miércoles, 16 de octubre de 2013

Belén: cuna de la dinastía davídica

      

 


Lucas 2, 4… José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, …  Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón”

Belén, la ciudad

Belén (Beth-Lehem) significa casa del pan. Se encuentra a unos ciento cincuenta kilómetros al sur de Nazaret, y a unos siete de Jerusalén. En árabe se  Beit-Lahm, a 777 ms. sobre el nivel del mar, 1267 sobre el Mar Muerto, está colocada con sus casas de piedra rosácea, sobre dos colinas del sistema montañoso de la Judea,Se calcula que Belén fue fundada por los cananeos hacia el año 3.000 antes de Cristo. Es mencionada en algunas cartas enviadas por el gobernador egipcio de Palestina al faraón, en torno al año 1.350 a. C.
En tiempos de Jesús no era más que un puesto avanzado en el desierto, fortificado con muros y torres, pues los filisteos la habían convertido en plaza fuerte y el rey Roboán, hijo de Salomón, había aumentado considerablemente sus defensas (Cfr 2 Cron 10, 6.). Su importancia, sin embargo, era puramente estratégica.
La modesta población vivía una vida sosegada, dedicada casi exclusivamente al pastoreo y al cultivo de las pocas tierras de labor que, en forma de terrazas escalonadas, la rodeaban y que con mucho trabajo, sobre todo en la época de las lluvias, lograban defender de los deslaves constantes. En estas terrazas crecían granados, almendros, manzanos, algunas vides y, sobre todo, higueras y olivos. Quizás por eso, Belén era llamada la fructífera, Efrata, nombre patronímico de la región. Su situación, no lejos del camino de montaña entre Hebrón y Jerusalén, constituía un buen albergue de fin de etapa para los viajeros.

La ciudad de David

A pesar de su insignificancia, Belén era ilustre en la historia de Israel.  Allí, en Belén, la mujer de Jacob, Raquel, murió y fue sepultada en el camino de Efrata, que es Belén (Gen 35, 19). Pero sobre todo era la patria de David, el glorioso caudillo del que habría de descender el Mesías. María sabía que su Hijo era también Hijo de David. Este apelativo se convirtió en el más popular de los títulos mesiánicos. Jesús lo aceptó aunque aclarando que era también el Hijo de Alguien “más grande que David“. Belén, pues, estaba unida a la dinastía davídica, y por eso el profeta Miqueas había anunciado 750 años antes, que allí, en esa pequeña localidad, nacería el Mesías:
Pero tú, Belén Éfrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel; sus orígenes son muy antiguos, de días remotos. Por eso Él los entregará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces, el resto de sus hermanos volverá junto a los hijos de Israel. Él estará firme, y apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del Nombre del Señor, su Dios; y ellos podrán reposar, porque entonces él será grande hasta los confines de la tierra (Mi 5, 1-3).
La tradición judía vio en las palabras de Miqueas un vaticinio sobre la llegada del Mesías, como ha quedado reflejado en varios lugares del Talmud (Cfr. Pesajim 51, 1 y Nedarim 39, 2). También san Juan, en su Evangelio, se hace eco de cuál era la opinión dominante entre los judíos del tiempo de Jesús acerca de la procedencia del Mesías: ¿no dice la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David y de Belén, la aldea de donde era David? ( Jn 7, 42). Pero es en el Evangelio de san Mateo donde se cita explícitamente la profecía de Miqueas, cuando Herodes reúne a los sacerdotes y escribas para preguntarles dónde había de nacer el Mesías: en Belén de Judá –le dijeron–, pues así está escrito por medio del Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo, Israel ( Mt 2, 5-6.).

Nacimiento de Jesús en Belén

shepherd_birthA comienzos del siglo I, Belén sería una aldea en torno al millar de habitantes. La formaban un reducido conjunto de casas diseminadas por la ladera de una loma y protegidas por una muralla que estaría en malas condiciones de conservación, o incluso desmoronada en buena parte, ya que había sido construida casi mil años antes. Las casas de Belén eran humildes y, como en otros lugares de Palestina, los vecinos aprovechaban las cuevas naturales como almacenes y establos, o bien las excavaban en la ladera. En una de estas grutas se verificó el acto más trascendental que une el cielo nació con la tierra: nació Jesús, el Hijo de Dios:
Se presenta cierta dificultad para conocer la traducción correcta de «aposento», diversorio en latín, katályma según el texto griego del evangelio. Esta palabra tiene significados algo diferentes. Unas veces expresa la posada oriental de la época. Otras, la habitación alta y más espaciosa de las casas, que podía servir de salón o cuarto de huéspedes. Cuando San Lucas escribe que no había lugar para ellos en la posada parece referirse a la situación de María. Si hubiera querido decir simplemente que la posada no podía hospedar a más personas, le habría bastado con hacer notar que no había sitio. Sin embargo, dice que no lo había para ellos. Quizá quiere indicar que no era el lugar adecuado para la Virgen, cercana ya al parto. Tras nacer Cristo fue recostado ciertamente en un comedero de animales. La palabra, fátne, tiene el significado cierto de pesebre.
También es interesante la tradición según la cual la Virgen y san José se trasladarían a un lugar mejor poco después del nacimiento. Es lo que se conoce como la gruta de la leche: en estas fotos -si pinchas encima- podrás verlas ampliadas:
Para seguir: Belén y los primeros cristianos

Referencias complementarias:

No hay comentarios: