lunes, 7 de octubre de 2013

Nuestra Señora de Aparecida

Advocación Mariana, 12 de octubre
 
Nuestra Señora de Aparecida
Nuestra Señora de Aparecida

Patrona de Brasil

La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.

Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.

Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.

Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.

La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.

El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.
 
 

Nuestra Señora de la Concepción Aparecida

   
 
Imagen en el interior de la catedral.
 
Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, patrona de Brasil.
Nuestra Señora Aparecida o Nuestra Señora de la Concepción Aparecida es la advocación mariana patrona de Brasil. Su santuario se localiza en Aparecida, en el Estado de São Paulo y su fiesta se conmemora el 12 de octubre.

 

Historia

El hallazgo

Hay dos fuentes sobre el hallazgo de la imagen, que se encuentran en el archivo de la Curia Metropolitana de Aparecida (anterior a 1743) y en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús, en Roma.
Su historia tiene su inicio a mediados de 1717, cuando llegó a Guaratinguetá la noticia de que el conde de Assumar, D. Pedro de Almeida y Portugal, gobernador de la entonces Capitanía de São Paulo y Minas de Oro, iría a pasar por la población de caminguajfoaso a Villa Rica (actual ciudad de Ouro Preto) en Minas Gerais. Deseosos de obsequiarle con la mejor pesca que obtuviesen, tres pescadores arrojaron sus redes al río Paraíba del Sur; después de muchas tentativas infructuosas descendiendo por el curso del río llegaron el 12 de octubre a Porto Itaguaçu, donde atraparon en las redes el cuerpo de una imagen de Nuestra Señora de la Concepción sin cabeza. Tras una nueva tentativa atraparon la cabeza de la imagen. Animados por lo acontecido lanzaron de nuevo las redes con tanto éxito que obtuvieron una copiosa pesca.

El crecimiento de la devoción

Durante quince años la imagen permaneció en la residencia del pescador Felipe Pedroso, donde los pescadores se reunían para rezar. La devoción fue creciendo entre el pueblo pues se decía que muchos favores fueron alcanzados por aquellas gentes que rezaban delante de la imagen. La fama de los poderes extraordinarios de Nuestra Señora llegó hasta otras regiones de Brasil. Se construyó una capilla, que pronto se quedó pequeña. Debido al aumento de fieles, en 1834 se inició la construcción de una gran iglesia, la actual Basílica de Nuestra Señora Aparecida.
En 1904 la imagen fue coronada con la presencia del Nuncio Apostólico y del presidente de la República.
En 1929, Nuestra Señora fue proclamada Patrona Oficial del Brasil por determinación del papa Pío XI. El papa Juan Pablo II, en su visita a Brasil en 1980, consagró la Basílica que alberga la imagen y concedió más tarde indulgencias a los devotos de Nuestra Señora Aparecida.

Descripción de la imagen

La imagen sacada del río era de terracota y medía 40 cm de altura. Los monjes benedictinos que la describen en aquella época, acreditan que originalmente estaba policromada, como era costumbre en la época. El color canela que presenta en la actualidad probablemente se debe a la exposición al humo de las velas de los devotos.
En 1978, tras sufrir un atentado que la redujo a casi doscientos fragmentos, fue puesta para su reconstrucción en manos de la artista Maria Helena Chartuni, que la restauró totalmente.
 
 florcarm.gif (254 bytes) Nuestra Señora
            de Aparecida
   florcarm.gif (254 bytes)
  Brasil
 
Nuestra Señora AparecidaLa Historia
La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.
Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.
Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.
Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.
La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.
El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.


Imagen de la Virgen Aparecida, BrazilNuestra Señora Aparecida
Brasil
Fiesta: 12 de Octubre

Corre el año 1716 cuando, en el río Paraiba, tres pescadores trataban de ganarse la vida pero no conseguían pesca. Fue entonces que alzaron de las aguas con sus redes una hermosa figura de terracota de Nuestra Señora de la Concepción.  Una vez colocada la imagen en su canoa, la pesca fue tan abundante, que aquellos hombres regresaron a puerto llenos de temor, porque su frágil embarcación parecía hundirse, incapaz de sostener el enorme peso de la pesca.
No se sabe cómo la pequeña imagen de solo 36 centímetros fue a parar al río, pero sí se conoce a su autor, Frei Agostino de Jesús, un monje carioca de Sao Paulo que trabajaba el barro con arte y refinamiento. La imagen que fue moldeada hacia el 1650, permaneció sumergida en el Paraíba por muchos años, hasta perder su policromía original y quedar de un brillante color castaño oscuro.
La Virgen morena se presenta a la veneración de los fieles recubierta por un rígido manto de gruesas telas ricamente bordadas, que sólo permiten verle el rostro y las manos, que une sobre el pecho en continua oración.  Porta la corona imperial, de oro y piedras preciosas, con la que fue coronada reina de Brazil por el Papa Pío X en el 1904.  Pío XII la proclamó patrona principal del Brasil en 1930 y el día de su fiesta, el 12 de octubre ha sido declarado feriado nacional.
Juan Pablo II visitó a la Virgen Aparecida en su santuario, concediéndole el título de Basílica.  Unos días antes, un individuo lanzó al suelo la imagen fraccionándola en muchos pedazos. Quiso así parar el gozo de la celebración que se esperaba. Pero el amor y el cuidadoso trabajo de varios artistas y expertos logró reconstruirla perfectamente y la Virgen Aparecida retornó a su nicho en la basílica en medio de la enorme multitud que la aclamaba por madre del Brasil.  El odio jamás vencerá sobre el amor de la Madre de Dios quien nunca abandona a sus hijos.
Cooperación necesaria-Vatican Information Services

Juan Pablo II en ocasión del centenario de la coronación de Nuestra Señora Aparecida, 2004, escribe que "este patrocinio de María sobre una nación no es posible sin la cooperación de sus protegidos, sino que supone su libre consentimiento, que se renueva cada día; supone que se hagan dignos de él, encarnado en un compromiso de vida inspirado por las certezas profundas y sólidas de la fe".

Dirigiéndose en particular a los obispos, el Papa subraya la importancia de "asumir con verdadero espíritu pastoral la antiquísima devoción mariana de vuestro pueblo. (...) Para que esta devoción sea un camino para el encuentro, en la fe, con Dios en Jesucristo, depende mucho del ejemplo de los pastores y de los agentes de pastoral".

"Ayudad por tanto a los fieles a vivir su devoción mariana como un testimonio claro y valiente de amor a Cristo, que manifieste la identidad personal y comunitaria de los católicos, contra el peligro del secularismo y del consumismo, y al mismo tiempo, favorezca en las familias la práctica de las virtudes cristianas. Del mismo modo, esta devoción ayudará a consolidar los vínculos de comunión con los pastores de la Iglesia de Cristo, afrontando la disgregación de la fe, tantas veces fomentada por el proselitismo de las sectas".


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