jueves, 10 de octubre de 2013

Jacobo de Strepa, Beato


Obispo, 20 Octubre
 
Jacobo de Strepa, Beato
Jacobo de Strepa, Beato

Obispo de la Primera Orden



Jacobo de Strepa, de noble familia polaca, nació hacia 1340. Muy joven ingresó en la Orden de los Hermanos Menores. Por muchos años ejerció el ministerio en Rusia, fue vicario general de aquella misión y trabajó activamente por la unidad de los cristianos. Elegido obispo de Halicz, cuya sede metropolitana fue luego trasladada a Leópoli.

Como obispo y pastor de almas, Jacobo de Strepa se consagró por entero a las necesidades de la diócesis y se mostró modelo perfecto del pastor de almas. En muchos distritos el número de las iglesias era insuficiente para las necesidades de la población, para remediarlo, hizo construir nuevas iglesias, erigió nuevas parroquias y colocó allí sacerdotes de probado celo. Fundó también casas religiosas para multiplicar los medios de santificación, edificó hospitales, proveyó a los pobres con largueza y generosidad. Las rentas de su obispado eran enteramente destinadas al mantenimiento de los lugares de culto y a la caridad y beneficencia para con los pobres y necesitados.

El celoso pastor se esforzó por infundir la fe en los fieles con prácticas de devoción que produjeron frutos abundantes de santidad. Amó con tierno y filial afecto a la Santísima Virgen. En su escudo episcopal colocó la imagen de la Madre de Dios que también había hecho esculpir en su anillo pastoral. Difundió ampliamente el culto a la Santísima Virgen. Todas las tardes el pueblo se reunía en las iglesias para rezar el Rosario y otras oraciones a la Virgen. La Eucaristía fue el centro irradiador de toda su vida. En Leópoli instituyó la adoración perpetua. Tuvo la alegría de ver reflorecer en su diócesis la piedad y la moral.

Recorrió su extensa diócesis a pie, vestido con el hábito franciscano, sembrando en su camino la palabra de Dios, uniendo a su apostolado activo una vida de austeridad y de penitencia. Nombrado senador en el consejo de su patria, dio sabios consejos e hizo tomar importantes y útiles decisiones. Por su interés se frenaron en el territorio polaco las incursiones de los bárbaros, los enemigos fueron rechazados. Después de 19 años de dinámico episcopado el Beato Jaime fue a recibir el premio de sus trabajos. Murió el 20 de octubre de 1409. Por sus excepcionales méritos civiles fue proclamado defensor y custodio de su patria. Fue sepultado en la iglesia de los franciscanos de Leópoli, vestido con el hábito religioso y con las insignias pontificales. En su tumba se produjeron milagros. Su culto se difundió en Polonia, Lituania y Rusia, de donde en un tiempo venían numerosos peregrinos para invocar su protección. En su exhumación realizada en 1419, su cuerpo fue encontrado incorrupto.

Su culto fue aprobado por Pio VI el 11 de septiembre de 1790

Beato Jacobo Strepa, religioso y obispo
fecha: 20 de octubre
fecha en el calendario anterior: 21 de octubre
n.: c. 1340 - †: c. 1409 - país: Ucrania
otras formas del nombre: Jaime Strepar
canonización: Conf. Culto: Pio VI 11 sep 1790
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Lviv, de Rutenia, beato Jacobo Strepa, obispo de Halyc, de la Orden de los Hermanos Menores, ilustre por su solicitud pastoral y por sus virtudes apostólicas.

Los franciscanos llegaron a Polonia poco después de la fundación de su Orden. Una vez establecidos, comenzaron a trabajar por la reconciliación de los ortodoxos y la conversión de los paganos de Lituania. Tales fueron los comienzos de la Iglesia latina en Ucrania, cuya primera diócesis fue establecida en el siglo XIV.

El Beato Jacobo Strepar pertenecía a una noble familia polaca, radicada en la Galicia Ucrania. Ingresó en la orden de San Francisco y llegó a ser guardián del convento de Lvov. Allí tuvo ocasión de trabajar activamente y con mucho éxito para arreglar los complicados asuntos eclesiásticos que surgieron al quedar la ciudad en entredicho. Además, defendió valientemente a los frailes mendicantes de los ataques del clero secular, sin dejar por ello de predicar la reconciliación a los ortodoxos. Entre ellos trabajó más de diez años, ayudado por la Compañía de los Misioneros Ambulantes de Cristo, que estaba formada por frailes franciscanos y dominicos. Finalmente, fue nombrado superior de la «misión» franciscana en Rusia occidental.

Habiendo tenido gran éxito como predicador y organizador, fue elegido obispo de Galich en 1392. Después de evangelizar la mayor parte de su diócesis, se dedicó a consolidar su obra: construyó iglesias en las regiones más remotas y consiguió que de Polonia le enviasen sacerdotes para atenderlas, fundó casas religiosas y estableció hospitales y escuelas. Aunque era arzobispo y senador del reino, solía visitar a pie su diócesis. Muchos prelados de la época se vestían ostentosamente de acuerdo con la moda; en cambio, el beato Jacobo conservó siempre el modesto hábito de su orden. Dios le llamó a Sí en Lvov, 1409 o 1411. Las gentes le habían dado en vida el sobrenombre de «el protector del pueblo»; los milagros que obró después de su muerte, demostraron que no había olvidado a sus compatriotas. El culto del beato Jacobo fue confirmado en 1791.

Existen varias biografías polacas; en cambio, en las lenguas más habituales en Occidente sólo hay resúmenes biográficos. Véase a Scrobiszewski, Vitae episcoporum halicensium (1628); Siadler, Heiligen Lexikon, vol. III, pp. 111 ss; Léon, Auréole séraphique (trad. ingl.) vol. u, pp. 312-315.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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