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I. Curso Introductorio |
Lección 1: Presentación del Curso Escuchar
La teología es la expresión
de una fe madura, adulta y consciente. Todo bautizado tiene
el derecho y el deber de formarse en la fe,
según sus posibilidades personales y su estado de vida.
El presente
curso es “a distancia” en dos sentidos: tanto por parte
de quienes lo reciben como por parte del que lo
ofrece. Ello exige un gran compromiso de parte de todos.
Compromisos
y sugerencias prácticas: orar, seguir la secuencia de lecciones, repasar
las tres tesis de cada lección, llevar un cuaderno de
apuntes.
Lección 2: Los Teólogos Escuchar
Por su relación íntima con el
contenido de la fe, podemos decir que la teología ha
acompañado a la predicación desde los Apóstoles. De hecho, ya
en la Biblia hallamos desarrollos teológicos en las interpretaciones de
hechos narrados.
Los grandes teólogos de los primeros siglos fueron los
llamados “Padres de la Iglesia”. En ellos se unen la
santidad de vida, un arduo ministerio pastoral y una gran
profundidad y extensión de doctrina.
A lo largo de los siglos
se han dado multitud de corrientes teológicas. Bajo la guía
del Magisterio de la Iglesia, el estudiante de teología debe
evitar errores como el eclecticismo, el integrismo y el liberalismo
teológico.
Lección 3: Teología: ciencia y sabiduría Escuchar
Nuestro tiempo idolatra la
ciencia, a la que valora ante todo por sus resultados
tecnológicos. Esto hace que fácilmente se desprecie el conocimiento que
no se asemeja al planteamiento de hipótesis y experimentos de
la ciencia.
En la teología hay elementos de verdadera búsqueda y
argumentación científicas, pero es imposible e inútil pretender reducir la
teología a los modelos de producción, eficiencia y bienestar a
que nos ha acostumbrado la ciencia moderna.
Las grandes preguntas del
hombre no logran ser abordadas con los métodos de la
ciencia; pertenecen más bien a la búsqueda de un conocimiento
más profundo y general que solemos llamar “sabiduría”. Es el
terreno propio de la filosofía y la teología.
Lección 4: ¿De
qué sirve estudiar teología? Escuchar
El estudio teológico trae frutos interiores,
comunitarios y trascendentes. Los interiores son especialmente la unidad, que
supone coherencia; la armonía, que implica crecimiento integral; y un
camino creciente de luz y de gracia.
Los principales frutos comunitarios
son: atención a los más débiles y pobres; crecimiento en
el don de la verdadera fraternidad; impulso misionero.
Los frutos trascendentes
son: capacidad de dar su justo valor a las cosas
de este mundo; y anticipación de los dones del cielo.
Lección
5: Teología y Biblia Escuchar
Toda la teología tiene su origen
en una iniciativa divina: Dios ha querido revelarse a nosotros.
En la filosofía, en cambio, la iniciativa está en la
capacidad racional humana que aplica sus energías a aquello que
le atrae y desafía.
La idolatría de la razón humana se
llama “racionalismo”; el desprecio de la razón, supuestamente por enaltecer
la fe, se llama “fideísmo”.
La razón tiene un lugar en
la teología, de dos maneras: ayudando a mostrar la inconsistencia
de los ataques en contra de la fe, y ayudando
a organizar y sistematizar lo que creemos.
Lección 6: Oración y
Teología Escuchar
La fe es un don de Dios; es un
regalo que nosotros podemos pedir y que con su gracia
podemos conservar. Para esto nos ayuda mucho la oración, porque
nos sumerge en la lógica y el estilo de Dios.
La
oración nos ayuda también a evitar las tentaciones de soberbia
espiritual, vanidad, o codicia, que no faltarán a quien busque
la sabiduría.
La teología, por su parte, ayuda a la vida
de oración, porque depura la fe, la esclarece y la
expone en toda su riqueza, cuanto es posible en esta
tierra.
Lección 7: Teología y Evangelización Escuchar
La teología sirve a la
evangelización de varias maneras. Primero, porque ayuda a tener claridad
sobre cuáles son los fundamentos de nuestra fe, de modo
que lo más importante se aprenda primero, mejor y con
menos confusión.
Segundo, la teología ayuda a responder a las preguntas
o contradicciones que siempre surgen en la obra misionera.
La misión
ayuda a la teología porque impregna con su celo pastoral
y con lo concreto de las vidas humanas que Cristo
vino a salvar. Así ayuda a vencer la tentación de
quedarnos con un simple ejercicio de pensamiento.
Lección 8: Santo Tomás
de Aquino, Modelo de Teólogos Escuchar
Tomás, hijo de los condes
de Aquino, lleva una vida sencilla y profunda, dedicada a
la oración y el silencio, el estudio y la enseñanza.
Las dos obras más importantes de Tomás de Aquino son
la Suma contra Gentiles y la Suma Teológica. En ellas
se muestra su gran capacidad de síntesis y su deseo
de buscar la verdad allí donde se encuentre.
Para Tomás “pensar”
no es opuesto a “creer”, ni creer es contrario a
pensar. El pensamiento incluso protege a la fe, porque la
purifica y la ayuda a expresarse.
¿Se puede conocer a Dios por la razón? |
Contra todo lo que nos dice un mundo falsamente racionalista y
dictatorialmente relativista, la existencia de Dios puede ser probada |
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¿Se puede conocer a Dios por la razón? |
Los siglos XIX y XX tuvieron como penosa característica
hacer de la cuestión de la existencia de Dios una
cosa eminentemente sentimental y emocional.
Se eliminaba así la posibilidad de
tratar el tema en aulas y academias ya que había
quedado relegado al campo de los sentimientos y por lo
tanto, resultaba tonto e inútil hablar de él.
Se puede probar,
de forma lógica y sencilla, la existencia de Dios a
través de las tradicionales "vías" de Santo Tomás de Aquino.
Advertimos
a nuestros lectores que el tema no es una cosa
muy complicada, aunque sí exige un poco de concentración, pero
el esfuerzo es generosamente recompensado.
El Principio de No Contradicción
El
Principio de Contradicción, base de la teología y de la
filosofía, asegura la identidad del objeto, pues aquello que es,
es; y aquello que no es, no es. Algo, en
consecuencia, no puede ser y no ser al mismo tiempo
y bajo el mismo punto de vista.
Si examinamos cuáles son
las características de la realidad, comprobaremos ante todo que cada
ser es idéntico a sí mismo y opuesto a todo
lo que no es él.
Es tan evidente esta oposición
que no es sino la misma percepción del yo la
que nos revela opuesto al no-yo. De lo contrario quedaríamos
confundidos en una masa inerte e informe donde no habría
una posibilidad de distinción entre el yo y el no-yo.
Esta
característica es la comprobación del primer principio metafísico llamado de
identidad y no contradicción.
Este valor no se aplica sólo en
casos puntuales o según nuestras características puntuales. Se remonta hasta
la esencia última del ser con el que el yo
se nos muestra distinto de otras realidades sino porque, simple
y sencillamente el yo es una realidad, es un ser,
y en tanto en cuanto ser se impone este principio.
En
otras palabras: este principio tiene que ver con el ser
en cuanto tal y, por lo tanto, debe objetivamente abarcar
todos los seres.
Tan importante es este principio, que se le
ha llamado ´primer principio de metafísica´ porque sin él nuestros
conocimientos, nuestra ciencia y toda la filosofía, en especial la
metafísica, serían, como es muy fácil de suponer, imposibles.
Gracias
a él podemos declarar el valor de los demás principios
y, en especial, de los que necesitamos para una demostración
objetiva de la existencia de Dios.
Las Cinco Vías del Doctor
Angélico
Entre los muchos argumentos probatorios de la existencia de Dios
dados por los escolásticos y por el mismo Santo Tomás
de Aquino son célebres las llamadas "cinco vías" que el
mismo ordenó en la Suma Teológica (Parte I, c. 2,
a.4).
Constituyen, como realización filosófica, entre nuestra inteligencia y razón
con la divinidad. Debemos acercarnos a Dios, con aquellos medios
de locomoción propios de nuestra naturaleza, no podemos despojarnos de
nuestra naturaleza humana esencialmente intelectual y discursiva. Sobre este punto ya
tratamos ampliamente.
La primera y más evidente prueba es la
que se deduce del movimiento
Abreviamos el encadenamiento de la prueba:
Es
un hecho que en el mundo existe el movimiento, seres
que se mueven, lo cual nos lo testifica la experiencia
ò
Todo lo que se mueve, recibe el movimiento de otro
porque ningún ser puede moverse por sí mismo
ò
Si el
que da el está el mismo en movimiento, es preciso
que lo reciba de otro, y éste de otro, y
así sucesivamente
ò
Pero no puede continuarse hasta lo infinito, porque
en tal caso nunca llegaríamos a una explicación del movimiento
mismo
Por lo tanto es necesario que ascendiendo por la
cadena de seres en movimiento lleguemos hasta un ser que
se mueve, pero no es movido por otro, sino que
permanece inmóvil y es el origen de todo el movimiento
existente
Tal es Dios
Este argumento se apoya en el principio
de que todo lo que se mueve tiene que ser
movido por otro.
La razón principal nos la indica Santo Tomás
en la Suma Teológica al decirnos que el movimiento es
un pasar de la potencia al acto. No se trata
sólo del desplazamiento de una bicicleta, sino de este pasar.
Imaginemos un vaso de agua listo para beber un día
de verano. En acto es agua para beber, en potencia
es agua caliente para un té, por ejemplo, o un
cubo de hielo o vapor. Acto es como es actualmente,
potencia es todo lo que ese ser puede ser eventualmente.
Movimiento, entonces, será el paso entre el estado actual y
el que potencialmente puede llegar a ser.
Entendido esto diremos que
el ser que está en potencia no puede pasar de
suyo al acto porque el tránsito de la potencia al
acto supone un ser que ya esté en acto y
pueda dar a la potencia el impulso necesario para el
movimiento.
En el caso del vaso de agua, la misma
no puede pasar de estar a temperatura ambiental a caliente
o vapor sin que medie algún factor externo al mismo
vaso. Por si mismo el vaso no puede calentarse o
congelarse si antes no estaba así (y entonces no hubo
movimiento) o si otro ser no lo movió del acto
a esa potencia.
De aquí que el ser, cuando está en
potencia, carece de fuerza para pasar al acto y debe
recibirla de otro.
Si quisiéramos imaginar que el ser en potencia
puede por sí solo pasar al acto, deberíamos pensar que
el ser en potencia ya está a la vez en
acto, lo cual es contradictorio, pues "no es posible que
el mismo ser esté a la vez en acto y
en potencia bajo el mismo concepto, sino bajo conceptos diferentes";
porque "lo que es cálido es acto no puede serlo
al mismo tiempo en potencia, sino que frío en potencia".
La segunda prueba se apoya en la naturaleza de la
causa eficiente
He aquí su esquema:
La experiencia nos revela que existen
causas eficientes, puesto que unas cosas producen a otras
ò
No
es posible que una cosa sea causa eficiente de sí
misma, "porque entonces sería anterior a sí misma, lo que
repugna"
ò
Tampoco es posible que en la cadena de
orden de las causas se pueda llegar hasta infinito, porque
"no habría causa eficiente primera, y por consecuencia no habría
ni último efecto ni causas eficientes medias; lo que es
evidentemente falso, Luego es necesario admitir una primera causa eficiente,
y ésta es la que todo el mundo llama Dios"
La
causa eficiente parece ser la vía que por experiencia sensible
aparece más clara ante nosotros. Para ilustrar de manera muy
simple, podemos decir que la paternidad es una causa eficiente,
es decir, que por sí misma explica el nuevo ser.
Si es evidente que nosotros no nos dimos el ser,
ni nacimos porque lo deseábamos, ni tuvimos participación alguna en aquello.
En consecuencia tuvimos que ser engendrados. Ahora bien: nuestros padres también
fueron engendrados y así se remonta la cadena de causa
eficiente hasta una primera concepción, que a su vez tuvo
que ser creada. Quien creó aquello tuvo que ser, necesariamente
para ser el primero en la cadena, un ser que
es causa eficiente en Si mismo.
La tercera prueba está
sacada de lo posible y lo necesario
Graficamos el argumento de
la siguiente manera:
"En la naturaleza hallamos cosas que pueden ser
y no ser, toda vez que hay quien nace y
quien muere, y que por consecuencia puede ser y no
ser"
ò
Los seres que son posibles no pueden por si
mismos pasar a existir, porque los posibles en cuanto tales
todavía no existen y "lo que no existe no puede
recibir el ser sino de lo que existe"
ò
Por
consiguiente ha debido existir un ser que no era posible
sino necesario, del cual hayan recibido su existencia los seres
que estaban en la mera posibilidad
Con este argumento el Doctor
Angélico prueba la existencia de un ens a se, es
decir, de ser que tiene en sí mismo la razón
de su existencia, y que, por lo tanto, existe necesariamente,
y es causa y la explicación de la existencia de
todos los seres que son simplemente posibles o no necesarios,
o, en sus palabras, contingentes.
El simple sentido común fundamenta esta
vía al hacernos notar la existencia de seres que pueden
o no existir. Es la naturaleza que compartimos con todas
las criaturas. Por lo mismo, porque pasamos de la mera
posibilidad al ser, ha de haber existido un ser necesario
en si mismo que nos diese el ser sin necesitarlo
de otro previo.
La cuarta prueba está tomada de los
grados que se notan en las perfecciones de los seres
El
sentido de la excelencia se comprende de esta forma:
"Se observa
en la naturaleza algo más o menos bueno, más o
menos verdadero, más o menos noble, y así en todo
lo demás"
ò
"El más o menos se dice de los
objetos diferentes según que se aproximan de diversa forma a
un tipo, el más elevado; así un objeto es más
caliente a medida que se acerca lo más cálido por
excelencia"
ò
"Por consiguiente hay algo que es verdadero, lo
bueno, lo noble por excelencia, y por tanto el ser
por excelencia; porque lo que es verdadero por excelencia es
ente por excelencia, como dice Aristóteles, en la Metafísica (L.
I., c.2)"
Pero, concluye el Angélico, lo que lleva por excelencia
el nombre en algún género de perfección es el último
principio, la causa última, la fuente última de dicha perfección,
y por lo tanto debe existir el último principio, causa
y fuente de todas las perfecciones, en el ser perfecto
por excelencia, al cual llamamos Dios
La quinta prueba es
de orden más bien moral y está tomada del gobierno
del mundo
Para este fin Santo Tomás se apoya en
el principio de finalidad.
"Vemos que los seres desprovistos de inteligencia,
como los cuerpos naturales, obran de un modo conforme a
un fin"
ò
De donde se concluye que no por
causalidad, sino con intención deliberada llegan a su fin.
ò
Pero los
seres desprovistos de conocimiento no tienden a un fin sino
en tanto que son dirigidos por un inteligente que lo
conoce...
ò
Luego, hay un ser inteligente que conduce todas
las cosas naturales a su fin, y este ser es
al que llamamos Dios
La transcripción al lenguaje llano es
muy simple. Por la experiencia cotidiana comprendemos que el azar
no explica el orden que vemos en el universo. Por
azar no se arma un reloj ni se compone una
canción ni se organiza la naturaleza por casualidad sino que
la lógica reclama una inteligencia separada, dotada de infinita sabiduría
para concebirlo, y de infinito poder para realizarlo.
Conclusión
Con anterioridad,
San Anselmo ya había probado la existencia de Dios con
una vía muy particular, que ya explicaremos en futuros trabajos.
Santo Tomás, según el parecer de la Iglesia, probó suficiente
e irrefutablemente el problema. De hecho, comentamos como curiosidad, la
Suma Teológica nunca ha sido refutada sistemáticamente. Se le ha
despreciado, ridiculizado o dejado de lado pero nunca la han
refutado. Tal es el peso de una obra que el
Doctor Angélico escribió para introducir a los colegiales al estudio
de la Teología.
Por razones que sobrepasan este trabajo no
analizaremos el porque de esta decadencia intelectual que ahora toma
el mismo trabajo como lo sumo y más elevado en
teología.
Confiamos en que el lector salga ahora mucho más seguro
de sus convicciones y con la certeza infranqueable de que
Dios existe, lo sabe todo, lo conoce todo y nos
ama infinitamente.
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