos.
En medio de tantas palabras que oímos, leemos y repetimos a diario,
nos alegra poder escuchar ahora la tuya,
como Palabra siempre actual y de inagotable riqueza.
Gracias a ella te conocemos a ti, "el único Dios verdadero y a tu Enviado Jesucristo".
Que su Espíritu nos enseñe a interpretar correctamente tu Palabra,
y haga brotar de nuestro corazón el deseo de meditarla en silencio,
abriendo nuestra alma a Dios
para alabar, dar gracias, implorar y pedir perdón.
Amén.
DESPUÉS DE LA LECTURA BÍBLICA
Señor, que depositaste en tu Palabra tantos tesoros de sabiduría
para que podamos meditarla y encontrar en ella algo de tus riquezas,
haz que cuando alcancemos esa parte de tus tesoros
no creamos haber encontrado todo lo que ella contiene.
Te damos gracias, Señor, por lo que recibimos
y haz que no nos pongamos tristes por lo que queda y sobreabunda.
Lo que recibimos, es la parte que nos ha tocado;
pero lo que queda es nuestra herencia.
Amén.
Bendito seas, Señor,
porque quisiste que tu Palabra "viva y eterna" se conservara por escrito
en los Libros Sagrados de Israel y de la Iglesia primitiva.
Nosotros los veneramos con espíritu filial,
reconociendo en ellos "tu voz de Padre",
que sale a nuestro encuentro a fin de revelarnos tus misterios más intimos.
En medio de tantas palabras que oímos, leemos y repetimos a diario,
nos alegra poder escuchar ahora la tuya,
como Palabra siempre actual y de inagotable riqueza.
Gracias a ella te conocemos a ti, "el único Dios verdadero y a tu Enviado Jesucristo".
Que su Espíritu nos enseñe a interpretar correctamente tu Palabra,
y haga brotar de nuestro corazón el deseo de meditarla en silencio,
abriendo nuestra alma a Dios
para alabar, dar gracias, implorar y pedir perdón.
Amén.
DESPUÉS DE LA LECTURA BÍBLICA
Señor, que depositaste en tu Palabra tantos tesoros de sabiduría
para que podamos meditarla y encontrar en ella algo de tus riquezas,
haz que cuando alcancemos esa parte de tus tesoros
no creamos haber encontrado todo lo que ella contiene.
Te damos gracias, Señor, por lo que recibimos
y haz que no nos pongamos tristes por lo que queda y sobreabunda.
Lo que recibimos, es la parte que nos ha tocado;
pero lo que queda es nuestra herencia.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario